Sesión especial de alto nivel sobre el lanzamiento del Programa de duración determinada sobre las peores formas de trabajo infantil en la República de El Salvador, el Reino de Nepal y la República Unida de Tanzanía
12 de junio de 2001
Alocución
del Sr. Juan Somavia, |
Quisiera darles las gracias a todos por estar hoy aquí. Es un gran placer darles la bienvenida a este importante acontecimiento.
Sr. Presidente Mkapa, es para nosotros un privilegio el que haya hecho usted este viaje para marcar el compromiso de la República Unida de Tanzanía, así como su apego personal por esta causa. Su país ocupa un lugar muy especial en mi propio corazón. En efecto, tuve el honor de conocer al difunto Julius Nyerere que me animó como profesor y tutor.
Hace unos pocos años, cuando representé a mi país en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, él me guió a través de las cuestiones complejas de los Grandes Lagos y me invitó a seguirlo a Arusha cuando él trataba la cuestión de Burundi.
Sr. Presidente Mkapa nos honra usted con su presencia, honra a la OIT con su apoyo a las cuestiones sociales pero hoy, ante todo, honra usted a los niños del mundo con su compromiso en la lucha contra las peores formas de trabajo infantil. Gracias por su apoyo, por su compromiso personal y por haber aceptado ser nuestro invitado especial en esta reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo.
Hace dos años la Conferencia Internacional del Trabajo aprobó unánimemente el, Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 (núm. 182). Con esto la comunidad internacional envió una fuerte señal a decenas de millones de niños perdidos, los más explotados, los más pobres de entre los pobres, jóvenes trabajadores en servidumbre por deudas en fábricas, empresas explotadoras, campos y casas; niños soldados, niñas en burdeles y niños sometidos a la trata. Son la cara de las peores formas de trabajo infantil. Les dijimos que la comunidad internacional había abierto los ojos y no continuaría tolerando el abuso de poder de los adultos en la explotación de la debilidad de la infancia de esta forma abominable. Creo que nunca debemos olvidar que el abuso contra los niños siempre sucede con la complicidad de los adultos: son los adultos quienes los emplean, son los adultos quienes se dedican a la trata infantil, son los adultos los que eluden sus responsabilidades
Hace dos años lanzamos una campaña para que nadie pudiese eludir su responsabilidad. Hago un llamamiento para que todos juntos eliminemos las peores formas de trabajo infantil. Es una causa no sólo mundial sino también personal que nos compromete individualmente como seres humanos, algo que como personas queremos borrar de la faz del planeta.
Muchos de ustedes se comprometieron a tomar medidas lo antes posible, y lo han hecho. Setenta y cuatro países ya han ratificado el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 (núm. 182), en dos años y esperamos muchas más ratificaciones en los próximos meses. Es el Convenio más rápidamente ratificado de la historia de la OIT; pero como todos sabemos, la ratificación no es más que el principio del viaje. Por eso, hoy honramos a la República Unida de Tanzanía, El Salvador y Nepal, los tres primeros países dispuestos a dar el siguiente paso y a comprometerse de manera fundamental erradicando las peores formas de trabajo infantil dentro de un marco temporal con plazo fijo.
Es un honor el que esté usted aquí, Sr. Nieto Menéndez , como representante personal del Presidente Flores, y usted, Embajador Sinkhada, representante personal del Primer Ministro Koirala de Nepal. Apreciamos el apego de su país a pesar incluso de su reciente tragedia.
Sus tres Gobiernos están dispuestos a fijar objetivos, baremos y a ser sometidos a juicio. Es también un placer tener aquí al Sr. Ministro Riester de Alemania, y al Viceministro de Trabajo de los Estados Unidos el Sr. Cameron Findlay, que representan a dos socios financiadores de nuestro Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC). Ambos simbolizan el punto clave en la evolución del IPEC en la lucha contra el trabajo infantil. Es difícil imaginar que hace apenas un decenio se alzaban pocas voces en contra del trabajo infantil, pero la OIT realizó su labor pionera y Alemania en aquel entonces pedía medidas. Cuando llegó el momento de iniciar un gran programa el Gobierno de Alemania se mostró dispuesto a brindar el apoyo financiero necesario y nació el IPEC en 1992. Damos las gracias a Alemania por su pronto respaldo y por la confianza que depositó en nosotros. Muchos siguieron sus pasos. En la actualidad el IPEC es una asociación de unos 25 países y organizaciones contribuyentes, y unos 65 países en los que se aplican programas. Quiero darles las gracias a todos por su participación. También quiero expresar mi reconocimiento a los países que estuvieron dispuestos a entrar en el IPEC desde un principio para empezar a hacer frente al problema del trabajo infantil en sus propios países, a saber, el Brasil, la India, Indonesia, Kenya, Tailandia y Turquía. Todos ellos firmaron un Memorando de entendimiento con la OIT el primer año del Programa.
En este acontecimiento reconocemos asimismo la función del Gobierno de los Estados Unidos, principal financiador en la actualidad, a la hora de ayudar al Programa a dar un gran salto adelante para luchar contra las peores formas de trabajo infantil. La mayoría de estos programas reciben apoyo financiero de los Estados Unidos, y contamos con su apoyo continuado.
Debo recalcar que los programas con plazo fijo integrados y a distintos niveles tan sólo tienen sentido si son parte de un esfuerzo nacional de desarrollo. Por ese motivo, deben basarse en una verdadera titularidad nacional.
La República Unida de Tanzanía, El Salvador y Nepal han aceptado esta responsabilidad. Lo que hacen ustedes da esperanzas a muchos millones de niños, tanto los de sus países como los de otros. Quiero asimismo señalar que tiene un significado más amplio, ya que sus acciones demuestran que las cuestiones de derechos y valores no son un lujo, porque si lo pensamos, nos los podemos permitir. Deben sentarse las bases desde el principio, algo que siempre ha querido la OIT y que constituye el meollo de nuestro Programa de Trabajo Decente, y sus tres países están aceptando ese desafío. Están poniendo los derechos y valores en la base de su programa de desarrollo porque, como bien sabemos, no basta con sacar a los niños del lugar de trabajo, sino que también deben tener oportunidades significativas de educación, rehabilitación, asistencia sanitaria y nutrición, y esto también supone presentar alternativas a las familias para la generación de ingresos propios.
Cuando examino lo pasado en los últimos dos años se me confirma mi firme creencia de que debemos atrevernos a soñar, debemos tener una visión en la que creamos. La lucha contra el trabajo infantil en la actualidad exige la solidaridad y la atención mundiales y en la actualidad estamos abordando la erradicación de las peores formas de trabajo infantil en un decenio, o menos país por país, con apoyo internacional. Hemos avanzado un gran trecho y, no se equivoquen, los compromisos realizados en este acontecimiento señalan que para el trabajo infantil no nos ceñiremos a la labor cotidiana , y cuando trabajamos sobre las peores formas de trabajo, también estamos llamando la atención sobre la causa de los niños trabajadores, que deberían estar en la escuela.
Insto a los países que no han ratificado todavía el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 (núm. 182), a que lo hagan lo antes posible, y a los que sí lo han hecho, a que sigan el ejemplo de la República Unida de Tanzanía, El Salvador y Nepal. Ruego a las organizaciones de empleadores y de trabajadores que desempeñen una labor especial a la hora de promover esta causa a nivel nacional e internacional y, por supuesto, también hay cabida para que las organizaciones de base comunitaria, las ONG y otros grupos de ciudadanos actúen.
Ante todo creo que todas las organizaciones internacionales y los países desarrollados en sus programas de cooperación deberían dar un firme apoyo a aquellos países que tienen la voluntad de hacer compromisos con plazo fijo para erradicar las peores formas de trabajo infantil.
Para marcar la ocasión de hoy debemos pensar en establecer un día mundial contra el trabajo infantil, como momento catalítico en que, cada año, en todos los países nos preguntemos qué hemos hecho para acabar con el trabajo infantil.
Puesto al día por HK. Aprobada por RH. Ultima actualización: 13 de junio de 2001.