Informe de la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura |
Informe:
primera y segunda
parte |
Presentación, discusión y
adopción
Original inglés: La PRESIDENTA — Declaro abierta la decimonovena sesión de la 89.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo. El primer punto del orden del día es el examen del informe de la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura que figura en las Actas Provisionales núm. 15 [primera y segunda parte].
Tiene la palabra el Sr. Abu Bakar, Ponente de la Comisión, para que presente el informe.
Original inglés: Sr. ABU BAKAR (delegado gubernamental, Malasia; Ponente de la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura) — Siempre es un privilegio dirigirme a la Conferencia Internacional del Trabajo, y sobre todo es para mí un honor que esta Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura me haya elegido por segunda vez para gozar de este privilegio. Es sobre todo un placer presentarme ante ustedes para informarles sobre el éxito de nuestra Comisión en la preparación del texto del convenio y de la recomendación sobre seguridad y salud en la agricultura.
Antes de describirles como llegamos a ello, quisiera unirme a las felicitaciones ya ofrecidas a la Sra. Presidenta con motivo de su selección al frente de la 89.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo.
Muchos de los miembros gubernamentales de la Comisión de este año afirmaron que la agricultura tenía una función clave en las economías de sus países. Según la OIT, la mitad de la mano de obra mundial trabaja en labores de agricultura, y hemos oído decir que en algunos países dicha proporción asciende al 80 por ciento. Desgraciadamente, esto se refleja en una proporción considerable de accidentes laborales a nivel mundial. Datos de 1987 señalan que de los 335.000 accidentes laborales ocurridos en todo el mundo, 170.000 afectaron a trabajadores de la agricultura. Si la pérdida de vidas por enfermedades y accidentes laborales es de 1,2 millones, la mitad ocurre en la agricultura. Más numerosos que los casos de muerte son los de accidentes laborales y de enfermedades no mortales, de ruptura social y de degradación medioambiental, provocados por no respetar los principios de la OIT en este ámbito.
Con un gran sentido del compromiso nuestra Comisión se reunió hace dos semanas para realizar la segunda lectura de un proyecto de convenio y de recomendación en materia de seguridad y salud en la agricultura. Examinamos documentos que habían sido modificados casi tres docenas de veces desde la primera lectura, como resultado de las respuestas a los cuestionarios sobre los proyectos de instrumentos aprobados en la Conferencia del año pasado. Además, nuestra Comisión agregó un artículo nuevo al proyecto de convenio, que estipulaba que las horas de trabajo, el trabajo nocturno y los períodos de descanso de los trabajadores de la agricultura debían ser coherentes con las leyes y reglamentos nacionales de los convenios colectivos. Este es un hito porque no siempre se ha reconocido que los horarios de trabajo tienen un efecto importante en la salud y seguridad de los agricultores.
La posibilidad de ratificar el convenio que se estaba discutiendo era una preocupación constante de nuestra Comisión, y para mí es un gran gusto decir que la mayoría de las disposiciones del instrumento propuesto, incluidos los horarios de trabajo, ya son coherentes con la legislación de Malasia. Además de producir instrumentos que establezcan normas para todos los trabajadores en la agricultura, tan elevados como aquellos que se aplican en sectores que ya se benefician de los convenios y recomendaciones de la OIT, se discutió la posibilidad de proseguir con una resolución sobre seguridad y salud y sobre las repercusiones de los términos del comercio, en relación con los productos derivados de la agricultura. La Comisión consideró que no tenía la competencia o el mandato para votar una recomendación al respecto, pero muchos miembros de la Comisión estimaron que el tema merecía un lugar en el programa de trabajo de la OIT, en algún momento en el futuro.
Celebramos 19 sesiones, tres más que en la primera lectura del instrumento el año pasado, y examinamos 226 propuestas de enmienda mientras que el año pasado se examinaron 198. Debemos nuestra productividad al excelente informe de nuestro Grupo. Cuando tuve el honor de presentar el informe de la Comisión el año pasado, comenté el nivel de consenso alcanzado en las cuatro sesiones de votación durante nuestras deliberaciones.
¿Qué podemos decir este año? Hemos elaborado el proyecto de convenio y recomendación mediante una sola votación. Por ejemplo, la expresión «en la medida en que se sea razonablemente viable» introducida por los miembros de los empleadores y considerada favorablemente por muchos miembros gubernamentales podía ser un obstáculo para el éxito. Pero, con el espíritu de colaboración que caracterizó nuestros debates, se llegó a una solución de avenencia: la expresión «en la medida en que sea compatible con la legislación y reglamentos nacionales» se aceptó como equivalente.
Los miembros de los trabajadores presionaron en gran medida para que se reconociera la representatividad regional de los trabajadores en las empresas que fueran demasiado pequeñas para tener comités municipales propios, pero aceptaron que se manejara esta cuestión a nivel nacional por el momento. Esta capacidad de llegar a un consenso práctico sin comprometer los principios es algo que se debe en gran medida a la labor del Sr. Schlettwein, Presidente, al Sr. Makeka y al Sr. Trotman, Vicepresidentes del Grupo de los Empleadores y del Grupo de los Trabajadores, respectivamente.
También quisiera rendir homenaje a la contribución del Consejero Jurídico de la Conferencia y al Consejero Jurídico Adjunto, tanto en las sesiones de la Comisión como durante la reunión de diez horas de la comisión de redacción que introdujo con éxito las numerosas enmiendas y los cambios estilísticos adoptados durante las dos semanas de deliberaciones.
Por último agradezco profundamente al Dr. Takala, representante del Director General, y a su equipo de expertos, secretarios y personal administrativo que trabajaron arduamente para el éxito de nuestros trabajos. Tengo el placer de presentarles los resultados de estas actividades, nuestro informe y los instrumentos propuestos en las Actas Provisionales núm. 15, primera y segunda partes, para su consideración y como recomendación para su adopción.
Original inglés: Sr. MAKEKA (delegado de los empleadores, Lesotho; Vicepresidente empleador de la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura) — Como es la primera vez que me dirijo a esta asamblea, permítanme agregar las felicitaciones de mi delegación para la Presidenta y la Mesa de la Conferencia por su elección unánime para dirigir las deliberaciones de esta reunión de la Conferencia hacia una conclusión exitosa.
Hablo hoy para apoyar el informe de la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura, que acaba de ser presentado por el ponente. Se recordará que el Consejo de Administración decidió colocar este punto en el orden del día con miras a que la reunión de la Conferencia considerara si debían elaborarse instrumentos internacionales en la forma de un convenio o de una recomendación, o de ambos. La Conferencia asignó este tema a una Comisión, que trabajó durante dos años y terminó su labor con este informe y los dos instrumentos, los proyectos de convenio y de recomendación que ahora se ponen a consideración de la Asamblea.
El Grupo de los Empleadores en la Comisión aclaró desde el principio que se oponía a una conclusión que llevara a la adopción de un convenio o de una recomendación sobre el tema. Esto reflejaba la posición del Grupo en contra de la adopción de instrumentos específicos por sector. Pensamos que el tema en sí no está suficientemente maduro en cuanto a las prácticas que se siguen en los países, lo que dificulta establecer bases para elaborar instrumentos internacionales como un convenio o recomendación. Pero, en ningún momento restamos importancia a la seguridad y la salud de los trabajadores en la agricultura. Somos los primeros, después de todo, en proteger y defender las normas en materia de salud para los trabajadores, porque necesitamos trabajadores sanos para contribuir a la productividad de nuestras explotaciones agrícolas y a su rentabilidad. Hubiéramos preferido votar este asunto mediante un debate general o, como máximo, mediante un protocolo, repertorios de recomendaciones de prácticas o directrices.
Seguimos siendo reacios a la práctica de concluir instrumentos específicos por sector. Mucho nos complace, sin embargo, que el Consejo de Administración de la OIT esté abordando este tema de manera cabal. Nos preocupa la tendencia creciente de algunos de nuestros colaboradores que piensan que el mandato de la Conferencia Internacional del Trabajo es una compilación y elaboración de un instrumento tras otro, sin tener en cuenta lo que ocurra con estos instrumentos después. Esta actitud parece ser compartida por muchos gobiernos, que respaldan y votan a favor de cualquier instrumento que elabore la Conferencia, sabiendo perfectamente que no los van a ratificar ni los van a incorporar en sus legislaciones nacionales. Gracias al Grupo de los Empleadores del Consejo de Administración los múltiples instrumentos que está llenándose de polvo en nuestras estanterías están siendo revisados o se están dejando de lado cuando son obsoletos.
El mundo ha cambiado mucho, y esta Organización también. Lejos están los días en que los empleadores eran tratados como extranjeros, en algunos casos como el enemigo al que había que achacarle el máximo de obligaciones. En la actualidad, los empleadores deben considerarse como lo que son realmente: creadores de empleos y el vehículo más realista de desarrollo económico y social. No puedo negar que los empleadores, durante los años anteriores, quizás hayan contribuido a la hostilidad y al ánimo de confrontación que solía caracterizar las relaciones entre trabajadores y empleadores a nivel nacional y en esta institución. Hoy, si bien obtienen beneficios, los empleadores han aceptado y reconocido su responsabilidad social frente a sus trabajadores, al medio ambiente y a las comunidades a las que prestan sus servicios. La defensa de los principios y derechos fundamentales en el trabajo, así como el Pacto Mundial, para mencionar algunos ejemplos, son un testimonio vivo de esta determinación de los empleadores. Desafortunadamente, aún subsisten resquicios del antiguo legado entre nuestros colaboradores y esta institución, que sigue pensando que los instrumentos internacionales, en forma de convenios y recomendaciones, son la panacea para los problemas que no pueden resolverse satisfactoriamente a nivel nacional, y que estos instrumentos pueden y deben ser adoptados por mayoría de votos, en vez de ser adoptados por consenso, incluso si los empleadores se oponen a dichos instrumentos. El convenio y la recomendación recientemente adoptados en materia de protección de la maternidad son ejemplos patentes y, hasta la fecha, sólo han sido ratificados por dos países.
Es ante este telón de fondo que abordamos el tema y el cometido de la Comisión. Nos comprometimos a que, frente a la determinación de los trabajadores y los gobiernos de concluir un convenio y una recomendación sobre el tema de la seguridad y la salud en la agricultura — y esto se hizo mediante votación — aceptaríamos las conclusiones de un convenio y una recomendación siempre y cuando tuvieran en cuenta y reflejaran nuestros derechos e intereses como empleadores y fueran lo suficientemente flexibles para permitir una amplia ratificación. Sabíamos que, en definitiva, no podríamos obtener todo lo que queríamos. Por lo tanto, adoptamos esta postura con ánimo de transacción y no con ánimo prepotente. Nos alegramos muchísimo de que este ánimo haya prevalecido en todos los grupos y que, gracias a ello, hayamos podido elaborar el texto que obra en poder de ustedes, y que fue adoptado en gran medida por consenso.
Las deliberaciones del 2000 fueron difíciles, a tal punto que me sentí muy escéptico sobre las perspectivas de llegar a un acuerdo. A estas alturas quisiera señalar que en marzo de 2001 las consultas informales patrocinadas por el propio Director General marcaron un hito, porque permitieron fomentar la confianza entre nosotros. En consecuencia, quisiéramos manifestar nuestro agradecimiento a la Oficina y al Director General, por haber hecho posibles estas consultas informales.
Este año ha habido buena voluntad por parte de todos. Incluso, si perdimos en cuanto al tema de la medida de lo razonable desde el punto de vista de lo práctico, sobre todo en virtud del artículo 4 del convenio, en general nuestras preocupaciones e intereses fueron tenidos en cuenta. Mucho agradecemos el espíritu del Sr. Trotman, Vicepresidente del Grupo de los Trabajadores, y a todo su Grupo, porque no vacilaron en atender nuestras preocupaciones, incluso cuando nos había salido el tiro por la culata.
Hay muchas otras cosas que, a nuestro juicio, podrían haberse incluido o excluido de los instrumentos, por ejemplo, no queríamos ver ninguna referencia a los agricultores por cuenta propia, sea en el texto del convenio o en el de la recomendación. Pero, como se dice en esta Organización, la mayoría de nosotros podemos aceptar el texto actual del convenio y de la recomendación.
Por lo tanto no vacilo en recomendar la adopción del informe y de los dos instrumentos por esta Conferencia. Abrigamos la esperanza de que los dos instrumentos serán adoptados con el respaldo de los empleadores también. Esto no quiere decir que los delegados de los empleadores no tengan reservas sobre un par de elementos en el texto. Habrá delegados de los empleadores que, quizás, se abstengan sobre los instrumentos por un motivo u otro, muchos de los cuales ya he mencionado al iniciar mi intervención.
Quisiera concluir manifestando mi agradecimiento a nuestro Presidente, que desempeñó una excelente labor para promover el consenso en el Grupo, al Vicepresidente trabajador y a todo su Grupo, y a los múltiples miembros gubernamentales y sus representantes y portavoces, así como al Comité de Redacción y, por último, pero no menos importante, a la Oficina y a la Secretaría. Pero quisiera concluir agradeciendo al propio Grupo de los Empleadores, sin cuyo apoyo, orientación, cooperación y comprensión, no hubiéramos podido llegar al término al que hemos llegado en el día de hoy.
Original inglés: Sr. TROTMAN (delegado de los trabajadores, Barbados; Vicepresidente trabajador de la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura) — Al recomendar la adopción del informe y de los instrumentos, quisiera decirles que el Grupo de los Trabajadores me ha pedido que agradezca profundamente a las siguientes personas e instituciones, por la gran asistencia que nos brindaron en los preparativos, en la discusión y en las conclusiones a las que llegamos en el tema que nos ocupa actualmente sobre la seguridad y la salud en la agricultura.
Agradecemos muy especialmente a todo el personal de SafeWork y JUR por el trabajo tan abnegado que han llevado a cabo durante largas horas y largos meses para que los delegados tuviesen una base sólida en todo momento de nuestras deliberaciones.
Agradecemos al Grupo de los Empleadores por haber sido tan positivos y comprometidos y sobre todo por haber sabido superar sus dificultades iniciales y por haber mostrado un gran compromiso con el instrumento que tenemos ante nosotros.
Estamos tan satisfechos con este espíritu positivo que no creo que haya abstenciones o desacuerdos entre ellos.
Queremos agradecer a todos aquellos gobiernos que participaron en el debate, especialmente a aquellos cuyos representantes muy hábiles a menudo elevaron el debate cuando tropezaba con obstáculos de diferente índole.
Tenemos una deuda de agradecimiento con el representante del Gobierno de Namibia, el Sr. Schlettwein que, como Presidente de la Comisión, condujo nuestras deliberaciones con suma delicadeza, con humor, tino y un gran sentido de finalidad.
Los diferentes miembros del Grupo de los Trabajadores acudieron el año pasado y este año en busca de condiciones distintas en los diferentes artículos que finalmente fueron aceptados.
Pero mucho más allá de nuestros sueños y deseos estaba el sentido de que el juicio de la historia se pronunciaría sobre la base de nuestras acciones en la Comisión y, más adelante, como hoy, sobre nuestro informe y resultado final de la votación.
Ellos, al igual que los empleadores y los gobiernos, trataron de obtener un convenio flexible y ratificable.
Hay dos consideraciones muy importantes que han influido y consolidado nuestro sentido de compromiso. Una tiene que ver con la propia OIT y la otra tiene que ver con las protestas de la sociedad civil.
Comenzaré por la segunda: Ginebra, Seattle, Davos, Washington. Reuniones de organizaciones muy influyentes en el mundo y reuniones de jóvenes y menos jóvenes, de pobres y de menos pobres, constructivas y a veces no tan constructivas. Todos movidos por el mismo rechazo de las reglas actuales. Muchos de ellos son sus propios hijos y los nuestros y los de aquellos. Muchos de ellos son ricos y pueden asumir el costo abismal de transporte de una ciudad a otra. Todos ellos están motivados por un deseo de cambio, por la exigencia de ver cambios en este mundo y poder discutir reglas y métodos con ellos para lograr un nuevo orden mundial, en el que la transparencia sea la palabra clave y la inclusión social sea el principio rector.
Esta visión de los manifestantes y de las manifestaciones que han tenido lugar en todo el mundo debería ser instructiva de la misma forma que debemos tratar de tener una imagen claramente definida de nosotros mismos y ver cual es nuestra situación en el panorama mundial actual.
Estos manifestantes están muy impacientes con la manera en que funcionan las organizaciones internacionales y, lo queramos o no, debemos reconocer que en el caso de Seattle obligaron a la institución a reconsiderar su posición sobre cuestiones relativas a los valores humanos y la justicia social.
Afortunadamente, consideran a la OIT de manera mucho menos hostil a otras organizaciones internacionales. La imagen de la OIT ha mejorado sobremanera en los últimos años y las campañas en pro de la paz y de la libertad han logrado restaurar la fe de muchos países en desarrollo en la Organización.
Tenemos que reconocer que si no desplegamos esfuerzos significativos para atender esta solicitud de transparencia y de inclusión, entonces la atención que hoy se centra en otras organizaciones internacionales también se dirigirá a nosotros con igual hostilidad.
El informe que obra en poder nuestro refleja la buena voluntad.
El Grupo de los Trabajadores desea señalar que este instrumento representa un desafío para ver con el transcurso del tiempo si los miembros participantes en las actividades de la OIT pueden demostrar su fe y nuestro compromiso en pro de un mejor porvenir para todos.
En el tiempo que me queda, quisiera señalar a su atención la opinión de la Secretaría de que quizás esta sea la última norma sectorial.
El párrafo 9 del informe se refiere a las discusiones que se están llevando a cabo en el Consejo de Administración, pero quizás induzca a error el que no se corrobore que, en el análisis final, los temas que son objeto de actividades normativas reflejan la importancia que el propio Consejo de Administración concede a los temas a medida que se van presentando.
El Grupo de los Trabajadores espera que se preste apoyo y se aporten fondos para que haya un trabajo decente en la agricultura y para contar con informes para que esta gran cantidad de trabajadores en el sector agropecuario que había sido descuidado en el pasado tengan protección equivalente a la que disfrutan ya otros trabajadores.
El Grupo de los Trabajadores recomienda la adopción del informe, del convenio y de la recomendación.
Original inglés: Sr. SCHLETTWEIN (delegado gubernamental, Namibia; Presidente de la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura) — Quisiera empezar compartiendo con ustedes el gran honor que supuso para mi país, Namibia, y para mí, el participar estrechamente en la elaboración de un convenio y recomendación sobre la seguridad y la salud en la agricultura, y agradezco muchísimo esta oportunidad que se nos brindó.
El instrumento que obra en nuestro poder empezó a crearse hace cuatro años, por lo tanto, el lapso de tiempo durante el cual desarrollamos el instrumento no han sido las últimas dos semanas, sino los últimos cuatro años. Quiero dejar bien claro que nuestros esfuerzos durante las últimas dos semanas no eran más que la culminación de un gran esfuerzo, es decir, la parte más importante se había realizado anteriormente, y durante estas dos semanas sólo ultimamos los detalles.
Las palabra clave para este convenio y esta recomendación ha sido flexibilidad; los instrumentos tienen que ser flexibles, aplicables y dignos de ratificación y si juzgamos estas medidas cualitativas para evaluar estos instrumentos confío en que la repuesta sea positiva. Términos como «según proceda» «compatible con la legislación y la práctica nacionales» son indicativos de que ha habido voluntad por parte de todos los Grupos, de empleadores y trabajadores, para incorporar la flexibilidad al instrumento y conseguir que el instrumento sea ratificable.
Me permito decir que la adopción o, incluso la ratificación de este convenio, no es más que el inicio de un largo viaje. Abrigo la esperanza de que después de adoptar y de ratificar estos instrumentos, empezará el verdadero trabajo con respecto al convenio, es decir, la ejecución y aplicación de estos instrumentos.
Gozamos de una situación muy afortunada en el sector agropecuario, porque podemos trabajar realmente sobre el terreno, en el sentido literal de la palabra. El representante de los trabajadores intentó muy atinadamente, al igual que el representante de los empleadores, saber si es pertinente adoptar instrumentos sectoriales. Estoy convencido de que si realmente queremos trabajar sobre el terreno y llegar a las personas que corresponda, el futuro de los instrumentos sectoriales no es tan sombrío como algunos creen.
Por lo tanto, estoy totalmente de acuerdo con la sugerencia amistosa de que no tengamos que decidir si sí o si no, sino cuál es la mejor manera de combinar los convenios genéricos y los sectoriales.
Muy brevemente me he referido a la índole cualitativa del convenio y ahora quisiera abordar los logros cuantitativos de las últimas dos semanas.
Se me ha dicho que hemos escrito un capítulo de la historia esta vez. Quizás hemos producido el informe más voluminoso de la historia, tiene 829 párrafos. Se me ha dicho que si comparamos nuestro informe con el de la Protección de la maternidad, el anterior no es más que una nota en comparación con el nuestro.
Algunos incluso dicen que vamos a asustar a los demás con un informe tan voluminoso, pero como he participado personalmente, estoy seguro de que será una lectura muy interesante. Es un informe crucial que ayudará a todos aquellos que pongan en práctica el convenio a interpretar este instrumento tan importante.
Asimismo hemos hablado del ánimo con que trabajó la Comisión. Cuando empezamos, creo que se dijo que estábamos en el curso de un proceso sumamente difícil, pero mis dos Vicepresidentes y sus Grupos trabajaron con una gran voluntad, gracias a la cual pudimos convertir ese proceso tan arduo en un proceso mucho más conciliatorio y como lo dijo el delegado de los empleadores, logramos recabar consenso sobre todos los artículos salvo uno, para lo cual procedimos a votación.
Creo que sería injusto decir que el beneficio de este logro sólo corresponde a los Grupos. Creo que la Secretaría y la Oficina, gracias a una documentación muy bien preparada y gracias a las discusiones previas de este instrumento tan controvertido, realizaron una excelente labor que nos ayudó mucho, a mí y a mi Vicepresidente, a recabar este consenso. Así pues, agradezco mucho su participación.
Quisiera agradecer al Vicepresidente trabajador, Sr. Trotman, no sólo el buen inglés que habla, sino el contenido de su discurso, que nos ha permitido lograr un excelente convenio.
También quisiera agradecer al Sr. Makeka, quien a pesar de tener dificultades en comprender muchas de las disposiciones, como literalmente dijo al principio, nos ayudó considerablemente a presentar un convenio y una recomendación para la seguridad y la salud de la agricultura.
Para concluir, diré y haré un llamamiento para que ustedes respalden estos instrumentos tan útiles cuando voten mañana. Nosotros los respaldamos de todas maneras.
Original inglés: La PRESIDENTA — Vamos a iniciar ahora el debate general sobre el informe de la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura.
Original inglés: Sr. TANDON (Ministro de Trabajo del Gobierno de Punjab, India) — Agradezco a la Sra. Presidenta esta primera oportunidad para dejar constancia del respaldo de mi país, la India, a la adopción de un convenio sobre la seguridad y salud en la agricultura.
Como dijimos ya en la última reunión de la Conferencia, la cuestión de la salud y seguridad en la agricultura es de suma importancia para nosotros en la India y, puesto que comprendemos su importancia, hemos respaldado las iniciativas discutidas en dicha reunión sobre la materia. En esta reunión, y continuando con nuestro respaldo, felicitamos a todos los participantes, en particular a los representantes de los trabajadores, de los empleadores y de los diferentes gobiernos por haber respaldado el proyecto de convenio.
Como ustedes saben, India tiene una economía predominantemente agrícola, en la que la mayoría de las actividades económicas tienen que ver con el sector agropecuario. Tradicionalmente, las granjas agrícolas en el país han sido pequeñas. De un total de 110 millones de agricultores, más del 50 por ciento son pequeños o marginales, los trabajadores agropecuarios que no poseen tierras, más de 75 millones en el país.
Represento a la región del Punjab, uno de los estados de la Unión India en donde la revolución verde tuvo un gran impacto. La producción de cereales aumentó espectacularmente, y gran parte del producto se exporta a los demás estados. No obstante, tenemos problemas, ya que los desequilibrios regionales favorecen la migración de los trabajadores de una región a otra.
La revolución verde ha aumentado la productividad, es verdad, pero también ha acarreado la utilización creciente de plaguicidas y de maquinaria agropecuaria y otros medios para aumentar la producción. Asimismo, ha repercutido sobre la salud y seguridad de los trabajadores del sector. Sin embargo, no tenemos una política nacional en materia de seguridad y salud en el trabajo, en la agricultura, debido a lo cual todos los temas relativos a la agricultura tienen que abordarse a nivel general.
Por ello nos complace este proyecto de convenio sobre la salud y seguridad en la agricultura. La India tiene una estructura federal, y un gran número de cuestiones, entre ellas las agrícolas, son de incumbencia de los gobiernos estatales. Cualquier norma u orientación central tiene que pasar el procedimiento de consulta de todos los interesados antes de ponerse en práctica de forma efectiva.
Respaldamos las disposiciones de ese convenio, aunque hemos hecho algunas propuestas de enmiendas menores en los artículos del borrador en el momento de su discusión.
Como ya he dicho anteriormente, el propósito del Gobierno de la India es elaborar una política nacional sobre la salud y seguridad en la agricultura, tomando en cuenta los intereses y opiniones de todos los sectores interesados.
Confío en que el mecanismo del diálogo social entre los interlocutores sociales, tal como lo propugna la OIT, será muy útil para nosotros. El estado de Punjab, al cual pertenezco, es un ejemplo vivo del mecanismo del diálogo social en la vida real. La OIT organizó en Punjab en diciembre de 2000 un seminario sobre la promoción del diálogo social en la India, con la activa colaboración del Gobierno de Punjab. Motivado por las deliberaciones de este seminario, el estado de Punjab inició dos proyectos singulares dirigidos al bienestar laboral, uno para resolver controversias entre los trabajadores y los empleadores mediante un proceso de reconciliación mutua, y otro que prevé un control médico de los trabajadores que trabajan en industrias peligrosas.
Según un procedimiento tradicional, estas diferencias se plantean primeramente ante una instancia tradicional, donde se intenta llegar a un acuerdo.
Aproximadamente el 50 por ciento de las controversias se resuelve de esta forma. Los demás casos se remiten a los tribunales de trabajo, que tardan mucho tiempo en tomar una decisión. Se intenta ahora resolver estos casos con el diálogo social entre los interlocutores sociales mediante el mecanismo de los tribunales populares o lok adalats, como lo ha reconocido la Ley de los servicios jurídicos de 1987. Me complace decir que ha habido una respuesta entusiasta de todos los interlocutores sociales, incluyendo los representantes de los trabajadores, empleadores, funcionarios del Gobierno, jueces e incluso abogados. Este sistema nos permitió resolver 11.500 casos de un total de 18.000 pendientes en tan sólo seis meses. Los resultados son muy alentadores, ya que se trata de poner fin al litigio entre las partes, sin apelación alguna ulterior.
Asimismo, se han organizado 143 campos de atención médica, en los que han sido examinados 45.000 trabajadores para atender sus necesidades en materia de salud y seguridad. Muy pronto vamos a extender este proyecto a las empresas no peligrosas.
Quisiera hacer hincapié en que el mecanismo del diálogo social ha arraigado en nuestro estado y se está aplicando exitosamente en la vida real. Es muy alentador señalar que no sólo los estados vecinos sino los países vecinos están recabando de nosotros información y asistencia activa para adoptar y poner en práctica esta iniciativa en sus zonas respectivas. Hemos recibido ya varias solicitudes de información de diversas zonas.
Quisiera decirles que no escatimaremos ningún esfuerzo para seguir adelante con este proceso del diálogo social, para instaurar un sistema que sea útil y eficaz y que nos permita poner en práctica una política coherente en materia de salud y seguridad en la agricultura.
Quisiera reiterar mi agradecimiento y mis felicitaciones a la OIT y a su mecanismo tripartito por haber elaborado este convenio. En nombre de mi país les aseguro que las diversas decisiones que forman parte de este convenio se incorporarán a nuestra política nacional.
Original inglés: Sr. POTTER (delegado de los empleadores, Estados Unidos) — Apoyamos la descripción del Sr. Makeka de los antecedentes que llevaron a la discusión sobre la seguridad y la salud en la agricultura y destacamos sobre todo los comentarios presentados por él en relación con la licencia de maternidad.
También apreciamos el liderazgo muy destacado del Sr. Makeka, del Grupo de los Empleadores, sobre este tema.
Estos dos últimos años la comunidad empresarial de LOS Estados Unidos ha sido representada en el ámbito de la seguridad y salud en la agricultura por la Sra. Jodie Stearns, que administra una empresa familiar junto con su marido en Toledo, Ohio. Emplean a 125 trabajadores para la cosecha de pepinos y pimientos cultivados en su explotación. También es abogado de la junta directiva del consejo nacional de empleadores agricultores (National Council of Agricultural Employer), que representa a miles de empleadores agrícolas en los Estados Unidos.
La Sra. Stearns y la comunidad empresarial de los Estados Unidos esperan poder participar en la elaboración de un convenio y recomendación que beneficiarían tanto a los trabajadores como a los granjeros.
Aunque el convenio es una gran mejora con relación al texto del año pasado, no debe ser adoptado por la Conferencia por una serie de razones prácticas. Todos saben que los Estados Unidos son un país desarrollado afortunado, pero las estructuras de los costos y la economía de las explotaciones familiares agrícolas hacen que la plena aplicación de este convenio llevaría a la mayoría de estas familias a la quiebra, debido a los costos adicionales incurridos. Estas granjas no podrían ser lucrativas ni competitivas. Esto es cierto en un momento en que los granjeros estadounidenses luchan para sobrevivir.
En realidad, las granjas en los Estados Unidos son empresas de pareja que no tienen infraestructura para aplicar las disposiciones del convenio.
El convenio y la recomendación consideran las granjas como grandes empresas dotadas de una infraestructura sustancial en materia de recursos humanos. A nuestro juicio, todo país que ratifique este convenio y lo aplique plenamente creará una desventaja competitiva para su sector agrícola en el mercado mundial.
Es más, el convenio va mucho más allá del alcance de la seguridad y la salud de los trabajadores agrícolas. En este sentido, duplica y a menudo sobrepasa las disposiciones de otros convenios de la OIT, como el Convenio sobre seguridad y salud de los trabajadores, 1981 (núm. 155), el Convenio sobre la edad mínima, 1973 (núm. 138), el Convenio sobre los productos químicos, 1990 (núm. 170), el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 (núm. 182), y el Convenio sobre los métodos para la fijación de salarios mínimos (agricultura), 1951 (núm. 99). Por ejemplo, en el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 (núm. 182) se limita el trabajo agrícola a los jóvenes menores de 18 años. Pero si bien en este Convenio no hay ninguna flexibilidad, sí la hay en lo que se refiere a la elección del método de aplicación.
El convenio es poco práctico a diferentes niveles. Supone que las granjas disponen de una mano de obra estable, con representantes que pueden identificarse y ser elegidos. La mano de obra es estacional y su composición varía de año en año. El convenio supone que los granjeros tienen una infraestructura suficiente para llevar a cabo programas de formación y de evaluación de riesgos.
Tal vez sea más importante aún que el convenio no reconoce que la agricultura depende de la meteorología. El concepto de organización del horario de trabajo es perjudicial a la producción agrícola porque las horas de trabajo están dictadas por condiciones meteorológicas que no pueden controlarse. Estos problemas, como la inclusión de temas como la economía, el trato especial de las mujeres y los seguros obligatorios, pueden menoscabar la economía precaria de la agricultura. Por estas razones los empleadores de los Estados Unidos se van a abstener en el momento de la votación, tanto del convenio como de la recomendación.
Original inglés: Sr. REKOLA (consejero técnico de los empleadores, Finlandia) — La salud y la seguridad en el trabajo es algo muy importante, y como empleador diría que incluso constituyen un aspecto natural de la vida de trabajo.
Todo empleador sensato se ocupa de la salud y de la seguridad de sus trabajadores porque al hacerlo garantiza la productividad económica de su empresa. Los accidentes en el lugar de trabajo y el absentismo laboral, con lo que esto significa en materia de horas de trabajo perdidas debido a un entorno de trabajo inadecuado, entrañan costos para el empleador, además de perturbaciones del proceso de producción.
Por ello desde la perspectiva de los empleadores, las actividades en materia de salud y de seguridad y la productividad a nivel de la empresa van estrechamente unidas. Al menos a largo plazo, los esfuerzos y los costos que se dedican a la promoción de la seguridad y la salud del personal pueden ser considerados como una contribución a una mayor productividad, incluso en las empresas agrícolas.
Los empleadores y los trabajadores pueden paso a paso mejorar conjuntamente en sus empresas todo lo relativo a la seguridad y a la salud sin que esto acarree costos excesivos para la economía de la empresa.
El convenio y la recomendación relativos a la seguridad y la salud en la agricultura han requerido que se haga gala de buena voluntad y que todos los protagonistas del tripartismo realicen un trabajo intenso.
Gracias a la buena cooperación y al deseo de lograr un objetivo compartido entre trabajadores, empleadores, gobiernos y la Oficina de la OIT durante esta Conferencia, la Comisión ha podido elaborar estos nuevos instrumentos para la seguridad y la salud en la agricultura.
Una vez más, bajo la perspectiva del empleador, tanto el convenio como la recomendación representan un nuevo marco mundial que da cabida a medidas nacionales en los Estados Miembros de la OIT.
Desde un principio, la flexibilidad era el objetivo de los empleadores, habida cuenta de las fuertes diferencias entre las condiciones, legislaciones y prácticas relacionadas con la agricultura en las diferentes partes del mundo.
La finalidad consistía en lograr el mejor acuerdo posible que pudiera ser ratificado por el mayor número posible de Estados Miembros. Todos reconocemos que el objetivo final de este proceso es poder aplicar estos instrumentos de manera generalizada mediante enfoques nacionales distintos que permitan promover la seguridad y la salud en el trabajo y en la agricultura.
Como delegado de los empleadores de Finlandia, quisiera expresar mis más expresivos agradecimientos al Sr. Schlettwein, Presidente de la Comisión, al Sr. Makeka, Presidente del Grupo de los Empleadores y al Sr. Trotman, Presidente del Grupo de los Trabajadores, así como a todos los colegas del Grupo Gubernamental y de los Grupos de los Trabajadores y de los Empleadores. Ha sido muy interesante poder trabajar con este espíritu tan amplio e inspirador.
Original inglés: Sra. NASIREMBE (consejera técnica de los empleadores, Kenya) — Es un honor para mí hacer uso de la palabra ante esa asamblea. Durante estas dos últimas semanas hemos analizado cada palabra y cada frase del proyecto de instrumento que tenemos ante nosotros. Siento una profunda admiración por todos los presentes, o ahora ausentes, que han participado incansablemente en la labor que nos ha permitido llegar a este proyecto de texto final.
En la reunión tripartita del lunes, examinamos 811 párrafos de los informes y, con algunas observaciones, convinimos en que reflejaban fielmente nuestras discusiones, debates y acuerdos.
Ahora estamos aquí para apoyar los progresos que se van a realizar en lo que respecta al convenio y a la recomendación sobre la seguridad y la salud en la agricultura.
El lunes también destacamos el excelente trabajo del Presidente y de sus dos Vicepresidentes, el Sr. Trotman y el Sr. Makeka, quienes nos ayudaron a armonizar nuestras ideas, y a llegar a un compromiso sobre todos los artículos del convenio y los párrafos de la recomendación. En general todos convinimos en que podíamos aceptar lo que estaba plasmado en esos dos instrumentos.
Desde la perspectiva de los empleadores de Kenya, insto a los delegados a que voten a favor de esos instrumentos. Tenemos el deber moral y la responsabilidad de hacerlo, porque expresar un voto en otro sentido, aunque sea democrático, no menoscabaría nuestra decisión y deseo de poder contribuir en forma tangible al bienestar de la comunidad mundial, pero sí socavaría los esfuerzos de la OIT, que intenta lograr la justicia para todos en el lugar de trabajo.
Original inglés: Sra. MAYMAN (consejera técnica y delegada suplente de los trabajadores, Australia) — En nombre del Grupo de los Trabajadores quisiera tratar dos aspectos concretos del convenio sobre seguridad y salud en la agricultura y la recomendación que la acompaña. Estos dos aspectos son de especial importancia para los trabajadores y se refieren a la cuestión de la capacidad para elegir un representante de los trabajadores en materia de seguridad y salud y a la necesidad especial de las trabajadoras, ya mencionada está mañana, aunque no en forma positiva.
Habida cuenta del elevado e inaceptable nivel de enfermedades, accidentes y fallecimientos que se producen en el sector agrícola. Es particularmente importante que los interlocutores sociales y los gobiernos traten en forma mancomunada las estrategias preventivas que deben aplicarse para velar por que la seguridad y la salud sea algo normal en el sector agrícola.
Entre los factores que debemos considerar, como interlocutores sociales y como delegados gubernamentales, figuran el trabajo estacional, que a menudo requiere largas jornadas e implica altos riesgos el aislamiento geográfico de muchas zonas agrícolas, el bajo nivel de inspección y de aplicación de las disposiciones vigentes por parte de muchas autoridades competentes y las pequeñas explotaciones que tienen menos de cinco empleados, donde existe trabajo estacional, caracterizado por ser ocasional, a tiempo parcial e itinerante.
El convenio presentado a la Conferencia abarca los tres derechos fundamentales de los trabajadores en materia de salud y seguridad. Se trata de derechos que todos conocemos: el derecho de saber, de participar en la elección de los representantes, de la salud y la seguridad y de poder interrumpir el trabajo ante un peligro serio o inminente.
A ese respecto, la participación de los trabajadores en el sector agrícola debe ocupar un lugar esencial si queremos aplicar estrategias de prevención. Los retos son para las organizaciones de trabajadores de los Estados Miembros que deben lograr la aplicación de un enfoque completo de la cuestión de la participación de los trabajadores y mi colega, Barry Leathwood, del Reino Unido, promoverá alguna de las opciones que ya se están poniendo en práctica en ciertos Estados Miembros, en distintas partes del mundo.
El Grupo de los Trabajadores celebra más especialmente lo que se ha logrado para las trabajadoras y también el hecho de que ello se debió al Vicepresidente trabajador y al Vicepresidente empleador y, claro está, al Presidente de la Comisión. Felicitaciones en nombre de todas las mujeres por lo que han logrado. Estos logros se van a articular en torno a un importante artículo sobre el embarazo, la lactancia y la higiene de la procreación.
Esto nos lleva a tratar las cuestiones que tienen un impacto directo en la mujer, en particular, la necesidad de higiene y cuidado del feto y del niño por medio de la lactancia materna, y el potencial de las mujeres de poder dar a luz sin correr el riesgo que puede implicar la presencia de contaminantes en el lugar de trabajo.
Todos los delegados han comprendido que, habida cuenta del tipo de trabajo, las mujeres a veces no regresan por la noche a sus hogares porque las jornadas de trabajo son muy largas, o se alojan en la misma explotación y pueden verse expuestas las 24 horas del día a elementos tóxicos, como los plaguicidas.
Las mujeres son particularmente vulnerables, y el artículo, el convenio, y parte de la recomendación lo han tenido en cuenta.
Los gobiernos, organizaciones de empleadores y las organizaciones de trabajadores se conocen, al considerar la situación de las trabajadoras, que la agricultura es la fuente principal de trabajo para las mujeres en la mayoría de los países en desarrollo y que de manera general la participación de estas en este sector, incluso en los países desarrollados, va en aumento. A este respecto, garantizar la salud y la seguridad de las mujeres y conocer sus necesidades particulares es fundamental. Por eso, les insto a que den apoyo a este convenio y a esta recomendación.
Original inglés: Sr. KANGAH (consejero técnico de los trabajadores, Ghana) — En nombre del Grupo de los Trabajadores de la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura, en nombre propio y en nombre de mi sindicato nacional — Congreso del Sindicato de los Trabajadores de la Agricultura de Sindicatos de Ghana (TUC) — me complace tener la oportunidad de dirigirme a esta plenaria de la 89.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo.
En estas últimas tres semanas, hemos concluido un proceso que había empezado en 1998, si bien hacía muchos años ya que los sindicatos insistían ante la OIT en las reuniones sociales tripartitas y en otros foros para que se tratara la cuestión de la seguridad y la salud en la agricultura.
El Grupo de los Trabajadores celebra este nuevo convenio y su recomendación que obra en poder de ustedes e insta a que reciban un apoyo unánime en la votación de mañana. Consideramos que estos instrumentos, cuando sean ratificados y aplicados, contribuirán a mejorar considerablemente la vida de los trabajadores agrícolas.
También puedo asegurarles que no permaneceremos ociosos entre tanto y que los sindicatos utilizarán la adopción de estos nuevos instrumentos para lanzar campañas en pro de una mejor salud y mejor seguridad para los trabajadores del sector agrícola. Es una situación que no puede esperar la ratificación; requiere una intervención urgente e inmediata para poner coto a la tasa pavorosa de defunciones y accidentes.
Esta situación es tan grave que la mitad de los accidentes fatales en el lugar del trabajo ocurren en el sector agrícola. Por ello, queremos pedir a la OIT que actualice el antiguo código de recomendaciones prácticas sobre agricultura que fue redactado a fines de los años setenta. Sería muy útil y contribuiría al éxito del convenio y la recomendación, así como a su aplicación en el lugar del trabajo.
Para concluir, también quisiera valerme de esta ocasión para celebrar el trabajo que ha iniciado hace poco el Director General de la OIT para elaborar un código de recomendaciones prácticas sobre el VIH/SIDA en el lugar del trabajo. El SIDA representa una amenaza para las aldeas rurales. La disminución de la mano de obra causada por la enfermedad pone en peligro los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de la población. Es importante utilizar el lugar del trabajo para comunicar informaciones sobre las medidas de prevención y para organizar la lucha contra esta enfermedad.
En nombre de los trabajadores agrícolas del mundo entero, quisiera agradecer al Director General de la OIT el interés que ha manifestado por estos dos instrumentos que serán adoptados mañana en esta misma sala, por esta Conferencia. El convenio y la recomendación, garantizan una cobertura muy amplia. Quisiera asegurarles a todos los delegados aquí presentes que la adopción de este convenio y esta recomendación va a mejorar la producción de los alimentos, la cual es objeto de una campaña de la FAO desde hace mucho tiempo.
Original inglés: Sr. LEATHWOOD (consejero técnico de los trabajadores, Reino Unido) — Al igual que todos los que han participado en este proceso, estoy encantado y, a la vez, quedé frustrado por lo engorroso de este proceso. Esto no empezó no durante esta Conferencia sino cuando el Consejo de Administración tomó la decisión, en 1998, de incluir la cuestión de la seguridad y la salud en la agricultura en su programa de forma prioritaria, cosa que alabo.
Como todos saben, la mitad de la población del globo terráqueo se dedica a la agricultura y más de la mitad de estos trabajadores son mujeres. Es una industria que está llena de gente vulnerable: hombres, mujeres y niños y este convenio y su recomendación, de ratificarse y aplicarse en todos los países, sin duda alguna van a permitir mejorar la vida de muchísima gente y, de hecho, va a permitir que se salven vidas. Hay gente que de otro modo podría morir será salvada por los instrumentos elaborados por esta Conferencia, por este grupo de trabajo, por los empleadores, trabajadores y gobiernos.
El convenio cubre diferentes aspectos de la seguridad y la salud en la agricultura. Me complacen muy especialmente las disposiciones especiales para las mujeres. Pero quisiera señalar a su atención otros dos aspectos del convenio. El artículo ocho estipula la creación de comités de seguridad y salud y la elección de representantes. Es un buen artículo, ya que va a permitir a los trabajadores participar en la organización de su propia seguridad, que es algo crucial. No basta con decir a la gente lo que tiene que hacer, lo importante es que se le permita participar y organizarse en cuanto a su seguridad. Es un mecanismo que ha permitido grandes mejoras para la seguridad y la salud de los trabajadores incluidos en el sistema. No obstante, si bien el texto no impone límites al tamaño de las empresas agrícolas existentes, tampoco prevé un mecanismo que garantice que los trabajadores en pequeñas empresas puedan beneficiarse de lo que se estipula en estas disposiciones. Hay numerosas experiencias en diferentes partes del mundo sobre el trabajo que realizan los diferentes representantes en materia de seguridad y salud en la agricultura, en particular en Suecia, donde durante varios años se ha contado con un sistema regional de representantes agresivos, activos y dinámicos, cuya experiencia puede servir a todos.
En el Reino Unido se han hecho estudios y se han hecho proyectos que se han llevado a la práctica y desde hace ya varios años. Como creemos que este tema es tan importante, instamos a que en la revisión de la seguridad y salud en la agricultura en el año 2003, se aborde la cuestión de las pequeñas empresas para que un mayor número de personas se beneficien de unas disposiciones mejoradas.
El artículo 16, sobre los trabajadores jóvenes, ha sido abordado por este convenio. Los jóvenes constituyen el futuro el trabajo infantil es un problema importante. Este convenio va a prohibir que los niños de menos de 16 años trabajen en la agricultura.
Quizás esto constituya un problema en muchas partes del mundo, pero hay que celebrarlo ya que nosotros tenemos apego a esta generación futura. De hecho, aquellos entre 16 y 18 años no van a poder trabajar en ocupaciones peligrosas, a menos que estén muy bien capacitados. Esto es una cuestión que se aplica a mi propio país, el Reino Unido, que está trabajando para mejorar la situación y poder ratificar rápidamente este convenio.
Por último, la labor de los gobiernos, empleadores y trabajadores tendrá muy poco valor si no hay muchos países que ratifiquen y apliquen este convenio. Por lo tanto, insto a la OIT y claro está, a los Estados Miembros, a que brinden los recursos necesarios para hacer campaña por la ratificación de este convenio en todo el mundo y, en general, para lograr el trabajo decente en la agricultura. Les encomiendo el convenio.
Original inglés: Sr. AGARWAL (consejero técnico de los empleadores, India) — Represento a un país de más de 100 millones de personas, con una historia de más de 5.000 años. Acudo a ustedes con humildad y mi humilde opinión está respaldada por una experiencia que data de largo tiempo. Me llena de orgullo decir que somos la civilización más antigua. La historia de la humanidad ha pasado por buenos y malos momentos, y no debemos intoxicarnos con la civilización contemporánea, como ha sucedido en muchas ocasiones.
La OIT es uno de los elementos más importantes del sistema de las Naciones Unidas. Se dedica al tripartismo, pero debemos preguntarnos para qué sirve este tripartismo. ¿Se está produciendo el resultado deseado o se trata tan sólo de un mero debate? ¿Son capaces nuestros empleadores de abordar la totalidad de los problemas de todos los países?
Los debates del año pasado no fueron más que palabrería vana, aunque quizá les esté pareciendo demasiado severo. He estado trabajando en la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura. Hemos podido redactar un proyecto de convenio pero, créanme, no todos los artículos del convenio son de mi agrado.
Estamos muy interesados en la seguridad y la salud de los trabajadores del sector agropecuario, pero recuerden que las condiciones varían de un país a otro. Se trata de un aspecto que debe tenerse en cuenta. Hay explotaciones agrícolas pequeñas, explotaciones agrícolas grandes. Son grandes de acuerdo con nuestros cánones, pero pequeñas según las normas de los países desarrollados. Muchas de las recomendaciones no tienen relación con nuestras explotaciones.
Evidentemente, hay muchos problemas que son comunes a todos los países. Tengo la impresión de que, en muchas ocasiones, hemos repetido el trabajo de convenios anteriores. Por ejemplo, una vez más se repite el tema de la manipulación, almacenamiento y utilización de sustancias químicas. Análogamente, las preocupaciones por las mujeres trabajadoras ya se han tenido en cuenta en convenios precedentes, y vuelven a repetirse ahora. ¿A qué se debe esto?
Nuestros amigos trabajadores a veces no están de acuerdo en suprimir ni tan siquiera una sola palabra. Todos sabemos cómo tuvieron lugar las deliberaciones respecto de un término insignificante. Estoy de acuerdo. Las distintas lenguas y percepciones dificultan aún más las tareas. Tenemos la sensación de que las disposiciones relativas a los trabajadores, al transporte, al carácter específico de los tipos de vivienda, y la producción agrícola tienen connotaciones diferentes en los países del Sur y del Este. Del mismo modo, hay diferencias en la cuestión de la edad de los trabajadores del sector agropecuario.
Pensamos que la OIT está dominada por unos pocos países, que tienen un papel preponderante directa o indirectamente. Si esto continúa, todos los convenios que hemos aprobado quedarán en papel mojado y nunca se harán efectivos. Les pido que sopesen este aspecto de nuestra labor. Todos trabajamos para conseguir convenios que se puedan llevar a la práctica.
Para nosotros el mundo es una única familia y la unidad más pequeña de nuestra sociedad no es el individuo, sino la familia. Para concluir, quisiera decir que hemos progresado y estoy satisfecho de que en muchas ocasiones hayamos podido introducir una cláusula adicional en lo que respecta a la legislación nacional.
Sr. DELGADO (delegado gubernamental, Uruguay) — Vamos a hacer uso de la palabra en nombre de los países del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y de Chile. El informe que se somete a consideración revela el intenso y productivo trabajo de los integrantes de la Comisión y de la Oficina y destacamos especialmente la eficacia de su Presidente y de sus dos Vicepresidentes. Han realizado una labor ardua y encomiable que culmina con un convenio y con una recomendación que los gobiernos del MERCOSUR y Chile votarán positivamente, ya que consideramos instrumentos aptos para promover el mejoramiento de la seguridad y salud en la agricultura.
Sin embargo, queremos señalar que anteriores instrumentos sobre seguridad y salud en el trabajo, aprobados por esta Organización, no han tenido el índice adecuado de ratificaciones por parte de los países. En los párrafos 787 a 810 del informe se da cuenta del debate producido en relación con la resolución que el Gobierno argentino, con apoyo de los países del MERCOSUR y Chile, más Honduras, Panamá y República Dominicana, presentó ante la Secretaría de la Conferencia, en plena coincidencia con la Constitución de la OIT, la Declaración de Filadelfia y el Reglamento de la Conferencia. En los fundamentos de esta Resolución se vinculan las condiciones de trabajo y las asimetrías del comercio internacional, requiriendo de los Estados Miembros que eliminen los subsidios y reduzcan las tarifas, reconociendo un trato especial a los países en desarrollo, importadores de productos agrícolas, y encomendando a la Organización una serie de medidas conducentes.
La OCDE ha confirmado que los subsidios a las exportaciones agrícolas en las naciones industrializadas, calculados en más de 360 mil millones de dólares en 1999, han vuelto a los altos niveles existentes antes de la finalización de la Ronda Uruguay. A modo de ejemplo, esta cifra equivale a la suma de todas las exportaciones de todos los países de América Latina y el Caribe juntos.
Aún hoy, la agricultura es el sector más subsidiado de la economía mundial. El uso de los subsidios a la exportación de un pequeño número de países reduce los ingresos de los productores agrícolas de otras naciones exportadoras y menoscaba la producción local de los países importadores de alimentos. Asimismo, se observan considerables diferencias entre las condiciones de acceso a los mercados agrícolas y las aplicadas a otros productos.
Los derechos de importación promedio de los productos agrícolas superan en más de ocho veces las tarifas aplicadas a los productos industriales y no son infrecuentes tasas de más del 300 por ciento. Estas prácticas comerciales son un obstáculo a la mejora de las condiciones de salud y seguridad de los trabajadores en la agricultura.
En nombre de los gobiernos mencionados, solicitamos de esta Conferencia, del Consejo de Administración y de su Director General que tomen en cuenta esta relevante cuestión que entra claramente dentro del mandato de nuestra Organización, por lo que no sólo es nuestro derecho, sino nuestro deber, analizarla, debatirla y contribuir a resolverla.
Original inglés: La PRESIDENTA — Vamos a proceder ahora a la adopción del informe propiamente dicho, es decir, el resumen de las deliberaciones en la Comisión que figura en los párrafos 1 a 516, en la primera parte, y en los párrafos 517 a 829 en la segunda parte, pero antes voy a dar la palabra a la Secretaria de la Mesa de la Conferencia para que anuncie una corrección al texto.
Original inglés: La SECRETARIA DE LA MESA DE LA CONFERENCIA — Hay que introducir una corrección en el párrafo 51 de la primera parte del informe. La última oración de este párrafo debería rezar como sigue: «El miembro gubernamental de Zimbabwe, hablando en nombre de los miembros gubernamentales africanos de la Comisión (Angola, Argelia, Botswana, Congo, Côte d’Ivoire, Guinea, Kenya, Lesotho, Jamahiriya Arabe Libia, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, Nigeria, Senegal, Sudáfrica, República Unida de Tanzanía y Zambia), manifestó que estaba de acuerdo con las intenciones de los trabajadores y que apoyaba su enfoque amplio sobre esta cuestión».
Original inglés: La PRESIDENTA — Si no hay ninguna objeción, ¿puedo considerar que se adopta el informe?
(Se adopta el informe.)
Proyecto de convenio sobre la seguridad y la salud en la agricultura: Adopción
Original inglés: La PRESIDENTA — Procederemos ahora a la adopción del proyecto de convenio sobre la seguridad y la salud en la agricultura. De no haber objeciones, ¿puedo considerar que se adopta el proyecto de convenio en su conjunto?
(Se adopta el proyecto de convenio en su conjunto.)
De conformidad con el párrafo 7 del artículo 40 del Reglamento de la Conferencia, las disposiciones del convenio sobre la seguridad y la salud en la agricultura se someterán al Comité de Redacción de la Conferencia para la preparación del texto definitivo.
Proyecto de recomendación sobre la seguridad y la salud en la agricultura: Adopción
Original inglés: La PRESIDENTA — Procederemos ahora a la adopción del proyecto de recomendación sobre la seguridad y la salud en la agricultura. De no haber objeciones, ¿puedo considerar que se adopta el proyecto de recomendación en su conjunto?
(Se adopta el proyecto de recomendación en su conjunto.)
De conformidad con el párrafo 7 del artículo 40 del Reglamento de la Conferencia, las disposiciones de la recomendación sobre la seguridad y la salud en la agricultura se someterán al Comité de Redacción de la Conferencia para la preparación del texto definitivo.
Hemos terminado así el examen del informe de la Comisión de la Seguridad y Salud en la Agricultura y de los proyectos de convenio y de recomendación que nos presentó dicha Comisión. Agradezco a los miembros de la Mesa, y de la Comisión, así como también a la Secretaría la excelente labor que realizaron.
En la sesión plenaria de mañana por la mañana se va a llevar a cabo una votación nominal final sobre el convenio y la recomendación sobre la seguridad y la salud en la agricultura.
Puesto al día por HK. Aprobada por RH. Ultima actualización: 21 de junio de 2001.