GB.273/WP/SDL/1(Add.1) |
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Grupo de Trabajo sobre las Dimensiones Sociales de la Liberalización del Comercio Internacional |
WP/SDL |
PRIMER PUNTO DEL ORDEN DEL DIA |
Examen general de los acontecimientos globales y de las actividades
de la Oficina en relación con los códigos de conducta, el etiquetado
social y otras iniciativas del sector privado que revisten importancia
para las cuestiones laborales
Resumen
1. A petición del Grupo de Trabajo sobre las Dimensiones Sociales de la Liberalización del Comercio Internacional, la Oficina ha preparado un examen general de los acontecimientos globales y de las actividades de la Oficina en relación con los códigos de conducta, los programas de etiquetado social, las iniciativas de los accionistas y otras iniciativas del sector privado. Las iniciativas en cuestión se distinguen por su carácter no gubernamental (privado) y porque están centradas en las prácticas laborales en el contexto de la demanda pública de responsabilidad social en los asociados a la empresa en unos arreglos contractuales o de equidad mundializados. Entre los líderes de tales iniciativas están las empresas individuales, las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones de empleadores y de trabajadores y varias asociaciones empresariales. Además, las iniciativas voluntarias de las empresas junto con los gobiernos y las organizaciones intergubernamentales pueden suponer unos programas de actividades y unas orientaciones para las políticas sociales de las empresas o para sus normas técnicas. Los resultados de la proliferación de las iniciativas del sector privado son especialmente importantes para las empresas de los países en desarrollo, especialmente las de pequeña y mediana escala, que han de buscar unas vías eficaces en función del costo para llevar a cabo los cambios técnicos y administrativos que se necesitan para tener acceso a los mercados extranjeros o para vender a los grandes compradores internacionales que imponen determinadas exigencias sociales. La preparación de este examen general supuso el examen de más de 200 códigos de actividades y códigos modelo, de una docena de programas de etiquetado social y de una amplia bibliografía secundaria.
2. Las preocupaciones sociales que están en la raíz del fenómeno que estamos examinando constituyen un acontecimiento satisfactorio, por más que cierto número de limitaciones parecen ser inherentes a la naturaleza misma de estas iniciativas. La falta de transparencia y de participación de los supuestos beneficiarios se deben probablemente a su origen unilateral. El carácter selectivo de las cuestiones de que se trata, así como la ausencia de uniformidad en la definición de los principios que subyacen en las prácticas óptimas tienen como resultado una cierta discrepancia entre los objetivos de muchas iniciativas y los principios universales que constituyen la base de las normas fundamentales del trabajo. Esta discrepancia queda confirmada por el examen del contenido de los códigos y de los programas de etiquetado que se describen más adelante. Otras limitaciones en la medición de las repercusiones de los objetivos relacionados con el trabajo provienen de la falta de normalización de los criterios y de los métodos de aplicación del trabajo así como de la variabilidad de los entornos externos e internos de las empresas de que se trata. Tales limitaciones se exponen en el análisis de los códigos, etiquetas, programas de selección de fondos de inversión e iniciativas de los accionistas centradas en las prácticas laborales.
3. El carácter selectivo que muestran las cuestiones laborales fundamentales que se tratan en los códigos sugiere que el contenido de los mismos suele decidirse en unas negociaciones ad hoc entre las diversas partes interesadas, con varios niveles de acceso a la información y al poder de negociación. En los códigos examinados, las referencias a las diversas cuestiones laborales fundamentales pueden ser estimadas así: libertad sindical y negociación colectiva (un 15 por ciento de los códigos hacía las referencias correspondientes); trabajo forzoso (un 25 por ciento); niveles salariales (un 40 por ciento); trabajo infantil (un 45 por ciento); libertad ante la discriminación (dos tercios); y salud y seguridad (tres cuartas partes). La diversidad en la definición de los principios enunciados en los códigos procede del hecho de que la mayor parte de sus autores tienden a crear sus propias definiciones de principios en los códigos o en los requisitos de etiquetado social («autodefinición») o, en ciertos casos, se refieren a la legislación nacional, a las normas internacionales del trabajo o a las prácticas de la industria. La disparidad entre las autodefiniciones y las normas internacionales del trabajo es especialmente visible, como se ha puesto de relieve, en el tratamiento de la libertad sindical. Sólo un tercio de los códigos examinados contenía referencias a las normas internacionales del trabajo en general o a los principios formulados en determinados convenios o recomendaciones de la OIT. Un solo código hacía referencia a la Declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social, y otro hacía referencia a la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento, de 1998.
4. La gran variedad de métodos de aplicación, comprendidos los sistemas de administración interna y de supervisión o inspección externa, hacen prácticamente imposible verificar la credibilidad de las afirmaciones que se hacen. Del mismo modo, la falta de normalización de los criterios y procedimientos de aplicación hace muy difícil evaluar los efectos concretos de tales iniciativas o comparar los resultados que tienen en las distintas empresas, sistemas de certificación y programas de etiquetado. El contenido de las disposiciones laborales en los códigos afecta naturalmente el tipo de criterios, y aun de procedimientos, utilizados para la supervisión interna o la inspección externa. Reconociendo esto, algunas empresas independientes de inspección han solicitado asistencia de la OIT para utilizar las normas internacionales del trabajo, a fin de establecer criterios básicos de inspección y aconsejar sobre el contenido de los códigos que han de ser objeto de inspección.
5. El carácter selectivo y la diversidad de aplicación son particularmente notables en la operación de las etiquetas sociales, que están muy enraizadas en las preocupaciones de los consumidores, de los medios de comunicación y de la sociedad civil en general. Los programas de etiquetado social que se centran en las prácticas laborales actúan primariamente en los mercados de exportación que suponen un comercio al por menor y con unos productos de mercado que han encontrado su propio «nicho», especialmente los que se venden y se consumen públicamente o se asocian a una identidad social determinada (vestido, calzado, alimentos) o que tienen distintos procesos de producción (como ocurre en el caso del té). A medida que aumenta la participación de las organizaciones de trabajadores, algunos programas de etiquetado que inicialmente se dirigían sólo a cuestiones no laborales, han ido incorporando a sus programas las cuestiones laborales. A diferencia de lo ocurrido en la elaboración del sistema de normalización de etiquetas ecológicas en la Organización Mundial de Normalización (ISO), el mercado se ha mostrado hasta la fecha incapaz de elaborar una serie uniforme y universalmente aceptada de normas, que contribuya a fomentar las ventajas y a evitar los riesgos de los esfuerzos de etiquetado social, tanto para los supuestos beneficiarios (como los niños trabajadores) como para las empresas participantes y otras partes interesadas. El anexo al documento resume en forma de cuadros las características generales de una docena de programas de etiquetado social.
6. Un examen de las actividades de la OIT procede a discutir algunos programas de investigación y de actividades pertinentes a esos efectos. Además, las solicitudes que se han hecho a la Oficina en demanda de diversos tipos de asistencia presentan una gran diversidad, y la Oficina ha respondido de manera limitada, sobre todo brindando información sobre las normas de la OIT. Estas solicitudes, entre otras circunstancias, reflejan al parecer la necesidad de una fuente exterior de referencia y de legitimidad, pero la perspectiva de un sistema imparcial y privatizado de normalización de contenidos y de verificación de las iniciativas, parece poco probable. Al evaluar las posibles repercusiones que pueden tener estas iniciativas en los objetivos de la OIT, el estudio observa que, según las circunstancias, las iniciativas privadas y las normas internacionales del trabajo pueden actuar conjuntamente de manera paralela y en mutua competencia en relación con los gobiernos y las empresas. El examen general (al tiempo que brinda al Grupo de Trabajo una evaluación de si se puede contemplar una mejor complementariedad entre estas iniciativas y un proceso de progreso social que no sea excluido de ellas) examina varias posibles posturas de la OIT, que pueden ir evolucionando paulatinamente a medida que esta experiencia se desarrolle. Estas posiciones incluyen un enfoque minimalista para facilitar nuevas investigaciones y debates; un papel en la prestación de servicios de apoyo a las empresas que deseen adoptar iniciativas o adaptarse a ellas; y una postura previsora de compromiso (activa), que podría incluir la adopción de un texto que recomendase las buenas prácticas en las iniciativas sociales voluntarias, así como un sistema de verificación para las empresas que deseen adherirse voluntariamente a los compromisos basados en tales recomendaciones.
Ginebra, 4 de noviembre de 1998.