GB.274/11 |
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UNDECIMO PUNTO DEL ORDEN DEL DIA
Informe de la Subcomisión de Empresas Multinacionales
1. La Subcomisión de Empresas Multinacionales se reunió el 15 de marzo de 1999, bajo la presidencia de la Sra. J. Perlin (Gobierno, Canadá). Los Vicepresidentes empleador y trabajador fueron, respectivamente, el Sr. B. Noakes (Empleador, Australia) y el Sr. Z. Rampak (Trabajador, Malasia).
2. La Subcomisión tuvo ante sí el siguiente orden del día:
1. Seguimiento y promoción de la Declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social:
a) consideración del proyecto del cuestionario para el séptimo informe tripartito referente al curso dado en 1996, 1997, 1998 y 1999 a la Declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social;
b) actividades de promoción, servicios consultivos técnicos, estudios terminados e investigaciones en curso de la Oficina.
2. Acontecimientos en otras organizaciones.
3. Otras cuestiones.
3. El Vicepresidente empleador se refirió a lo que consideraba una forma desordenada y confusa de fijar el día y la hora de la reunión de la Subcomisión, que se había cambiado un par de veces y, como resultado de ello, ahora se celebraba al mismo tiempo que la reunión de la Comisión de Empleo y Política Social, de la que eran miembros una serie de colegas. Esta situación había perturbado a su Grupo, por lo que manifestó su profundo rechazo a la falta de sentido común y de delicadeza habitual hacia la Mesa. Insistió en que en el futuro la Oficina debería consultar con la Mesa a propósito de los horarios de reunión de la Subcomisión.
4. El Vicepresidente trabajador fue de la misma opinión y estimó que la falta de consultas y delicadeza constituía una desviación inaceptable de la tradición de la OIT.
Seguimiento y promoción de la Declaración tripartita
de principios sobre las empresas multinacionales
y la política social
(Primer punto del orden del día)
a) Consideración del proyecto del cuestionario para el séptimo
informe tripartito referente al curso dado en 1996, 1997,
1998 y 1999 a la Declaración tripartita de principios
sobre las empresas multinacionales y la política social
5. Cuando, el representante del Director General (Sr. Abate, Jefe de la Oficina para las Actividades de las Empresas Multinacionales) presentó el documento de la Oficina(1) , señaló que la Subcomisión había recomendado al Consejo de Administración en marzo de 1997 que debería llevarse a cabo una séptima encuesta general que abarcase los años 1996 a 1999 inclusive sobre el curso dado a la Declaración tripartita(2) y que el Consejo de Administración se había pronunciado a favor de dicha recomendación. El proyecto de cuestionario que tenía ante sí la Subcomisión era una de las diversas medidas adoptadas por la Oficina para responder a los deseos de la Subcomisión y del Consejo de Administración. En respuesta a los anteriores motivos de preocupaciones expresados en relación con la extensión del cuestionario(3) , la Subcomisión estaba trabajando en la actualidad con uno más corto, lo que no había impedido que la Oficina señalase las cuestiones que debían ser abordadas -- y sobre las que habría que obtener las opiniones y respuestas de los mandantes. La Oficina esperaba y deseaba que ello permitiera a los participantes en el cuestionario ofrecer a la Oficina información fidedigna, por lo que apeló a los interlocutores tripartitos a responder lo antes posible. El modelo del cuestionario no había cambiado y las cuestiones se habían simplificado. Se pedía a la Subcomisión, en primer lugar, que recomendase al Consejo de Administración la adopción del cuestionario, a reserva de que la Subcomisión aprobase su contenido, y en segundo lugar que estableciese el plazo para el envío del cuestionario y la recepción de las respuestas en la Oficina.
6. El Vicepresidente empleador agradeció al Sr. Abate por el proyecto de cuestionario. Subrayó que el seguimiento de la Declaración tripartita no era una cuestión que debía tomarse a la ligera. Aunque reconocía que el cuestionario reproducía el modelo de años anteriores, señaló que se habían introducido algunos cambios. El orador no proponía introducir cambios radicales en el cuestionario, pero presentaría propuestas cuando hubiera buenas razones que lo justificaran, y en ese sentido, los empleadores propondrían aproximadamente una seis o siete revisiones o supresiones. Tomó nota de la fecha límite propuesta para el envío a los mandantes y la recepción de sus respuestas dentro del calendaría previsto de manera que el informe para la Subcomisión y el Consejo de Administración pudiera estar listo en tiempo oportuno, y señaló que era importante alcanzar un acuerdo sobre la forma precisa del cuestionario.
7. El Sr. Rampak (Vicepresidente trabajador) consideraba que las cuestiones eran demasiado generales como para obtener información suficiente. Las cuestiones debían ser precisas para facilitar su respuesta, y propuso que la discusión del cuestionario se pospusiera hasta noviembre. Ello permitiría a todos los interesados presentar propuestas sobre las cuestiones y conceder a la Oficina tiempo para estudiarlas.
8. El representante del Gobierno de Namibia señaló que su Gobierno no había tenido problemas con el cuestionario. No obstante, consideraba que era necesario precisar más la definición de empresa multinacional a fin de evitar confusiones sobre quiénes deberían participar en la encuesta. La confusión existente en la actualidad se debía a los cambios producidos en los últimos años en la forma de operar de las multinacionales. No era la intención del orador retrasar esta encuesta, pero subrayó la necesidad de examinar este punto y de actualizar la Declaración tripartita a tiempo para la próxima encuesta.
9. La representante del Gobierno de Canadá agradeció a la Oficina por sus esfuerzos en el cuestionario. Tomando nota de la tendencia alcista señalada por la Oficina en la sexta encuesta(4) , la oradora preguntó si la Oficina consideraba que se trataba de un índice de respuestas satisfactorio, y de no ser así, qué medidas se había tomado para que aumentase. Su Gobierno estimaba que el cuestionario era satisfactorio y apoyaba los párrafos 4 y 5 del documento de la Oficina.
10. El representante del Gobierno de Italia expresó su satisfacción por el documento, y no tuvo ninguna objeción en relación con el modelo del cuestionario. En cuanto a la observación de Namibia sobre la cuestión de la definición, aunque definir una empresa multinacional no era tarea fácil, la mayoría de la gente sabía lo que este término significaba.
11. El representante del Gobierno de los Estados Unidos expresó su satisfacción por el cuestionario, pero estaba dispuesto a examinar la posibilidad de introducir cambios.
12. El Vicepresidente empleador señaló que la definición de empresa multinacional se había tratado en el párrafo 6 de la Declaración y que no era competencia de la Subcomisión llevar a cabo una revisión de la Declaración. Pidió a la Oficina que explicase las posibles consecuencias que tendría la propuesta del Vicepresidente trabajador de retrasar cualquier decisión sobre el cuestionario hasta noviembre.
13. El Jefe de la Oficina para las Actividades de las Empresas Multinacionales señaló que la Oficina no tendría ningún problema en volver a redactar el cuestionario en la línea que se sugiriese. No obstante, una nueva redacción afectaría el calendario de todo el ejercicio; a menos que la Subcomisión estuviese dispuesta a recomendar lo contrario, era normal conceder a los interlocutores tripartitos un año para examinar el gran número de respuestas. Si se tomase la decisión de retrasar el examen del cuestionario hasta noviembre de 1999, no se podrían recibir las respuestas, de seguirse la práctica actual hasta principios del año 2001 -- lo que podría muy bien significar que el Consejo de Administración tendría que discutir los informes y realizar un análisis hacia finales del año 2001, retrasando de esta forma todo el ejercicio -- y en consecuencia afectando negativamente el ritmo de las encuestas en el futuro.
14. El Vicepresidente empleador reiteró que el cuestionario era un ejercicio importante y que los empleadores no deseaban que la encuesta se retrasase. El ritmo de cambio era tan rápido que las encuestas de seis años de duración no producirían resultados apropiados. Propuso que la Subcomisión delegase su autoridad en la Mesa para así alcanzar un acuerdo sobre la forma del cuestionario en junio. Preguntó a la Oficina cuáles serían las consecuencias de adoptar tal decisión.
15. El representante del Director General señaló que si se concedía a la Mesa autoridad para ponerse de acuerdo sobre el cuestionario, y dicho acuerdo se alcanzaba en mayo o junio de 1999, entonces se podría pedir al Consejo de Administración que considerase su aprobación en su reunión posterior a la Conferencia de junio. En el supuesto de que así ocurriera, la Oficina podría en ese caso enviar el cuestionario en julio o agosto, un par de meses después del plazo habitual. El orador no podía juzgar cuáles serían las consecuencias de tal retraso en la capacidad de los gobiernos y de los representantes de los empleadores y de los trabajadores para responder al plazo fijado del 29 de febrero del año 2000.
16. El Vicepresidente trabajador apoyó la propuesta presentada por el Vicepresidente empleador.
17. La Presidenta resumió entonces de la siguiente manera el compromiso alcanzado: los miembros de la Subcomisión someterían a la Oficina por escrito, a mediados de abril a más tardar, todas las propuestas que pudieran tener sobre posibles enmiendas, introducciones o supresiones del cuestionario; cuando se acercase el plazo, la Oficina enviaría a la Mesa y a todos los miembros de la Subcomisión un texto revisado de todo el cuestionario para su información y para que realizasen observaciones si tenían alguna; la Mesa se reuniría en mayo o junio para terminar el proyecto de cuestionario, a tiempo para someterlo a la aprobación del Consejo de Administración en su 275.ª reunión (tras la Conferencia); el texto aprobado se enviaría a los mandantes en julio o agosto de 1999, unos meses más tarde de lo previsto actualmente, siempre que quedase claro que el actual plazo previsto (es decir, recepción de respuestas a más tardar el 29 de febrero del año 2000, presentación y discusión por parte del Consejo de Administración de los informes sobre la encuesta en noviembre del año 2000) se respetase. En caso de que la Mesa no se pusiera de acuerdo y no lograra someter un texto final al Consejo de Administración en junio de 1999, se pediría a la Subcomisión que tratase la cuestión en noviembre de 1999.
18. El representante del Gobierno de los Estados Unidos preguntó si los miembros de la Subcomisión verían el cuestionario antes de que se enviara al Consejo de Administración.
19. La Presidenta subrayó que habría plena consulta y se podrían realizar observaciones.
20. El representante del Gobierno de Italia estaba dispuesto a aprobar la propuesta como se había aclarado.
21. En respuesta a una pregunta del representante del Gobierno de los Estados Unidos, el Jefe de la Oficina para las Actividades de las Empresas Multinacionales señaló que la Oficina haría todo lo posible para garantizar que se mantuviese el plazo indicado en el documento. Además, en respuesta a la pregunta del Gobierno del Canadá, se refirió a los párrafos 10 a 15 del informe del Grupo de Trabajo que había analizado las respuestas remitidas para la sexta encuesta(5) . El orador consideraba que 74 respuestas de países era un índice de respuesta aceptable. Entre aquellos que habían respondido figuraban países de origen de las empresas multinacionales y aquellos en donde realizaban sus actividades más importantes. Los Estados Miembros de la OCDE, las economías asiáticas dinámicas, los principales receptores de IED en América Latina, Africa, Europa central y oriental, y otros países asiáticos formaban parte de este grupo, al igual que una serie de países menos adelantados que estaban aplicando políticas nacionales de fomento de la IED. No obstante, habida cuenta de que si aumentaba la participación aumentaría el valor de la encuesta, la Oficina haría todo lo que estuviera en su poder para aumentar el número de respuestas, y, por lo tanto, apeló a los gobiernos y a los representantes de los empleadores y de los trabajadores a responder a tiempo y a animar a otros a hacer lo mismo.
22. El Consejo de Administración tal vez estime oportuno aprobar el acuerdo resumido en el párrafo 17 supra.
b) Actividades de promoción, servicios consultivos técnicos,
estudios terminados e investigaciones en curso de la Oficina
23. El representante del Director General dijo que en el documento de la Oficina se hacía referencia a una mesa redonda tripartita sobre cuestiones laborales y sociales relacionadas con las inversiones extranjeras directas y con las actividades de las empresas multinacionales, que tuvo lugar en Hanoi, Viet Nam, así como a los trabajos preparatorios para organizar una reunión similar en la ciudad de Ho Chi Minh más adelante en 1999. Asimismo, se proporcionaba una información sucinta con respecto a los contactos y las actividades de la Oficina en relación con la Mesa Redonda de Empresarios Europeos (ERT), así como sobre una conferencia/curso práctico que tuvo lugar en San Francisco, y actividades realizadas en Nueva York, Amsterdam y Vancouver. Se hacía referencia también a una reunión de la OCDE en Budapest, convocada con el fin de emprender una nueva revisión de sus Directrices relativas a las empresas multinacionales; la OIT asistió a dicha reunión, a la cual se dirigió. En el párrafo 40 del documento se hacía referencia a un coloquio celebrado en Tokio, Japón, organizado en colaboración con el TCM, un órgano del Consejo Sindical de Empresas Multinacionales japonesas. Esta reunión había brindado también la oportunidad de entablar discusiones con los Consejos Japoneses de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA), la Federación Internacional de Sindicatos de Trabajadores de la Química, Energía, Minas Industrias Diversas (ICEM), la Federación Internacional de Empleados, Técnicos y Profesionales (FIET), la Federación Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (FITCM), y el Secretario General de la JTUC-RENGO. Con respecto a la misión enviada a Tokio, expresó el agradecimiento del Director General por las iniciativas tomadas por el TCM y RENGO en Japón y en otras partes de Asia con miras a reducir al mínimo los conflictos laborales y sociales relacionados con las EMN, así como el proceso encaminado a completar la labor de la OIT en ese ámbito. En segundo lugar, agradeció al Viceministro Iwata y al Ministro de Trabajo, al Secretario General de RENGO, así como al Sr. Ito, miembro trabajador del Consejo de Administración, por su valiosa cooperación. En los párrafos 41 y 42 del documento se daba cuenta de los resultados positivos que tuvieron actividades de promoción realizadas previamente por la Oficina. En la Parte II del documento se proporcionaba una información sucinta sobre la situación en materia de investigaciones y publicaciones.
24. El Vicepresidente empleador opinó que el documento era interesante, pero no era útil. A su parecer estaba demasiado centrado en las actitudes y contactos de los sindicatos: se hacía referencia a muchos contactos con sindicatos y, en cambio, había una sola referencia a un contacto con una organización nacional de empleadores y ninguna con respecto a contactos con organizaciones internacionales de empleadores. Los grupos de empresarios contactados, como la ERT en Europa, no eran auténticas organizaciones de empleadores. El documento consistía en una repetición de puntos de vista de los sindicatos y las ONG sobre los códigos de conducta, las auditorías sociales y las auditorías externas. Aunque no hubo contactos directos con empresas multinacionales, hubo sí muchos contactos con grupos empresariales que no constituían auténticas organizaciones de empleadores. La Oficina tenía que consultar en mayor medida a las organizaciones de empleadores. Los empleadores se sentían complacidos por la instructiva reseña que figuraba en los párrafos 6, b), i), ii) y iii) dirigida a los sindicatos. En cuanto a las discusiones con la CIOSL, se refirió a la frase que dice «dado que, según las informaciones, la rápida mundialización, impulsada por las empresas multinacionales, está agravando los problemas laborales y sociales, las discusiones también trataron de diferentes formas en que la OIT y la CIOSL podían trabajar de forma más estrecha para reducir al mínimo los conflictos», y preguntó de qué forma la OIT y la CIOSL iban a trabajar en más estrecha colaboración y quería saber además de qué tipo de conflictos se trataba y, particularmente, entre quiénes y con respecto a qué. Si la OIT quería extender su campo de acción, podía considerar entablar contactos con auténticos representantes de los mandantes de la OIT y no con otros grupos. El orador dijo que se oponía a cualquier propuesta de asociación con empresas multinacionales y nacionales con respecto a los códigos de conducta. Observaba también que se hacía referencia a los contactos de la Oficina con las ONG, mientras que se ignoraba a las organizaciones de empleadores. En general, se sentía defraudado por el paulatino avance de la legitimación de los códigos de conducta que caracterizaba al documento. En opinión de los empleadores, los códigos de conducta no eran obligatorios ni tampoco tenían que vincularse a las inversiones extranjeras directas o al comercio. Los empleadores no aceptaban las nociones de auditoría social o auditoría externa obligatorias. Mantenían su posición, según la cual los códigos debían seguir teniendo carácter voluntario y no eran una cuestión específica de las empresas multinacionales. El orador expresó serias objeciones ante el hecho de dar participación a grupos de importancia secundaria que no eran legítimos representantes de los empleadores. Si la Oficina daba participación a representantes nacionales e internacionales de los trabajadores, debía dirigirse al mismo tiempo a las organizaciones internacionales y nacionales de empleadores; de ese modo, sería posible preparar un documento más ponderado.
25. El Vicepresidente trabajador indicó que los punto de vista de su grupo diferían de los expresados por el Vicepresidente empleador. Los trabajadores consideraban que era necesario establecer un fuerte vínculo entre los códigos de conducta y la Declaración tripartita, ya que de otra forma la Declaración dejaría de ser pertinente. El Grupo de los Trabajadores agradecía a la Oficina por el informe detallado sobre las actividades en que había participado desde la reunión de la Subcomisión celebrada en marzo de 1998. Los trabajadores destacaron la importancia de este ámbito en el contexto general de las actividades de la OIT. Las propuestas de Programa y Presupuesto para el próximo bienio deberían traducirse en asignaciones de recursos adecuadas durante los próximos meses, para poder de ese modo superar las drásticas limitaciones presupuestarias con que había tenido que funcionar hasta ahora el programa relativo a las empresas multinacionales. Recordó que durante la reunión del mes de marzo de 1998, los trabajadores habían exhortado a que se desarrollasen intensas actividades de promoción en los países en desarrollo; desafortunadamente se había organizado una sola actividad de esa índole: la mesa redonda que tuvo lugar en Viet Nam. Reafirmó pues la exhortación anterior con miras a que se impulse activamente la promoción de la Declaración tripartita en los países en desarrollo, y apoyó la preparación de traducciones en otros idiomas, dado que la versión vietnamita ya se había completado. Los representantes de los trabajadores no apreciaban la referencia que se hacía en el resumen relativo a la mesa redonda organizada en Hanoi a la utilización de las huelgas como último recurso y sugirió que se debería, igualmente, exhortar a los empleadores a que pongan término a la práctica de los cierres patronales, y a los gobiernos a que promuevan la aplicación de las normas laborales. El orador preguntó si había habido algún tipo de seguimiento de la mesa redonda organizada en Viet Nam. Asimismo, acogió con agrado el interés de la Oficina por los códigos de conducta, y reiteró que los códigos no debían considerarse como un sustituto de la legislación nacional sino como una herramienta útil, siempre y cuando estuvieran acompañados de un mecanismo de supervisión fiable. Dijo, además, que era necesario utilizar la Declaración como un instrumento de base para guiarse al respecto. En cuanto a las auditorías sociales, la OIT debería emprender una acción decidida en ese sentido y formular normas en la materia. Se preguntaba también por qué en las actividades de investigación del programa no habían incluido un examen de las repercusiones de la crisis financiera asiática para las empresas multinacionales y el empleo en Asia, como se había solicitado.
26. El representante del Gobierno de los Estados Unidos recordó que en reuniones anteriores se había instado a la Oficina a que promoviese la Declaración, y por consiguiente estaba satisfecho con la considerable labor de promoción que se había realizado. El orador tomó nota de los comentarios de los empleadores y de los trabajadores y destacó que la Declaración tripartita era importante y constituía un buen instrumento de trabajo de la OIT que era necesario promover ampliamente.
27. La representante del Gobierno del Japón agradeció a la Oficina por el documento que había presentado. Era útil contar con información sobre las actividades de promoción llevadas a cabo por la Oficina, y esto facilitaría el logro de los objetivos de la Declaración tripartita. La oradora expresó el profundo reconocimiento de su Gobierno por la función que cumplía la Oficina para llevar adelante las actividades de promoción en Japón.
28. El representante del Gobierno de Italia agradeció a la Oficina por el interesante y preciso documento que había presentado. Se refirió, asimismo, al creciente interés por los instrumentos voluntarios que se mencionaba en el párrafo 24, así como a la falta de una participación efectiva de algunos grupos en las discusiones, tal como se indicaba en diversas partes del documento.
29. El director de la Oficina para las Actividades de las Empresas Multinacionales indicó que la Declaración ya se había traducido a 30 idiomas, pero que si había otros idiomas a los cuales se debería traducir, la Oficina agradecería las sugerencias al respecto, así como la asistencia de interlocutores tripartitos para proceder a efectuar esas traducciones. En respuesta a la intervención del Vicepresidente empleador destacó que la OIT no estaba en condiciones de determinar la composición, el lugar, o la participación de las reuniones que no convocaba y a las cuales asistía como invitada. Era necesario responder de manera positiva a las solicitudes de información sobre la Declaración formuladas por quienes la utilizaban como referencia, y era importante recordar que el Consejo de Administración había solicitado reiteradamente que se intensificara la labor de promoción, «incluso por medio de unas relaciones de trabajo más estrechas con las organizaciones gubernamentales y privadas que se dedican a actividades relacionadas con la IED, el desarrollo económico y los derechos humanos, especialmente los de los trabajadores...»(6) . Siempre que se efectuaban misiones, se visitaba sistemáticamente a los tres grupos de mandantes, y si en el presente informe se hacía más referencia a contactos con sindicatos, esto se debía a que eran ellos quienes habían solicitado la asistencia y los servicios de la Oficina. La Oficina no podía imponer su presencia en reuniones a las cuales no se le había invitado, ni tampoco imponer actividades que no se deseaban. No obstante, instaría a que se adoptase una actitud más activa a ese respecto, y la Oficina tendría sumo agrado en prestar servicios a todos los mandantes. La Declaración tripartita había sido elaborada con la estrecha participación de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores, y las actividades de promoción implicaban una discusión del texto de la misma en su totalidad. No había pues motivo para preocuparse por ninguna supuesta desviación con respecto al contenido de la Declaración. No había tampoco un paulatino avance de la legitimación de los códigos de conducta; como era bien sabido, la Oficina estaba llevando a cabo un estudio sobre los códigos, de conformidad con el programa de trabajo aprobado, y necesitaba por consiguiente discutir distintas cuestiones con las organizaciones pertinentes y con aquellos que le proporcionaban informaciones al respecto y procuraban comprender la labor que estaba realizando la Oficina. Con respecto a la investigación y la documentación, destacó que la falta de personal había limitado las posibilidades de acción, pero aun así se habían dado los pasos iniciales y se habían establecido contactos para dar cumplimiento a las solicitudes de investigación.
30. El Vicepresidente empleador dijo que había al parecer cierta confusión por parte de la Oficina con respecto a los mandantes de la Organización en lo relativo a los empleadores. El documento debía referirse a las actividades de promoción de la Oficina, y cualquier lectura objetiva del mismo revelaría que esto no era así.
31. El Vicepresidente trabajador observó con satisfacción que la Declaración tripartita ya se había traducido a 30 idiomas, y solicitó que se completara la lista de idiomas en los cuales se requeriría una versión en el futuro. En cuanto a la mesa redonda realizada en Viet Nam, subrayó que el párrafo 6, b), presentaba una visión parcial, y que era necesario lograr un mayor equilibrio en ese sentido.
Acontecimientos en otras organizaciones
(Segundo punto del orden del día)
32. El representante del Director General señaló que el documento de la Oficina(7) proporcionaba cierta información, aunque críptica, sobre lo que estaban haciendo otras organizaciones cuyos programas de trabajo incluían códigos, directrices u otros instrumentos similares relacionados con las empresas multinacionales. El documento incluía importantes respuestas de la Comisión Europea, la FAO, la OCDE y la OMS. Desde que se publicara el documento, la ONUDI había enviado su respuesta y la OCDE había actualizado su contribución.
33. Las observaciones de la ONUDI tenían que ver con la ayuda técnica que brinda a los países. En un intento de equilibrar los intereses por lograr una economía competitiva, un entorno estable y un empleo productivo, las tres Es, la dimensión social de la industria en desarrollo se reflejaba en casi todas las actividades de la ONUDI. La provisión de un apoyo catalizador para conseguir que las empresas privadas aumenten su contribución al desarrollo era el núcleo central de las actividades de asistencia técnica de la ONUDI. Esta fomentaba unas asociaciones laborales internacionales económicamente viables entre empresas de países desarrollados y países en transición, así como en el mundo en desarrollo, fortaleciendo de esta forma los esfuerzos de cooperación Sur-Sur. Ello incluía la creación de capacidad para el desarrollo institucional, es decir, ayudas para la creación de nuevas agencias de promoción de inversiones nacionales, o el perfeccionamiento de las ya existentes; la subcontratación laboral y la gestión de la cadena de suministro; el establecimiento y fortalecimiento de institutos de investigación y tecnología industrial nacionales, y el desarrollo de una financiación privada del marco infraestructural. La creación de capacidad para el desarrollo de asociaciones incluía ayudas para la formulación de estrategias de inversión y de promoción de la tecnología; el establecimiento, formulación y evaluación de proyectos de tecnología e investigación industriales específicos, y el apoyo a la promoción centrada en las oportunidades de asociación. La ONUDI había llevado a cabo en 1997 y 1998 un proyecto llamado: Respuestas a las normas mundiales: marco de evaluación de los resultados sociales y medioambientales de las industrias -- estudio de caso de la industria textil en India, Indonesia y Zimbabwe. El documento del proyecto, así como el programa informático de referencia que se desarrolló, incluía un extenso catálogo de normas nacionales, internacionales (OIT, Banco Mundial, etc.) y empresariales así como repertorios de recomendaciones prácticas.
34. En su actualización, la OCDE señaló que habían cesado las negociaciones sobre el MAI. No obstante, los países Miembros habían indicado que seguían comprometidos con el objetivo de establecer normas internacionales de inversión, y estaban examinando la posibilidad de realizar nuevas labores exploratorias y multidisciplinarias sobre inversiones en el marco de la OCDE. Este trabajo podría abordar todos los aspectos de la relación existente entre los acuerdos de inversión internacionales y la labor de los países receptores para regular la actividad económica. Este trabajo debería realizarse de forma transparente, y debería incluir a Estados no miembros que estén estuviesen interesados, así como a la sociedad civil. Los Ministros de la OCDE decidirían sobre un nuevo programa de trabajo dedicado a cuestiones de inversiones internacionales en su reunión anual los días 26 y 27 de mayo de 1999.
35. El párrafo 57 del documento de la Oficina, relativo a la contribución de la UNCTAD, podía ser de gran interés si se tenía en cuenta que daba parte de las discusiones sobre un posible marco multilateral sobre inversiones. La Oficina había participado en el diálogo con la CIOSL el 9 de diciembre de 1998, tras el cual el Secretario General de la UNCTAD había escrito pidiendo a la Oficina que sugiriese cuál era la mejor forma de promover su deseo de asociar la sociedad civil con su labor en materia de inversiones.
36. El Vicepresidente empleador señaló que sus observaciones sobre el documento anterior se aplicaban igualmente al documento de la Oficina relativo a este punto del orden del día, y expresó su preocupación por el hecho de que plantease cuestiones de etiquetado, repertorios de recomendaciones prácticas y auditoría social de forma parcial. Citó referencias a las opiniones individuales de los participantes en el Coloquio organizado por la Comisión Europea y los Estados Unidos que figuraban en los párrafos 7, 9 y 12. Puso de manifiesto que no se había alcanzado consenso alguno en el Coloquio, como se sugería en el párrafo 16. Asimismo, expresó su preocupación por el hecho de que la frase «sociedad civil» del párrafo 57 no reflejase a los países representados por la Oficina. En referencia a la «imprecisión conceptual» de las actividades de las empresas multinacionales y de las empresas nacionales, destacó que las actividades de muchas de las organizaciones internacionales y regionales mencionadas en el informe no eran específicas de las empresas multinacionales. Por último, insistió en que las empresas multinacionales no están orientadas a la gente en los países, como se sugería en el documento, sino que respondían a la demanda del mercado.
37. El Vicepresidente trabajador recordó que el mandato de la Subcomisión se refería a las empresas multinacionales y que los puntos citados podrían ser perfectamente tratados por la misma. El documento abarcaba cuestiones interesantes, pero no ofrecía información suficiente sobre la cooperación entre la OIT y otras organizaciones. En marzo de 1997, el Grupo de los Trabajadores había solicitado a la Oficina que incluyese información sobre la misma, de forma que se pudiera evaluar dicho trabajo. La OIT debería ofrecer una dimensión social a las cuestiones sobre inversiones tratadas en otras instituciones. A pesar de esta solicitud, la Oficina no había realizado un seguimiento sistemático de estas cuestiones. En el párrafo 7 relativo al Coloquio sobre los códigos de conducta organizado por la Unión Europea y los Estados Unidos, la ONG mencionada era probablemente la Ethical Trading Initiative que, subrayó el orador, no era una ONG corriente, como había sostenido el Vicepresidente empleador, sino una alianza de empresas, ONG y sindicatos. Se componía de empresas multinacionales y de muchas de las empresas minoristas más grandes del Reino Unido. La reciente resolución de la Unión Europea sobre códigos de conducta y la Plataforma de Supervisión Europea eran asimismo interesantes, e invitó a la Oficina a realizar un seguimiento y a presentar un informe sobre estos acontecimientos. Reiteró la importancia de realizar una supervisión y verificación externa (párrafos 17 y 18), y la necesidad de incluir a los sindicatos en el establecimiento de dichos ejercicios. La OIT debería desempeñar una función en el establecimiento de puntos de referencia para la supervisión. Rechazaba tajantemente la sugerencia de que las ONG desempeñasen una función más importante allí donde no hubiera sindicatos locales, y la Oficina debería reflejar una opinión más equilibrada. Subrayó que ningún código podría ser creíble a menos que contase con el acuerdo de los trabajadores. Por último, en lo que respecta a la concesión de certificados, subrayó que ésta podría animar a las empresas multinacionales a utilizar simplemente a los suministradores que ya utilizan estos códigos, en vez de promover un cambio real en la cadena de suministros existente. En cuanto a la cuestión de la OCDE y el MAI, consideraba que el haber abandonado el MAI había sido una decisión correcta. La OIT debería desempeñar una función y no ser un observador en ninguna negociación en el futuro. En lo que respecta a la FAO, alabó la adopción del Convenio del consentimiento fundamentado previo de Roterdam sobre sustancias químicas tóxicas en el comercio internacional que ya había sido suscrito por 62 países.
38. En las secciones consagradas a la UNCTAD y el Banco Mundial, se ofrecía una lista de las actividades llevadas a cabo, pero había muy poca cuando no ninguna información sobre sus resultados concretos y otras cuestiones de importancia. Por esta razón, los trabajadores subrayaban una vez más la necesidad de que la Oficina enriqueciera los informes futuros aumentando el análisis cualitativo, como hacía para la Comisión Europea, en vez de incluir todo ese arsenal cuantitativo de información. Por ejemplo, el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI, párrafo 59) ya había adoptado disposiciones para no recurrir al trabajo forzoso, y esto se podía haber reflejado en el informe. En cuanto a la UNCTAD, los trabajadores se refirieron a un seminario muy constructivo que el movimiento de sindicatos internacional había celebrado con la UNCTAD en diciembre de 1998 sobre mundialización: los trabajadores estaban convencidos de que no sólo la Oficina, sino también los interlocutores sociales deberían establecer contactos con dichas instituciones a fin de promover su agenda. Se podía haber redactado otro informe sobre el discurso del Secretario General de las Naciones Unidas en la Cumbre Económica de Davos, en la que había pedido a las empresas multinacionales que respetasen y adoptasen normas laborales.
39. El representante del Gobierno de China agradeció a la Secretaría por lo detallado del informe. En el párrafo 67, pidió se realizase una corrección donde aparecía el nombre de Taiwán. Recordó a la Oficina que debería leerse «Taiwán, China».
40. El Jefe de la Oficina para las Actividades de las Empresas destacó que no se debía a una falta de rigor por parte de la Secretaría si se había utilizado el nombre de Taiwán. Subrayó que el documento era una reproducción de un documento perteneciente a otra organización. En todos los documentos de la OIT figuraba el nombre correcto.
41. El representante del Gobierno de Japón consideró que el Coloquio entre los Estados Unidos y la Unión Europea era un acontecimiento interesante. Los puntos que habían surgido de la discusión, incluida la relación con las normas internacionales del trabajo y la supervisión, debían examinarse y discutirse de nuevo en la Subcomisión de la OIT o en el Grupo de Trabajo sobre las Dimensiones Sociales de la Liberalización del Comercio Internacional.
42. El representante del Gobierno de Italia expresó su apreciación por el documento de la Oficina. El principal punto de interés eran las cuestiones relativas al Coloquio y a la OCDE.
43. El representante del Gobierno de Namibia señaló que cuando la OIT actuase en colaboración con otras organizaciones, debería darles a conocer plenamente la Declaración tripartita.
44. El representante del Gobierno de los Estados Unidos señaló que la Declaración tripartita no existía aisladamente. Había muchas otras organizaciones que trataban con las empresas multinacionales, y era interesante ver cómo la Declaración de la OIT encajaba en estos procesos. En lo relativo al Coloquio entre los Estados Unidos y la Unión Europea, a lo que se hacía referencia era a un resumen, y no a un consenso. El orador pensaba que representaba fielmente lo que se había dicho durante las reuniones.
45. En referencia a las observaciones realizadas por el Vicepresidente trabajador, en especial sobre el párrafo 7, el Vicepresidente empleador puso de manifiesto que debería entenderse que la Subcomisión no se ocupaba de una nueva redacción del documento.
46. El Vicepresidente trabajador señaló que los trabajadores únicamente habían ejercido su derecho a expresar sus opiniones.
47. El Jefe de la Oficina para las Actividades de las Empresas señaló que el párrafo 1 del documento indicaba que se trataba de un resumen de respuestas y subrayó que el documento pasaba revista a «acontecimientos ocurridos en diversas organizaciones intergubernamentales internacionales y regionales que cuentan con códigos, directrices u otros instrumentos directa o indirectamente relacionados con las empresas multinacionales y su labor...». Reuniones posteriores de la anterior Comisión y de la Subcomisión en el pasado habían examinado estos criterios.
Otras cuestiones
(Tercer punto del orden del día)
48. La Presidenta informó a la Subcomisión que la Mesa había discutido la cuestión de su nombre: ¿debería continuar llamándose Subcomisión, o volver a llamarse Comisión?
49. El representante del Director General señaló que la Subcomisión había sido establecida en un principio en noviembre de 1998 con el nombre de Comisión sobre empresas multinacionales. Este nombre se había cambiado por Subcomisión en 1993, tras el examen realizado por el Consejo de Administración de las recomendaciones para mejorar su funcionamiento; no obstante, los acuerdos sobre la presentación de informes, el mandato y sus funciones no habían cambiado. Habida cuenta de esto, y del hecho de que no se habían producido ahorros financieros o ninguna mejora como el resultado del cambio de nombre, la Oficina había discutido si era apropiado sugerir que a partir de ese momento se llamara Comisión de Actividades de las Empresas Multinacionales.
50. El Vicepresidente empleador dijo que cambiar de nombre no suponía ninguna ventaja ni desventaja particular. No obstante, no era el momento adecuado para examinar esa cuestión. Ya que se había nombrado un nuevo Director General, quizás él tuviese cambios organizativos que proponer, y además, se había cambiado la situación de la Comisión original debido a un informe del Grupo de Trabajo en 1992. Los empleadores no consideraban que esta cuestión debiera tratarse independientemente del examen general del funcionamiento del Consejo de Administración y sus comisiones.
51. El Vicepresidente trabajador expresó el apoyo de los trabajadores a volver a utilizar el término «Comisión». Ello conferiría mayor pertinencia al organismo en la nueva estructura prevista de la OIT. Estuvo de acuerdo en que esta cuestión debería discutirse en la próxima reunión.
52. Los representantes de los Gobiernos de Estados Unidos y Japón estuvieron de acuerdo con el Vicepresidente empleador.
Ginebra, 19 de marzo de 1999.
Punto que requiere decisión: párrafo 22.
1. Documento GB.274/MNE/1/1.
2. Documento GB.268/9, párrafo 203.
3. Documento GB.268/9, párrafo 204.
4. Documento GB.268/MNE/1/2.
5. Documento GB.268/MNE/1/2.
6. Documento GB.268/MNE/1/2, párrafos 236 (Informe del Grupo de Trabajo encargado de analizar los informes de los gobiernos y las organizaciones de empleadores y de trabajadores para la sexta encuesta sobre el curso dado a la Declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social).
7. Documento GB.274/MNE/2.