Los guardianes de prisión vigilan a los detenidos y mantienen la disciplina
en cárceles, penitenciarías y reformatorios.
Sus tareas incluyen las siguientes:
a) registrar a los nuevos reclusos, poner sus valores en custodia,
escoltarlos hasta sus celdas y encerrarlos en ellas;
b) inspeccionar periódicamente las celdas;
c) vigilar a los reclusos durante su trabajo, sus comidas y sus paseos, y
recorrer y vigilar las diferentes partes de la prisión, a fin de evitar
evasiones;
d) desempeñar tareas afines;
e) supervisar a otros trabajadores.
Entre las ocupaciones comprendidas en este grupo primario figura la siguiente: