La OIT es una agencia especializada de lasNaciones Unidas
ILO-es-strap

GB.273/7/3
273.a reunión
Ginebra, noviembre de 1998


SEPTIMO PUNTO DEL ORDEN DEL DIA

Informes de la Comisión de Programa,
Presupuesto y Administración

Tercer informe: Preparación de las propuestas de Programa
y Presupuesto para el bienio 2000-2001

1. La Comisión de Programa, Presupuesto y Administración del Consejo de Administración se reunió los días 11 y 12 de noviembre de 1998 bajo la presidencia del Sr. N. Akao, Presidente del Consejo de Administración. Actuó como Ponente el Sr. S. Marshall (portavoz empleador).

Preparación de las propuestas de Programa y Presupuesto
para 2000-2001 (séptimo punto del orden del día)

2. La Comisión tuvo ante sí un documento(1) en el que se facilitaba información acerca de la preparación de las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001.

3. Al presentar las propuestas, el Director General afirmó que este documento requería tres comentarios importantes. El primero se refería a los distintos elementos respecto de los cuales la Oficina deseaba conocer la opinión del Consejo de Administración, con miras a preparar el proyecto de Programa y Presupuesto que se presentaría en el mes de marzo. Las recomendaciones de la Comisión eran tanto más importantes cuanto que se estaba atravesando un período de transición y que sería el nuevo Director General quien presentara el próximo Programa y Presupuesto.

4. El segundo comentario era el relativo al esfuerzo realizado por la Oficina para entender las observaciones y críticas que se habían expresado a lo largo de los últimos años en cuanto a la presentación del Programa y Presupuesto.

5. El documento en general, y más concretamente su parte III titulada «Panorama general de las propuestas», se elaboró para responder a las expectativas que la Oficina de Programación y Gestión (PROGRAM) consideró que eran las del Consejo de Administración.

6. Era importante pues que, para la preparación del Programa y Presupuesto para 2000-2001, la Comisión indicara si la fórmula consistente en presentar el Programa y Presupuesto bajo la forma de objetivos estratégicos y operativos parecía más útil, eficaz y adecuada que las fórmulas anteriores, o si procedía por el contrario modificar esta presentación.

7. El tercer comentario había de referirse al seguimiento de la Declaración, que aparecía como un punto de la mayor importancia que habría de tomarse en consideración al elaborar el Programa y Presupuesto para 2000-2001.

8. Este seguimiento se trataba en dos documentos. Por una parte, se hacía una breve referencia a los aspectos presupuestarios de dicho seguimiento en los párrafos 21 a 27 del documento sometido a la Comisión. Por otra parte, era objeto de un documento más importante que se presentaba directamente al Consejo de Administración y en el que se trataban los aspectos políticos de la puesta en práctica de la Declaración y su seguimiento.

9. En ambos casos, esto es, en el documento sometido a la Comisión de Programa, Presupuesto y Administración y en el documento presentado al Consejo de Administración, el Director General indicó que se había limitado voluntariamente a ofrecer una presentación de los mecanismos técnicos de seguimiento en sentido estricto. Era evidente que esta manera de presentar las cosas no se ajustaba a la complejidad de la Declaración y no reflejaba el espíritu que prevalecía cuando la misma se adoptó. No se tomaba en consideración, por ejemplo, la inserción del mecanismo de seguimiento en una perspectiva de promoción más amplia.

10. El Director General había escogido deliberadamente esta solución ya que, sin que se le ocultara el contexto general en que debía situarse la cuestión, este mecanismo o la dimensión promocional de la Declaración exigían unas opciones políticas que a él, como Director General saliente, no le correspondía ya determinar. Planteó esta contradicción y dificultad ante el Presidente del Consejo de Administración y los representantes regionales, e hizo saber que se ponía a disposición del Consejo. Los representantes consideraron que debía prepararse a formular sugerencias a la Comisión y a darle a conocer sus opiniones al respecto.

11. El Director General declaró estar a disposición del Consejo para realizar una comunicación, si éste consideraba que con ello podría contribuir a sus deliberaciones.

12. El Sr. Thüsing, en nombre de los miembros empleadores, expresó su agradecimiento a la Oficina por tomar en consideración los deseos expresados por los miembros de la Comisión para que se cambiara la presentación de las propuestas de Programa y Presupuesto. Aunque el documento difería en algunos aspectos de las ediciones anteriores, los miembros empleadores tenían la sensación de que la nueva presentación era de difícil lectura y no cumplía la esperanza de mayor transparencia, por cuanto que se apreciaban pocas muestras de un enfoque renovado en el documento. Expresaron la esperanza de que el segundo documento, que se presentaría en el mes de marzo, se ajustaría más a sus deseos de mayor transparencia.

13. El documento establecía tres objetivos principales, y aunque abarcaban todas las actividades propuestas, resultaba difícil comprobar qué porcentaje de cada actividad correspondía a cada objetivo. En el cuadro 2 resultaba imposible verificar si el porcentaje de recursos indicado se asignaba en la práctica a los objetivos, y era difícil apreciar si existía algo concreto tras las cifras. Hubiera resultado preferible un breve resumen bajo los objetivos concretos. Tal y como se mencionaba en el párrafo 16 del documento, las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001 deberían ser lo suficientemente flexibles como para poder reflejar las prioridades del nuevo Director General. La flexibilidad también era importante para permitir a la Organización hacer frente a los problemas imprevistos que surgirían inevitablemente durante el próximo bienio.

14. Era importante establecer una distinción entre la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento, por una parte, y la ratificación de las normas fundamentales, por otra. El objetivo estratégico núm. 1 no establecía con suficiente claridad esta distinción y, por lo tanto, no proporcionaba una base sólida para la discusión de esta actividad. Mencionó además que, al hacerse referencia a la Declaración, se utilizaba con frecuencia en el documento la expresión «derecho de los trabajadores» en lugar de «derechos en el trabajo». El tripartismo y el diálogo social deberían haber aparecido bajo un objetivo separado, abarcando las relaciones entre los interlocutores sociales, las asociaciones de empleadores y las asociaciones de trabajadores. El segundo objetivo estratégico se refería a la promoción del empleo y al desarrollo empresarial. Se trataba de una actividad de la mayor importancia, y no debería limitarse a las pequeñas y medianas empresas y al sector no estructurado. Cada empresa contribuía de algún modo a la creación de empleo. El texto hacía referencia a las empresas favorables al empleo, pero toda empresa podía considerarse bajo ese prisma, aun cuando no hiciera una utilización intensiva de la mano de obra, debido a las demás empresas con las que trabajaba y a las que contribuía a mantener. Debería hacerse más por crear un clima en el que los interlocutores sociales y los políticos adoptaran una actitud más positiva respecto de la contribución realizada por las empresas al desarrollo de la sociedad y a la creación de puestos de trabajo. También tenían importancia y merecían mayor prioridad los problemas específicos relacionados con el trabajo de los jóvenes.

15. Los miembros empleadores apoyaron la consideración de objetivo estratégico para las políticas y programas de protección de los trabajadores. Los programas de seguridad social eran un elemento importante de este objetivo, pero debería ponerse menos énfasis en la ampliación de los sistemas actuales y más en el examen detallado de los métodos para reestructurar por completo los sistemas de seguridad social, teniendo presente el papel creciente del sector privado en este campo. Dentro de este objetivo, las cuestiones relativas a la seguridad y la salud eran importantes, debido especialmente a que se trataba de áreas en las que empleadores y trabajadores compartían puntos de vista similares. Los empleadores consideraban que la actividad normativa era una de las actividades importantes de la OIT, pero que debía procederse a una revisión no sólo del texto concreto de las normas, sino también del procedimiento para establecerlas. Examinando aspectos más generales de las actividades de la OIT, ésta debería promover una colaboración mucho más estrecha con otros organismos del sistema de las Naciones Unidas y con las instituciones de Bretton Woods, en primer lugar para expresar más plenamente el mandato de la OIT, y en segundo lugar para atraer más financiación extrapresupuestaria.

16. A modo de conclusión, los empleadores solicitaron una presentación más transparente de las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001 en la próxima reunión del Consejo de Administración, a fin de facilitar la discusión en el seno de esta Comisión. En lo que atañe a los programas de acción enumerados en el párrafo 143, preferiría no tener que indicar sus preferencias en esta fase; sin embargo, en caso de que otros miembros de la Comisión quisieran darlas a conocer ahora, sus preferencias se dirigían a los siguientes: núms. 1, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 13, 14 y 22. Respecto de las reuniones técnicas descritas en el párrafo 147, expresaron su preferencia por las siguientes: núms. 1, 3, 4, 5, 7, 10 y 14.

17. El Sr. Blondel, hablando en nombre de los miembros trabajadores, indicó que las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001 habían sido preparadas por el Director General en ejercicio, pero que su presentación a la próxima Conferencia Internacional del Trabajo incumbiría al Director General electo, quien será el responsable de su aplicación. El nuevo Director General debía tener la posibilidad de hacer figurar también en las propuestas sus propias prioridades; los miembros del Consejo de Administración esperaban que el nuevo Director General pudiese participar en los trabajos de su próxima reunión, en marzo de 1999. Los trabajadores se felicitaban de que el actual Director General hubiese celebrado ya consultas con su sucesor para asegurarse de que éste conociera plenamente los antecedentes de las citadas propuestas.

18. El Sr. Blondel felicitó a la Oficina por la nueva presentación de las propuestas de Programa y Presupuesto, conforme se indica en el párrafo 14 del documento, la que ofrece una visión más clara de los objetivos estratégicos y operativos de la Organización. Aunque los tres objetivos estratégicos eran en lo esencial idénticos a los definidos en los presupuestos de ejercicios anteriores, los trabajadores consideraban que el tripartismo y el diálogo social se habían abordado en forma más bien arbitraria, y que correspondía tratarlos con más determinación y claridad en el marco de un objetivo estratégico principal separado.

19. A juicio de los miembros trabajadores, la creación de una oficina encargada de coordinar el seguimiento de la Declaración adoptada por la Conferencia de 1998 era la propuesta más importante; las actividades de esta oficina serían tanto más efectivas si se aplicase un enfoque decididamente multidisciplinario. También apoyaban ampliamente las propuestas relativas a la política de asociación activa y cooperación técnica delineadas en los párrafos 28 a 30, propuestas que tal vez sería más adecuado clasificar en un cuarto objetivo estratégico sobre tripartismo y diálogo social, conforme a lo sugerido más arriba. También se debería estipular en forma clara y precisa las disposiciones que regulen la evaluación periódica de los resultados de la política de asociación activa, así como el seguimiento del informe presentado a la Comisión de Cooperación Técnica. Les parecía lamentable que se hubiesen propuesto recortes a las actividades de cooperación técnica en Africa. Habida cuenta de las difíciles condiciones económicas y sociales en que se encuentran muchos de los Estados Miembros de esta región, lo más adecuado hubiese sido incrementar la asistencia en la mayor medida posible.

20. El cuadro 2 del documento no ponía de manifiesto el hecho de que una actividad determinada puede contribuir al logro de más de un objetivo, y tampoco que las cifras pueden cambiar según los programas de acción y las reuniones técnicas que se elijan. Era probable que la actual reunión del Consejo de Administración no fuese la ocasión óptima para seleccionar programas de acción específicos, especialmente teniendo en cuenta que el nuevo Director General tal vez desee ajustar las prioridades en los primeros meses del próximo año, para adaptarlas a la evolución de las condiciones económicas. Quizá habría que dejar a los directores de programa un mayor margen de maniobra para reasignar recursos entre los distintos programas, en la perspectiva de lograr que los objetivos globales definidos por el Consejo de Administración puedan alcanzarse con mayor facilidad. De todos los programas de acción propuestos se habían seleccionado sólo 23, entre los cuales la Comisión debía conservar únicamente 12. Dicho ejercicio había debido generar mucha frustración entre los directores de programa que hubieran visto como quedaban eliminados los programas de acción que habían propuesto. Los miembros trabajadores no iban a presentar una lista de programas de acción en esta reunión, y pedían a la Oficina que suministre al Consejo de Administración un documento en el que se evalúen el procedimiento de selección, los resultados y los productos de los resultados de los distintos programas de acción puestos en práctica en años anteriores. También resultaba difícil elegir sólo siete reuniones técnicas pero, de entre las enumeradas en el párrafo 147, darían su apoyo, a título indicativo, a las reuniones núms. 1, 3, 5, 6, 8, 13 y 15 y desearían que se tomara una decisión en marzo de 1999.

21. Para los trabajadores era un motivo de creciente preocupación el nivel de apoyo que el Consejo de Administración daba a las actividades relativas al sector no estructurado o informal. Los miembros debían comprender claramente que el sector no estructurado no era sino una fase de transición hacia el sector estructurado de la economía, por lo que toda actividad encaminada a fomentar el sector no estructurado en desmedro del sector estructurado sería enérgicamente rechazada por los trabajadores. Esta cuestión era parte de una problemática mucho más amplia, y los trabajadores se preguntaban si la OIT no debería acaso examinar la posibilidad de convocar en el futuro una conferencia anual dedicada al empleo. Después de todo, esta materia es inherente al mandato fundamental de la OIT, por lo que tal conferencia sería una oportunidad para promover activamente los valores y la ética sociales como elementos decisivos para el desarrollo, no sólo de los países en transición sino también de los que se encuentran en proceso de ajuste estructural. Estas actividades serían un muy necesario contrapeso a las consideraciones puramente macroeconómicas, monetarias y financieras que animan el debate promovido por otras instituciones. Los trabajadores observaron que, en diversos apartados del documento en que se mencionaba la libertad sindical, no se hacía referencia a la negociación colectiva. Estaban también preocupados por el énfasis especial concedido a las actividades de subcontratación. Se tendía tal vez a exagerar la medida en que las pequeñas y medianas empresas crean empleo, en relación con las empresas de grandes dimensiones. Sin duda, a las pequeñas y medianas empresas incumbía una función en la creación de empleo, pero también eran reales los peligros relativos a las modalidades de subcontratación que escapan a las normas y controles.

22. La representante gubernamental del Canadá, hablando en nombre de los países PIEM, manifestó su satisfacción por el documento de la Oficina, así como por los esfuerzos desplegados para dar respuesta a las peticiones emanadas del Consejo de Administración y de los países PIEM en el sentido de plasmar una orientación estratégica a la presentación del presupuesto. En particular, los países PIEM acogieron con agrado el hecho de que los objetivos estratégicos y de los subprogramas presentados reflejaran el mandato fundamental de la OIT, y estuvieran enunciados en términos que permitían anticipar los resultados; que los recursos indicativos estuvieran asignados a los objetivos, y la claridad con que se relacionaban los programas regionales con los objetivos estratégicos. Los países PIEM acogían favorablemente la gran importancia que se daba al seguimiento de la Declaración y al Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, dos de las máximas prioridades de este grupo de Estados Miembros. El documento de la Oficina constituía la base sobre la que el Consejo de Administración debía afirmar su función en la definición de políticas y de directrices para los programas; correspondía ahora dar respuesta a las expectativas de la Oficina, que reclamaba una orientación clara para seguir afinando el Programa y Presupuesto para 2000-2001.

23. Los países PIEM veían con satisfacción que en el documento se habían incorporado varias de las prioridades por ellos presentadas al Consejo de Administración en marzo pasado. Estas correspondían a cuatro ámbitos principales: el primero, los principios y derechos fundamentales en el trabajo, podían incluir programas sobre el seguimiento de la Declaración y sobre el trabajo infantil; el segundo, el empleo, podía incluir programas y actividades en esferas como la creación de empleo productivo y duradero, las condiciones de trabajo, la salud y la seguridad en el trabajo, las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, el empleo de los jóvenes y el aumento de la cantidad y de la calidad del empleo para las mujeres; el tercero, la protección social, podía incluir los regímenes de seguridad social, las redes de seguridad social, la seguridad social en el sector no estructurado y los servicios sociales; el cuarto ámbito de interés principal abarcaba el diálogo social y las relaciones laborales, y podía incluir el fortalecimiento del tripartismo mediante el apoyo a las organizaciones de empleadores y de trabajadores, así como el fomento de la cooperación entre los gobiernos y los copartícipes sociales mediante la información, la educación y la capacitación sobre temas relativos al trabajo, el empleo y la protección social.

24. También existía la necesidad de un marco programático coherente en relación con los medios de acción de la OIT que resultaban esenciales para alcanzar los objetivos estratégicos y que servían de base para todas las actividades de planificación y ejecución de los programas. Deberían incluirse como prioridades:

  1. crear servicios de cooperación técnica y asesoramiento oportunos y de gran calidad para los mandantes;
  2. potenciar la influencia de las normas aumentando el número de ratificaciones y promoviendo su aplicación, en particular a través de los mecanismos de control de la OIT, de la evaluación y revisión de las normas existentes y de una mejor selección y redacción de las nuevas normas;
  3. reforzar la capacidad de la OIT para proceder a investigaciones empíricas, estudios analíticos, elaboración de estadísticas e información sobre las áreas de su mandato y programas fundamentales. Los países PIEM pedían una vez más que la Oficina se dote de una estrategia de investigación y publicaciones con objetivos claros y precisos, que muestre la forma en que se relacionan los distintos aspectos de la labor de investigación de la OIT -- incluidas las actividades del Instituto Internacional de Estudios Laborales -- y de qué manera el programa de investigación sirve de sustrato a los programas y objetivos estratégicos establecidos, y
  4. impulsar un programa de divulgación pública con el fin de promover los principios y valores de la OIT, así como sus programas sobre el empleo y otras cuestiones laborales, entre otras organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, las instituciones financieras internacionales y la OCDE. Ello se podría lograr mediante debates e investigaciones conjuntos sobre temas de interés común, así como prestando asesoramiento técnico a las políticas y a los programas de otros organismos.

25. En lo que atañe a los párrafos 139 a 147 relativos a los programas de acción y a las reuniones técnicas, los miembros de los PIEM adoptaron un enfoque similar al del Grupo de los Trabajadores en relación con los programas de acción. Respaldó decididamente el concepto básico de los programas de acción tal y como figuraban en el párrafo 140. Los programas de acción y las reuniones técnicas tenían por objeto apoyar la realización de determinados objetivos estratégicos y de los subprogramas, y deberían incorporarse a la planificación y asignación de recursos del programa como una actividad destinada a alcanzar los objetivos del mismo. También deberían formar parte de una estrategia global de investigación. Los miembros de los PIEM no deseaban indicar de momento sus preferencias respecto de los programas de acción y de las reuniones técnicas.

26. En cuanto a los párrafos 21-27, sobre el seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, los países PIEM estaban de acuerdo con la Oficina en que unas actividades de seguimiento efectivas tendrían un vigoroso impacto en las propuestas de Programa y Presupuesto; la cuestión esencial consistía en velar por que se asignasen los recursos adecuados para poner en práctica las disposiciones de la Declaración. Había que definir un marco multidimensional que permitiese comunicar los resultados a los mandantes, tarea para la cual la Oficina debería utilizar las competencias y recursos técnicos de toda la Organización, incluidas las oficinas exteriores. Una vez que el Consejo de Administración convenga cuáles son las necesidades exactas de la labor de seguimiento, estará en mejores condiciones para decidir cuáles son los mecanismos institucionales adecuados que debería establecer. Por ende, en lo que atañe a la propuesta de crear una pequeña oficina encargada de dirigir y coordinar el programa de seguimiento, los países PIEM pedían que se entregasen al Consejo de Administración más detalles sobre la justificación, el concepto, el mandato y el cometido de tal oficina.

27. Por lo que se refiere a los párrafos 28 a 30, sobre política de asociación activa, cooperación técnica y programas mundiales, indicó que entre los temas que iba a examinar la próxima reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo figuraba la revisión de la organización y el ámbito de acción de las oficinas exteriores. Por lo tanto, mientras no se hubiese llevado a cabo tal revisión, no cabía tomar decisiones con respecto a nuevas oficinas exteriores o nuevos equipos multidisciplinarios.

28. Los países PIEM reiteraban su apoyo al concepto de programas mundiales, que eran coherentes con la naturaleza multidimensional de los complejos problemas que trata la OIT y constituían un excelente ejemplo de cómo la Oficina había adaptado sus métodos a las nuevas demandas y necesidades de los mandantes. Deberían encargarse de orientar los programas financiados con cargo tanto a los recursos del presupuesto ordinario como a los recursos extrapresupuestarios. Además de los ejemplos citados en el párrafo 30, parecía posible aplicar el concepto de programa mundial a temas como los derechos fundamentales de los trabajadores, la protección social y las actividades para los trabajadores y los empleadores.

29. Los países PIEM apoyaban vigorosamente los objetivos esbozados en los párrafos 120 a 134 y reconocían los progresos significativos logrados en cuanto a la introducción de métodos más eficientes y el logro de economías en los costos administrativos, incluso mediante la utilización de nuevas tecnologías. Con respecto a los párrafos 12 y 132, que tratan de la modernización del sistema financiero y contable de la OIT, los países PIEM hacían notar que el correcto funcionamiento de un sistema de esta índole es esencial para efectuar una planificación presupuestaria estratégica cuyas asignaciones y resultados deben comunicarse al Consejo de Administración. La Oficina debería planificar la modernización del sistema financiero y contable de la OIT durante el presente bienio, trabajos que podrían financiarse con cargo a la Parte 1 del Programa y Presupuesto. En el supuesto de que en Nueva York se lograse avanzar suficientemente en la preparación del Sistema Integrado de Información de Gestión (SIIG), los trabajos finales del Sistema de Información sobre Personal y Nómina de Sueldos (PERSIS) deberían incluirse también en el presente Programa y Presupuesto.

30. La representante gubernamental del Canadá hizo hincapié una vez más en la importancia que para los PIEM revestía el control y evaluación adecuados de la ejecución del presupuesto ordinario y de los programas extrapresupuestarios y afirmó que, tal y como se indicaba en el informe del Auditor Externo presentado el pasado mes de junio sobre la evaluación de los programas y los resultados, la Oficina debería seguir aplicando una estrategia de evaluación detallada, tomando nota de las observaciones formuladas por el Auditor Externo acerca de la necesidad de perfeccionar las mediciones u objetivos de resultados clave mediante la modificación de la base de datos, y de mejorar los informes anuales sobre los resultados de la evaluación.

31. Con relación al párrafo 8, en el que se decía que las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001 reflejaban un statu quo con respecto al Programa y Presupuesto para 1998-1999 en cuanto al nivel de gastos y las asignaciones para los grandes sectores de actividades, los países PIEM consideraban que la posibilidad de reasignar recursos a esferas prioritarias era un elemento esencial de la planificación de un nuevo Programa y Presupuesto. A efectos de la planificación resultaba realista establecer un presupuesto de crecimiento cero.

32. Por último, en lo que atañe al proceso de conclusión del Programa y Presupuesto para el período de transición, había que introducir flexibilidad. Era necesario tomar en consideración: los debates sobre políticas fundamentales que tendrán lugar en marzo y junio del año próximo -- inclusive los trabajos de conclusión sobre los procedimientos y el marco programático del seguimiento de la Declaración --; la memoria del Director General electo sobre las futuras orientaciones de la OIT; un nuevo convenio sobre el trabajo infantil, y el debate sobre la cooperación técnica y la política de asociación activa. A la luz de estos antecedentes, los países PIEM proponían que en la reunión de marzo se examinase un documento de revisión del presente texto en el que se reflejen las deliberaciones del Consejo de Administración sobre las prioridades, pero basado en los cuatro bloques programáticos estratégicos ya señalados por los países PIEM. En el documento revisado deberían figurar asignaciones presupuestarias indicativas con respecto a estos cuatro bloques programáticos, además de otra correspondiente a los órganos administrativos y políticos. Los programas principales sustantivos y técnicos deberían agruparse en el marco de los cuatro bloques programáticos, para constituir el documento principal que se examine en marzo. Una segunda sección, o en su defecto un anexo basado en la estructura tradicional del Programa y Presupuesto, debería servir de referencia con respecto al bienio actual y al bienio anterior. Este documento, de alrededor de dos páginas, debería incluir descripciones breves de los objetivos y detalles de los programas de trabajo comprendidos en los programas principales, así como de su relación con los bloques programáticos estratégicos. Los anexos habituales deberían estar disponibles en su momento, a fin de permitir las comparaciones con los bienios anteriores. Los países PIEM alentaban a la Oficina a que, al ir concluyendo la preparación de los documentos, prosiga sus consultas con el nuevo Director General, el equipo de transición y los mandantes.

33. El representante del Gobierno del Japón, hablando en nombre de los miembros de Asia y el Pacífico, elogió a la Oficina por el documento que la Comisión tenía ante sí. Apreciaba la mayor insistencia sobre los objetivos estratégicos, y daba su apoyo a este planteamiento como una vía para elaborar el presupuesto y para determinar sus prioridades, asignar con eficiencia los recursos financieros encaminados al logro de estas prioridades, al tiempo que se tenía en cuenta la diversidad de situaciones sociales, culturales y económicas en cada país y región. Los ahorros en los programas no debían proceder simplemente de unos recortes indiscriminados y ad hoc en los programas, sino que tenían que obtenerse por medio de un enfoque estructurado y planificado que estableciese las prioridades dentro de los recursos disponibles y determinase los medios de acción más eficaces en función del costo para la consecución de los resultados correspondientes. La propuesta que había hecho el Auditor Externo, de unos indicadores clave de eficacia que podrían incorporarse al Programa y Presupuesto, era digna de la mayor atención. Si se adoptaba este enfoque, la Oficina sería perfectamente capaz de conseguir un crecimiento nominal cero para el Programa y Presupuesto 2000-2001, tomando debidamente en consideración no sólo las dificultades financieras de muchos Estados Miembros sino también las actividades complementarias que pudiesen ser emprendidas por la OIT, sin excluir el seguimiento de la propia Declaración.

34. Sin embargo, era importante mantener cierto nivel de flexibilidad en el presupuesto, y ello no sólo para dar cabida a las prioridades del nuevo Director General sino también para tener en cuenta los cambios de programa que pudiesen resultar de la discusión del presente documento en el Consejo de Administración. También se necesitaba cierto grado de flexibilidad financiera si la Oficina había de disponer de capacidad para responder a las cuestiones urgentes que pudiesen plantearse en el futuro. Contra este telón de fondo, los miembros de Asia y el Pacífico pensaban que el presupuesto debiera poner de relieve cinco prioridades:

  1. La primera prioridad era el empleo, que debería centrarse en brindar la asistencia necesaria a la consecución de un desarrollo económico sostenible en cooperación con las instituciones internacionales pertinentes, como el FMI y el Banco Mundial. En este capítulo debieran también quedar incluidas la asistencia para mejorar las medidas de fomento del empleo (tanto a largo como a corto plazo), el desarrollo de los recursos humanos y el ajuste del mercado de trabajo. El alivio de la pobreza por medio de la generación de empleo constituía un objetivo fundamental para la OIT, y la asignación presupuestaria destinada a esta actividad debería incrementarse en los bienios futuros.
  2. La segunda prioridad era la mejora de las condiciones de trabajo. En el Programa y Presupuesto para 2000-2001 deberían contemplarse de manera específica la seguridad y salud profesionales, puesto que era bien sabido que cuando las situaciones económicas se deterioraban, se abandonaban también las cuestiones relativas a la seguridad y salud profesionales. Había que prestar una atención muy especial, dentro de esta prioridad, a las reivindicaciones de los trabajadores migrantes y de los trabajadores que actuaban en el sector no estructurado.
  3. La tercera prioridad, que era la protección social, debiera centrarse en el establecimiento de unos planes de seguros equitativos para la vejez, unas prestaciones adecuadas para los desempleados y concentrarse además en el problema especial de las lesiones y enfermedades profesionales. Esto era especialmente importante en períodos de graves trastornos financieros y económicos, como los que actualmente se estaban experimentando en la región de Asia y el Pacífico.
  4. La cuarta prioridad era el fomento de las normas del trabajo. La OIT debería adoptar un enfoque positivo, que se centrase en la construcción de las capacidades nacionales que permitan a los Estados Miembros el logro de dichas normas. Habría que poner el mayor énfasis, dentro de esta sección, en la cooperación técnica y los aspectos de promoción que reviste el seguimiento de la Declaración, así como en la mejora de los mecanismos de supervisión y en el examen completo de las normas existentes.
  5. La quinta prioridad, que es el fomento del diálogo social, debería perseguirse a través del establecimiento y de la aplicación de un programa educativo sistemático sobre el tripartismo, destinado a los interlocutores sociales, muy especialmente a los de los países en desarrollo.

35. Los miembros de Asia y el Pacífico advertían que para garantizar mejor el carácter promocional de la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, la OIT había de establecer un órgano independiente, de alto nivel que pudiera tomar en consideración el aspecto multidimensional del seguimiento. Este órgano constituiría el centro de coordinación del seguimiento, y sería responsable de su éxito o de su fracaso. Debería ser independiente del Departamento de Normas Internacionales del Trabajo y de los demás departamentos de la OIT y no estaría necesariamente limitado por los mecanismos de control actualmente existentes. En relación con el establecimiento de la oficina que se menciona en el párrafo 25 de la Parte II del documento, los miembros de Asia y el Pacífico insistían en que se necesitaba más información, concretamente sobre el mandato y volumen de esta oficina, antes de que pudiese adoptarse cualquier tipo de decisión. Otras cuestiones, como la determinación de las capacitaciones específicas que hubiesen de aportar los miembros de esta oficina, los criterios en función de los cuales serían seleccionados sus miembros, el modo de operación de dicha oficina y el funcionario de la OIT responsable eran cuestiones importantes que requerían un tratamiento adecuado, y había que tener muy presente que habría que suministrar todas estas informaciones a su debido tiempo.

36. Respecto a los programas de acción que se proponen en el anexo II del documento, los miembros de Asia y el Pacífico daban un decidido apoyo a la propuesta núm. 6, que trata de la creación de empresas por parte de los desempleados. La función de las microfinanzas tenía especial relieve en la región de Asia y el Pacífico, que había recientemente experimentado un desempleo masivo como resultado de la crisis financiera del año pasado. Los programas de acción que fomenten el empleo por cuenta propia revisten actualmente una importancia de primer orden y, por su parte, esperaba que este programa pudiese ampliarse a todos los países en desarrollo.

37. El representante gubernamental de Argelia, hablando en nombre del Grupo Africano, manifestó su satisfacción por el documento de la Oficina y agradeció la oportunidad de poder expresar sus puntos de vista sobre las prioridades del Programa y Presupuesto para el próximo bienio. Los Estados Miembros africanos siempre habían sido partidarios de formular una declaración sobre los principios y derechos fundamentales en el trabajo, y solicitaban más información sobre la forma en que la Oficina se proponía dedicar una atención especial a las actividades de seguimiento de la misma. Al igual que los oradores que le habían precedido, dijo que desearían que las propuestas tuviesen un cierto grado de flexibilidad, a fin de permitir que en ellas se recojan los puntos de vista del nuevo Director General, del Consejo de Administración y de la reunión de la Conferencia en 1999. Consideraban lamentable que las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001 estuviesen restringidas por la aplicación del criterio de crecimiento real nulo. En la medida en que las actividades de seguimiento de la Declaración tendrían que ajustarse a las posibilidades definidas por el Presupuesto, resultaría inevitable reducir el gasto en otros programas. Tal vez sería preferible buscar otros medios de financiación de las labores de seguimiento, recurriendo, por ejemplo, a recursos extrapresupuestarios. Asimismo, sería útil disponer de algunas informaciones sobre los motivos que justificaban que se diera un carácter de prioridad máxima a las actividades de seguimiento de la Declaración.

38. Otro tema que les preocupaba era la afirmación contenida en el párrafo 11 del documento de la Oficina, según la cual debía mantenerse el nivel actual de recursos para los servicios regionales y los programas operativos, lo que en otros términos significaba que los aumentos de un programa iban a compensarse con ahorros realizados en otros. Sería conveniente conocer más detalles sobre la forma en que la Oficina proponía lograr estos ahorros.

39. En el documento de la Oficina figuraba también una propuesta en el sentido de crear una oficina que se encargue de las actividades de seguimiento de la Declaración. Antes de tomar una decisión definitiva, el Comité debería recabar más información relativa a la composición de esta oficina, como por ejemplo, si iba a ser tripartita, a quién incumbiría la designación de sus expertos, si iba a tratarse de un órgano permanente, cuáles serían sus vínculos con otros órganos de control, como la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones o el Comité de Libertad Sindical, y, por último, cuáles iban a ser los vínculos entre esta oficina, el Consejo de Administración y el Director General. En el párrafo 29 del documento se proponía revisar la organización de las estructuras de la Organización en el exterior, y en particular, la red de equipos multidisciplinarios. Asimismo, se proponía la creación de tres nuevos equipos multidisciplinarios, en particular uno en Asia y otro en las Américas. Sería conveniente saber dónde se preveía instalar el tercer equipo, y qué había sido de la propuesta de reforzar los equipos multidisciplinarios de Africa, especialmente el instalado en El Cairo, que integran en la actualidad apenas tres expertos. Con respecto a la política de asociación activa, dijo que se necesitaban más datos sobre el número exacto de los países africanos con respecto a los cuales todavía no se habían definido los objetivos por país.

40. Los miembros del Grupo Africano respaldaban plenamente las propuestas contenidas en el párrafo 30, relativas a una mejor utilización de los recursos extrapresupuestarios, al apoyo a los principales programas de ámbito mundial, como el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) y las Estrategias y Técnicas contra la Exclusión Social y la Pobreza (STEP), y al aumento del 10 por ciento del total de recursos extrapresupuestarios asignados a las actividades de cooperación técnica.

41. También apoyaban plenamente las actividades descritas en el marco de los objetivos estratégicos y operativos, y especialmente las relacionadas con las políticas y programas para aumentar la cantidad y la calidad del empleo, definidos detalladamente en el Objetivo estratégico núm. 2. Con relación a los programas de acción descritos en el párrafo 143, indicaron que apoyaban los programas núms. 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 12, 14, 16, 21 y 23.

42. El representante del Gobierno de la India aprobó el cambio efectuado en la presentación de las propuestas de Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001, que se ceñían a un enfoque presupuestario estratégico y deberían ayudar a la OIT a fijar prioridades para la promoción de sus principios fundamentales en los albores del nuevo milenio. Reiterando su apoyo a la declaración hecha por el representante del Gobierno del Japón en nombre del Grupo de Asia y el Pacífico, el orador insistió en que se asignaran más recursos para los programas de cooperación técnica.

43. Había una duplicación entre los tres objetivos estratégicos que se enumeraban en el documento presentado por la Oficina, en particular entre los puntos 1 y 3. Para hacer frente a problemas mundiales candentes, como la pobreza, el desempleo y los efectos de la mundialización de la economía, y para alcanzar el objetivo fundamental de la OIT de promover la justicia social, los grandes objetivos estratégicos de la OIT deberían ser los siguientes: en primer lugar, y como máxima prioridad, la creación de empleos y la mitigación de la pobreza, a la luz del Informe sobre el empleo en el mundo y de las recomendaciones de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. En segundo lugar, los principios y las normas relativas a la protección de los trabajadores, las condiciones de trabajo, la seguridad y la salud en el trabajo, la promoción y aplicación paulatina de las normas del trabajo en función del grado de desarrollo y las condiciones socioeconómicas reinantes en cada país y la promoción y puesta en práctica de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. En tercer lugar, el fomento del diálogo social para aumentar los rendimientos económicos sobre la base de la justicia social y el empleo pleno y productivo. Para lograr estos objetivos, los mandantes tripartitos de la OIT deberían centrar aún más su atención en los problemas de los trabajadores del sector no estructurado, que no estaban sindicalizados, así como en las pequeñas y medianas empresas, que constituían el principal componente de la fuerza de trabajo en el mundo entero, y en especial en los países en desarrollo. Habida cuenta de la situación existente en los países en desarrollo, el orador pidió al Grupo de los Trabajadores que reexaminara la posición que había adoptado anteriormente sobre este asunto.

44. La OIT debería considerar la construcción de la capacidad nacional como el principal canalizador de sus medios de acción para promover estos tres objetivos fundamentales. A tales efectos, sería a su vez preciso que la OIT redoblara sus esfuerzos en distintas áreas de la cooperación técnica. Ante todo, debería elaborar programas de desarrollo para crear empleos y mitigar la pobreza, aprovechar los recursos humanos e impartir formación, desarrollar empresas, utilizar el sector no estructurado de manera más eficaz y promover el empleo por cuenta propia. En segundo lugar, debería establecerse una coordinación más fructífera entre la OIT y las instituciones de Bretton Woods en cuanto a los programas para fomentar el empleo, la justicia social y la creación de redes de seguridad social. En tercer lugar, debería fortalecerse la capacidad de la OIT para efectuar análisis independientes de las tendencias del trabajo en el mundo entero, con el objetivo de promover el empleo y las medidas destinadas a proteger a los trabajadores.

45. Según la nueva estructura presupuestaria, resultaba lamentablemente difícil discernir los componentes del presupuesto asignado a las actividades de cooperación técnica. La Oficina debería dar informaciones más precisas sobre esta cuestión en el documento que presentara a la reunión de marzo de 1999 del Consejo de Administración. Las propuestas de Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001 deberían permitir cierta flexibilidad en la asignación de los recursos entre las grandes partidas, sin entrar en el detalle de los subprogramas. Deberían celebrarse consultas más estrechas entre la Oficina, el Director General electo y todos los mandantes respecto a la documentación que sobre cuestiones presupuestarias se estaba preparando para la reunión del mes de marzo.

46. Refiriéndose nuevamente al documento, el orador comentó que en el anexo I, en el que se presentaba una sinopsis de los grandes objetivos estratégicos y operativos de la OIT, se hacía bajo el epígrafe de la democracia, la justicia social y el desarrollo una enumeración demasiado estrecha y limitada de los problemas estratégicos. Si bien la importancia de los principios fundamentales de la OIT estaba reconocida universalmente, la posición prescriptiva adoptada por la Oficina era un tanto rígida. El logro de estos objetivos no dependía tan sólo de que se aplicaran los principios fundamentales, sino de que se promovieran el desarrollo, la mitigación de la pobreza, el empleo y la justicia social, teniéndose en cuenta al mismo tiempo las circunstancias propias de cada país en cuanto al grado de desarrollo socioeconómico alcanzado. Bajo el epígrafe de la democracia y la justicia social, la OIT estaba aludiendo a la aplicación gradual de las normas del trabajo como patrón de referencia en el proceso de desarrollo y en la obtención de niveles de vida más elevados, y no a una fórmula mágica para instaurar la equidad y la justicia social de la noche a la mañana. Análogamente, enumerar bajo este epígrafe los problemas y los objetivos estratégicos equivalía a ignorar la diversidad de niveles socioeconómicos y grados de desarrollo alcanzados en los distintos países, lo cual no sintonizaba con la Constitución de la OIT ni con la Declaración de Filadelfia.

47. Era preciso aclarar varios puntos relacionados con la propuesta de establecer una oficina que estaría encargada del seguimiento de la Declaración. Se deberían dar más indicaciones sobre la composición de la Oficina, los departamentos y las divisiones de donde procedería su personal, su mandato y sus atribuciones. Lo ideal sería que el carácter y la composición de esta oficina estuviesen determinados por la naturaleza promocional de la Declaración y que, en tal sentido, su estructura fuese la de un órgano multidisciplinario, formado por expertos procedentes, entre otras divisiones, de la cooperación técnica y los servicios de relaciones laborales y administración del trabajo. Además, esta oficina debería encargarse de asegurar que el seguimiento tuviera fines estrictamente promocionales, asumiendo la plena responsabilidad por esta tarea. Por último, la oficina debería informar con detalle acerca de las actividades de promoción que se derivaran del seguimiento, y de la forma como encajarían en las actividades de cooperación técnica y la política de asociación activa.

48. El representante del Gobierno de Suecia se asociaba con la declaración precedente hecha en nombre de los países del Grupo IMEC, pero también quería hacer algunas puntualizaciones. Las áreas que formaban parte del mandato esencial de la OIT, es decir, la creación de empleos, la protección social, el tripartismo y el diálogo social, tenían gran validez y eran muy importantes en un mundo donde los mercados de trabajo eran identificables y estaban organizados. Según datos publicados en el Informe sobre el empleo en el mundo, de una población activa compuesta por 3.000 millones de personas, aproximadamente 1.000 millones estaban subempleadas o desempleadas. En vez de examinar problemas del mundo industrializado y de los sectores desarrollados del mundo en desarrollo, convendría observar algunos minutos de completo silencio para que el Consejo de Administración pudiera reflexionar sobre la medida en que la labor de la OIT y las propuestas de Programa y Presupuesto presentadas abordaban la difícil situación en que se encontraban estos 1.000 millones de hombres, mujeres y niños que eran trabajadores pobres y figuraban entre los más pobres de todos.

49. El representante del Gobierno de Finlandia apoyó la declaración hecha en nombre de los países del Grupo IMEC y agradeció a la Oficina los esfuerzos que había realizado con el fin de mejorar la transparencia general y el valor estratégico de las propuestas preliminares de programa y presupuesto. No estaba demás insistir en la importancia de que la OIT mantuviera un nivel de calidad elevado para seguir siendo competitiva, pero tantas eran las prioridades que no quedaba otra opción más que repartir magramente los recursos entre las numerosas actividades. Esta dificultad era más dolorosamente patente respecto al objetivo práctico 3 a), pues podía uno preguntarse qué normas no guardaban en sí mismas relación con la protección de los trabajadores. De todos modos, una organización mundial dotada de un mandato en el mundo del trabajo tenía mucho para hacer y no podía descuidar ninguna esfera de actividad. En lo tocante al párrafo 143 sobre los programas de acción, el orador dio su apoyo a los programas 1, 4, 8, 5, 16, 20, 23 y 7. Con respecto a las reuniones técnicas que se mencionaban en el párrafo 147, apoyó las núms. 4, 5, 6, 10, 7, 11 y 12.

50. El representante del Gobierno de Bangladesh respaldó las opiniones expresadas por el portavoz del Grupo de Asia y el Pacífico. Además, elogió a la Oficina por haber presentado las propuestas de Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001 en un documento de amplias miras. Estas propuestas contribuirían a fortalecer los principios constitucionales de la OIT relativos a los derechos fundamentales y al tripartismo, y eran una prueba fehaciente de la buena voluntad y la determinación de la OIT de institucionalizar los derechos fundamentales de los trabajadores y garantizar la justicia social en el lugar de trabajo. Estas propuestas darían asimismo realce a la noble misión que cumplía la OIT como conciencia social del mundo del trabajo.

51. Por medio de los programas de acción propuestos se debería hacer frente a los graves problemas socioeconómicos generados por la mundialización de la economía; para ello, sería menester fomentar el empleo de los jóvenes y reducir el desempleo y el número de los despidos que probablemente traería como corolario la enconada competencia que imponía la mundialización de la economía. Se requería un gran esfuerzo para crear empleos y capacitar a los trabajadores por medio de la orientación y la formación profesionales, así como para promover más y mejores puestos de trabajo para las mujeres. Era preciso dar un mayor apoyo al programa para racionalizar la capacidad de las organizaciones de empleadores de mejorar las relaciones de empleo en el lugar de trabajo, y era asimismo urgente que se fijaran iniciativas prioritarias para ayudar a reformar las organizaciones de trabajadores, a fin de fomentar un clima de sindicalismo constructivo.

52. El representante del Gobierno de Polonia manifestó su aprecio por el informe de la Oficina y apoyó los tres objetivos estratégicos que formarían las bases de la labor de la OIT en el bienio siguiente. Los créditos que se asignaban a estos objetivos eran acordes con las prioridades convenidas, aunque, por causa de la inflación, un presupuesto de crecimiento real cero entrañaría en la práctica un recorte de los recursos disponibles. De modo que, cuando se adoptaran decisiones respecto a las prioridades de los programas, incluidos los créditos para programas técnicos y regionales, sería preciso proceder a un cuidadoso estudio de la rentabilidad económica de cada programa operativo. El primer objetivo estratégico revestía una importancia particular para los países que estaban abocados a la transición económica y los países de Europa central y oriental, en especial en lo concerniente al objetivo operativo 1, c), y resultaba alentador saber que se estaban previendo varias formas de asistencia técnica, e incluso ayuda para idear estrategias de empleo y actividades de formación e información para las organizaciones de trabajadores. El orador estaba totalmente de acuerdo con la propuesta de que se asignara a esta categoría la tercera parte de los recursos previstos para todo el objetivo estratégico núm. 1. Aun así era dudoso que los fondos fuesen suficientes para la investigación regional e interregional, o las redes de información y enseñanza, pues estas actividades eran muy onerosas e implicarían no sólo una fuerte inversión inicial en materiales y equipos, sino también una alimentación continua de fondos para que pudieran llevarse a cabo. A este respecto, tal vez convendría aprovechar la experiencia acumulada por los sindicatos fuertes y experimentados de los países industrializados.

53. El segundo objetivo estratégico se refería principalmente a los problemas relacionados con el incremento de las oportunidades de empleo. El primer objetivo operativo fue el más amplio en cuanto a asignación de recursos, y no estaba claro si habría fondos suficientes para financiar todas las actividades descritas en los párrafos 79, 80 y 81 de las propuestas; quizás el proyecto fuese demasiado ambicioso. Las políticas de empleo e inversión y la formación de los trabajadores eran los medios más importantes para combatir el desempleo y no deberían excluirse del programa. Sin embargo, convendría distinguir entre lo que era factible mediante la financiación con cargo al presupuesto ordinario y los recursos adicionales y externos que serían necesarios y mediante qué fuente de financiación. Se podría utilizar el mismo razonamiento en apoyo de más proyectos de cooperación regional, similares a los programas de la CTPD (cooperación técnica entre países en desarrollo) que ya se habían aplicado con éxito. El Gobierno de Polonia estaría dispuesto a asistir y adaptar estos proyectos destinados a los países de Europa central y oriental, que podrían considerarse dentro del objetivo operativo 2, f), al tratar de la influencia de la OIT en el desarrollo de una política mundial y regional en relacionada con el empleo.

54. El tercer objetivo estratégico trataba de la protección de los trabajadores. En cuanto a los regímenes de seguridad social que se trataban en el objetivo operativo 3, b), se valoraba en sumo grado la prestación de apoyo técnico para el establecimiento de regímenes de seguridad social y la colaboración prevista de la OIT con otros organismos internacionales especializados y su Gobierno estaba de nuevo dispuesto a prestar asistencia en la formación de aquellas personas encargadas de la formulación y gestión de regímenes nacionales de seguridad social o en proporcionar instalaciones físicas para futuros programas, proyectos, seminarios, cursos prácticos u otras reuniones regionales.

55. A modo de conclusión, expresó su satisfacción porque las propuestas reflejarían el papel especial de la OIT en el seguimiento de las Cumbres de Beijing y de Copenhague y porque también reflejarían las prioridades en las actividades centrales del mandato de la OIT. Las propuestas definitivas del Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001 deberían tener plenamente en cuenta las observaciones formuladas por los países industrializados de economía de mercado (PIEM).

56. El representante del Gobierno de Brasil expresó su satisfacción por las propuestas de Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001. Pese a las limitaciones impuestas por el crecimiento cero debería otorgarse la máxima prioridad a los programas sustantivos, especialmente a las actividades de cooperación técnica, que eran de máxima importancia para los países en desarrollo. El Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001 debería ser lo suficientemente flexible como para que el nuevo Director General pudiera aplicar las políticas y prioridades de su administración y tener en cuenta las conclusiones que resulten de la discusión de su primera memoria que presentará ante la Conferencia Internacional del Trabajo de 1999. Entre los demás objetivos estratégicos de la OIT, otorgó especial importancia a la promoción del empleo y a la protección social, especialmente en programas relativos al empleo de los jóvenes y a la igualdad de oportunidades para las mujeres.

57. La Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo era uno de los elementos fundamentales en el Programa y Presupuesto, especialmente las actividades conexas de promoción y de cooperación técnica. En principio, apoyaba la propuesta de crear una oficina especial para coordinar las diferentes actividades inherentes a este proceso de seguimiento pero convendría que se presentase un documento en la próxima reunión del Consejo de Administración en el que se facilitase información más detallada sobre el funcionamiento y la estructura de la oficina especial y el marco de las actividades previstas.

58. Refiriéndose al párrafo 143, expresó su apoyo por los programas de acción núms. 1, 2, 3, 4, 6, 8, 12, 14, 19, 20, 21 y 23. En cuanto a las reuniones técnicas que se enumeran en el párrafo 147 expresó su apoyo por las núms. 1, 5, 6, 8, 10, 12 y 13.

59. El representante del Gobierno de Ucrania encomió el documento de la Oficina. Las propuestas reflejaban un régimen de crecimiento real cero, que redundaba en beneficio de todos los Estados Miembros de la OIT. Los tres objetivos estratégicos eran claros y lógicos y facilitarían las discusiones que tendrían lugar en el próximo mes de marzo. Expresó su apoyo por los programas sobre tripartismo y diálogo social, así como por las políticas y prácticas tendentes a promover la creación de empleos y proporcionar protección a los trabajadores. Con el tiempo, se podrían perfeccionar estos objetivos estratégicos de forma que tuvieran en cuenta en mayor grado los intereses de los países y regiones individuales. Su Gobierno estaba especialmente interesado en un programa especial para la rehabilitación social de las personas afectadas por el desastre de la central nuclear de Chernobyl, y expresó su confianza en que se asignarían recursos suficientes a este programa especial.

60. El representante del Gobierno de Alemania hizo suya la declaración del representante del Grupo de los PIEM, y agradeció a la Oficina la forma en que había presentado el nuevo marco presupuestario. Sin embargo, cabía señalar una pequeña errata en los párrafos 8 y 142, en los que se debería hacer referencia al crecimiento nominal cero y no al crecimiento real cero. Para comenzar la labor de modo que el seguimiento de la Declaración pueda ser operacional en el bienio 2000-2001, se había propuesto crear una oficina especial para coordinar todas estas actividades. En teoría, debería encargarse de la gama más amplia posible de tareas relacionadas con la Declaración de forma que se pudiese llevar a cabo esta labor de la forma más eficaz posible. En aras de la eficacia, quizás convendría fusionar la administración en las oficinas exteriores de la OIT y los equipos multidisciplinarios cuando ello fuese posible. En algunos lugares, comparten los locales pero disponen de estructuras y de una gestión diferentes. Si se fusionaran se podrían realizar importantes ahorros.

61. En lo que respecta a las actividades de formación profesional, la OIT podría incrementar su colaboración con la UNESCO a fin de evitar una inútil duplicación de esfuerzos. La OIT debería también aprovechar cualquier oportunidad para mostrar la calidad de su labor en todo el mundo. Recordó una sugerencia que se hizo en marzo de 1998 en la que se proponía que la OIT participara en la exposición universal, EXPO 2000, que tendría lugar en Hanover dentro de dos años. Entre los proyectos cabía citar un parque temático sobre el futuro de la mano de obra o el futuro del trabajo, que sería una plataforma ideal para la OIT. En octubre del año 2000 tendría también lugar un acontecimiento denominado «diálogo mundial», y sería conveniente que, de ser posible, asistiera el Director General. Se esperaba que los participantes sufragaran los costos del acontecimiento pero esto no debería suponer un obstáculo para la participación de la OIT.

62. Refiriéndose a los párrafos 143 y 147, expresó su apoyo por los programas de acción núms. 1, 5, 6, 7, 14 y 23 y por las reuniones técnicas núms. 2, 3, 4, 7, 10 y 15.

63. El representante del Gobierno del Panamá, hablando en calidad de coordinador del Grupo de las Américas, expresó su apoyo al nuevo marco presupuestario que proporcionaba mayor claridad e información más detallada mediante la presentación de objetivos estratégicos y operativos. Asimismo, apoyaban la propuesta de garantizar la suficiente flexibilidad en las propuestas de Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001 de forma que se pudiesen tener en cuenta las prioridades del Director General entrante. En lo que respecta a las prioridades y directrices en el seguimiento de la Declaración, el nombramiento de expertos no debería crear una duplicación de esfuerzos con las estructuras ya establecidas de la OIT. Asimismo, felicitó a la Oficina por su labor al presentar una amplia diversidad de opciones a la consideración del Consejo de Administración, y solicitó que el documento que habría de examinarse en la próxima reunión del Consejo de Administración tuviera plenamente en cuenta las opiniones expresadas por esta Comisión.

64. El representante del Gobierno del Reino Unido manifestó su gratitud a la Oficina por sus esfuerzos para responder a las preocupaciones de los Estados Miembros por reformar el proceso presupuestario. Expresó además su pleno apoyo a la declaración de la representante del Canadá, en nombre del Grupo de los PIEM y, aunque se podría poner en tela de juicio algún detalle de uno o dos objetivos estratégicos y operativos tal como se formulaban en el documento, el orador acogía con la mayor satisfacción la estructura general de este documento, en el que se fijaban objetivos estratégicos y prácticos, y que representaba en gran medida el statu quo (como podía observarse en el cuadro que figura en el párrafo 13 del documento) sin por ello dejar de ser prudente y sensato, puesto que la OIT estaba en un período de transición. El Programa y Presupuesto para el próximo bienio debería ser suficientemente flexible para que reflejase las prioridades del Director General electo porque, después de todo, él sería quien tuviese la responsabilidad definitiva de la aplicación del Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001. Debería establecerse un mecanismo que permitiese que estas consultas esenciales se celebrasen en el plazo de tiempo que va hasta marzo de 1999. Una vez terminado este proceso, se produciría una importante transferencia de recursos a los ámbitos prioritarios.

65. El Gobierno del Reino Unido respaldaba plenamente los cuatro ámbitos de prioridad que se determinan en la declaración de los países industrializados con economía de mercado (PIEM): el seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, la calidad del empleo, la protección y diálogo sociales, y las relaciones laborales. El primero de estos ámbitos, junto con la propuesta del Director General para crear una oficina especial, se discutirían la semana próxima en el Consejo de Administración. Era de la mayor importancia que las propuestas de Programa y Presupuesto de la OIT reflejasen la importancia que reviste hacer realidad los principios y los derechos que se contienen en la Declaración, así como asignar suficientes recursos presupuestarios a los programas relativos al trabajo infantil. Además, deberían centrarse muy especialmente en la creación de empleo y en la educación y formación que permitan obtener un empleo y mantenerse en él. Señaló el decidido apoyo que ya han manifestado a esta orientación política los empleadores, los trabajadores y algunos Estados Miembros.

66. Las redes de seguridad social constituían una parte importante de la protección social, y la crisis financiera de los últimos meses había ilustrado ya las enormes dificultades que acarrea la falta de fundamento de los sistemas de protección social y de las políticas activas de mercado de trabajo para conseguir que la gente vuelva a tener empleo. El tripartismo (que es la piedra angular de la OIT) debería reforzarse, invitando a los asociados de todo el resto del sistema de las Naciones Unidas, así como a las empresas multinacionales y a la sociedad civil en general a tomar parte en un gran diálogo que contribuyese al logro de los objetivos estratégicos de la OIT. El párrafo 8 del documento de la Oficina se refería a una tasa de crecimiento real cero para el presupuesto. Pero, por lo menos a efectos de planificación, la Oficina debería basar sus propuestas en un presupuesto de crecimiento nominal cero, habida cuenta del escaso índice de inflación que existe en Suiza y del elevado porcentaje de gastos de la OIT que se efectúan en francos suizos.

67. El objeto principal de este debate estriba en decidir qué información es la que hay que discutir en las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001, en la próxima reunión del Consejo de Administración que se celebrará en marzo de 1999. La declaración de los PIEM había solicitado ya un documento que contenía unas asignaciones indicativas para cuatro bloques estratégicos del programa, y otro más para los órganos de administración y de políticas a seguir, además de un segundo documento (o anexo) que se base en el documento tradicional de Programa y Presupuesto. En teoría, el proceso presupuestario debería ser dirigido en adelante por el primero de estos documentos, al tiempo que el segundo de ellos, basado en la presentación tradicional del presupuesto, sería una comparación entre varios bienios. Cuando el proceso de elaboración estratégica del presupuesto estuviese plenamente enraizado en la OIT, el segundo documento quedaría superado y resultaría superfluo. Para terminar, manifestó su aprecio por el documento de la Oficina y dijo que esperaba con el mayor interés las propuestas detalladas de Programa y Presupuesto para 2000-2001.

68. El representante del Gobierno de la Argentina también manifestó su aprecio por el documento de la Oficina, que a su juicio constituía un importante paso adelante en el proceso presupuestario. Muchos oradores habían pedido más claridad y detalles más completos en la presentación de las prioridades y de las actividades, y esto daría más flexibilidad y haría mucho más fácil hacer ajustes en las propuestas de Programa y Presupuesto en la próxima reunión de marzo del Consejo de Administración, así como en la Conferencia de junio de 1999. El seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo constituiría una actividad importante en el próximo bienio, y por su parte manifestaba que no tenía objeciones de fondo a la propuesta del establecimiento de una oficina, cuya función debería ser, fundamentalmente, de coordinación y articulación de esta labor. Habida cuenta de las consecuencias a largo plazo de este seguimiento en las labores políticas y operacionales de la OIT, convendría que esta nueva oficina informase directamente a la dirección al más alto nivel.

69. La formulación de los objetivos estratégicos en el documento no estaba del todo clara, y en algunos puntos resultaba incluso incoherente. Las propuestas del Grupo de los PIEM eran más claras y lógicas, de modo que tal vez lo más adecuado fuese adoptar su formulación. Asimismo, respaldaba plenamente la idea de un cuarto objetivo estratégico sobre el diálogo social y las relaciones laborales, tal como se contenía en las propuestas de los PIEM. En relación con los programas de acción que se describen en el párrafo 143, daba su apoyo a los núms. 1, 2, 5, 9, 12 y 14. Respecto a las reuniones técnicas que se consignan en el párrafo 147, daba su apoyo a las reuniones propuestas núms. 4, 6, 7, y 10.

70. El representante del Gobierno de Italia se asociaba a la declaración de la representante del Canadá en nombre del Grupo de los PIEM. Apoyaba especialmente el primero de los cuatro bloques estratégicos de programa sobre los derechos y principios fundamentales en el trabajo, que incluiría programas sobre el trabajo infantil y el seguimiento de la Declaración. El párrafo 30 del documento de la Oficina ponía de relieve la necesidad de intensificar los esfuerzos de movilización de recursos extrapresupuestarios desplegados por la Oficina para financiar las labores de cooperación técnica en el seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. El documento de la Oficina describía las propuestas para modernizar los sistemas informáticos de la OIT. Como otros varios oradores anteriores, no estaba de acuerdo con la propuesta de establecer un fondo especial extrapresupuestario para financiar estos gastos. Desde entonces, se habían hecho nuevas propuestas a la Comisión, que merecían un estudio más detallado para que este tema pudiese ser considerado de nuevo en la próxima reunión del Consejo de Administración. Como comentario final, en vez de crear un nuevo departamento, quizá fuese más adecuado nombrar a un alto funcionario que supervisase el seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo.

71. El representante del Gobierno de Egipto respaldaba sin reservas la declaración del representante de Argelia en nombre del Grupo Africano. La OIT tenía que idear nuevas estrategias y nuevas orientaciones para hacer frente a los muchos desafíos que tenía planteados. Habida cuenta del nivel de contribuciones que no se habían pagado y de la disminución de los fondos extrapresupuestarios, estaba claro que los recursos eran limitados. Por lo tanto, la OIT debería concentrarse en la mejora de las condiciones de los trabajadores y en el alivio de la pobreza, teniendo en cuenta al mismo tiempo las repercusiones sociales de la mundialización. El régimen de crecimiento cero que se proponía para el bienio 2000-2001 haría muy difícil, si no del todo imposible, que la OIT respondiese adecuadamente a los retos que tenía plantados. Había que encontrar más fondos para las actividades prioritarias, y la Oficina había de seguir haciendo ahorros siempre que fuese posible. En el documento de la Oficina se indicaba que las actividades de cooperación técnica desempeñarían un importante papel en las labores de seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. Sin embargo, las partidas recogidas en los programas técnicos tan sólo habían experimentado un incremento modesto, por lo que sería necesario proceder a nuevas asignaciones para garantizar la eficacia de las actividades de seguimiento. Otra propuesta se refería a la creación de una oficina encargada de realizar la labor de seguimiento, pero no quedaba claro si ésta era realmente necesaria ni si se aprovecharían mejor los recursos dedicándolos a programas de promoción y asistencia técnica, que tenían mayor alcance. Sería probablemente más eficaz llevar a cabo el seguimiento de la Declaración en el marco de la política de asociación activa. Habida cuenta de los problemas económicos y sociales en diversas partes del mundo, parecía que el nivel de recursos para la ratificación de convenios y normas laborales sobre protección de los trabajadores era demasiado elevado. Los recursos dedicados al alivio de la pobreza y a la mejora de la situación de los trabajadores ya eran insuficientes, y no deberían ser objeto de nuevos recortes.

72. Las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001 deberían prestar mayor atención a los programas relacionados con el alivio de la pobreza y el aumento de las oportunidades de empleo, ya que de otro modo peligrarían los derechos de los trabajadores. Del mismo modo, las propuestas relacionadas con los programas principales regionales deberían encaminarse a reforzar la política de asociación activa. El incremento del 10 por ciento de los recursos extrapresupuestarios totales para actividades de cooperación técnica era buena muestra de los resultados de la estrategia de movilización de los recursos, pero este compromiso debería reflejarse también en otras áreas. Por ejemplo, la estructura del EMD que abarca los cinco países del norte de Africa y el Sudán debería reforzarse, y deberían asignarse prioritariamente nuevos recursos a los países industrializados con economía de mercado (PIEM).

73. El tripartismo es un concepto fundamental en la OIT, y desempeña un importante papel a la hora de contribuir a reforzar la democracia, crear empleos, mitigar la pobreza y proteger a los trabajadores, así como en la mejora del diálogo entre los diversos órganos de la OIT. También debería desempeñar un papel más importante en relación con la igualdad entre hombres y mujeres y la mejora de la protección y la seguridad social de los trabajadores. Puesto que muchos países africanos se encontraban inmersos en programas de ajuste estructural, debería darse mayor énfasis a los programas destinados a mejorar el crecimiento económico y las oportunidades de trabajo productivo. Lógicamente, todas estas sugerencias tienen implicaciones financieras. Deberían realizarse estudios preliminares para determinar lo que podría lograrse con un régimen de crecimiento cero, con miras a formular propuestas firmes a la próxima reunión del Consejo de Administración. Los objetivos estratégicos del proceso de programación y presupuesto deberían concentrarse en la creación de empleo y la mitigación de la pobreza, la democracia y los derechos humanos y la protección de los trabajadores. Expresó su apoyo a los programas de acción enumerados por el representante argelino en nombre del Grupo Africano, y citó como reuniones técnicas prioritarias las correspondientes a los núms. 1, 4, 5, 6, 8, 12 y 13 de las que se recogen en el párrafo 147 del documento de la Oficina.

74. El representante del Gobierno de Francia expresó su agradecimiento por el documento de la Oficina y se sumó a las observaciones del representante del Canadá en nombre del Grupo de los PIEM. De los cuatro objetivos estratégicos descritos en la declaración de los PIEM, tan sólo el último se apartaba de los recogidos en el documento de la Oficina, pero no por ello dejaban de ser bastante compatibles. Para la mayoría de los Estados Miembros, las actividades de seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague abarcaban la práctica totalidad de los ámbitos de competencia y conocimientos expertos de la OIT, pero en especial las actividades relativas a la creación de empleo. La Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento suponía una nueva pero importante actividad para la OIT. Sin embargo, cabía preguntarse acerca de la oportunidad de crear una nueva oficina para llevar a cabo la labor de seguimiento, pues no era ésta en cualquier caso la mejor solución. Al tiempo que señaló que aún habría oportunidad de discutir este asunto durante la semana siguiente, afirmó que el nivel del presupuesto no constituía un fin en sí mismo, y confiaba en que el mismo reflejaría plenamente las prioridades acordadas por los Estados Miembros. Al referirse a los programas de acción enumerados en el párrafo 143 y a la lista de reuniones técnicas del párrafo 147, observó que era difícil clasificarlos por orden de prioridad en este momento, y que sería preferible volverlos a examinar en fecha posterior.

75. El representante de los Estados Unidos se sumó a los oradores anteriores para felicitar a la Oficina por su respuesta a las preocupaciones relativas a la necesidad de reformar el proceso presupuestario. El documento de la Oficina suponía un paso importante para satisfacer la solicitud del Consejo de Administración de que se ofreciera una presentación del presupuesto con un formato más personalizado que destacara las actividades programáticas de la OIT en el contexto de los objetivos estratégicos principales y secundarios que se suponía habían de alcanzar. Se aplaudió la propuesta de la Oficina de introducir objetivos específicos, productos e indicadores del logro de objetivos mensurables en el Programa y Presupuesto que se estaba elaborando. Se mostró totalmente de acuerdo con las observaciones formuladas por el representante del Canadá cuando habló en nombre de los PIEM acerca de este documento y de los acontecimientos relacionados con el Programa y Presupuesto que habrían de producirse el próximo año.

76. En el contexto del documento de la Oficina, la promoción de los derechos fundamentales en el trabajo revestía tal importancia básica y crítica que debería constituir por sí sola un objetivo estratégico. De manera similar, también la promoción del diálogo social, incluido el tripartismo, podía constituir un objetivo estratégico por sí mismo.

77. El Gobierno de los Estados Unidos apoyaba decididamente las actividades normativas de la OIT y consideraba oportuno el hecho de que se reconociera en el documento presentado a la Comisión la necesidad de financiar íntegramente el mecanismo de seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, que se adoptó durante la última reunión de la Conferencia. Sin embargo, no consideraba oportuno que esta Comisión examinara los detalles de dicho mecanismo de seguimiento, pues la discusión de los mismos debería dejarse al Consejo de Administración durante la semana siguiente. Hasta entonces, era esencial que esta Comisión especificara que las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001 deberían incluir recursos suficientes para financiar en su integridad las actividades de seguimiento efectivo de la Declaración. También expresó su decidido apoyo a la asistencia técnica de la OIT como medio para cumplir el mandato de la Organización, y se mostró complacido por su incorporación como instrumento clave para lograr los objetivos prioritarios propuestos. Sin embargo, era necesario un seguimiento y una evaluación permanentes y objetivos de las actividades de asistencia técnica de la OIT y de la política de asociación activa, para garantizar la eficacia y efectividad tanto de las actividades de la OIT como de sus mecanismos de ejecución.

78. Seguía la preocupación entre los miembros del Consejo de Administración por los fundamentos y la efectividad de la actual estructura sobre el terreno de las oficinas regionales, las oficinas de zona y los equipos multidisciplinarios, y cabía felicitarse por el hecho de que la Oficina tuviera previsto revisar la organización y cobertura de las estructuras exteriores. Sin embargo, antes de proceder a dicha revisión y en espera de que la reunión de la Conferencia de junio de 1999 examine las actividades de cooperación técnica de la OIT, resultaría prematuro respaldar la creación de dos o tres equipos multidisciplinarios adicionales.

79. Causaba consternación el que, a pesar de algunos de los progresos logrados, la Comisión se enfrentara a la perspectiva de no disponer de un análisis relativo a la eficacia o utilidad de los programas en el actual bienio. Ello significaba que no existía una base objetiva sobre la cual decidir la manera de reasignar los recursos entre las prioridades que competían entre sí para el bienio 2000-2001. Las reuniones y los programas de acción propuestos que se sometían a examen no podrían, en consecuencia, evaluarse adecuadamente por carecer de contexto. Según el texto resumido presentado, todos ellos parecían presentar méritos.

80. Se echaba en falta un informe sobre la eficacia de los programas de la lista que ya se hubiesen iniciado, así como el punto de vista de la Oficina sobre la importancia relativa de cada programa y de cada reunión para alcanzar los objetivos prioritarios globales de la OIT. Se estaba pidiendo al Consejo de Administración que adoptara importantes decisiones basándose en criterios pasionales, o, lo que es peor, en prejuicios políticos. Una mejor manera de enfocar esas decisiones sería examinarlas en la próxima reunión del Consejo de Administración disponiendo de datos adicionales y contrastándolas con otras propuestas de programa y los objetivos estratégicos revisados que deberían contribuir a alcanzar. En este contexto, constituiría una excepción la propuesta para celebrar una reunión de expertos sobre los trabajadores en situaciones que necesitan protección. Esta reunión respondería a la resolución que adoptó la Comisión sobre el trabajo en régimen de subcontratación de la reunión de 1998 de la Conferencia, que pidió que una reunión de expertos examinara las cuestiones discutidas en la Comisión y formulara recomendaciones para proceder a una discusión adicional sobre la formulación de normas relativas a este tema en la reunión de 2002 de la Conferencia.

81. Los cuatro objetivos de toda la Oficina destinados a promover la eficacia y la visibilidad de la OIT eran importantes y necesarios para los esfuerzos destinados a consolidar su papel en la comunidad internacional. La supervisión y la evaluación actuales de los programas y los sistemas de ejecución de la OIT eran esenciales para garantizar su pertinencia, su calidad y su eficacia. Era satisfactorio ver que se hacía hincapié en el objetivo «A» de toda la Oficina para que los principios, políticas y acción de la OIT sean bien conocidos. A estos efectos, en el proyecto de las propuestas de Programa y Presupuesto que se han de examinar en la próxima reunión del Consejo de Administración debería incluirse un enfoque coordinado de las relaciones públicas y de las actividades para recabar fondos. La OIT necesitaba mucho una estrategia de relaciones públicas coordinada para comercializarse a sí misma -- no ante sus mandantes tradicionales, sino entre los autores de las legislaciones, los responsables de las decisiones y los grupos de interés influyentes. Las estructuras exteriores debían desempeñar un papel clave en una estrategia planificada en Ginebra.

82. Del mismo modo, en la medida en que estaba previsto que el Programa y Presupuesto no variaría, la capacidad para recabar fondos sería determinante en la capacidad de la Organización para recabar los recursos extrapresupuestarios que necesitaba para atender las soluciones de servicios cada vez más numerosas. La OIT competía con otras organizaciones e instituciones internacionales por obtener un reconocimiento y apoyo públicos, si no los lograba sólo podía culpar de ello a sí misma.

83. En relación con las proporciones globales del Programa y Presupuesto, la OIT debía mantenerse dentro de sus posibilidades financieras y debería formular un presupuesto inferior al del ejercicio de 1998-1999, en otras palabras, debía registrar un crecimiento nominal inferior a cero. La situación financiera y económica de muchos países seguía siendo demasiado incierta y, por lo tanto, no era el momento de aumentar las contribuciones aumentando el presupuesto. Los gobiernos estaban reduciendo sus gastos; las organizaciones también deberían hacerlo. Había que rechazar el método (cómodo, pero contraproducente) de aprobar presupuestos basados en un statu quo.

84. El Gobierno de los Estados Unidos seguía comprometido en cumplir sus obligaciones actuales con las organizaciones internacionales, incluida la OIT. De hecho, daba un fuerte respaldo a la OIT: el mes pasado, el Congreso asignó 30 millones de dólares para luchar contra el trabajo infantil, y la casi totalidad de esta suma se destinaría a las contribuciones voluntarias del programa IPEC de la OIT. La Oficina debería proseguir sus consultas a medida que avanza en el desarrollo de sus propuestas de Programa y Presupuesto que se han de examinar en la próxima reunión del Consejo de Administración, en particular, debería tener en cuenta las opiniones del Consejo de Administración y, sin prejuicio de la autoridad del actual Director General, las opiniones de Director General electo. Para terminar, quiso expresar su satisfacción por las medidas sumamente positivas observadas en el documento presentado a la Comisión, y expresó su deseo de trabajar con la Oficina y con el nuevo Director General para elaborar el documento definitivo del presupuesto.

85. El representante del Gobierno de China manifestó su satisfacción por el documento de la Oficina, que tenía importantes repercusiones para la dirección y el desarrollo de la OIT en el próximo siglo. La influencia de la mundialización económica y del progreso tecnológico estaba dando como resultado importantes cambios en el mundo del trabajo y las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001 deberían ser lo suficientemente flexibles como para tomar en cuenta estos cambios. Dio todo su apoyo a la declaración del representante del Japón en calidad de portavoz del Grupo de Asia y el Pacífico. En los próximos años, los principales retos que tendrá el mundo del trabajo serán indudablemente la creación de empleos y la erradicación de la pobreza. La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague estableció acertadamente la promoción del empleo como una prioridad importante para el desarrollo económico y social de todos los países. La OIT tenía un importante papel que desempeñar para responder a este reto, pero sólo podría lograrlo haciendo de él una de sus máximas prioridades. Había que lamentar que en los últimos diez años la OIT no hubiera dado suficiente importancia a la promoción del empleo, y con esto se arriesgaba a que esta función fuese asumida por otras organizaciones internacionales.

86. La protección de los trabajadores y la mejora de las condiciones de trabajo también se había convertido en una importante prioridad debido a las amenazas que constituían la mundialización económica y el progreso tecnológico. También se planteaban importantes problemas en el campo de la protección social, y la OIT debería estar al frente de la labor relacionada con las pensiones, el seguro médico y otras cuestiones afines.

87. Más de dos terceras partes de los Miembros de la OIT eran países en desarrollo o países en transición. La OIT debería hacer un examen exhaustivo de sus necesidades y de las maneras en que se les podría prestar asistencia con actividades de cooperación técnica. Por supuesto, estos programas estaban sujetos a limitaciones financieras, pero la Oficina debería encontrar maneras de ampliar estas actividades mediante la utilización de recursos extrapresupuestarios. Por lo que se refiere a los programas de acción enumerados en el párrafo 143, expresó su apoyo a los programas núms. 1, 2, 4, 6, 10, 12, 13, 15, 18, 19, 20 y 21. En cuanto a las reuniones técnicas descritas en el párrafo 147, expresó su apoyo a las núms. 1, 2, 4, 8, 12, 13 y 14.

88. El representante del Gobierno de Sudáfrica expresó su sincera satisfacción por la manera concisa y detallada en que la Oficina había preparado el documento presentado a la Comisión, que satisfacía en gran medida los deseos expresados por el Consejo de Administración en marzo de 1998. Los hechos recientes bastaban para prever cuáles serían las principales preocupaciones de la OIT en el nuevo milenio. En primer lugar, la adopción histórica de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento, exigía una reestructuración de las prioridades en las propuestas de Programa y Presupuesto, y en la propia Oficina, a fin de fomentar los esfuerzos de la Organización para promover el cumplimiento de los derechos fundamentales de los trabajadores. En segundo lugar, la rápida difusión de los problemas financieros en los mercados de todo el mundo desde que se inició la crisis financiera de Asia hace 17 meses había destacado la urgente necesidad de encontrar un equilibrio entre el liberalismo del mercado y la justicia social. El Programa y Presupuesto de la OIT debería reflejar esta realidad y desplegar los recursos suficientes para contribuir a detener posibles y peligrosos estallidos de carácter social. Las redes de seguridad social deberían ser el fundamento de este importante objetivo, la orientación estratégica global de la Organización a este respecto debería centrarse en cuestiones relacionadas con el conjunto del fenómeno de la mundialización, en otras palabras, sus repercusiones sobre el trabajo y el empleo. En tercer lugar, El trabajo en el mundo 1998-1999 describe una situación mundial del empleo nada halagüeña, en particular en los países en desarrollo. La Organización, en lugar de limitarse a responder a esta situación, debería ayudar a los mandantes en sus esfuerzos para desarrollar estrategias destinadas a luchar contra el desempleo y la pobreza.

89. En cuarto lugar, las actividades de la Organización deberían basarse en un continuo esfuerzo por promover y establecer el verdadero tripartismo y diálogo social, sin los cuales su labor no tendría sentido. En el contexto del diálogo social, la Organización y sus mandantes no podían seguir pasando por alto la presencia de una nueva sociedad civil, que estaba continuamente pidiendo poder intervenir en los debates sobre el empleo y la política social. En efecto, la mundialización había provocado una proliferación y diversificación del panorama, y era necesario examinar detenidamente las repercusiones.

90. El marco de programación debería reflejar estos objetivos estratégicos de forma más detallada. En lo que respecta a los parámetros de recursos, las propuestas de Programa y Presupuesto deberían ser lo suficientemente flexibles como para poder incorporar las nuevas prioridades del Director General. Era de lamentar que las propuestas de Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001 reflejaran simplemente el statu quo. Muchos Miembros habían esperado que se incrementarían los recursos para la cooperación técnica, especialmente habida cuenta de los acontecimientos recientes.

91. El mantenimiento del actual nivel de recursos para los servicios regionales y programas operativos era motivo de mayor preocupación. La experiencia reciente había demostrado que los programas regionales existentes, junto con la política de asociación activa, eran indispensables para la consecución de los objetivos de la Organización. Las reducciones de gastos propuestas para los programas regionales deberían llevarse a cabo de una forma transparente que prevea la consulta con los países afectados. La propuesta de crear una oficina que se encargaría del informe anual sobre los convenios no ratificados así como del informe global requería un examen serio y profundo. No cabía duda de que un proyecto tan importante como la Declaración precisaría un apoyo técnico y administrativo con miras a facilitar la aplicación de la acción de seguimiento. Sin embargo, la Comisión debería tener cuidado en no sentar un precedente para los programas futuros de la Organización. No debería ser la norma crear una oficina especial cada vez que la Organización emprendiera un programa principal.

92. Para que en su próxima reunión el Consejo de Administración pueda adoptar una decisión fundada a este respecto, la Oficina debería determinar el mandato, el alcance y la incidencia de dicha oficina en relación con otros programas conexos y convendría también aclarar la relación de esta Oficina con otras oficinas regionales, oficinas de zona y equipos multidisciplinarios.

93. En lo que respecta a la selección de programas de acción, sería esperar demasiado que la Comisión aceptara unánimemente 12 de los 23 programas propuestos, y hubiera sido de gran ayuda para la Comisión si la Oficina hubiera propuesto criterios que le permitieran hacer elecciones. De los programas de acción que se describen en el párrafo 143, expresó su apoyo por los núms. 1, 2, 3, 8, 10, 12, 14, 18, 19, 20, 21 y 23. En lo que respecta a la reuniones técnicas que se describen en el párrafo 147, expresó su apoyo por las núms. 1, 6, 7, 10, 13 y 14.

94. El representante del Gobierno de la República de Corea subscribió plenamente la declaración del portavoz del Grupo de Asia y el Pacífico. En los últimos meses, había aumentado de forma alarmante el desempleo en la región de Asia y el Pacífico, lo que en parte obedecía al proceso de mundialización pero sobre todo al fracaso económico de algunos países. La duodécima Reunión Regional Asiática que tuvo lugar el pasado diciembre y la Reunión tripartita de alto nivel que se celebró en abril de este año se habían centrado en el problema del desempleo y en la necesidad de establecer programas de protección social en la región. Estas cuestiones deberían ser ahora de máxima prioridad para la OIT. Ello no suponía que las demás actividades de la OIT no fueran importantes, sino que, por el momento, se les debería dar menos prioridad. El empleo estable y productivo era indispensable para el logro de la justicia social y la protección de los derechos fundamentales.

95. El representante del Gobierno de Hungría encomió el documento de la Oficina e hizo plenamente suya la declaración del portavoz del Grupo de los PIEM en relación con la formulación de los principales objetivos estratégicos del programa. Asimismo, expresó su apoyo por el principio de crecimiento real cero y por introducir cierta flexibilidad en las propuestas de Programa y Presupuesto de modo que tuvieran en cuenta las prioridades del nuevo Director General y los resultados de las discusiones que tengan lugar en la Conferencia de 1999. El establecimiento del marco de objetivos estratégicos y operativos era un paso positivo y suscribía plenamente el objetivo operativo 2 b), que trata de las políticas y programas de desarrollo empresarial favorables al empleo.

96. La tarea más importante a la que se enfrentaría el Gobierno húngaro en los años venideros era la creación de puestos de trabajo y oportunidades de empleo. Al igual que otros, concedió gran importancia a la creación de condiciones propicias para que las pequeñas y medianas empresas pudieran desarrollar sus actividades y de esta forma contribuir al crecimiento económico y al aumento de las oportunidades de empleo. De los programas de acción que se enumeran en el párrafo 143 expresó su apoyo especialmente por los núms. 1, 6, 8 y 9. De las reuniones técnicas que se describen en el párrafo 147 expresó su apoyo por las núms. 1, 3, 4, 6, 7. 12 y 13.

97. El representante del Gobierno del Japón valoró positivamente el nuevo marco de las propuestas de Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001. De las declaraciones del Grupo de los PIEM y de los representantes del Grupo de Asia y el Pacífico así como de las declaraciones de los delegados gubernamentales y de los empleadores y trabajadores, parecía desprenderse que había un amplio consenso respecto a las propuestas de Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001. No sería una tarea difícil que el documento que habría de considerarse en la próxima reunión del Consejo de Administración incorporara todas las opiniones expresadas.

98. Al examinar más de cerca las propuestas, el objetivo estratégico núm. 1 incluía el tripartismo y la promoción del diálogo social y la cooperación con otros organismos internacionales. Sin embargo, estos elementos eran afines a todas las actividades de la OIT y no eran exclusivos del objetivo estratégico núm. 1. Sería más conveniente si los objetivos operativos 1 c), 1 d) y 1 e) se transferían a un objetivo estratégico separado. El documento también hacía referencia al establecimiento de una oficina que se encargaría del seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. La labor de seguimiento debería ser una actividad de promoción y dado que estaría estrechamente relacionada con los programas de cooperación técnica debería concebirse un mecanismo para garantizar la estrecha colaboración entre los departamentos de cooperación técnica y la nueva oficina.

99. En lo que respecta a la política de asociación activa, quizás fuera a estas alturas conveniente aclarar las funciones desempeñadas por la sede, las oficinas regionales, las oficinas locales y los equipos multidisciplinarios. La propuesta de constituir un nuevo equipo multidisciplinario podría discutirse durante el presente ejercicio. Expresó su apoyo por el principio de crecimiento nominal cero así como por introducir cierta flexibilidad en las propuestas de Programa y Presupuesto de forma que pudieran tener en cuenta las opiniones del Director General entrante. Sin embargo, el Consejo de Administración debería celebrar discusiones pormenorizadas en su próxima reunión de marzo conforme a su práctica habitual y, de ser posible, apuntar a la adopción final del presupuesto en la Conferencia de junio.

100. El representante del Gobierno de México insistió en que la OIT debería tener como primera prioridad la promoción y creación de empleos, en vista de la contribución que ello supondría a la erradicación de la pobreza. Las máximas prioridades para el próximo bienio deberían ser: el empleo, las condiciones de trabajo, la protección social, las normas internacionales del trabajo y el diálogo social. Los recursos para las actividades de cooperación técnica y de ámbito regional deberían ampliarse y, por su parte, acogía con satisfacción el establecimiento propuesto de dos nuevos equipos multidisciplinarios porque esto fortalecería la política de asociación activa. Respaldaba las declaraciones anteriormente efectuadas por varios oradores que solicitaban más información sobre la propuesta de establecer una oficina para el seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, y en relación con los propuestos programas de acción que se describen en el párrafo 143, manifestaba su apoyo a los programas núms. 1, 3, 5, 6, 7, 11, 12, 15, 16, 17 y 22. De las reuniones técnicas que se enumeran en el párrafo 147, daba su apoyo a las núms. 1, 3, 4, 8, 9, 10, 11 y 12.

101. El representante del Gobierno de la Federación de Rusia manifestaba su aprecio por el documento de la Oficina y acogía con satisfacción la nueva presentación de los objetivos estratégicos y operativos para el bienio 2000-2001. Una de las máximas prioridades para el próximo bienio debería ser el establecimiento y aplicación de un mecanismo eficiente para el seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo. Era importante tener en cuenta los puntos de vista de todos los participantes en esta discusión, así como garantizar que el mecanismo de seguimiento se adoptase por consenso. La Oficina debería también brindar las informaciones adicionales sobre el establecimiento de la oficina propuesta para ser responsable del informe anual, lo cual simplificaría la búsqueda de una solución aceptable para todos. Otra prioridad era la promoción de la cooperación técnica y de la asociación activa, que contribuiría a mejorar el diálogo social entre los asociados tripartitos, particularmente en el proceso de elaboración de los objetivos por país. Era importante revisar estos objetivos por país, sobre todo en los países cuyos problemas sociales habían sido recientemente puestos de relieve por la OIT y otras organizaciones internacionales. En su país, desde el principio los equipos multidisciplinarios habían sido integrados en las actividades operativas de la Oficina, y ello había mejorado su eficiencia organizativa. Respecto a las prioridades en los programas de acción y en las reuniones técnicas, sería mejor posponer las decisiones por el momento, de modo que las prioridades del nuevo Director General pudiesen quedar reflejadas en las propuestas definitivas. Por su parte, el orador esperaba que los miembros del Consejo de Administración serían unánimes en comprender la necesidad de un Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001 que se basase en un crecimiento nominal cero.

102. La representante del Gobierno del Canadá señaló que su delegación apoyaba sin reservas la declaración de los PIEM. No obstante, Canadá deseaba también manifestar su aprecio a la Oficina y en especial al Director de la Oficina de Programación y Gestión, el Sr. Kirazbaum, y a sus colegas por sus esfuerzos para elaborar un documento de Programa y Presupuesto con una presentación clara e inteligible que había facilitado grandemente esta discusión.

103. El Sr. Blondel, hablando en nombre de los miembros trabajadores, pensaba que sería útil en este momento tener una presentación por parte del Director General ante la Comisión de Programa, Presupuesto y Administración sobre el seguimiento de la Declaración, pero advertía que esto había sido planificado para la reunión del Consejo de Administración. El orador se mostró realmente angustiado en relación con algunas declaraciones que parecían suponer que los programas de desempleo y protección social iban a recibir mayor prioridad que los relativos a las normas del trabajo. Los trabajadores preferirían que las normas del trabajo fuesen dotadas de la mayor prioridad, puesto que entendían que una de sus ventajas más importantes era precisamente la promoción de la democracia. Para terminar, observaba que el método para decidir las reuniones técnicas que se preferían de entre las enumeradas en el párrafo 147, tenía más parecido con una lotería que con un verdadero intento de llegar a un consenso. La lista de preferencias que él había suministrado era meramente indicativa y podría ser modificada como resultado de un debate.

104. El Director General declaró que la Oficina tomaba nota del conjunto de las observaciones que le habían sido formuladas a lo largo del debate. Inmediatamente después de la reunión del Consejo de Administración, los servicios correspondientes entrarán en contacto con el Sr. Somavía y su equipo de transición para que puedan preparar conjuntamente los documentos presupuestarios del mes de marzo a la luz de las indicaciones del nuevo Director General y de las orientaciones formuladas por la Comisión.

105. El Director General expresaba también el deseo de que la voluntad de flexibilidad que se manifestaba para este período de transición no se limite a un regalo de bienvenida al nuevo Director General, sino que constituya una verdadera muestra de confianza que el Consejo no cese de testimoniarle a todo lo largo de su mandato.

106. En relación con el punto planteado por el Sr. Blondel, el Director General indicaba que estaba perfectamente dispuesto a tomar la palabra ante la Comisión o en la reunión del Consejo de Administración, la semana próxima. Si el Consejo estaba de acuerdo, por su parte desearía hacer una serie de propuestas en la apertura de los debates de la semana próxima, de modo que ello respondiese por adelantado a diversas interrogaciones y cuestiones. Corresponde al Presidente y al Consejo de Administración decidir, la semana próxima, las modalidades de esta intervención.

107. La Comisión pidió a la Oficina que tuviese en cuenta las opiniones expresadas en relación con las prioridades clave para el próximo bienio y, más específicamente, en relación con la selección de los programas de acción y las reuniones técnicas que han de incluirse en las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001.

Ginebra, 17 de noviembre de 1998.

(Firmado)   Sr. Marshall,
Ponente.


1. Documento GB.273/PFA/7.


Puesto al día por VC. Aprobada por NdW. Ultima actualización: 26 de febrero de 2000.