Sesión especial de alto nivel sobre el lanzamiento del Programa de duración determinada sobre las peores formas de trabajo infantil en la República de El Salvador, el Reino de Nepal y la República Unida de Tanzanía
12 de junio de 2001
Alocución del Sr. Nieto Menéndez, |
El Sr. Presidente de la República de El Salvador, Licenciado Francisco Flores, lamenta no estar en esta ocasión presente ante la atenta invitación que le hiciera el Director General de la Organización Internacional del Trabajo, pero los desastres ocasionados con los terremotos del 13 de enero y de 13 de febrero obligan su presencia en nuestro país.
De igual forma transmito su más cordial saludo y sus deseos de que el programa que estamos inaugurando en el ámbito mundial con la finalidad de erradicar las peores formas del trabajo infantil cuente con el apoyo y el compromiso de todos los gobiernos del mundo, convencidos como estamos de que en nuestros niños y niñas se encuentra no sólo el futuro de nuestros países, sino que ellos son el presente y el futuro de toda nuestra humanidad.
Nuestro país ratificó en su momento el Convenio sobre la edad mínima, 1973 (núm. 138), con relación a la admisión al empleo. Desde el año 1996, en virtud de la suscripción del Memorándum de Entendimiento, se asoció al programa internacional para la erradicación del trabajo infantil de la Organización Internacional del Trabajo. A partir de éste, iniciamos programas de acción directa en beneficio de nuestros niños y niñas que pasaban largas horas en el lodo, recolectando curiles, que se veían en la necesidad de separar y recolectar material reciclable en los basureros, que pasaban todo el día vendiendo artículos en el mercado, o que tenían que elaborar productos pirotécnicos, manipulando químicos y material explosivo sumamente peligrosos para su salud, su integridad y su propia vida. Estos programas de acción directa han beneficiado a más de un millar de niñas y niños, que antes debían de trabajar para su propia supervivencia y la de sus familias.
Asimismo, el Gobierno de El Salvador ha elaborado una política nacional de la niñez y de la adolescencia, en el marco de la cual se inserta el compromiso de las distintas instituciones competentes, como salud, educación y trabajo, para impulsar conjuntamente acciones a favor de la erradicación del trabajo infantil, con especial prioridad en aquellas que ponen en peligro la salud, la vida y el desarrollo integral de nuestros niñas y niños. Consecuente con su voluntad de apoyar dicha estrategia, durante la reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo de 1999, el Gobierno de El Salvador apoyó firmemente la elaboración de un nuevo convenio sobre el trabajo infantil, y procedió a su ratificación inmediata, siendo éste el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 (núm. 182).
En ese sentido, a finales del año anterior, el Gobierno de El Salvador expresó por mi intermedio el compromiso irrevocable para trabajar en la identificación de las peores formas del trabajo infantil y en el diseño y la puesta en marcha de una estrategia nacional para su erradicación. Cuando lo hicimos, supimos que asumíamos un gran reto, pero estábamos seguros — como ahora los estamos — de que la comunidad internacional de los países comprometidos en esta causa mundial nos animará y nos apoyará para alcanzar nuestra meta propuesta.
Esa voluntad de trabajo hizo que El Salvador, junto a Nepal y junto a Tanzanía, fuesen elegidos como los primeros países en todo el mundo que tendrían el apoyo del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos de América para que, con la asistencia técnica del IPEC, se desarrollara y se pusiera en marcha un programa de duración determinada, orientado a la erradicación de las peores formas de trabajo infantil.
El proceso de reconstrucción de un proyecto de tal envergadura en que hemos incluido a representantes de trabajadores, empleadores y Gobierno, así como a organizaciones no gubernamentales que tienen alguna especialidad en el tema, se ha visto opacado con los trágicos terremotos del 13 de enero y del 13 de febrero de este año, que han devastado gran parte del territorio nacional, de nuestra infraestructura y han hecho necesario un replanteamiento de las prioridades nacionales.
Sin embargo, a pesar de las consecuentes dificultades, el Gobierno de El Salvador mantiene su compromiso de trabajar por el presente y por el futuro de nuestros niños y niñas, aun siendo conscientes que tendremos que redoblar esfuerzos manteniendo siempre nuestra total disponibilidad, nuestra voluntad y nuestros mejores ánimos para que los logros sean los esperados.
Sirva para la ocasión para hacerme portavoz de un llamamiento para que los distintos países aquí representados se sumen a esta iniciativa, y puedan brindar su apoyo a los procesos nacionales de países que, como el nuestro, hacen una apuesta para la construcción de una sociedad más digna, más justa y más participativa.
Sabemos de nuestras limitaciones, sabemos de nuestras dificultades, acrecentadas a consecuencia de estos desastres naturales; pero también sabemos y confiamos en la capacidad y en la entrega de nuestra gente que, día a día, trabaja tesoneramente por construir un país pleno de paz y de progreso.
Este es el momento para que todos aquellos que aún no se han sumado a la causa global de luchar en contra de las peores formas de trabajo infantil lo hagan para que todos juntos demos lo mejor de nosotros y sumemos nuestro esfuerzo, lo orientemos a esta meta común que ahora nos proponemos. Y es que estamos convencidos de que por la sonrisa de nuestros niños y niñas vale la pena cualquier sacrificio. Estamos dando nuestro apoyo y sabemos que contamos con el de todos.
Puesto al día por HK. Aprobada por RH. Ultima actualización: 13 de junio de 2001.