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89.reunión, 5 - 21 de junio de 2001

Informe de la Comisión de la Seguridad Social

Informe

Presentación, discusión y adopción
 

Original inglés: La PRESIDENTA — Vamos a proceder ahora al examen del informe de la Comisión de la Seguridad Social, que figura en las Actas Provisionales núm. 16. Tiene la palabra el Sr. Laroque, Ponente de la Comisión, para que presente el informe.

Original francés: Sr. LAROQUE (consejero técnico gubernamental, Francia; Ponente de la Comisión de la Seguridad Social) — En calidad de Ponente de la Comisión de la Seguridad Social, tengo el honor de presentar el informe de la Comisión ante la 89.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo. El informe fue aprobado por la Comisión el lunes día 18 de junio. El debate de la Comisión se ha referido a una serie de cuestiones definidas en el informe VI sobre Seguridad social: temas, retos y perspectivas. La gran calidad de este informe fue señalada por los delegados, aunque algunos aportaron matices sobre algunos aspectos. Los conocimientos y experiencias diversas que compartían los miembros trabajadores, empleadores y gubernamentales de la Comisión enriquecieron el debate general y generaron diversas concepciones, así como numerosos puntos de consenso.

Les propongo presentar este informe distinguiendo, por un lado, la marcha de los trabajos y, por otro, el debate general y las conclusiones adoptadas por la Comisión.

La marcha de los trabajos: La marcha de los trabajos siguió el proceso usual de adopción de los informes, pero destacaron la calidad del trabajo de investigación y la búsqueda de un consenso. Este clima positivo y constructivo permitió evitar el fracaso de muchas conferencias internacionales recientes como, por ejemplo, la 13.ª Conferencia de los Estados de América miembros de la OIT y la Comisión de Desarrollo Social de las Naciones Unidas, este año en Nueva York. De hecho, el tema de la seguridad social constituye un verdadero reto en el debate sobre el trabajo decente y la globalización.

El informe sigue el proceso usual de aprobación. Como ya dije en marzo de 1999, el Consejo de Administración de la OIT decidió inscribir un debate sobre la seguridad social en el orden del día de la Conferencia y definió el tema que se iba a tratar. La preparación del informe por parte de la Mesa, que ha servido de base para los trabajos, suscitó un trabajo muy importante de concertación en la OIT, habida cuenta de la interacción entre la seguridad social y otros aspectos del trabajo y del empleo.

Durante esta Conferencia los trabajos se distribuyeron entre tres semanas que correspondían con varias fases: primera semana, debate general. Segunda semana, dividida entre los trabajos del grupo de redacción y las conclusiones y el examen en comisión de dichas conclusiones. Tercera semana, examen y aprobación del informe en la Comisión el lunes pasado y, por lo tanto, hoy la aprobación del informe en la plenaria.

El informe se divide en tres partes, que corresponden a este método de distribución y en el anexo figura la resolución y las conclusiones sobre seguridad social aprobadas por la Comisión.

El informe sigue una nueva metodología de presentación con miras, en el marco de la modernización de los procedimientos entablados por el Director General de la OIT, a lograr nuevas formas de redacción de los informes para que sean más sintéticos y legibles. El informe presenta también las ideas rectoras sin referirse en la parte del «debate general» a cada una de las intervenciones de los delegados. Esta práctica ya se aplicó el año pasado en el informe de la Comisión del Desarrollo de Recursos Humanos. Esto mejora considerablemente la calidad del informe que se convierte en un auténtico documento internacional. Es más, la presentación del debate general distingue claramente, por medio de epígrafes, los puntos principales del debate general. Además, este informe es el fruto de un trabajo en equipo y de búsqueda de un consenso. Un clima asombroso de cooperación y deseo de tener éxito caracterizó los trabajos, sobre todo en el grupo de redacción. Este último estaba compuesto de cinco representantes de cada grupo y elaboró la semana pasada un proyecto de conclusiones sobre la base de diferentes intervenciones en el debate general. Esto durante cuatro sesiones intensas de trabajo, de la que una se celebró de noche. Y la última se finalizó diez minutos después de la hora límite fijada. Los representantes gubernamentales de las cinco regiones del mundo representados en el grupo de redacción procuraron oír el punto de vista de las regiones para mejorar el proyecto de conclusiones. Lo mismo sucedió con los trabajadores y empleadores, que se esforzaron considerablemente por vencer la diferencia de opinión en sus respectivos grupos, para poder producir un documento válido aceptable para los trabajadores, los empleadores y los Estados. Y tan ambicioso como fuera posible, habida cuenta de las diferencias de los sistemas de seguridad social en el mundo y la diversidad de las sensibilidades.

La lectura del informe, que pone de manifiesto las diferencias expresadas durante el debate general, como también el fracaso, que mencioné anteriormente, de otras reuniones internacionales sobre la seguridad social, muestran que este desafío de lograr conclusiones de consenso no se podía dar por sentado. El número escaso de enmiendas presentadas (28), confirmó que el proyecto del grupo de redacción había conseguido este equilibrio. Esto llevó a un examen rápido de las enmiendas, que permitió la aceptación de las enmiendas, de aclaraciones o rectificaciones de menor importancia y también el rechazo de enmiendas frecuentemente interesantes pero que, de ser tomados en cuenta, se corría el riesgo de impugnar el precario consenso a que habían llegado ambos grupos de interlocutores sociales.

Quisiera rendir tributo, sobre todo a la Presidenta, la Sra. Lenia Samuel y a los Vicepresidentes, el Sr. Bill Mansfield, por los trabajadores y el Sr. Jorge de Regil por los empleadores. Les doy gracias por su talento y su autoridad y más aún por su trabajo en equipo, lo cual permitió, por medio de un enlace permanente, un intercambio de opiniones caracterizado por la franqueza y un espíritu abierto y siempre constructivo de deseo de vencer los obstáculos. También señalo los esfuerzos desplegados por todos los delegados para unirse a esta búsqueda de un consenso positivo para contribuir a preparar más seguridad social para el género humano.

También quisiera agradecer a la Secretaría por la eficacia de su trabajo en equipo, que nos ha permitido cumplir con nuestra labor en las mejores condiciones. El equipo dirigido por el Sr. Emmanuel Reynaud realizó un trabajo considerable; un día trabajó hasta la una de la madrugada y otras veces comenzó a las cuatro y media de la mañana, sin hablar de los fines de semana. Ha logrado organizarse con todos los equipos de la Mesa, que aseguran la logística, la interpretación y la traducción.

Después de presentar la marcha de los trabajos y deliberaciones, ahora brevemente, aunque peque de aproximaciones esquemáticas, quisiera presentarles el debate general y las conclusiones que figuran en el documento que se les ha distribuido. La Presidenta y los Vicepresidentes que harán uso de la palabra tras esta presentación, matizarán y completarán mis palabras.

Para ello seguiré los seis puntos del debate general que figuran en las conclusiones. Estas conclusiones comienzan sin embargo por un primer párrafo que recuerda la Declaración de Filadelfia y preconiza el inicio de una nueva campaña para mejorar y extender la cobertura de seguridad social a todos los que necesitan esta protección, para poner fin a una injusticia fundamental que sufren cientos de millones de personas en los Estados Miembros.

En cuanto al primer punto sobre el vínculo entre seguridad social y desarrollo, la postura de los Grupos y de los delegados difería. El Grupo de los Empleadores insistió en el carácter previo de una economía susceptible de financiar la seguridad social y sobre el coste de la misma. El Grupo de los Trabajadores destacó el papel positivo de la seguridad social en la economía y el hecho de que la globalización hacía que la seguridad social fuera más necesaria que nunca. Los delegados de los Estados citan uno u otro de estos aspectos. Uno de ellos presentó una enmienda para hacer hincapié en el hecho de que la seguridad social asegura una redistribución de ingresos para beneficiar a las personas que hacen frente a riesgos sociales. Se trata principalmente de transferencias sociales que, si bien representan, para las empresas, una parte del costo de la mano de obra, a nivel macroeconómico no constituyen una carga para la nación susceptible de constituir un impedimento o una desventaja en la competitividad internacional.

El equilibro precario del consenso entre los Grupos de los Empleadores y de los Trabajadores no permitió retener o mantener esta enmienda. Una subenmienda precisó simplemente que, si la seguridad social representa un coste para las empresas, también es una inversión para el ser humano o un apoyo para él.

Las conclusiones comunes también reconocieron principios importantes en los párrafos 2 a 4, por ejemplo: la importancia de la seguridad social, derecho fundamental del ser humano e instrumento esencial de la cohesión social (párrafo 2); el papel económico de la seguridad social que favorece la productividad y que es cada vez más necesaria en el contexto de la globalización y de la política de ajustes estructurales (párrafo 3); el párrafo 4, que dice que si no hay un modelo único ejemplar en materia de seguridad social, todos los sistemas deben conformarse a ciertos principios básicos: prestaciones seguras y no discriminatorias; rigor y transparencia de los regímenes; costos administrativos, los mínimos; papel importante de los interlocutores sociales; confianza de la población, y buena gobernanza.

En cuanto al segundo punto, extensión de la cobertura social, hubo unanimidad en cuanto a la ampliación progresiva de la cobertura social (párrafos 5 y 6), ya sea mediante mecanismos de seguro obligatorio o voluntario, como los microseguros, que pueden constituir una primera etapa útil o por medio de la asistencia social. Una estrategia nacional integrada de seguridad social fue recomendada con miras a alentar la integración de la economía informal dentro de la economía formal.

El tercer punto se refería a la seguridad de ingresos para los desempleados y el empleo. A pesar de las divergencias sobre los efectos en materia de empleo del seguro de desempleo, se llegó a un consenso sobre el primer objetivo del acceso a un empleo decente, que supone que las prestaciones de desempleo de un nivel suficiente se conciban de forma que no creen dependencias u obstáculos al empleo y que se coordinen con medidas activas de la política de empleo, en particular la educación y la formación a lo largo de la vida. Cuando no parece viable la introducción de estas indemnizaciones de desempleo, habría de crear empleos en el marco de obras públicas con una gran concentración de mano de obra y otros proyectos (párrafo 7).

Cuarto punto, la igualdad entre hombres y mujeres. Este objetivo (párrafos 8 y 9), fue casi objeto de unanimidad respecto de su importancia, no solamente como cimiento y eje de la seguridad social, sino también para el desarrollo óptimo de la sociedad. Los delegados de los Estados informaron sobre sus logros al respecto. Las medidas necesarias, por ejemplo el fortalecimiento de los derechos individuales, no se limitan a las normas de seguridad social, sino que implican también una acción más global sobre todo contra la discriminación salarial.

En cuanto al quinto punto sobre la financiación de la seguridad social y el envejecimiento, se observaron divisiones importantes y más sensibles, tanto entre los dos grupos de interlocutores sociales como entre los delegados de los gobiernos, oponiendo a los defensores de los sistemas públicos de distribución y los promotores, más allá de las pensiones mínimas, de las cuentas individuales, con cotizaciones definidas, invertidas en la capitalización. El informe refleja los argumentos de unos y otros.

Las comprobaciones comunes sin embargo se pudieron elaborar en las conclusiones (párrafos 11 a 15) y voy a mencionar sobre todo siete: 1) el envejecimiento tiene efectos importantes en los regímenes de pensiones, ya sean financiados por el método de distribución o por capitalización, en la medida en que para estos últimos, el activo financiero se vende para pagar las pensiones y lo compran las generaciones económicamente activas. La solución reside en la adopción de medidas encaminadas a aumentar la tasa de empleo, sobre todo de las mujeres, de los trabajadores mayores y jóvenes y de las personas discapacitadas, como también en un crecimiento económico sostenible; 2) el envejecimiento repercute tanto en las pensiones como en el costo de la atención médica; 3) la pandemia de VIH/SIDA tiene consecuencias catastróficas que influyen también en el equilibrio financiero de los sistemas de seguridad social; 4) en los sistemas de pensiones por distribución y con prestaciones definidas, el riesgo es sufragado colectivamente. En cambio, en los sistemas basados en cuentas de ahorro individuales, el riesgo lo corre el individuo. Los regímenes de pensiones legales deben garantizar niveles de prestaciones suficientes y asegurar la solidaridad nacional. Los regímenes complementarios pueden representar un aporte valioso, pero en la mayoría de los casos no deberían sustituir a los regímenes legales. Cualquier forma de apoyo o de incitación fiscal asociada a estos regímenes debe contemplarse de forma que gire en torno a los trabajadores con ingresos bajos o medios; 5) le incumbe al Estado establecer un marco normativo eficaz y mecanismos de aplicación y control; 6) le incumbe a cada sociedad determinar la combinación de regímenes que le conviene habida cuenta de las conclusiones del debate general, del informe y de las normas pertinentes de la OIT relativas a la seguridad social, y 7) se refiere al diálogo social y a las actividades de la OIT.

A pesar de que algunos delegados gubernamentales han impugnado el reconocimiento del papel importante de los interlocutores sociales o se han preguntado sobre el papel en materia de exclusión, el papel se ha previsto claramente tanto en la gestión de los sistemas de seguridad social (párrafo 4), como en los regímenes complementarios (párrafo 13). La necesidad de un diálogo social para asegurar la eficacia de las iniciativas con miras a instituir o ampliar la seguridad social fue afirmada y figura en el párrafo 16, y al Estado en prioridad le incumbe el papel de favorecer, mejorar y ampliar la seguridad social.

En cuanto a la actividad normativa de la OIT, se expresaron opiniones variadas. Se mencionó lo inadecuado de ciertas normas respecto de la evolución social, sobre todo en cuanto al Convenio núm. 102, que se basa en el modelo del hombre como sostén de la familia y de la mujer en el hogar. El Grupo de los Empleadores señaló cuán pertinentes eran las normas de la OIT en este sentido, pero estaba a favor de una revisión en el marco de un enfoque integrado. El Grupo de los Trabajadores consideró que había que experimentar en primer lugar el enfoque integrado en materia de salud y seguridad en el trabajo y que por el momento había que promover la ratificación de los convenios existentes que el Consejo de Administración consideró pertinentes y suficientemente flexibles para adaptarse a diversas situaciones. Los delegados gubernamentales se dividieron entre diversos enfoques posibles; la Comisión no adoptó recomendación alguna para la actividad normativa de la OIT pero se indicó que ésta se debatiría en el Consejo de Administración del otoño. La definición de las estrategias nacionales para lograr el objetivo de la seguridad social para todos figura y está preconizada en el párrafo 16. Se le propone a la Conferencia, para mejorar y ampliar la cobertura de la seguridad social para todos aquellos que la necesitan, cuatro campos de acción principales. No voy a presentar aquí los detalles de las enriquecedoras propuestas de las conclusiones y me limitaré a citarlos rápidamente.

Primer campo de acción: lanzar una campaña importante para fomentar la ampliación de la cobertura social. Segundo campo de acción: exhortar a los gobiernos a que concedan mayor prioridad al tema de la seguridad social. Tercero campo de acción: brindar una asistencia técnica en casos apropiados y realizar investigaciones para difundir buenas prácticas. Se identificaron las esferas de intervención. Cuarto campo de acción: desarrollar la cooperación entre las instituciones en materia de seguridad social e invitar al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial a que respalden las conclusiones adoptadas por la Conferencia, y a asociarse a su acción con miras a promover la justicia social y la solidaridad mediante la extensión de una seguridad social integral.

Estas son las principales líneas del informe, de la resolución y de las conclusiones, que espero haber reflejado aquí fielmente, a pesar de la síntesis que no permite tomar en cuenta toda la riqueza del debate y los matices expresados. Son el producto de una cooperación tripartita constructiva y fructífera. Les recomiendo entonces la aprobación de este informe sobre la base del cual la OIT puede reforzar su papel para más seguridad social en beneficio del género humano.

Sr. DE REGIL (delegado de los empleadores, México; Vicepresidente empleador de la Comisión de la Seguridad Social) — La seguridad social es un viejo instrumento de justicia social, recogido por la OIT y todavía anhelado por un gran número de habitantes de este planeta. Por ello, esta discusión general sobre la seguridad social siempre fue considerada un reto, tanto por la amplitud del tema como por la inmensa variedad de circunstancias nacionales y de múltiples entornos sociales y económicos. El informe preparado por la Oficina capta esta realidad.

La seguridad social es un tema importante para la OIT tanto porque está en su mandato, como porque se trata de un elemento integrador del marco social correcto de cada país al inicio del siglo XXI. La importancia del tema puede verse en el número de países que hoy día enfrentan muchos retos para lograr una correcta cobertura y una adecuada sostenibilidad de sus respectivos sistemas. Igualmente puede verse que, para muchos países, la introducción de la seguridad social, o su ampliación, permanece fuera del alcance de sus gobiernos.

Estos retos requieren un estudio completo y nuevas respuestas.

Esta Comisión fue nuestra oportunidad de explorar qué respuestas pueden encontrarse. Propuestas que miren al futuro y que eviten volver a cometer los errores del pasado. Ha sido la oportunidad de proponer soluciones reales, no teorías impracticables.

Las conclusiones que ahora se someten a la adopción de esta asamblea reconocen las necesidades del mundo actual, pero también reconocen y enfatizan las realidades de hoy. Queda claro que no hay un acercamiento único, que no hay una sola fórmula para todos. Queda claro que las respuestas deben adaptarse a cada problema. No hay una sola respuesta. Las conclusiones reflejan la necesidad de cada país de determinar lo que puede hacer y cómo hacerlo. Reconocen que todos los sistemas o propuestas de seguridad social tienen su mérito y deben ser consideradas. El mérito, o el valor, de estas propuestas debe ser determinado por cada nación. Debemos, con honestidad y con buena fe, replantear y revisar nuestros juicios y nuestros prejuicios anteriores, así como evitar la condena a priori de sistemas y soluciones nuevas e innovadoras.

Estas conclusiones reconocen, por fin, que la seguridad social evoluciona con la sociedad misma y su cambiante realidad; reconocen que no todo es posible a la vez, que hay gradualidad en los procesos, que hay realidades diferentes a las enfrentadas originalmente y, al decir todo esto, las conclusiones deben ayudar a los países que están experimentando dificultades para superar esos obstáculos. Se trata de proponer soluciones a los problemas. No debemos aceptar que el problema prevalezca. De esta manera lograremos el objetivo de hacer de la seguridad social una realidad cercana y aceptable para todos.

Estas conclusiones ponen frente a la Oficina un programa de acción extenso, pero claro y realista. Celebramos que este programa sea extenso, pues hay mucho que hacer, mucho que investigar, antes de que la OIT esté nuevamente en condiciones de liderar este tema, vital para todas las sociedades.

Pensamos que las claras expectativas que esta Comisión ha puesto en la Oficina deben ser apoyadas de inmediato, y que deben tomarse medidas para empezar este trabajo, desde ya. Esa es nuestra esperanza.

Los debates futuros, las reuniones técnicas y las investigaciones sobre el tema deben estar sólidamente sustentados en la realidad de cada nación del mundo, en la realidad de cada sociedad, de cada entorno económico.

Para los empleadores, los elementos fundamentales para lograr un resultado positivo, realista y sustentable son los siguientes:

La creación o mantenimiento de una economía fuerte y sustentable, con crecimiento constante, es un prerrequisito fundamental para cualquier sociedad, antes de discutir los temas de gasto social. Todo país debe ser capaz de pagar por el sistema de seguridad social que quiere, para que éste sea sustentable.

Es indispensable encontrar el equilibrio necesario entre lo que cada país puede gastar, sin comprometer el crecimiento económico, la creación de empleos y la competitividad. Aquí los gobiernos tienen la responsabilidad de asegurar un entorno adecuado para que el sector privado pueda crecer, pues éste es el motor de la actividad económica y del desarrollo. Los gobiernos deben reconocer las barreras que pueden obstaculizar este crecimiento y retirarlas, cuidando que no se creen nuevos obstáculos. En el debate se dijo muchas veces que la mejor seguridad social descansa en el trabajo decente, en el empleo. Nosotros pensamos que esto es cierto, siempre y cuando los gobiernos faciliten el entorno adecuado para la creación de empleo y el desarrollo de empresas. Esperamos que los gobiernos tomen las medidas necesarias para lograr y mantener esto.

Cada respuesta, cada sistema propuesto, debe estar diseñado y dirigido hacia aquellos que pretende asistir. Deben ser sencillos y transparentes, libres de cargas burocráticas innecesarias. Como la seguridad social no es estática, las respuestas deben ser flexibles y capaces de adaptarse rápidamente a realidades que las fuerzas económicas y los cambios sociales presentan continuamente.

En el debate, el argumento de contar con la voluntad política fue una referencia constante. Esto es, los gobiernos deberán responder adecuadamente a los temas de seguridad social, a su expansión y adecuación. Sin embargo, también quedó patente que los gobiernos deben tener los apoyos necesarios para tomar las medidas apropiadas, lo que es cierto y perfectamente entendible. Por tanto, debemos explorar las formas de generar esta voluntad política. No cabe duda de que una forma ideal es el consenso. Las organizaciones de trabajadores y empleadores son factores clave, tanto para formar consenso como para sostenerlo, dando así la confianza y apoyo que los gobiernos necesitan para actuar. Todos los gobiernos enfrentan demandas variadas para la ejecución del gasto, demandas que compiten entre sí y que marcan las prioridades de cada programa. Por ello, el diálogo social se vuelve indispensable, pues es a través de él como se pueden asegurar las respuestas correctas a estas demandas sin caer en populismos ni demagogias.

Nadie puede ignorar que la seguridad social es un tema para toda la sociedad de una nación. Cada miembro tienen un papel que jugar y todos deben aportar algo. Es fácil buscar soluciones rápidas, que muchas veces cargan la responsabilidad sobre los hombros de algunos pocos. Los empleadores son, a menudo, quienes reciben esta carga, con las consecuencias que esto representa para la sociedad. Si verdaderamente se quiere tomar el futuro de la seguridad social en serio, no con soluciones a corto plazo sino con verdaderas soluciones de largo alcance, este tipo de actitud no tiene cabida. Los empleadores jugamos nuestro papel y lo seguiremos haciendo, pero exigiremos que otros hagan también lo que les corresponde.

En las conclusiones se ve claramente que el correcto diseño del sistema, su buena gobernanza y correcta administración, son esenciales para alcanzar la meta. Si no se tienen estos elementos, no se cumplen las expectativas de la sociedad. Cada país necesita asegurarse de que los beneficios de la seguridad social no se pierdan por los problemas o vicios del propio sistema, por lo que es imperativo revisar y corregir cada sistema para asegurar que los beneficios alcancen a los que los necesitan.

La resistencia al cambio será muchas veces desde adentro, ya sea por temor al propio cambio o por tenerse intereses creados.

En cuanto a los grupos que se encuentran fuera de la seguridad social, el sector informal es el que plantea mayores retos en muchos países. Cómo cubrir a las personas que trabajan en la economía informal, y cómo formalizar esta gran fuerza económica es un reto formidable. Las conclusiones recogen estas inquietudes y proponen formas para que la seguridad social pueda convertirse en el medio para atraer a la economía formal a este grupo de personas, a veces superior en número que los integrantes del sector formal. Esperamos que esta referencia inicial sea útil a la Oficina en la preparación de la próxima discusión general sobre el sector informal.

Las conclusiones se refieren también a cuestiones sobre el autoempleo y el trabajo de los migrantes. Este último grupo plantea interesantes retos a los países que reciben migrantes, quienes al regresar a sus países de origen pierden generalmente los derechos adquiridos. El punto requiere un futuro análisis.

Iniciamos nuestro debate sin la intención de decirle a nadie lo que debía hacer. Afortunadamente ese fue el espíritu que reinó en cada grupo. En una discusión franca, abierta y honesta, la Comisión ha producido unas conclusiones que, a nuestro juicio, son de gran relevancia y profundo contenido. También pensamos que se ha logrado el objetivo de proporcionar a esta casa lineamientos claros a fin de avanzar en la causa de la seguridad social para los Estados Miembros y que también, permitirán crear una plataforma sólida desde donde la OIT siga siendo la organización internacional mejor preparada para hablar de este tema.

Para terminar, quiero expresar mi agradecimiento a todos los miembros empleadores de la Comisión por sus valiosas aportaciones y apoyo. A los representantes de los gobiernos les agradezco la apertura y decisión para lograr el documento que debemos aprobar hoy. Finalmente, debo decir unas palabras para el Grupo de los Trabajadores y, en particular, para mi colega el Vicepresidente Bill Mansfield. El resultado alcanzado se debió, en gran medida, al hecho de que ambos fuimos capaces otra vez, de hablar franca y honestamente, sin traer los fantasmas del pasado ni los prejuicios de algunos. Cuando nos sentamos en la mesa quisimos mirar hacia adelante. Por tanto, Bill, te expreso mi profundo agradecimiento, a ti y a tu Grupo. Espero que lo que hemos logrado hoy y la experiencia de discutir y consensuar el tema con el apoyo de la Secretaría, se convierta en la regla de futuras discusiones. Estoy seguro de que, con este resultado, queda claro que el concepto de lucha de clases es ya cosa del pasado, del remoto siglo XIX.

La forma en que hemos trabajado todos los integrantes de la Comisión, nuestra Presidenta, la Sra. Samuel; la Secretaría, a cargo del Sr. Reynaud, el Sr. Beattie y la Sra. Juvet-Mir; la relatoría a cargo del Sr. Laroque; y el comité de redacción, que trabajó en una forma refrescante y altamente satisfactoria, ha permitido preparar un magnífico documento para adoptar el día de hoy.

Original inglés: Sr. MANSFIELD (delegado de los trabajadores, Australia; Vicepresidente trabajador de la Comisión de la Seguridad Social) — En primer lugar, quisiera expresar mi agradecimiento a la Presidenta de la Comisión, Sra. Samuel, al Vicepresidente empleador, Sr. de Regil, y a todos los miembros de la Comisión y, especialmente, a mis colegas en las filas de los trabajadores. Sus esfuerzos permitieron a la Comisión elaborar un resultado que, a nuestro juicio, puede aportar una verdadera diferencia.

Mi agradecimiento especial va dirigido a todo el personal de la OIT por su profesionalismo y asistencia, que supuso una contribución esencial para el resultado que hemos logrado. El Sr. Reynaud, el Sr. Beattie y la Sra. Juvet-Mir y todos sus colaboradores merecen nuestro especial agradecimiento.

Aproximadamente 200 miembros de esta Conferencia tripartita se han reunido aquí para examinar el tema de la seguridad social. Conjuntamente hemos transmitido una visión, un conjunto de valores y un programa substancial del papel de la OIT en los logros de que la seguridad social se destine a los cientos de millones que conforman la mayoría excluida.

El Grupo de los Trabajadores vino a esta Conferencia con un objetivo en lo que respecta a la seguridad social, a saber, trabajar con empleadores y gobiernos para permitir a la OIT seguir adelante en la corrección de esta injusticia fundamental que sufren cientos de millones de trabajadores y sus familias en el mundo entero sin los beneficios de un sistema de atención sanitaria, sin prestaciones de desempleo o de jubilación y en una economía informal con trabajos en gran medida no reglamentados y de bajos salarios.

Hemos hablado entre nosotros y opinamos que sólo podremos estar orgullosos de nuestros esfuerzos si podemos decir con convicción que nosotros, como miembros de la Comisión, aportamos una diferencia que se traduzca en que, en la medida en que pueda esta institución, la seguridad social esté al alcance de todos aquellos a los que se les excluyó de ella en el pasado y de todos los que la tienen en la actualidad.

Recientemente escuché un discurso del Sr. Nelson Mandela, que decía como podemos aportar y marcar una diferencia. Dijo que teníamos que alumbrar la mente, calentar el corazón y cambiar el mundo. En el debate de nuestra Comisión y gracias al informe de la Oficina, logramos alumbrar la mente. Cualquiera que empiece a comprender las circunstancias de la mayoría excluida sentiría un cierto calentamiento en el corazón. La pregunta es la siguiente: ¿seremos capaces de cambiar el mundo?

La semana pasada mientras estaba trabajando una tarde, retransmitieron por televisión un programa relacionado con un proyecto comunitario para el alojamiento de personas desfavorecidas. En parte se centraba en una mujer que estaba de pie frente a una estructura inconclusa de lo que sería su nuevo hogar. La casa era pequeña, las paredes de ladrillo estaban construidas rudimentariamente, los marcos de las ventanas estaban rodeados de grietas y a ella se la veía muy feliz. Su sonrisa era franca y constante. Antes no tenía prácticamente nada y ahora tiene algo. Lo mismo debe ocurrir con la seguridad social. A aquellos que no tengan nada, tenemos que darles algo y, con el transcurso del tiempo, tenemos que elaborar un sistema.

Este tema ilustra la división entre el Norte y el Sur o, más precisamente, la división entre los que tienen, como yo, y los que no. La división ha ido creciendo en lugar de reducirse. El aumento del número de pobres en el mundo, los crecientes niveles de desempleo en muchos países y la falta de seguridad social, son manifestaciones de este tema.

Si nuestro mundo ha de sobrevivir y si hemos de vivir en paz y justicia social, la OIT debe ayudarnos a abrir nuestras mentes con soluciones nuevas e innovadoras para que aquellos que no tienen nada puedan obtener mayores ventajas de desarrollo económico y social del mundo.

La Comisión ha propuesto al Director General un gran desafío. Se trata de innovar la campaña iniciada en 1994 para poner la seguridad social al alcance de todos los necesitados. El Grupo de los Trabajadores piensa que las conclusiones de la Comisión reflejan valores universales defendidos por los interlocutores sociales y que representan un conjunto sustancial de objetivos para la OIT.

Entre ellos cabe señalar, como lo dijeron nuestro ponente y el Sr. de Regil:

a)      el reconocimiento de que la seguridad social es un derecho humano fundamental, que puede mejorar la productividad y lograr el progreso económico y social que en un mundo de rápidos cambios es mucho más necesario;

b)      Se dice que no hay ningún modelo único que se pueda adaptar a todas las naciones, pero se recalca que el Estado tiene una función prioritaria para facilitar, promover y extender la seguridad social;

c)      los principios que apuntalan todos estos sistemas se enuncian a continuación: i) las prestaciones deben ser seguras y no discriminatorias; ii) los regímenes deben estar bien administrados; iii) los costos administrativos deben ser lo más bajos posibles; iv) deberá reservarse una función muy importante para los interlocutores sociales; y v) una buena gestión es fundamental. Desafortunadamente, muchas reformas de la seguridad social que se han llevado a cabo recientemente en algunas regiones no han respetado estos principios, e incluyen ejemplos de privatización que nosotros no respaldamos;

d)      la extensión de la cobertura de la seguridad social a la mayoría excluida se registra como una de las mayores prioridades y se enuncian mecanismos para ello;

e)      se reconoce como objetivo el paso de la economía informal a la formal. Todos sabemos que en gran parte se exige una buena administración, un crecimiento fuerte y sostenible, la creación de empleos y una distribución equitativa de la riqueza de la nación;

f)      el vínculo entre el desempleo y la pobreza ya ha quedado establecido. Se recalca la importancia de la educación y de las técnicas. Las políticas activas en materia de mercado laboral deben garantizar que no se atrape a las personas en los sistemas de seguridad social pero, al mismo tiempo, que puedan beneficiarse de prestaciones de desempleo;

g)      la discriminación entre hombres y mujeres se reconoce como uno de los principales obstáculos, y tenemos que obrar por eliminarla adoptando políticas de discriminación positiva para garantizar que las mujeres tengan también prestaciones sociales adecuadas;

h)      muchas de nuestras sociedades están envejeciendo. Nacen muy pocos niños, la gente vive más tiempo y la población activa debe soportar una mayor dependencia. La respuesta no radica en reducir las prestaciones de seguridad social, sino en aumentar los niveles de empleo y centrar el crecimiento económico;

i)      el VIH/SIDA es uno de los principales problemas que exige la atención urgente por parte de la OIT y de las demás instituciones; y

j)      por último, lo que es más importante, enuncia un programa de trabajo muy ambicioso y de gran alcance para la OIT, que se deberá llevar a cabo en colaboración con los Estados Miembros, y que comprende una campaña para promover la extensión de la seguridad social e instar a los gobiernos a recurrir a la OIT en busca de asistencia especial, para lograr resultados que mejoren considerablemente la aplicación de la seguridad social para la mayoría excluida.

En cuanto al programa de trabajo de la OIT, la Comisión quisiera hacer hincapié en el término «resultados». Los pobres han estado esperando durante mucho tiempo la justicia social. Cualquier investigación de la OIT, asesoramiento técnico o reuniones de expertos, deberán juzgarse sobre la base de un único criterio. ¿Habrá resultados mediante los cuales la seguridad social se ponga al alcance de la mayoría excluida? ¿Se están corrigiendo las deficiencias en los sistemas actuales?

Trabajo para un sindicato nacional en Australia. Es muy fácil que nuestros sindicatos afiliados remitan el problema a nuestro Consejo y pidan que «lo solucionen», a veces sin ni siquiera pedirlo «por favor». A menudo, surgen problemas que deberían ser de responsabilidad conjunta, y lo mismo ocurre con la seguridad social. Si simplemente damos el trabajo a la OIT sin actuar en nuestros propios países, nuestros resultados serán menos ambiciosos. Los Estados deben asumir el liderazgo y sus acciones son cruciales. Los empleadores y los sindicatos deberán también aceptar y asumir parte de la responsabilidad y trabajar mancomunadamente con el Estado y la OIT. Todos sabemos que para tener éxito, el programa de seguridad social necesita recursos. La OIT tendrá que volver a examinar sus prioridades para cerciorarse de que se facilitan los fondos y el personal necesarios para lograr los resultados previstos. Quizás necesitemos asistencia adicional de fondos externos. Espero que el Consejo de Administración reciba un informe sobre este tema en el mes de noviembre.

El Director General, Sr. Somavia, recuerda las palabras que pronunció ante una Conferencia mundial sobre bienestar a mediados de los noventa, palabras que siguen siendo válidas y de gran actualidad: «Las heridas que inflige la pobreza a las personas, la privación de dignidad, mediante la exclusión y la falta de oportunidad y de empleo productivo, continuarán reinando hasta que reconozcamos que vamos a lograr un verdadero trabajo seguro y un hogar seguro para todos por doquier.»

Concluyo aduciendo que nunca debemos temer estar a la vanguardia con ideas y valores, porque el soñador es el que puede orientarse a la luz de la luna y ve la aurora antes que el resto del mundo.

Sabemos que muchos millones de personas sueñan con tener una vida mejor, empleos productivos, gobiernos democráticos, normas laborales equitativas y seguridad social.

La guerra de clases a la que aludió al Sr. de Regil no se producirá si contamos con empleos productivos, gobiernos democráticos, normas laborales equitativas y seguridad social. Si nuestro país carece de todo eso, habrá conflicto. No cabe la menor duda.

Instamos al Director General a seguir utilizando los recursos de la OIT para lograr los resultados en el ámbito de la seguridad social, a fin de que ese sueño pueda convertirse en realidad para que, mancomunadamente podamos cambiar el mundo.

Original inglés: Sra. SAMUEL (Presidenta de la Comisión de la Seguridad Social) — Cuando se me preguntó si estaba dispuesta a aceptar la presidencia de la Comisión de la Seguridad Social, mi corazón, sin vacilar, contestó que sí, ya que seguridad social siempre ha ocupado un lugar muy especial en él. De hecho, cuando uno piensa en la salud y en el bienestar de los 6.000 millones de habitantes del planeta, es difícil imaginar un tema que revista mayor importancia que la seguridad social. Cuando se considera que más de la mitad de la humanidad tiene poco o ningún acceso a la seguridad social, es difícil imaginar una mayor injusticia social.

Mi cabeza me decía«recapacítalo», la seguridad social es un tema complejo y cada vez más polémico. No sólo los interlocutores sociales tenían diferentes inquietudes, sino que en los distintos países y regiones las prioridades y los problemas son muy distintos. Sin embargo, ganó mi corazón — y no por primera vez —, y acepté.

Nuestra tarea consistía en preparar una nueva visión de la seguridad social para la OIT y sus mandantes, tarea que no era fácil. Una visión como esta debía hallar sus raíces en los principios fundamentales de la OIT y, al mismo tiempo, responder a los nuevos problemas y retos con que se enfrenta la seguridad social.

El Director General de la OIT, Sr. Juan Somavia, nos alentó a mostrarnos innovadores, creativos y no temer a las ideas nuevas. Nos desafió a dar un paso adelante respecto al programa para la seguridad social, y mostró gran interés en el trabajo que realizamos estas dos semanas.

Cuán efectivas serán estas conclusiones, sólo el tiempo lo dirá. Sin embargo, los tres interlocutores reconocen de forma general que las deliberaciones fructíferas nos han permitido alcanzar un consenso que además es ambicioso.

Hemos reiterado el compromiso de los Estados Miembros de la OIT, de los empleadores y los trabajadores con la promoción de la seguridad social en el mundo. Hemos preparado una serie de principios que pueden suscribir todas las partes. Hemos abierto un camino. Le incumbe ahora a cada país decidir cómo seguir adelante. Es más, preparamos un programa para el trabajo de la OIT en años venideros, al menos en los próximos diez años.

Algunos de los elementos clave de dichos programas son: la ampliación de la cobertura de la seguridad social a quienes hoy están excluidos de ella; una mejora de la gobernanza y de la gestión de los regímenes de protección social; y el establecimiento de una base financiera, fiscal y económica sólida para los sistemas de seguridad social nacionales.

La Oficina va a tener que tratar de lograr éste, entre otros objetivos, por medio de la investigación, los avances políticos metodológicos y la técnica. Tarea abrumadora, tarea que hace imperativo que se ofrezca esa seguridad social con recursos más adecuados, dándole mayor importancia en el contexto general de las actividades de la Organización.

La discusión ha demostrado claramente no sólo la importancia social, sino también la importancia económica de la seguridad social. Las conclusiones lo afirman así categóricamente: La seguridad social no sólo es necesaria para el bienestar de los trabajadores, sus familias y la comunidad, sino que también permite fomentar la productividad y apoyar el desarrollo económico. Con la globalización y las políticas de ajuste estructural, la seguridad social se convierte en algo más necesario que nunca.

Muchas eran las personas que temían que el trabajo de la Comisión siguiera el mismo destino sombrío que el de las deliberaciones regionales de Caracas en 1992 o los debates más recientes de la Comisión de Desarrollo Social celebrados en Nueva York a principios de este año.

Sus temores no se justificaron. ¿Por qué? Empezamos nuestras deliberaciones en base a un excelente informe de base que nos ofreció muchos elementos de comprensión mutua y pudimos gozar de la asistencia del personal de la Secretaría, personal con buena información, muy profesional y cuidadosamente elegido. Los miembros de la Comisión constantemente hicieron gala de apertura de espíritu y de su voluntad de hallar un nuevo enfoque conforme a las realidades actuales, y de esta manera poder atender los anhelos de millones de personas de todos los lugares del mundo.

Sin embargo, el factor crítico de nuestro éxito era la búsqueda en la Comisión de un auténtico consenso tripartito. Tras un debate muy prolífero y lleno de sentido para la Comisión, estos intercambios entre el grupo de redacción nos llevaron a un equilibrio muy delicado. Todas las partes estaban dispuestas y decididas a mantenerlo pero, de cuando en cuando, era como tirar fuerte de ambos extremos de una cuerda con el Sr. Mansfield de un lado, que representaba a los trabajadores, y el Sr. de Regil del otro, por parte de los empleadores. La cuerda estaba muy tensa. Ningún grupo quería presentar una enmienda que pudiera amenazar ese equilibrio tan precario.

Los gobiernos también apoyaron esta expresión tan ponderada de la Comisión y presentaron pocas enmiendas, principalmente destinadas a mejorar el texto vigente y no a aportar cambios de fondo. Temiendo que incluso esto pudiese amenazar el resultado que había sido preparado con tanta atención, los interlocutores sociales aceptaron muy pocas propuestas. No tuvieron reparo ni con la presidencia. Las propuestas del Gobierno de Chipre fueron rechazadas como las de otros gobiernos. No somos rencorosos y quedamos realmente admirados por el gran éxito de nuestro trabajo.

Hay otro aspecto del enfoque tripartito que merece ser mencionado. Un debate tripartito es, necesariamente, un debate muy amplio, donde se tienen en cuenta no sólo las consideraciones de tipo financiero o presupuestario, sino también la dimensión social. Esto es de importancia fundamental a medida que nos vamos encaminando hacia una sociedad mundial decente, que es el objetivo final de la OIT en la actualidad.

El hecho de presidir la Comisión sobre la Seguridad Social ha sido para mí un honor y un privilegio. Por esta experiencia tan gratificante quisiera dar las gracias a todos aquellos miembros de la Comisión que depositaron su confianza en mi persona desde el principio.

Quisiera expresar mi especial agradecimiento al representante del Secretario General, el Sr. Emmanuel Reynaud, cuyas orientaciones y asesoramiento sagaz y discreto vinieron en apoyo del trabajo de la Comisión, y a su equipo tan capaz. La calidad y la precisión del trabajo que han realizado han sido altamente apreciadas por las tres partes.

Igualmente doy las gracias al Sr. Michel Laroque, delegado gubernamental de Francia, por el informe tan preciso y objetivo que nos ha presentado, y a los Sres. Mansfield y Hills quienes, cada uno a su manera, han defendido las posiciones de sus grupos con claridad, fuerza y un magnífico sentido del humor. A todos ellos se dirigen mis agradecimientos más profundos, así como también a los demás miembros de la Comisión, por sus contribuciones y el apoyo que me han brindado.

(Asume la presidencia el Sr. Parrot.)

Original inglés: El PRESIDENTE (Sr. Parrot) — Declaro ahora abierta la discusión general sobre el informe de la Comisión de la Seguridad Social.

Original inglés: Sr. OYNA (consejero técnico y delegado suplente de los empleadores, Noruega) — La seguridad social es un tema muy amplio que incluye muchas perspectivas y soluciones según las distintas condiciones demográficas, económicas, políticas y culturales de los países. También es un tema muy importante que nos afecta a cada uno de nosotros.

Por esta razón, muchos vinimos a esta Conferencia con temor al fracaso, y sin embargo, abrigábamos la esperanza de que las conclusiones de esta Conferencia, por medio de un consenso tripartito, pudieran contribuir al progreso del mundo.

Puede ser que ese temor al fracaso, combinado con nuestra actitud humilde ante esta ingente tarea y el ánimo que teníamos de lograrlo, nos llevó a un consenso sobre conclusiones muy positivas que se someten a la consideración de ustedes para su adopción.

Este consenso y estas conclusiones representan un éxito, pero el éxito no vale nada, a menos de que se reconozca que el trabajo real empieza aquí y ahora. El documento refleja lo que queremos que se haga ahora y en los años venideros y da un claro mandato a la Oficina y al Consejo de Administración sobre cómo proceder de aquí en adelante. Confiamos en que la Oficina hará un seguimiento de las conclusiones acordadas en los párrafos 17 a 21 y también de los regímenes piloto mencionados en el párrafo 16.

Quisiera recalcar la importancia que tiene el párrafo 17 y también el 19. La investigación es muy importante, pero sólo por medio de los resultados de la aplicación se logrará un éxito real. Si no podemos convertir los resultados de la investigación en soluciones prácticas que redunden en beneficio de la gente, la investigación tendrá poco o ningún valor.

Por consiguiente, nosotros, los empleadores, los trabajadores y, especialmente, los gobiernos debemos asumir la responsabilidad que nos corresponde para hallar soluciones posibles y sostenibles; para solicitar la asistencia técnica de la OIT cuando sea necesaria; pero ante todo, y esto es responsabilidad de los gobiernos, para crear un entorno propicio al crecimiento y la prosperidad económica mediante la creación de nuevos empleos.

Las conclusiones que hemos presentado para su adopción son herramientas que en manos de las tres partes, con la ayuda y orientación de la Oficina, pueden marcar la diferencia para las poblaciones.

Los empleadores de Noruega apoyan la adopción de estos instrumentos.

Original inglés: Sr. DAS (Ministro de Trabajo del Gobierno de Jharkhand, India) — Estoy agradecido a la Presidenta que me da esta ocasión de hablar aquí, en esta reunión de la Conferencia. El informe final de la OIT sobre la seguridad social es un excelente documento que ha destacado claramente los retos con que se enfrentan las diferentes naciones cuando se trata de ampliar la red de la seguridad social y de decidir opciones a nivel de las políticas en el contexto de la globalización y de su impacto para la mano de obra. Este documento servirá de base para la formulación de estrategias en cuanto a diferentes aspectos relativos a la seguridad social.

La OIT ha definido sus primeros objetivos como la promoción de oportunidades para que hombres y mujeres consigan un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, seguridad y dignidad humana.

La seguridad social es uno de los elementos clave en el ámbito del objetivo del trabajo decente, y es menester establecer vínculos entre el empleo y las políticas de protección social.

El paquete de prestaciones sociales que un país puede ofrecer depende de su nivel de crecimiento económico.

En el contexto de los países en desarrollo existe la necesidad de centrar la atención en los trabajadores del sector informal. El desarrollo del hombre es una condición previa a la aplicación efectiva de las medidas de seguridad social porque refuerza la capacidad delas personas, de manera que puedan beneficiarse de las prestaciones de la seguridad social. En este contexto, India ha lanzado diferentes iniciativas, y se están explorando diversas formas de ampliar de los regímenes de seguridad social existentes en el sector formal y en el sector informal. La segunda comisión nacional del trabajo ha sido constituida para elaborar una legislación marco para los trabajadores del sector informal. Los gobiernos estatales de la India también han formado iniciativas para ofrecer seguridad social a todos los trabajadores del sector informal. En nuestro país nos comprometemos a proteger los intereses de los trabajadores y a ofrecer seguridad social cuando podemos hacerlo, teniendo en cuenta los puntos de vista de todos los interesados.

Felicito a la OIT que ha preparado este informe sobre la seguridad social por medio de este mecanismo tripartito que ya ha pasado la prueba del tiempo. Estamos de acuerdo con las principales recomendaciones del informe. India es uno de los países pioneros en cuanto a la introducción del concepto de la seguridad social. Hemos puesto en pie con éxito una red de seguridad social que cubre al sector formal, pero el verdadero reto lo tenemos ante nosotros cuando se trata de hacer frente a las necesidades del sector informal.

Les aseguro que vamos a intentar alcanzar los objetivos que nos hemos fijado. Lo vamos a intentar en forma decidida ya que nos damos cuenta de que ofrecer la seguridad social al mayor número posible de personas en un país muy grande no va a ser cosa fácil, pero estamos decididos a hacer lo que podamos en ese sentido.

Sr. MURRO (consejero técnico de los trabajadores, Uruguay) — Saludamos muy especialmente a la Conferencia y como integrante del grupo de redacción, de los trabajadores, consideramos que estamos ante un buen documento, y una buena resolución en el marco de esta coyuntura que enfrenta la seguridad social en distintas partes del mundo.

Reconocemos igualmente que existen importantes documentos referidos a convenios, resoluciones y recomendaciones de la OIT. Sin duda, esta resolución nos enfrenta a una serie de desafíos, donde todos debemos compartir la responsabilidad. Esto no es exclusivamente una responsabilidad de la OIT ni tampoco exclusivamente de los gobiernos. También es una responsabilidad de los trabajadores de los empleadores y de sus organizaciones respectivas.

No debemos solamente reclamar, sino también participar efectiva y profesionalmente en los cambios necesarios para garantizar la seguridad social como un derecho humano universal y una prioridad del Estado y de toda la sociedad.

En nuestros países tenemos problemáticas particulares. La evasión en sus distintas formas aumenta el riesgo individual del cual se habla en la resolución porque se agrega al riesgo de los mercados el riesgo que produce el no registro o la no contribución. Esto lleva a que en América Latina, hoy, tengamos menos de un tercio de cobertura y ésta no ha mejorado. Esta situación exige un cambio sustancial en lo que son hoy los altos costos administrativos en el bolsillo del trabajador y la trabajadora que está alcanzando promedios del 25 por ciento y también exige cambios sustanciales en lo que son los costos de transición donde, en países que se han estudiado efectiva y seriamente, pueden llegar al 200 o 300 por ciento del producto interno bruto a largo plazo. Este es un costo fiscal que los Estados deben rigurosamente evaluar antes de proceder a las reformas.

La necesidad de proyecciones económicas actuariales previas y de seguimiento es indispensable tanto como el diálogo social y la prioridad de los más necesitados. No defendemos los privilegios ni tampoco los corporativismos. Es imprescindible insistir en algo que esta resolución define muy claramente en las áreas de la investigación, de la cooperación técnica y de las actividades de la OIT que es la prioridad en extender la cobertura de la seguridad social en todas sus formas.

Original inglés: Sr. TRUEBODY (delegado de los empleadores, Namibia) — La cuestión de la seguridad social ha sido objeto de candentes debates en los círculos de la Organización Internacional del Trabajo en el pasado. Pero cuando llegó el momento de discutirla en la Comisión de la Seguridad Social en esta 89.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo los ánimos ya se habían calmado y los debates se hicieron con objetividad y decoro.

El informe presentado por la Mesa fue una útil contribución para base de conocimientos para el debate, aunque fue recibido demasiado tarde para su estudio minucioso antes de la Conferencia. La consolidación por la Mesa de seis puntos de discusión, en lugar de los 12 propuestos inicialmente, también facilitó la evaluación de las prioridades. El debate inicial en la comisión tripartita dio paso a un trabajo muy sólido llevado a cabo por el Comité de Redacción, que produjo un documento que cumplía las expectativas de los interlocutores sociales.

El consenso sobre el contenido del informe, la reflexión incisiva sobre los puntos de vista expresados en el documento y la cobertura de los asuntos tratados se alcanzaron en un tiempo récord y sin mayor discusión.

En el informe presentado a la Conferencia se recalca que la red de seguridad social es importante no sólo por las ventajas que puede ofrecer a los desfavorecidos, sino también por la contribución que puede suponer la inversión en una red de seguridad social en la mejora de la productividad y la eficiencia de los sistemas productivos, dada su influencia en la tranquilidad de los empleados.

En nombre de la Federación de Empleadores de Namibia quisiera invitarles a que adopten el informe y sus conclusiones. Quisiera señalar que para que la propuesta pueda aplicarse efectivamente, tendrá que hacerse en una forma transparente y objetiva, tal como las discusiones que se han llevado a cabo en la comisión tripartita durante este período de sesiones de la Conferencia.

En el informe que se presenta para su aceptación, se observa que queda mucho trabajo por hacer en materia de investigación y de análisis de los expertos. Ello es necesario para poner a prueba algunas de las hipótesis que están en la base de ciertas opiniones sobre las vías más efectivas para brindar seguridad social a los beneficiarios identificados. Lo mismo vale para la hipótesis sobre el impacto de los aportes y resultados de los nuevos regímenes de seguridad social que puedan diseñarse para atender las necesidades de las comunidades desfavorecidas.

Los temas mencionados en los párrafos 17-19 y las conclusiones de la comisión tripartita son cruciales de cara a la evolución continua de los criterios de régimen del sistema para lograr regímenes de seguridad social que tengan que ver con los problemas del país y del grupo beneficiario a que se dirigen. Lo que es útil en un país tal vez no lo sea en otro. El impacto macroeconómico de un sistema adecuado tal vez no sea el mismo en otro contexto, para mencionar sólo dos aspectos de esta cuestión. Por último, debe reconocerse que la dinámica social necesita tiempo, salvo en los casos de revolución. Por consiguiente, el período de gestación de todo régimen que se establezca tendrá que tener esto en cuenta. Esto tiene consecuencias para la concepción de cualquier proyecto de investigación y la fiabilidad del análisis de los resultados de dicha investigación. También significa que la escala temporal de la investigación debe ser tratada de forma adecuada si se quiere que los resultados sean extrapolables para el futuro.

Original inglés: Sr. PANDENI (consejero técnico y delegado suplente de los trabajadores, Namibia) — Permítanme, en nombre de la delegación de los trabajadores de Namibia, felicitar a la Sra. Presidenta por su elección al frente de la Conferencia Internacional del Trabajo. Quisiera referirme ante esta asamblea a un aspecto particular de la seguridad social, puesto que los demás temas, retos y perspectivas ya fueron mencionados por nuestro ponente.

Este aspecto se relaciona con la necesidad de que la economía informal se incorpore a la economía formal. Todos sabemos que es un tema que requiere una atención urgente, sobre todo en los países en desarrollo. En efecto, en algunos de ellos la economía formal está cercana a caer en la economía informal. Considero que este proceso es la consecuencia directa de la globalización. Por ello, es necesario lograr un cambio. Es una cuestión de equidad y de solidaridad social. Estamos convencidos de que la creación, el aumento, y la extensión de la cobertura de la seguridad social a la gran mayoría de los excluidos no sólo desempeñará un papel importante para crear la protección social para estas personas, sino que también brindará protección a sus familiares y a la comunidad en su conjunto. En cierta medida influirá también en la integración de la economía informal dentro de la economía formal.

Sé que no será un sueño fácil de realizar, pero si no escatimamos esfuerzos puede lograrse. Sólo se alcanzará cuando la inclusión de la mayoría dentro de los regímenes de seguridad social se haya conseguido. Para ello, deben asignarse recursos adecuados a fin de dar la formación y la educación a los ciudadanos interesados. Estas medidas ayudarán a que se desarrollen las microempresas e ingresen a la economía formal, creando empleos para aquellos que lo necesitan.

Por tanto, pedimos a los interlocutores sociales que hagan hincapié en esta integración cuando se llegue a la etapa de llevar a la realidad este informe.

Creemos que esto ha de permitir que mejoren las condiciones de empleo; los niveles de salarios; y las reglamentaciones laborales, lo cual permitirá el acceso al trabajo decente al que todos aspiramos.

Para concluir, quisiera expresar mi sincera gratitud a la Presidenta y a los Vicepresidentes de la Comisión de la Seguridad Social su asesoramiento y sus valiosísimas contribuciones durante los debates de la Comisión.

Y por último, pero no por eso menos importante, expreso mi agradecimiento a todos los que colaboraron en los debates sobre la seguridad social. Recomiendo el informe para su adopción.

Sr. ESPAÑA SMITH (delegado de los empleadores, Bolivia) — Antes de hacer un breve comentario sobre el informe de la Comisión, de la que he formado parte, quisiera expresar mi coincidencia con lo dicho aquí por el portavoz de los empleadores en esta Comisión, Sr. Jorge de Regil, en cuanto a la calidad del trabajo realizado en la Comisión, la eficiencia que mostró su Mesa, el ánimo cooperativo de sus integrantes y el apoyo de la Secretaría, que comenzó con el excelente informe sobre la materia que fue presentado a esta Conferencia.

En las recomendaciones que ha formulado la Comisión y que están dirigidas a reactivar acciones tendentes a mejorar y extender la cobertura de la seguridad social, se clasifica a la seguridad social como un derecho humano fundamental, se señala que debe ser integrada e igualitaria, se reconoce que es dinámica y se preconiza que debe basarse en ciertos principios básicos y, además, que debe ser accesible y orientarse a incrementar el empleo en particular de jóvenes, mujeres y personas de edad avanzada.

Sobre esas bases generales, sobre esa plataforma que la Comisión aspira que sea de aplicación común, las conclusiones dejan puertas abiertas respecto a la estructura, a la extensión y a las formas de administración que se adopten en las distintas regiones y países en función de las necesidades de esos países, de sus posibilidades y, sobre todo, de sus dimensiones económicas y de su grado de desarrollo.

En este orden, en los aspectos funcionales, la Comisión inteligentemente no se inclina por ninguna opción específica ni tampoco por ningún modelo y no desecha, ni mucho menos, ninguno de ellos.

En varios países de la región latinoamericana se han registrado en el pasado serias dificultades y percances en materia de seguridad social a causa, en algunas oportunidades, de defectos estructurales y, en muchos otros, de graves deficiencias administrativas. Para remediarlas, como se sabe, se han ensayado diferentes reformas, en unos casos dentro del marco clásico de gestión exclusivamente estatal, en otros, se han constituido esquemas mixtos y, en varios, se ha incorporado una administración parcial de carácter privado.

A la luz del informe que estamos considerando se podrá examinar, con mente abierta, todas esas y otras opciones disponibles para el mejoramiento y la modernización de los sistemas de seguridad social. Y estas conclusiones y recomendaciones han de ser efectivamente muy útiles cuando se realice el vasto conjunto de actividades y de cooperación técnica que la Comisión sugiere que se pida a nuestra Organización.

Por lo que tengo dicho, las notas predominantes del trabajo de la Comisión y luego de sus conclusiones fueron, ante todo, realismo y, además, flexibilidad. El enfoque amplio que acordó la Comisión, sin haber entrado en ninguna guerra de enmiendas, constituye, como afirmé ayer en esta plenaria, un producto ejemplar de las deliberaciones que auspicia nuestra Organización cuando son hechas con transparencia, con recíproca comprensión y un genuino espíritu tripartito y de diálogo social.

Original árabe: Sr. ASFOUR (delegado de los empleadores, Jordania) — ¡En nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso! Las naciones evolucionan, los pueblos prosperan, la economía se desarrolla gracias a la estabilidad y la seguridad que son la expresión misma del bienestar de la sociedad. La seguridad social es uno de los factores más importantes de estabilidad en una sociedad. Los regímenes sociales difieren de un país a otro y cada uno de ellos aspira al progreso y al mejor régimen social, con la participación de los tres polos de la producción. Insistimos en la necesidad de que se englobe a toda la sociedad en los regímenes de seguridad social si se aspira a una economía sólida.

Todos los países deben contribuir al apoyo del sistema de seguridad social en beneficio de todos los pueblos. Cabe recordar aquí la necesidad de garantizar la igualdad entre hombres y mujeres, que de esta forma podrán aportar su contribución a su propia seguridad social y estabilidad.

La seguridad social integrada permitirá erradicar el trabajo infantil que padecen tantos pueblos y contra el cual lucha la OIT con todas sus fuerzas. Ello sólo es posible cuando existe una seguridad social integrada y una estabilidad económica que se refleja en la creación de empleos, la reducción del desempleo, la solidaridad social, la lucha contra la pobreza, una mejor protección médica, seguridad en los ingresos y servicios sociales.

La vejez es uno de los aspectos importantes que tenemos que estudiar. Un individuo que durante toda su vida ha contribuido al crecimiento económico y a la prosperidad de su país tiene derecho a una jubilación digna.

Es necesario contar con un sistema económico bajo el signo de la continuidad, donde se releven las generaciones. Por ello, la OIT debe asumir la tarea de sensibilizar a los pueblos sobre la necesidad de mejorar los regímenes de seguridad social en todo el mundo.

Todo ello queda reflejado en el informe VI (Seguridad social: temas, retos y perspectivas), que abarca numerosos factores de gran importancia. Apoyamos, pues, este informe y expresamos nuestro agradecimiento, nuestro aprecio al portavoz del Grupo de los Empleadores y a la Oficina que, gracias a sus esfuerzos, nos ha permitido llevar a buen puerto nuestras labores.

Doy también las gracias a la Presidenta de la Comisión, así como a los dos Vicepresidentes, que gracias a su competencia hicieron posible que nuestros trabajos queden coronados por el éxito.

Original francés: Sr. THIERRY (consejero técnico gubernamental, Francia) — En primer lugar deseamos felicitar a los miembros de la Mesa de la Conferencia, a la Presidenta y a los Vicepresidentes así como a los expertos de los tres grupos, por el notable trabajo realizado en torno al tema que merece nuestro interés especial.

Deseo asimismo expresar nuestro agradecimiento amistoso y caluroso para con el ponente y destacar, como numerosos otros oradores ya lo hicieran, la gran profesionalidad del equipo de expertos de la OIT.

El informe y sus conclusiones son sumamente importantes en la estrategia de la OIT por múltiples razones. Me limitaré a desarrollar cuatro puntos:

En primer lugar, el trabajo es fruto de un consenso equilibrado y al mismo tiempo ambicioso. Propone a la OIT un eje de intervención esencial para conseguir el trabajo decente en lo referente a la protección social. Es una etapa que para Francia ha de ser el punto de partida de una nueva acción de la OIT hacia más seguridad social para el mundo entero. Este trabajo podría dar lugar a un mayor compromiso humano y financiero de la OIT respecto de la cooperación técnica sobre las cuestiones de protección social con un enfoque naturalmente respetuoso de la diversidad de los contextos socioeconómicos o culturales.

Este trabajo es un aliento para los que, en todos los países, trabajan para llevar a la realidad y adaptar los sistemas de seguridad social a la vez que justifica sus intervenciones y da un sentido a su acción.

En segundo lugar, quisiera aprovechar esta oportunidad para volver a plantear un punto que no se retomó en las conclusiones pero que nos parece interesante. La seguridad social asegura la redistribución de los ingresos en beneficio de las personas que enfrentan importantes riesgos sociales o incertidumbres personales. Consiste fundamentalmente en transferencias sociales que reubican los ingresos de los trabajadores activos hacia los que quedan atenazados por dichos riesgos o incertidumbres. La financiación de las transferencias sociales representa para las empresas a nivel microeconómico una parte del costo de la mano de obra que corresponde a los sueldos indirectos o diferidos. En cambio, a nivel macroeconómico, no es una carga para la nación, ni tampoco un obstáculo para la competitividad internacional. Así, a partir del momento en que el régimen queda debidamente definido y bien administrado, tiene por objetivo primero redistribuir los ingresos para garantizar la solidaridad entre todos frente al riesgo de la vida. Es, pues, un elemento esencial de un modelo de desarrollo social.

Las transferencias de ingresos sociales, al garantizar a los individuos contra riesgos mayores, constituyen un instrumento importante en la lucha contra la exclusión, en la prevención de la precariedad y una mejor integración de los grupos vulnerables. Empero, este papel compensatorio, o de amortiguamiento de las incertidumbres a nivel individual, el sistema de seguridad social puede desempeñarlo también a nivel colectivo para el conjunto de la economía. Por ejemplo, hemos podido observar que los países que más brevemente habían sufrido por las crisis financieras recientes o que más rápidamente habían podido reiniciar su crecimiento, eran aquellos que disponían de un sistema de seguridad social bien estructurado.

En tercer lugar, quisiera evocar brevemente los efectos positivos sobre el empleo que tiene el desarrollo del sistema de seguridad social. En los países donde existe un sistema de protección social estructurado, se ha desarrollado un sector económico importante que ocupa a veces a más del diez por ciento de la población activa. En muchas de nuestras ciudades, por ejemplo, las estructuras sanitarias o de atención médica son el mayor empleador.

Con motivo del Foro Global del Empleo, deberemos pensar en este sector del porvenir que registra importantes avances técnicos que permiten dar un carácter concreto al derecho a la atención médica.

En cuarto lugar, insisto en el papel que debe desempeñar la OIT por lo que respecta a la seguridad social en el escenario internacional. Es indispensable que junto con el punto de vista financiero presentado por entidades financieras internacionales, se escuche también el punto de vista social. Incumbe a la OIT, de acuerdo con la Declaración de Filadelfia de mayo de 1944, promover la seguridad social. Cabe comprobar que los expertos financieros nacionales e internacionales no conocen siempre muy bien la economía de la seguridad social. Merece velar por que se tenga en cuenta el derecho a la seguridad social de los miembros de la sociedad, convenido en el artículo 22 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas de 1966, para que no se olvide que el desarrollo humano duradero y deseoso de garantizar la justicia social es la finalidad del sistema económico y financiero.

La OIT debe ocupar este lugar, con respecto a la seguridad social, en el concierto internacional. Damos, pues, nuestro pleno respaldo al informe y al último párrafo de las conclusiones que indican que la OIT debe invitar al FMI y al Banco Mundial a que apoyen las conclusiones adoptadas por la Conferencia y se asocien a su acción encaminada a promover la justicia social y la solidaridad a través de la ampliación de una seguridad social exhaustiva.

Puesto que recientemente hablamos de la dimensión social de la globalización, se deberían adoptar nuevas iniciativas dentro de este marco. Aprovecho, pues, esta oportunidad para decir que el desarrollo de un sistema de protección social es uno de los aspectos fundamentales dentro de las nuevas iniciativas. Trátase de un eje esencial para una gestión mucho más social de la globalización.

Original inglés: Sra. BUVERUD PEDERSEN (delegada de los trabajadores, Noruega) — Al incluir en el orden del día de la Conferencia Internacional del Trabajo el tema de la seguridad social se nos dio la posibilidad de discutir sobre uno de los mayores retos de hoy día. Para poner en práctica las conclusiones que se sacan en el presente informe, nos espera un trabajo muy grande.

En las conclusiones del informe se propone iniciar una importante campaña para promover la extensión de la cobertura de la seguridad social. Esa campaña será importante si tenemos presente que la mayoría de las personas en el mundo no disponen de seguridad social. Por esa razón, es fundamental que la OIT realice esfuerzos serios para llevar a cabo el programa de trabajo previsto. A mi juicio cabe destacar tres aspectos:

En primer lugar, la OIT debería ofrecer asistencia técnica cuando sea necesario establecer sistemas de seguridad social transparentes y sólidos a fin de erradicar la corrupción y mantener los costes administrativos en el nivel más bajo posible. Ello es de interés tanto para los contribuyentes como para los beneficiarios de los sistemas.

En segundo lugar, la OIT debería apoyar las iniciativas encaminadas a lograr un mejor resultado en cuanto a la seguridad social para las personas que pertenecen a la mayoría excluida. En los casos en que esa mayoría queda olvidada, la OIT debería tomar iniciativas para lograr su inclusión.

En tercer lugar, la OIT debe influir en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial para que apoyen las conclusiones y las lleven a la práctica en sus propios programas.

Este último punto puede expresarse de manera menos diplomática. Si lo hiciese, diría que la OIT debe hacer todo lo que esté a su alcance para que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial comprendan la necesidad que existe de que se lleven a cabo cambios en sus políticas. Cambios no sólo en teoría, sino en la práctica. Podrán hacerlo, por ejemplo, apoyando las conclusiones del presente informe y trabajando para su aplicación a través de sus propios programas.

Por consiguiente, la labor de la OIT para lograr la aplicación de las conclusiones debe llevarse a cabo lo antes posible.

Original inglés: La PRESIDENTA — Procederemos ahora a la adopción del informe propiamente dicho, es decir, el resumen de las deliberaciones en la Comisión que figura en los párrafos 1 a 145. De no haber objeciones, consideraré adoptado el informe.

(Se adopta el informe, párrafos 1 a 145.)

Procederemos ahora a la adopción de la resolución relativa a la seguridad social. De no haber objeciones, consideraré adoptada esta resolución.

(Se adopta la resolución.)

Procederemos ahora a la adopción de las conclusiones relativas a la seguridad social, párrafo por párrafo. De no haber objeciones, consideraré que se adoptan estas conclusiones.

(Se adoptan las conclusiones, párrafos 1 a 21.)

De esta manera concluye el examen del informe, la resolución y las conclusiones presentadas por la Comisión de la Seguridad Social. Quiero agradecer a los miembros de la Mesa y de la Comisión, así como a la Secretaría, la excelente labor que han realizado.

Puesto al día por HK. Aprobada por RH. Ultima actualización: 21 de junio de 2001.