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GB.273/9
273.a reunión
Ginebra, noviembre de 1998


 NOVENO PUNTO DEL ORDEN DEL DIA

Informe de la Comisión de Empleo y Política Social

1. La Comisión de Empleo y Política Social se reunió el 9 de noviembre de 1998 y estuvo presidida por la Sra. Sarmiento (Gobierno, Filipinas). Los Vicepresidentes de los empleadores y de los trabajadores fueron respectivamente el Sr. Katz y el Sr. Ito.

2. La Comisión tuvo el siguiente orden del día:

  1. Informe sobre el empleo en el mundo 1998-1999 -- Empleabilidad y mundialización: Papel fundamental de la formación:
    1. discusión general y repercusiones en materia de política;
    2. repercusiones para las actividades de la OIT.
  1. Informe sobre la marcha de los preparativos para el segundo Foro Empresarial de la OIT.
  2. Políticas y actividades de la OIT relativas a la readaptación profesional.
  3. Programa de creación de empleos en la OIT:
    1. programas con un alto coeficiente de empleos;
    2. creación de empleos mediante desarrollo de las empresas y de las cooperativas.
  1. Informe sobre la marcha de la evaluación de la política de empleo en el plano nacional, incluida la reunión tripartita sobre las evaluaciones de Austria, Dinamarca, Irlanda y los Países Bajos.
  2. Relaciones con las instituciones de Bretton Woods.
  3. Curso que debe darse a la resolución sobre el empleo juvenil, adoptada en la 86.ª reunión (junio de 1998) de la Conferencia.

3. A raíz de una propuesta presentada por la Mesa de la Comisión, que estimó que la crisis financiera global y la respuesta dada por la OIT eran cuestiones de máximo interés para la Comisión, la Comisión decidió que deberían tratarse simultáneamente los puntos 1, 4 y 6. Por falta de tiempo, la Comisión no pudo examinar los puntos 2, 3, 5 y 7 que figuran en el orden del día.

4. El Sr. Amjad (Jefe del Grupo Especial para el Informe sobre el empleo en el mundo) presentó el documento de la Oficina que figura en el punto 1, a), del orden del día. El Informe sobre el empleo en el mundo 1998-1999 se refería especialmente al deterioro del desempleo declarado y del subempleo en muchas partes del mundo, que traía aparejado grandes dificultades, sufrimiento y tensiones sociales; los aspectos inaceptables de la mundialización impulsada por las fuerzas del mercado y el descuido de las instituciones y de la infraestructura social que garantizarían un crecimiento equitativo y sostenible; el papel fundamental que desempeñaba una fuerza de trabajo formada, capacitada y adaptable para garantizar la empleabilidad de los trabajadores y el incremento del rendimiento de las empresas, y su capacidad para aprovechar las oportunidades que les brindaba la mundialización y la nueva tecnología; el papel igualmente importante que había de concederse a la formación para mejorar la empleabilidad y reducir la discriminación en el acceso a la formación para los grupos vulnerables de trabajadores y para satisfacer las necesidades de los trabajadores del sector no estructurado. La enseñanza y el desarrollo de las capacitaciones eran elementos esenciales pero insuficientes para el logro de un crecimiento a base de un alto coeficiente de mano de obra. Los mejores resultados se conseguirían mediante la creación de un entorno general que promueva el crecimiento y la adopción de decisiones en estrecha consulta con el Gobierno, los empleadores y los trabajadores. La OIT estimó que, hacia finales de 1998, aproximadamente 1.000 millones de trabajadores de una fuerza de trabajo total de 3.000 millones se encontraban en situación de desempleo o de subempleo. De éstos, 150 millones estaban buscando trabajo en vano. Las principales razones que explicaban el elevado y creciente desempleo y subempleo eran: la crisis de Asia oriental, los profundos cambios estructurales y la brusca reestructuración en las economías de transición que no habían sido capaces de responder a las demandas de trabajo, el elevado crecimiento de la oferta de trabajo en un contexto de lento crecimiento económico y las escasas oportunidades de trabajo en Asia meridional y en Africa y el crecimiento sin empleo que habían limitado las repercusiones sobre el desempleo, por ejemplo, en América Latina. El Informe sobre el empleo en el mundo insistió en la necesidad de establecer sistemas de formación flexibles y adaptables mediante la cooperación mutua y la coparticipación social entre los empleadores, los trabajadores y el gobierno. La mundialización y los rápidos cambios tecnológicos y laborales incrementaron la demanda de mano de obra calificada y requerían capacitaciones diferentes de las que se exigían en el pasado, incluidas las capacitaciones múltiples que incrementaban la adaptabilidad de los trabajadores en el lugar de trabajo y exigían una educación permanente en el marco de la empresa. Todos los sistemas de formación estaban sometidos a presión. Paradójicamente, las fuerzas que impulsaron un incremento de la demanda de trabajadores calificados redujeron al mismo tiempo las oportunidades de formación dado que se menoscabaron las relaciones de empleo de larga duración y los trabajadores poco calificados quedaron excluidos del empleo. El Informe hacía hincapié en que la excesiva dependencia en las fuerzas del mercado tendería a provocar una inversión insuficiente en conocimientos técnicos debido a la sustracción de personal especializado y otras fallas del mercado y daría lugar a un equilibrio entre un bajo nivel de calificaciones y salarios bajos. En particular, las pequeñas y medianas empresas y las microempresas resultaban desfavorecidas a pesar de que generaban la mayor parte de los nuevos empleos. En el Informe se determinaron las principales características de los sistemas de formación que funcionan debidamente: la participación social, la cofinanciación, la eficacia en función de los costos y los estudios de mercado en materia de formación, y la certificación de las calificaciones y competencias a fin de lograr una mayor movilidad en el mercado de trabajo. En particular, era necesario adoptar una serie de medidas de apoyo para las personas socialmente excluidas a fin de ayudarles a abrirse paso en el mercado de trabajo. A modo de ejemplo, entre las medidas adoptadas cabe citar los programas de discriminación positiva que apoyan la educación permanente de la mujer y facilitan un mejor acceso de la mujer a la formación en el empleo; el apoyo docente; el trabajo subvencionado y la ayuda para buscar empleo para jóvenes en busca de su primer trabajo; medidas que se complementen mutuamente para los desempleados de larga duración; educación permanente para los trabajadores de edad; mejora de la capacidad del sistema de aprendizaje no homologado para que proporcione capacitaciones superiores para los trabajadores del sector no estructurado y un mejor acceso al crédito y al apoyo institucional; y responder a las necesidades de los trabajadores discapacitados mediante programas de empleo y empleos protegidos.

5. El Sr. Rodgers (Jefe del Servicio de Políticas y Sistemas de Formación) presentó el documento de la Oficina que se trata en el punto 1, b), del orden del día. Hizo hincapié en la ventaja comparativa de la OIT, desarrollada en el curso de los años, para tratar las cuestiones de formación y utilizar el tripartismo y el diálogo social como marco institucional para conciliar los diversos intereses en la política de formación y el desarrollo de sistemas. El Informe sobre el empleo en el mundo podría ayudar a la OIT a reforzar su apoyo a los mandantes a nivel nacional, desarrollar sus capacidades operativas en nuevos ámbitos y promover los valores de la OIT en la formulación de las políticas de formación y en las instituciones de formación. Entre las posibilidades de seguimiento figura la utilización del Informe como valiosa aportación a los preparativos para la discusión general sobre el perfeccionamiento de los recursos humanos que se desarrollará en la Conferencia Internacional del Trabajo en el año 2000. Tomando como base las ideas del Informe, la OIT esperaba avanzar en tres frentes: promover el diálogo social y las asociaciones en las que participen los mandantes de la OIT que guarden relación con la formación; reflejar las preocupaciones y prioridades regionales mediante la celebración de reuniones preparatorias regionales; y examinar si estas cuestiones relativas a la formación deberían incorporarse en una nueva recomendación sobre formación en caso de que la Conferencia estime oportuno llevar adelante esta idea. En segundo lugar, el Informe hizo hincapié en la necesidad de reforzar los vínculos entre los sistemas de formación y las necesidades de las empresas. La OIT tenía la intención de recabar información sobre prácticas de formación exitosas; realizar investigaciones sobre instituciones que puedan proporcionar de forma eficaz una educación permanente para una fuerza de trabajo cada vez más móvil; y determinar los medios para apoyar y mejorar el desarrollo de conocimientos técnicos en las pequeñas empresas y en el sector no estructurado. La OIT también podría influir en la promoción de las normas internacionales para la formación basada en la competencia. En tercer lugar, el Informe destacó el papel que desempeña la formación para promover la igualdad de oportunidades y la inserción social y económica. La OIT tenía que promover políticas que compensaran y contrarrestaran la discriminación por motivos de sexo en los mercados de trabajo. La OIT debería desplegar mayores esfuerzos en evaluar otras políticas e instituciones de inserción profesional, en concreto, sistemas de aprendizaje que incluyan la experiencia laboral. La OIT también podría contribuir en la formulación de políticas complementarias destinadas a combatir la pobreza y la exclusión social. Por último, la OIT podría perfeccionar los métodos de acopio de datos en materia de formación y recabar información sobre el empleo y la formación que pudiera compararse a nivel internacional. Muchas de estas ideas se incorporaron en el proyecto de las propuestas de Programa y Presupuesto para 2000-2001, pero a plazo medio también podrían orientar la labor de la OIT.

6. El Sr. Radwan (Director del Departamento de Política de Desarrollo) presentó el documento de la Oficina que figura en el punto 4, a), del orden del día. Recordó que el problema de la creación de empleo nunca había sido tan acuciante y que su gravedad se incrementaba todavía más en un contexto caracterizado por el desempleo y el subempleo masivos y la pobreza dominante en muchos países. Estos elevados niveles de desempleo estaban relacionados con las reformas económicas que probablemente fue necesario adoptar para estimular el crecimiento económico, pero que también mostraba la incapacidad del sector estructurado de crear suficientes empleos para absorber productivamente la oferta de mano de obra. Las crisis de la deuda, las crisis económicas y financieras y las crisis en los países que salen de un conflicto armado habían dejado de ser excepción para convertirse en la norma. La necesidad de adoptar estrategias de crecimiento a base de un alto coeficiente de mano de obra era evidente, y la OIT había desempeñado un papel constructivo en los últimos dos decenios en la promoción del uso de métodos basados en un alto coeficiente de empleos, especialmente en programas de inversión pública en el sector de la infraestructura y de la construcción. Este sector resultó ser especialmente importante para las políticas de creación de empleo. En los países en desarrollo representó aproximadamente entre el 2 y el 8 por ciento del PIB y entre el 40 y el 70 por ciento de la inversión pública total y desempeñó una función catalizadora en la generación de empleo, al vincular más directamente la política de empleo a la política de inversión; en el fomento de la industria local de la construcción, al incrementar su acceso a los mercados públicos; en garantizar que la mayor creación de empleo en el sector privado vaya aparejada a unas mejores condiciones de trabajo y fomentar el diálogo social y la transparencia respecto a la ejecución de obras públicas por el sector privado. Los resultados de los programas que recibieron el apoyo de la OIT en los últimos diez años habían mostrado las importantes ventajas económicas y sociales de los planteamientos de inversión pública en obras de infraestructura con gran densidad de mano de obra, en el sentido de que: resultaron ser del 10 al 30 por ciento más baratos que los enfoques basados en una mayor densidad de equipo; exigían de un 50 a un 60 por ciento menos de divisas; y el número de empleos generados fue de dos a cuatro veces superior, sin que ello afectara a la calidad. De hecho, este enfoque desarrollado por el Programa intensivo en empleos de la OIT al que se hizo referencia en el documento de la Oficina proporcionó a la OIT una ventaja comparativa en cuanto a que demostró con éxito que en efecto era posible vincular más directamente la promoción del empleo, la mitigación de la pobreza y el desarrollo del sector privado, por un lado, con el progreso social, mejores condiciones de trabajo y la mejora de los procesos democráticos, por otro. La OIT introdujo importantes modificaciones a este respecto en su programa de cooperación técnica y asesoramiento sobre políticas, entre otras, el paso de programas de obras públicas de asistencia, emergencia o «especiales» a programas estructurales de generación de empleo a largo plazo asociados a inversiones rentables y al crecimiento económico; el paso de programas de obras públicas puestos en ejecución por el gobierno a programas de obras públicas con alta densidad de empleos y puestos en ejecución por el sector privado; la mejor integración de los objetivos económicos y sociales, y en particular de la política de inversiones y de empleo; una mayor insistencia en la introducción de las normas del trabajo pertinentes en los contratos para proteger a los trabajadores en el entorno cada vez más competitivo del sector privado y el fomento de los principios de organización y negociación entre los interlocutores sociales, incluidos aquellos que se encuentran en la frontera entre una economía estructurada y una economía no estructurada. La actual cartera del programa extrapresupuestario intensivo en empleos de la OIT fue del orden de 60 millones de dólares, con unos gastos anuales de aproximadamente 10 millones de dólares, y se registró un aumento de las solicitudes de asistencia técnica y servicios de asesoramiento por parte de los Estados Miembros en este ámbito.

7. El Sr. Henríques (Jefe del Servicio de Desarrollo y Gestión de Empresas) presentó el documento de la Oficina que figura en el punto 4, b), del orden del día. Señaló que actualmente las pequeñas y medianas empresas creaban el 80 por ciento de los nuevos empleos y generaban del 50 al 80 por ciento de los empleos existentes en la gran mayoría de los países. Sin embargo, la calidad general de estos empleos era a menudo deficiente, especialmente en los países en desarrollo y en economías en transición. Además de la baja productividad, las condiciones de trabajo en las pequeñas y medianas empresas de estos países eran a menudo precarias y sus trabajadores carecían de una protección social básica. Asimismo, estas empresas y, en especial, las microempresas se caracterizaban por unas relaciones laborales inadecuadas y por recurrir al trabajo infantil. Conseguir incrementar la cantidad y la calidad de los empleos era un objetivo primordial dentro del mandato de la OIT y justificaba plenamente la intervención de la Oficina en este importante ámbito. A este efecto, el incremento de la calidad del empleo a todos los niveles constituía una parte esencial de los esfuerzos de la OIT relacionados con el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas y las cooperativas. Al formular sus programas de fomento de las pequeñas y medianas empresas y las cooperativas, la OIT trató de promover métodos rentables que potenciaran al máximo el alcance y las repercusiones, y prestar especial atención a la sostenibilidad a largo plazo de las estructuras de apoyo de las pequeñas y medianas empresas. Si bien los indicadores cuantitativos de los resultados alcanzados hasta la fecha revestían interés, cabía destacar que la principal función del programa de la OIT para las pequeñas y medianas empresas consistía en generar un efecto multiplicador mediante el intercambio de buenas prácticas entre los interlocutores sociales y otras instancias decisorias a nivel internacional y nacional. El costo por trabajo creado en los proyectos de cooperación técnica de la OIT se situó entre 42 dólares de los Estados Unidos y 848 dólares. En muchos casos, las mujeres fueron las principales beneficiarias de estos proyectos (del 20 al 70 por ciento de los grupos beneficiarios eran mujeres, y el 60 por ciento de los 120.000 empresarios que se beneficiaron del programa Inicie y Mejore su Negocio eran mujeres). En la mayor parte de los proyectos de la OIT se tuvieron en cuenta los aspectos cualitativos de los empleos creados en las pequeñas y medianas empresas (condiciones de trabajo, protección social, eliminación del trabajo infantil). Algunos de estos proyectos se centraron exclusivamente en esta importante cuestión. Este fue el caso de un proyecto subregional que se llevó a cabo en Asia (Mejora del Trabajo y Fomento del Espíritu Empresarial), la puesta en marcha de un plan de seguridad social para los trabajadores del sector no estructurado en la República Unida de Tanzanía, y la elaboración de módulos de formación para promover los sistemas de protección social para los propietarios y trabajadores de las microempresas en Africa. Un proyecto piloto en diez países africanos (iniciado por el Servicio de Desarrollo y Gestión de Empresas y la Oficina de Actividades para los Trabajadores) se aplicó por intermedio de los sindicatos locales y se centró en promover la creación de empleos de calidad productivos y sostenibles entre los trabajadores que habían perdido su empleo como resultado de las medidas de reestructuración económica. Por conducto de la Oficina de Actividades para los Empleadores, el programa ha establecido estrechas relaciones con las organizaciones de empleadores en varios países a fin de desarrollar su capacidad para proporcionar ayuda y servicios a las pequeñas y medianas empresas. El programa de cooperación técnica de la OIT para el fomento de las pequeñas y medianas empresas y las cooperativas ascendió aproximadamente a un total de 25 millones de dólares por año. En los últimos cinco años, se estimó que este programa había generado 250.000 empleos. Si bien esta cantidad pudiera parecer insignificante si se tiene en cuenta la actual situación de desempleo, quedó demostrado que los interlocutores sociales pueden hacer mucho si se destinan más recursos a programas similares. A este efecto, la OIT intentó desempeñar una función rectora a la hora de determinar y difundir las mejores prácticas en esta importante esfera, y erigirse en centro de excelencia. Desempeñó un importante papel en una serie de foros internacionales destinados a la investigación y programas de desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, entre ellos, la Comisión de organismos donantes para el fomento de la pequeña empresa. Un acontecimiento importante en la labor de la OIT en este ámbito fue la reciente adopción de la Recomendación sobre la creación de empleos en las pequeñas y medianas empresas, 1998 (núm. 189). Posteriormente, la OIT puso en marcha el Programa Internacional para la Pequeña Empresa, que habría de ser el principal medio de asistencia a los Estados Miembros para aplicar la Recomendación. Los principales retos a los que tendría que enfrentarse la Oficina en el futuro consistían en desarrollar métodos innovadores que permitieran incrementar el alcance, las repercusiones, la eficacia en función de los costos y la sostenibilidad de sus programas de desarrollo para las pequeñas y medianas empresas y las cooperativas de forma que respondieran a las crecientes necesidades de nuevos empleos. A este efecto, tendría que insistir en el desarrollo de enfoques integrados que se centren en la cantidad y la calidad de los empleos.

8. La Sra. Hagen (Directora General Adjunta), al presentar los documentos de la Oficina sobre las relaciones con las instituciones de Bretton Woods que figuran en el sexto punto del orden del día, señaló que los temas de competencia de la OIT siguientes: formación, creación de puestos de trabajo, obras públicas de infraestructura con alto coeficiente de mano de obra y desarrollo de la empresa fueron expuestos en cuatro ocasiones anteriores por la Oficina. Estos eran temas técnicos en los que la OIT había tenido una larga y amplia cooperación con el Banco Mundial, como lo demostraban los informes relativos a las relaciones con las instituciones de Bretton Woods presentados a la Comisión durante los últimos años, así como los dos informes presentados este año. Declaró que actualmente, la diferencia residía en que los intentos de las instituciones financieras internacionales en el transcurso del pasado año para enfrentar la extensión de la crisis financiera en términos fundamentalmente económicos y financieros había llevado a muchas de ellas a reconocer que ese tipo de respuesta era inadecuado y que, para encontrar soluciones eficaces, era necesario adoptar un enfoque más amplio que incorpore los elementos básicos de la sociedad de cada país y la construcción de una estructura social para dar apoyo a dichas soluciones. Este nuevo enfoque, que va mucho más allá de las cuestiones relativas a la formación y la creación de empleos, había sido el tema principal del discurso pronunciado por el señor Wolfensohn en ocasión de las reuniones anuales de octubre de 1998 de las juntas de gobernadores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, en el que propuso la creación de un sistema de contabilidad social paralelamente a la contabilidad financiera habitual. Esto era un cambio drástico de la naturaleza del diálogo con la OIT, y correspondía a lo que la propia OIT había buscado y solicitado al Banco y al Fondo durante muchos años. Este enfoque permitía discusiones más detalladas sobre la participación social y la función de las normas fundamentales del trabajo en el marco de un desarrollo económico mundializado. Por consiguiente, el diálogo político de alto nivel, propuesto por la OIT y que fue celebrado con el Banco Mundial el 28 de octubre, como se informó a la Comisión en el addéndum al documento principal, reflejó ese nuevo enfoque. El resultado de ese diálogo que fue muy fructífero, debería conducir a una mayor convergencia en el pensamiento institucional del Banco Mundial y de la OIT respecto de la función esencial que cabía a la participación social y a las normas fundamentales del trabajo para lograr la estabilidad social y el crecimiento económico. El diálogo político se había realizado con el Banco sin la participación del Fondo Monetario, dado que el alcance del diálogo es diferente según las instituciones. Con el FMI el diálogo había progresado armoniosamente desde que el Director General fue invitado en octubre de 1995 a una reunión con el Comité Provisional después de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, en la cual se partió de la premisa de que las normas fundamentales del trabajo eran pertinentes y debían ser tomadas en cuenta. En cambio, el diálogo con el Banco Mundial no había progresado en la misma medida: a la luz de su mandato económico, el Banco había estado en condiciones de considerar cuestiones tales como el trabajo infantil y la discriminación, pero había tenido más dificultades respecto de la libertad sindical y el derecho de negociación colectiva. Dichas dificultades fueron examinadas en ocasión del diálogo político de alto nivel. En el transcurso del diálogo, la OIT subrayó la función y la utilidad de la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento, particularmente en tanto que instrumento de promoción, para tratar de resolver esas dificultades. Esta discusión debería de ahora en adelante permitir una mayor convergencia. Se acordó asimismo proseguir las discusiones. Otro resultado de la reunión fue un compromiso conjunto para que la OIT sea consultada en relación con la labor del Banco relativa a la creación de un marco social para el desarrollo, que el Banco ya había empezado a aplicar en algunos países. Además, ambas instituciones seguirían participando en una investigación sobre la interacción entre el desarrollo económico y las normas fundamentales del trabajo, así como en proyectos de asistencia técnica específicos en relación con las crisis financiera, especialmente en materia de obras públicas e infraestructura en Indonesia, y en otros proyectos eventuales en Tailandia, la República de Corea y otros países, entre los cuales, la Federación de Rusia. Los demás proyectos de investigación conjunta se exponían en el informe principal sometido a la Comisión.

9. El Vicepresidente empleador consideró que la documentación presentada a la Comisión era abundante, equilibrada e instructiva. Sin embargo, se refirió a la magnitud de la crisis actual e instó a que las discusiones en el Consejo de Administración se concentraran en la importancia del impacto logrado por la OIT en relación con los esfuerzos tendientes a enfrentar la crisis y en las demás medidas que podrían tomarse al respecto. Celebró la mención hecha en el Informe de varios aspectos que los empleadores habían mencionado en varias oportunidades, como por ejemplo, la necesidad de una mayor flexibilidad en materia de formación. En el Informe subsistían reminiscencias de las viejas teorías como por ejemplo afirmar que el crecimiento es suficiente para lograr el pleno empleo. Esas viejas cuestiones tenían vigencia sobre todo en los países desarrollados de Europa y América del Norte. La crisis actual debería ser el centro del debate puesto que es la causa de la pobreza y los sufrimientos de millones de personas en los países en desarrollo. Tal como lo habían planteado con frecuencia los trabajadores, la formación no es una solución cuando faltan puestos de trabajo. La OIT no podía esperar resolver la crisis concentrándose en la formación. El diálogo de alto nivel con el Banco Mundial y con el FMI era muy oportuno, pero dada la pobreza que persistía en los países afectados, la OIT debería analizar el impacto de su política en la población, en especial en aquellas personas que ya habían estado por debajo del umbral de pobreza antes de la crisis. Según la información de que disponían los empleadores de Asia, Africa y América Latina, la situación era desesperada; por lo tanto, la prioridad absoluta era reducir la pobreza y fomentar la creación de empleos. Era necesario crear un programa de gran alcance que abarque una amplia gama de políticas para resolver el problema, tales como una reforma de política tanto macroeconómica como microeconómica que redunde en una reforma del mercado del trabajo y en el aumento de la productividad.

10. Sin embargo, el Informe sobre el empleo en el mundo proporcionaba algunos datos importantes: por ejemplo, la formación profesional debería basarse en una educación general sólida y ofrecer posibilidades de capacitación permanente. El orador aprobó que se diera prioridad a los enfoques de la formación basados en la demanda, si bien declaró que los enfoques basados en la oferta no debían ser descartados, dado que con frecuencia las inversiones extranjeras se habían hecho en los países que ofrecían una reserva de mano de obra con buenas calificaciones. Las inversiones de la empresa Intel en Israel se debían principalmente al alto nivel de calificaciones de los inmigrantes provenientes de Rusia. Los recursos de la OIT eran limitados en comparación con los de las instituciones de Bretton Woods. La Oficina podría colaborar con dichas instituciones y utilizar su experiencia en materia de creación de empleo en las pequeñas empresas, a fin de garantizar que los aspectos sociales fueran debidamente tomados en cuenta y de este modo lograr un mayor impacto. La creación de empleos con alto coeficiente de mano de obra y la creación de puestos de trabajo a nivel de empresa son campos en los que la ventaja comparativa de la OIT era significativa como lo demuestran los 250.000 empleos creados mediante los programas de la OIT para el desarrollo de la pequeña empresa, si bien estas cifras son pequeñas en relación con los millones de desempleados que hay en el mundo. La OIT debería tomar medidas para dejar de lado los proyectos experimentales, que habían sido puestos a prueba y que habían permitido establecer enfoques y políticas apropiados, para dedicarse a suministrar asesoramiento en materia de aplicación de programas de gran alcance. Las instituciones de Bretton Woods financiaban las reformas macroeconómicas con millones de dólares. ¿No podría la OIT tomar medidas rápidamente para atender las cuestiones sociales en el terreno a fin de que los efectos de su acción fueran más importantes? La OIT tendría que participar en los aspectos sociales de los programas de reconstrucción en el terreno. Debería hacerse una evaluación externa para verificar si los logros de las actividades de la OIT eran significativos.

11. El Vicepresidente trabajador subrayó la importancia de la formación y del equilibrio necesario entre la demanda y la oferta de formación. Estimó que era importante no olvidar que si no se creaban empleos, la formación era inútil. Celebró la calidad de los informes y su presentación para la que se utilizó un proyector. Sin embargo, manifestó preocupación por el hecho de que los documentos de la Oficina mencionaban repetidas veces las organizaciones internacionales no gubernamentales y las organizaciones de ciudadanos cuando, tradicionalmente, para la OIT, los sindicatos ocupaban una posición central en el diálogo social. El diálogo con las instituciones de Bretton Woods era muy importante, pero ¿qué había demostrado? se había llegado a una coyuntura crítica, la OIT debía ahora dar a conocer sus opiniones. Esta era la oportunidad de reformar esas instituciones, debería hacerse un llamamiento a los gobiernos y a las instituciones internacionales para que analizaran la manera de lograr esta reforma. El Grupo de los Trabajadores lamentó que el Informe no presentara un análisis correcto de la crisis económica o una evaluación de la responsabilidad de las instituciones de Bretton Woods en relación con la situación actual. Debería haberse dado más importancia a la economía mundial y a cómo debería haberse comportado en relación a la creación de empleo. Además, debería figurar la opinión de la OIT respecto de la reforma de dichas instituciones. El Grupo de los Trabajadores apoyó el aumento de los servicios proporcionados por los gobiernos a fin de mejorar las calificaciones así como los programas de formación para formar aprendices. El orador acogió con beneplácito la posibilidad de discutir, en ocasión de la Conferencia Internacional del Trabajo del año 2000, las reformas fundamentales de la educación básica tan necesarias para facilitar la transición de los jóvenes al mundo del trabajo. El Informe subrayaba oportunamente que las consultas celebradas con los sindicatos y los empleadores eran muy útiles para poner en práctica sistemas de formación eficaces. Cuando se examinaban las actividades de la OIT con el propósito de reformar los sistemas de formación era fundamental mantener consultas tripartitas. El Informe sobre el empleo en el mundo no menciona que los programas de ajuste estructural habían reducido los gastos de los gobiernos en materia de formación.

12. El orador destacó la importancia de la colaboración tripartita en materia de formación y la función de la certificación de la capacitación para garantizar su calidad. Sin embargo, señaló que era importante evitar discriminar a los trabajadores que carecían de certificados de capacitación. Subrayó que la formación era el instrumento principal para combatir el desempleo, siempre que se cumplieran dos condiciones: el crecimiento económico y el crecimiento del empleo. El Informe subestimaba demasiado los niveles de desempleo y de subempleo causados por la crisis: la economía mundial había estado a punto de derrumbarse. Las medidas tomadas por el FMI respecto de la crisis de Asia demostraban que los problemas no podían resolverse con los medios clásicos, sino más bien reduciendo las tasas de interés y planificando globalmente el empleo centrándose en el desarrollo social y no en las políticas económicas e inspirándose en las conclusiones de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social. El orador aprobaba la importancia que se otorgaba actualmente a la reforma de la reglamentación que regía el sistema financiero internacional a fin de fomentar una mayor transparencia, aunque ello no baste para frenar los movimientos de capital especulativos con que buscan obtener beneficios a corto plazo. Sería útil seguir examinando medidas para limitar los movimientos de capital especulativos de corto plazo, como por ejemplo el denominado impuesto Tobin. El derrumbe de una de las economías latinoamericanas podría tener repercusiones en toda la región y se perderían muchas ganancias. Lo mismo valía para Africa. La iniciativa para los países pobres muy endeudados resultó ineficaz y debería ser reemplazada. Declaró que actualmente, las instituciones de Bretton Woods enfrentaban críticas sin precedentes, y la OIT tenía una oportunidad única de lograr las reformas adecuadas y reafirmar su autoridad en relación con las cuestiones de trabajo y empleo. La crisis de Asia había puesto en tela de juicio los métodos del FMI, y la OIT podría presentar sus propias recomendaciones para reformar las instituciones de Bretton Woods.

13. El orador recordó que desde la reunión de alto nivel de 1987 la Comisión había estado examinando las relaciones con las instituciones de Bretton Woods, si bien el documento de la Oficina le daba una importancia exagerada al diálogo y se mostraba demasiado optimista. Era fundamental recordar al FMI la necesidad de tomar en cuenta las normas fundamentales del trabajo y la necesidad de entablar un diálogo social que se basara en los Convenios núms. 87 y 98 y en las consecuencias del proceso de reforma. En el documento se hacía la lista de muchos hechos pero no figuraba ningún resultado, por consiguiente era necesario un sistema de control. Los esfuerzos realizados por la Oficina en ocasión del diálogo sobre la crisis financiera eran muy apreciables, si bien el colapso social de Indonesia indicaba que el FMI no había sido eficaz, que se había limitado a mencionar ciertos principios, que había cometido errores, que había considerado con ligereza las cuestiones relativas al empleo, y no le había dado la debida atención a la necesidad de establecer un dispositivo de seguridad. En la época del crecimiento económico exitoso los países de Asia no habían dado importancia a la creación de sistemas adecuados de protección social. El párrafo 13 del documento indica claramente la prioridad que estas instituciones le habían dado al crecimiento económico en detrimento de las normas fundamentales del trabajo. La OIT debía seguir destacando la importancia de la libertad sindical y el derecho de negociación colectiva así como las demás normas fundamentales del trabajo. En 1997, en ocasión de la Conferencia Internacional del Trabajo el señor Wolfensohn subrayó que el crecimiento económico debía ir acompañado por el respeto de los derechos humanos, pero este mensaje no había sido comprendido por el personal de su institución. La declaración de la OIT debía invocarse con vigor en el diálogo. Muchos gobiernos donantes habían pasado recientemente a la socialdemocracia, y eso debería ser positivo. Por último, el orador reiteró que visto el cuestionamiento de las medidas ampliadas por el FMI durante la crisis financiera de Asia, la OIT debía presentar recomendaciones para reformar las instituciones de Bretton Woods.

14. El representante del Gobierno de Italia señaló dos condiciones complementarias para el restablecimiento de la situación: el crecimiento económico y el empleo. Declaró que la formación era esencial para el empleo y debería dispensarse en los sectores donde se necesita mejorar las calificaciones. Esos sectores cambian constantemente, y habida cuenta de la expansión y el ritmo del cambio tecnológico, la formación no podía dejarse librada solamente al mercado. Debería facilitar la movilidad de los trabajadores. Las grandes empresas tenían más posibilidades de organizar la formación que las pequeñas empresas, si bien el potencial de creación de empleos de estas últimas era mayor. Por consiguiente, las instituciones internacionales tenían una misión que desempeñar en ese campo. El orador recordó el discurso que pronunció el Sr. Wolfensohn en ocasión de la Conferencia Internacional del Trabajo de 1997, no obstante recalcó que la OIT debía tomar la iniciativa e influir en los sucesos. La formación profesional debía estar estrechamente relacionada con la enseñanza primaria y la enseñanza secundaria, así como ofrecer formación continua a los adultos que necesitaran actualizar sus calificaciones. El diálogo social era un medio importante para reducir el desempleo en general, y en particular el desempleo de los jóvenes.

15. Un representante del Gobierno de Francia mencionó el papel que cupo a la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social al avalar las normas fundamentales del trabajo. Subrayó la actuación del Sr. Somavía y del Sr. Chotard al respecto. De ahora en adelante, dichas normas formaban parte del quehacer del FMI. Las instituciones de Bretton Woods estaban por fin tomando conciencia de la necesidad de considerar la estructura de la sociedad entera. Por lo tanto, era sorprendente la reacción del Vicepresidente empleador. Había quedado demostrado el éxito del diálogo entre el Fondo y la OIT. La aplicación de los principios de la libertad sindical no debían afectar la ventaja comparativa de ningún país, ni tampoco impedir que ninguno intente obtenerla; a la inversa, el hecho de no aplicar los principios de la libertad sindical tiene su precio, sobre todo en los casos en los que los dirigentes sindicales son detenidos. Además, el Informe habría sido más útil al exponer las reformas introducidas en el sistema de formación de Francia.

16. Una segunda representante del Gobierno de Francia subrayó varias cuestiones claves que figuraban en el Informe sobre el empleo en el mundo, tal como la necesidad de una formación continua basada en una buena educación general, la importancia de la certificación de las competencias laborales, y la necesidad de garantizar su transferibilidad cuando los trabajadores cambiaban de puestos de trabajo o de empresa; la importancia de la calidad de la formación; la necesidad de formar a los trabajadores de las pequeñas empresas y de las microempresas, que son las principales fuentes de trabajo; y la necesidad de suministrar formación en el sector no estructurado. El Informe ofrecía una buena base para la discusión del desarrollo de los recursos humanos que tendrá lugar en la Conferencia Internacional del Trabajo del año 2000. La oradora celebró la ocasión de profundizar la relación entre la educación y la formación.

17. El representante del Gobierno de Argentina consideró que el Informe subestimaba el número de trabajadores desempleados, si bien apreció la conclusión según la cual la formación y las competencias de los trabajadores eran decisivas para determinar la competitividad de los países en una economía globalizada. Asimismo, el orador abogó por un sistema de formación flexible que permita ajustarse rápidamente a las necesidades del mercado de trabajo actual que está en constante cambio. A su juicio, era preocupante que el Informe no hiciera referencia a ninguna relación causal entre la extensión de la formación y la disminución del desempleo. Subrayó la importancia de los dos niveles de formación: la formación básica para preparar a los jóvenes para el empleo, y la formación profesional continua para ayudar a los trabajadores a conservar su empleo. Además, concordó con la conclusión del Informe según la cual la formación básica debía favorecer el desarrollo de las facultades analíticas, cognitivas y de comportamiento. Podría ser conveniente reforzar la colaboración entre la OIT y la UNESCO para fomentar métodos o modalidades que facilitaran la transición entre la escuela y el mundo del trabajo. Proporcionando incentivos apropiados al sector privado, el mercado podría organizar la formación complementaria de los que habían perdido su empleo, pero en el caso de los sectores marginales cuyos trabajadores eran más vulnerables, el Gobierno tenía que asumir responsabilidades a ese respecto. Sin embargo, como los equilibrios macroeconómicos podían ser prioritarios, podría carecerse de financiamiento para los proyectos educativos. En esta materia, la OIT podría facilitar informaciones pertinentes a los organismos internacionales de financiación y alentar la consulta tripartita. Con respecto al punto 6 del orden del día, el orador sostuvo que era oportuna la intensificación del diálogo con el FMI a fin de crear una mayor conciencia y estimular las políticas en materia de empleo, normas laborales y participación tripartita. No debería provocar conflictos entre las instituciones el hecho de hacer hincapié en estas importantes cuestiones de orden social y económico.

18. El representante del Gobierno de Finlandia dijo que apreciaba el contenido del Informe pero que, a su entender, habría sido posible hacer más. Destacó nuevamente la conclusión del Informe relativa a la importancia de la educación y la formación para elevar el grado de capacitación de los trabajadores en la economía mundial, y a la oportunidad que ofrecían las calificaciones de nivel superior de obtener una producción de mayor valor añadido en los sectores técnicamente adelantados. Esto era algo bien sabido. Había esperado que en el Informe se dieran más pruebas de lo eficaz que realmente era la formación para mejorar la capacidad de los trabajadores y crear empleos. Se debería haber hecho en el Informe un análisis más completo del proceso de aprendizaje en sí mismo y de lo que caracterizaba básicamente a una buena situación en materia de enseñanza. ¿Cómo debía organizarse el trabajo para satisfacer las necesidades de la educación permanente y del perfeccionamiento profesional? ¿Cuál era el tipo de trabajo más indicado para elevar el nivel de calificaciones de los trabajadores? ¿De qué modo incidía el trabajo en equipo en el aprendizaje? ¿Cuánto tiempo debía dedicarse a la formación en el lugar de trabajo? ¿Cómo influía la sociedad de la información en las necesidades en materia de calificaciones? A éstas y otras preguntas debía darse una respuesta cuidadosamente elaborada. Respecto a las consecuencias para la labor de la OIT, el orador subrayó que la organización del trabajo podía tener una influencia positiva en la educación. Descuidar este potencial, algo que muchas veces sucedía con el trabajo temporal y el trabajo en régimen de dedicación parcial, significaría malgastar los recursos invertidos en educación básica. Lo que había que encontrar era la forma de convertir el trabajo en un poderoso instrumento de formación profesional. Las empresas y las naciones que habían alcanzado esta meta habían logrado una ventaja competitiva que redundaría en el aumento del número de puestos de trabajo, así como también de su calidad.

19. El representante del Gobierno de Suecia quiso saber qué aportaría o qué repercusiones tendría el Informe en general y, en particular, para quienes ejercían el poder decisorio en el mundo entero. El Informe representaba un valioso instrumento para la OIT y la Organización debía utilizarlo para confeccionar el programa internacional del debate económico y social. A tales efectos, los problemas del mundo actual debían abordarse en el Informe de una forma que planteara interrogantes al tiempo que diera ideas y argumentos a los responsables de las decisiones que tenían que hacer frente a esos problemas y podían incidir en ellos. El marco se fijaba, en definitiva, en otras tribunas, que tenían gran influencia en el programa y los recursos de la OIT. La Organización debía ser selectiva y políticamente audaz en la elección de los temas, y debía asimismo valerse de las herramientas analíticas y los argumentos económicos que se manejaban en otras tribunas.

20. La representante del Gobierno del Reino Unido recordó que, en las reuniones anuales de 1998 del Banco y del Fondo, su Gobierno había explicado que las políticas económicas racionales eran una responsabilidad de los gobiernos nacionales, pero que a las instituciones financieras internacionales les correspondía desempeñar un papel de importancia capital en lo referente a la elaboración y la vigilancia de las normas sobre política económica. El Gobierno del Reino Unido había propuesto una reforma de las instituciones financieras internacionales en base a códigos de conducta o principios de carácter general, que cada país aceptara en forma individual y que fueran vigilados desde una perspectiva internacional. Entre estas normas cabía mencionar el Código de buenas prácticas sobre transparencia fiscal, del FMI, y la preparación por la misma institución de un código de transparencia monetaria y financiera, así como el Código de buenas prácticas sobre el gobierno de las empresas, de la OCDE, y los principios generales y el Código de buenas prácticas en materia de política social que serían definidos y elaborados por el Banco Mundial.

21. Estas normas eran una parte esencial de los esfuerzos de envergadura internacional que se estaban realizando para fortalecer la arquitectura financiera, controlar los riesgos y garantizar las ventajas de la mundialización, así como para lograr un desarrollo perdurable que fuera el motor del crecimiento económico y la solución de la pobreza. En los principios generales sobre buenas prácticas en materia de política social, que el Banco Mundial se encargaría de definir, estarían comprendidas tres dimensiones: los servicios sociales básicos, la protección social y las normas fundamentales del trabajo. No se trataría de elaborar normas completamente nuevas, pues muchos de los campos y obligaciones que debían abarcarse estaban ya plasmados en instrumentos sobre derechos humanos, como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que eran el fruto de varias conferencias mundiales, entre ellas, la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, y con los cuales muchos países se habían comprometido ya. Por medio de los servicios sociales básicos se pretendía garantizar a cada persona, hombres tanto como mujeres, la posibilidad de disponer de agua pura, condiciones sanitarias decentes, un nivel aceptable de cuidados de salud y educación primaria. Las redes de seguridad social constituían un elemento importante de la protección social, conjuntamente con los programas de formación y empleo, para que las personas que hubieran perdido el empleo pudieran reintegrarse en un puesto de trabajo. Su Gobierno era consciente de que la falta de una infraestructura de protección social podía dificultar la adaptación de un país a la crisis financiera, pero sabía que dotarse de esta infraestructura social podría ser un objetivo a largo plazo para muchos países.

22. Los principios consagrados en la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento deberían incorporarse en los principios generales de carácter internacional que se definieran en materia de política social, en la inteligencia de que a la OIT le correspondería la tarea de fijar y mantener dichas normas. En la Declaración de los dirigentes del G7 sobre la economía mundial se reconocía la necesidad de definir principios generales sobre buenas prácticas en materia de política social para proteger a los grupos más vulnerables de la sociedad, y en estos principios debería encontrarse la inspiración para elaborar programas de ajuste en respuesta a la crisis. Los ministros de finanzas del G7 habían avalado la propuesta presentada por el Gobierno del Reino Unido con relación a los principios generales de buenas prácticas en materia de política social. El Comité para el Desarrollo, del Reino Unido, había estado de acuerdo en que el Banco Mundial tomara la iniciativa de definir estos principios, que naturalmente debían aplicarse a todos los países, y en que el Banco Mundial llevara a cabo esta actividad junto con el sistema de las Naciones Unidas, incluidas la OIT y otros organismos, con el fin de consolidar estos principios. Su Gobierno había dejado claramente establecido que el código no debería de ningún modo ponerse al servicio de fines proteccionistas, ni imponerse como condición para la ayuda o la asistencia técnica, y que se opondría a todo intento de utilizarlo con este propósito: ningún responsable político sensato querría volver al proteccionismo y la insularidad de otros tiempos.

23. El representante del Gobierno de Austria elogió a la Oficina por haber presentado un informe sobre las disponibilidades en materia de trabajo y el efecto en el trabajo de la educación y la formación. La formación podía aumentar el empleo y era esencial que los empleadores y los trabajadores colaboraran para definir una política de formación e impartir formación. Pero ni la educación ni la formación podían hacer milagros; las políticas de empleo debían basarse en la estabilidad macroeconómica combinada con ajustes microeconómicos. El orador resaltó lo importante que era el aprendizaje para facilitar el paso de los jóvenes al empleo estable, hizo alusión a la situación de desventaja en que se encontraban las mujeres con respecto a la formación y reconoció que en el Informe se insistía en la cuestión relativa a la formación de los trabajadores de edad. La senda del crecimiento pasaba por el aumento de la productividad. Austria se oponía a que se delineara una estrategia de crecimiento fundada en la caída del salario. El Informe no se extendía de manera suficiente sobre la influencia del gobierno en la formación en la empresa. A la larga, la formación basada en la empresa resultaría insuficiente si no se acompañaba de un sustrato de educación permanente. En vista de las restricciones presupuestarias que pesaban sobre el sector público, se deberían dar a las empresas incentivos especiales para que elaboraran sus propios programas de formación.

24. El representante del Gobierno de Polonia dijo que el Informe era una valiosa herramienta para adaptar las estrategias de formación a las necesidades del mercado de trabajo y que su Gobierno había tomado las disposiciones necesarias con el fin de traducirlo al polaco. No se mencionaba en dicho Informe el proyecto de formación de adultos financiado por el Banco Mundial que se había realizado con la asistencia del Centro de Turín, de la OIT, y que había sido muy apreciado. El análisis que se hacía en el Informe sobre los datos relativos al empleo en los países de Europa oriental era insuficiente; tal vez hubiese sido conveniente contratar a un especialista de la región.

25. El representante del Gobierno de la India puntualizó que, estando la tercera parte de la población activa desempleada o subempleada, la situación mundial en materia de empleo era un asunto muy preocupante. El Informe era importante porque en él se planteaban dos problemas que iban de la mano, es decir, la empleabilidad en una economía mundial en rápida evolución y el papel de la formación. En la India, prácticamente el 92 por ciento de la mano de obra trabajaba en los sectores agrícolas y no sindicalizados, pero en el Informe no se abordaban suficientemente los problemas de estos trabajadores. Se necesitaban programas de formación que atendieran las necesidades de un entorno mundial cambiante y que impulsaran al mismo tiempo la producción local hecha con mano de obra y recursos locales. En el Informe se hacía una descripción optimista de la situación con respecto al empleo. La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social se había basado en la premisa de que la mundialización y la liberalización del comercio generarían muchas más oportunidades de empleo en la economía mundial, pero estas expectativas no se habían convertido en realidad. Las políticas macroeconómicas aplicadas por los gobiernos y las instituciones multilaterales habían provocado una recesión económica, la pauperización y un creciente desempleo, en la medida en que no se había registrado ningún crecimiento económico. Las políticas económicas y sociales nacionales habían sufrido la influencia de factores externos. Para hacer frente a un desempleo y un subempleo masivos era preciso adoptar políticas macroeconómicas de carácter nacional e internacional que fomentaran el empleo y evitaran la pérdida de puestos de trabajo y la exclusión social. La OIT y las instituciones de Bretton Woods iban en pos de objetivos y criterios diferentes, cada una intentando conseguir el apoyo de las otras, en vez de tratar de definir una serie de objetivos apropiados. Las políticas del Banco Mundial habían incrementado el desempleo, la inseguridad y la pérdida de la protección social. Las multinacionales habían defendido políticas para la supresión de empleos y habían favorecido la desreglamentación, mientras que, por su lado, la OIT seguía manteniendo una política rígida en materia de normas del trabajo. Los gobiernos nacionales estaban recibiendo un asesoramiento contradictorio, ya fuese en forma deliberada o involuntaria, pero que de todos modos tenía repercusiones graves. El objetivo del diálogo debería ser el establecimiento de orientaciones políticas coherentes y uniformes, y no de un enfoque fragmentado de los problemas y el suministro de un asesoramiento contradictorio. Para hacer frente al desempleo y al subempleo era preciso consultar a las personas afectadas por estos problemas y lograr la participación de los sindicatos y los empleadores en los programas de formación y readaptación profesional. Su Gobierno estaba depositando el instrumento de ratificación del Convenio sobre la política del empleo, 1964 (núm. 122), que ofrecía un marco para dicha consulta.

26. El representante del Gobierno de China consideraba que el Informe era completo y propuso que fuese traducido a otros idiomas. El crecimiento económico estable era una condición insoslayable del crecimiento del empleo. A medida que cundía el desempleo aparecían muchísimos problemas sociales, a los que sólo podía hacerse frente mediante políticas nacionales concertadas, indispensables para evitar que los síntomas se propagaran a otros países. El orador puso de relieve la importancia que revestían las políticas de formación bien orientadas, el mejoramiento de la calidad y la flexibilidad de los programas de formación técnica y su conexión con los servicios de empleo y asesoramiento. Hizo un llamamiento para que se ampliaran las instituciones de seguros de desempleo y seguridad social. La OIT debería orientar su asistencia hacia los grupos económicamente vulnerables, adoptar medidas para disponer de suficientes recursos financieros con que llevar a cabo sus actividades de cooperación técnica relacionadas con el empleo y la formación, realizar investigaciones en estos dos campos y estudiar el impacto que había tenido la crisis financiera asiática en el empleo y la formación.

27. Un representante del Gobierno de Egipto dijo que en el Informe se ponían claramente de relieve los efectos de las innovaciones técnicas y orgánicas en la creciente demanda de mano de obra calificada, los problemas que entrañaba el ajuste de los programas de formación a la demanda y la búsqueda de nuevas fuentes de financiación para la formación, incluida la financiación del sector privado. Habiendo 60 millones de jóvenes en busca de empleo, la mayoría de ellos sin calificaciones, era indispensable que se les impartiera una formación apropiada, complementada con políticas de educación que les aseguraran la inserción laboral. Se debería conceder máxima prioridad a las políticas de fomento del empleo femenino. En colaboración con la OIT, el Gobierno de Egipto estaba tratando de utilizar sus recursos humanos de un modo más eficaz, ajustando la formación a las necesidades laborales que revelaban los datos sobre el empleo. La OIT debería centrar sus actividades en las necesidades en materia de formación que se hacían patentes en los países afectados por la reestructuración del empleo, promover en ellos la formación con miras al empleo por cuenta propia e investigar los cambios que se estaban produciendo en la función del Estado con respecto a la formación. Las conclusiones del Informe eran importantes. Lo que se necesitaba eran programas concretos.

28. Otro representante del Gobierno de Egipto, que también se refirió a las relaciones con las instituciones de Bretton Woods, destacó las profundas repercusiones de algunos acontecimientos internacionales que iban más allá de las cuestiones económicas y afectaban directamente la vida de muchísimas personas. Dijo que no era posible considerar únicamente los aspectos económicos, ya que era necesario abordar también las graves consecuencias sociales resultantes de la aplicación de políticas económicas restrictivas. La crisis asiática se había extendido y había alcanzado a la Federación de Rusia. El espectro de la crisis amenazaba también a muchas otras economías. Era necesario, pues, que las instituciones de Bretton Woods tuviesen más en cuenta la dimensión social de sus políticas: deberían ser más flexibles y considerar las diferencias entre los países, y no tratar de imponer las mismas recetas a todos por igual. Deberían promover políticas de desarrollo que surjan de los propios países, con un equilibrio adecuado entre los aspectos económico, social y cultural. La coordinación con la OIT y otros organismos de las Naciones Unidas era esencial dijo, para tener una visión global de acuerdo con el plan de acción y el seguimiento de la Cumbre Mundial. La promoción de las normas del trabajo era un objetivo que no podía alcanzarse sin un esfuerzo por incrementar la eficacia económica en colaboración con las instituciones de Bretton Woods. Esa colaboración no debía interpretarse como la incorporación de las normas laborales como un elemento adicional de las condiciones, ya que eso no contribuiría a la creación de empleo ni a la eficacia económica ni tampoco al desarrollo adecuado del mercado de trabajo. La OIT no debería tratar de inducir a estas instituciones a ir más allá de los límites de su mandato, y ninguna de las dos partes debería ejercer presión sobre la otra. La cuestión de las normas fundamentales del trabajo incumbía únicamente a la OIT, y no a las otras organizaciones. El diálogo debería centrarse, en cambio, en cuestiones tales como la creación de empleo. La cooperación de la OIT debería basarse en mayor medida en su presencia en el terreno, donde la credibilidad depende de la capacidad para prestar asistencia.

29. La representante del Gobierno del Japón elogió la calidad del Informe y dijo que aunque la formación no se traducía necesariamente en empleos era un aspecto importante de los esfuerzos que hacían los trabajadores por adquirir las calificaciones profesionales necesarias para elaborar productos de mayor valor agregado en un entorno de intensa competencia internacional. Era importante, pues, ajustar los esfuerzos en el ámbito del desarrollo de los recursos humanos a las demandas de las nuevas estructuras económicas. En su opinión, el análisis que se hacía en el Informe del papel del sector público en el ámbito de la formación era adecuado, pero debía haberse atribuido más importancia al papel de los trabajadores en la promoción de su propia formación y su perfeccionamiento profesional y también al que cumplen las empresas al ofrecer a sus trabajadores oportunidades de formación tanto en el marco de la empresa como fuera de éste. En su opinión era importante que los trabajadores participasen continuamente en actividades de formación permanente. El papel del sector público consistía en complementar los esfuerzos desplegados por las empresas en el ámbito de la formación y proporcionar un entorno propicio para el desarrollo de los recursos humanos y el mercado de trabajo, así como en facilitar informaciones en la materia tanto a las empresas como a los particulares. La OIT debería esforzarse por incrementar sus conocimientos y su capacidad en el marco de la cooperación técnica con respecto a la educación y la formación.

30. El representante del Gobierno de los Estados Unidos consideró que el Informe contenía abundante información, era esclarecedor y equilibrado, puesto que tenía en cuenta la necesidad de crear instituciones fuertes en la misma medida que la necesidad de orientar la formación en función del mercado. Citó como ejemplo en ese sentido la introducción de subsidios de formación, o vales de formación, para limitar el papel del Gobierno de los Estados Unidos en el ámbito de la formación y para ajustar al mismo tiempo la formación en función de las necesidades de los interesados, un esfuerzo complementado por el suministro de informaciones oportunas y precisas sobre el mercado de trabajo. Dijo que la OIT tenía un importante papel que desempeñar para garantizar la protección de los trabajadores en el contexto de la mundialización, pero que debía ser más práctica. Evocó luego la necesidad de promover activamente las políticas laborales fundamentales y dijo que era imperioso suscitar un mayor compromiso por parte de las instituciones de Bretton Woods, que habían comenzado acertadamente a incorporar de manera sistemática las normas laborales fundamentales en su labor, pero añadió que se requería una acción decidida en ese sentido. La OIT estaba impulsando la promoción de los derechos fundamentales, pero el Banco Mundial insistía, por su parte, en una justificación económica. El Gobierno de los Estados Unidos consideraba que esa justificación ya había quedado demostrada por la labor de unos y otros. Dijo que la eficacia estimulaba la competitividad, pero también era importante considerar la equidad, es decir, la posibilidad de que todos se beneficiaran con el efecto resultante. Era en este plano, dijo, donde se plasmaba el aporte de las normas fundamentales del trabajo: la libertad sindical y el derecho de negociación colectiva ofrecen a los trabajadores la posibilidad de manifestar su opinión y les ayudan a conseguir algunos de los frutos del crecimiento.

31. El representante del Gobierno de Bangladesh consideró que el Informe era valioso, pero señaló que en el plano nacional la OIT proporcionaba poca asistencia fuera del marco de los servicios de asesoramiento y de asistencia técnica y que su intervención tendía a ser demasiado teórica para tener un impacto notorio. La OIT no contaba con recursos para la creación de infraestructuras o de instituciones de formación. Debería tomar rápidamente medidas para emprender proyectos en esos ámbitos que atraerían recursos de los donantes para su financiación.

32. La Sra. Sasso-Mazzufferi (miembro empleador) elogió los documentos preparados por la OIT. Con referencia a los párrafos 32 y 34 del Informe sobre el empleo en el mundo, relativos a la mujer, dijo que estaba de acuerdo con la opinión de que tanto la educación básica como la formación eran importantes para la mujer. No obstante, esto no era suficiente; había que destinar fondos también, por ejemplo mediante créditos con interés reducido, para alentar la creación de empresas por parte de mujeres. El fomento del espíritu empresarial y el empleo independiente cobraban cada vez más importancia para la mujer. Por lo tanto, se debía promover en los Estados Miembros el establecimiento de un marco jurídico propicio para desarrollar la capacidad empresarial de las mujeres. Señaló, asimismo, que la OIT podía cumplir una función en ese ámbito. La oradora destacó la necesidad de incrementar la competitividad de las empresas a fin de que puedan desarrollar al máximo su potencial de creación de empleo y aprovechar las circunstancias de la mundialización. A tales efectos, dijo, era importante tener en cuenta cierto número de factores, tales como las exigencias de la liberalización del comercio para las empresas, la necesidad de mejorar la productividad y la flexibilidad del mercado de trabajo, etc. Era muy importante evitar las políticas que pudiesen incrementar los costos y reducir la capacidad de las empresas para crear empleos. La oradora dijo que en Italia las pequeñas y medianas empresas eran las principales fuentes de creación de empleo. Manifestó su acuerdo con la referencia que se hace en el Informe a la importancia de la cultura empresarial y la necesidad de un entorno propicio para la actividad de las empresas, lo cual era esencial para asegurar el crecimiento y la competitividad de las empresas. Con referencia a los documentos relativos a la creación de empleos y el fomento de las empresas, puso de relieve que la reducción de los déficit públicos y una política fiscal acertada podían atraer nuevas inversiones productivas, con lo cual se reducirían los costos sociales del desempleo y el subempleo. Por último, destacó la necesidad de aplicar un enfoque integrado por parte de las organizaciones internacionales, lo cual favorecería la creación de más y mejores empleos para los hombres y las mujeres.

33. El Vicepresidente trabajador se refirió elogiosamente al documento sobre los programas con un alto coeficiente de empleos y señaló que deberían llevarse a cabo más proyectos de obras públicas de este tipo en los países en desarrollo. Haciendo un paralelismo con la evolución de las obras públicas a lo largo del tiempo, señaló que en contraste con esas experiencias, el enfoque que propugnaba ahora la OIT beneficiaba directamente a la gente y a los pequeños empresarios mediante la creación de empleos y la distribución de los ingresos. Aprobó, en particular, la labor realizada por la OIT que había redundado en la inclusión en los documentos contractuales de disposiciones relativas a la libertad sindical, los salarios mínimos, la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, y las medidas para combatir el trabajo infantil y el trabajo forzoso. Apoyó también la política propuesta para mejorar el acceso de las pequeñas y medianas empresas a los contratos para realizar obras públicas. Las pequeñas y medianas empresas deberían aplicar tecnologías basadas en la utilización de mano de obra y respetar las cláusulas laborales pertinentes incluidas en sus contratos. La OIT debería proporcionar orientaciones a los empleadores y los trabajadores, así como a los gobiernos, quienes deberían reconocer las ventajas de los enfoques basados en la mano de obra, particularmente en períodos de crisis: costes unitarios más bajos, menos necesidad de divisas y una proporción de creación de empleos entre dos y cuatro veces mayor. Señaló sin embargo las dificultades con que se enfrentaban los países en desarrollo para promover tecnologías basadas en la mano de obra ya que a raíz de la mundialización resultaba ahora muy fácil para las empresas y los gobiernos adquirir tecnologías más sofisticadas en el mercado internacional. Sugirió, por lo tanto, promover un diálogo con los países acerca de esas diferentes políticas, y también que la OIT proporcionase una orientación adecuada al respecto. Confirmó el interés de los sindicatos por entablar dicho diálogo e instó a los gobiernos y a los empleadores a que colaborasen al respecto. Hizo notar también que las políticas de inversión basadas en la mano de obra proporcionaban oportunidades para la creación de empleos para la mujer, y pidió que se prestase más atención a la capacitación de las trabajadoras y la instalación de guarderías. Los miembros trabajadores consideraban también que los enfoques basados en la comunidad descritos en el documento eran muy apropiados. Apoyaban, en particular lo expresado en el párrafo 35, en el cual se hace referencia al Convenio núm. 29 con miras a prohibir la utilización de mano de obra obligatoria en las obras de interés para la comunidad. El Grupo de los Trabajadores observaba que, a pesar de los logros muy positivos de ese programa, los recursos del presupuesto ordinario de la OIT que se destinaban a esas actividades se habían reducido drásticamente. Había ahora menos de diez funcionarios dedicados a llevar a cabo esas actividades, mientras que diez años atrás eran más de 20. Como resultado de ello, el número de países en que la OIT promovía activamente programas para la ejecución de obras de infraestructura basadas en la mano de obra había disminuido también considerablemente. El Grupo de los Trabajadores pedía, por consiguiente, un aumento sustancial de recursos para este programa. Con referencia al documento relativo a la creación de empleo en las pequeñas y medianas empresas, señaló que una proporción importante del presupuesto del Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas se había destinado recientemente a la creación de empresas sin tener en cuenta la calidad de los empleos que se generaban. Lamentó pues que no se hiciese suficiente hincapié en la calidad del empleo. Tampoco se hacía referencia al grupo de beneficiarios: la creación de empresas debería beneficiar a la gente. El documento de la OIT carecía de esa perspectiva. La desproporción en la asignación de fondos del Departamento se reflejaba también en el documento de base, en el cual sólo había cuatro referencias sin mayor importancia a la calidad del empleo, a pesar de que esta cuestión era un aspecto importante de la Recomendación sobre la creación de empleos en las pequeñas y medianas empresas, 1998 (núm. 189), adoptada en junio por la Conferencia. Destacó que la calidad del empleo estimulaba el consumo, lo cual contribuía a su vez al desarrollo económico y la creación de empresas. El Departamento de Desarrollo de Empresas y Cooperativas debía incrementar sus esfuerzos para reflejar plenamente los principios de la Declaración y de la Recomendación núm. 189 en todas sus actividades encaminadas a la creación de empleos en las pequeñas y medianas empresas. En el pasado, se había destinado una proporción excesiva del presupuesto del Departamento a la promoción de las PYME y se habían dejado muy pocos recursos para la mejora de la calidad del empleo. Si en el Programa y Presupuesto para 2000-2001 se asignaban los recursos del Departamento en la misma proporción, sería difícil que el Grupo de los Trabajadores lo aprobase. Debería destinarse por lo menos el 50 por ciento del presupuesto del Departamento a la mejora de la calidad del empleo. Asimismo en los proyectos de cooperación técnica se debería hacer hincapié en la promoción de la calidad del empleo por parte de las empresas. Era difícil, dijo, medir el impacto de los actuales programas de fomento de las PYME. Por consiguiente, era importante elaborar y aplicar métodos eficaces para cumplir ese propósito.

34. El Sr. Mansfield (miembro trabajador) reiteró que el Grupo de los Trabajadores comprendía claramente la magnitud de la crisis financiera que había suprimido decenios de crecimiento en Asia, Europa oriental y América Latina. La respuesta de la OIT a esta situación constituía ahora la máxima prioridad de esta Organización y planteaba cuestiones sobre la manera de crear de nuevo un mayor crecimiento económico y una distribución más equitativa de los beneficios, así como respecto de qué podría hacer específicamente la OIT. Esta Organización tenía que considerar nuevamente sus prioridades, haciendo hincapié en el empleo y el desarrollo económico y ejerciendo influencia en las medidas normativas para superar la crisis, en particular consiguiendo que otras instituciones apoyasen las normas fundamentales del trabajo a fin de que el ajuste fuese equitativo. El documento de la Oficina sobre las relaciones con las instituciones de Bretton Woods era enérgico en lo que se refería a la cantidad de interacciones, pero débil respecto de la calidad de los resultados. En el addéndum se dejaba claro que esas instituciones mantenían sus reservas con respecto a la libertad sindical y al derecho de negociación colectiva, que consideraban incompatibles con sus objetivos económicos. Incumbía a la OIT obtener de sus jefes ejecutivos un compromiso claro con respecto a las normas fundamentales de la OIT. La atención de esta Organización debe centrarse en proporcionar asesoramiento y asistencia sobre protección social y redes de seguridad. Los trabajadores sin protección oponen resistencia al cambio. El Informe era de gran amplitud y estaba bien redactado, en particular las secciones relacionadas con la formación, pero las cuestiones referentes al empleo en la actualidad deberían haber sido objeto de una atención mayor que la que se les puede prestar en 20 páginas. En los próximos números del Informe se deberán atender mejor las cuestiones referentes al empleo. Los trabajadores jubilados necesitan regímenes de pensiones justos; los sistemas de salud nacionales deben garantizar el acceso a la asistencia médica. La OIT tenía el claro mandato de actuar en estos sectores, y el Consejo de Administración debería poner de relieve su papel en relación con las redes de seguridad social. El documento sobre la evaluación de la política de empleo en el plano nacional en países como los Países Bajos e Irlanda ilustraba el papel decisivo de los interlocutores sociales en el desarrollo y aplicación de la política económica y social. La OIT debería seguir promoviendo instituciones nacionales apropiadas en todos los niveles en esta esfera de diálogo social. El programa de inversiones en infraestructura con alto coeficiente de mano de obra era obviamente una iniciativa acertada que había demostrado que resultaba posible combinar, por una parte, la política de crecimiento económico, la generación de empleo y la mitigación de la pobreza y, por otra, el progreso social y la mejora de las condiciones de trabajo. La opción de las inversiones con gran densidad de mano de obra era menos costosa, requería menos divisas y creaba varias veces más empleo. Esas ventajas eran especialmente pertinentes en la crisis actual. El orador puso de relieve la necesidad de promover redes eficaces de seguridad social y de utilizar la experiencia adquirida para promover un empleo duradero. Un diálogo tripartito serio contribuiría de manera considerable a la creación de empleo de alta calidad y al establecimiento de condiciones de trabajo justas. El Sr. Mansfield se mostró preocupado por la disminución de los recursos de personal asignados durante los últimos años al programa de obras con alto coeficiente de mano de obra y confirmó que el Grupo de los Trabajadores era favorable al restablecimiento de su dotación de recursos hasta el nivel existente en el decenio anterior. El orden del día de la Conferencia para el año 2000 brindaría a la OIT la oportunidad de examinar globalmente el papel de los interlocutores sociales en el desarrollo y aplicación de la política de formación. Mientras tanto, la Oficina debería intensificar sus servicios consultivos para alertar a los mandantes sobre la importancia que debía concederse a un sistema de formación y capacitación profesionales (VET) debidamente estructurado para favorecer la competitividad y el crecimiento económico futuros. La OIT debe considerar la superación de la crisis económica como su principal prioridad. Debe participar activamente en los debates más amplios sobre políticas con el fin de encontrar soluciones que garanticen que la crisis no vuelva a producirse. Sería preciso que la OIT desempeñase actividades en las esferas relacionadas con la adopción de medidas en materia de política macroeconómica y con la reglamentación de los flujos de inversiones internacionales. La OIT debe examinar sus prioridades para conseguir el máximo impacto posible y necesita acrecentar y no reducir sus recursos. La OIT debe responder eficazmente para que pueda comprobarse que ejerce una influencia y promueve las acciones necesarias para ayudar a decenas de millones de trabajadores a conseguir de nuevo una calidad de vida apropiada. En el Informe se analizaba de manera global la compleja cuestión de la formación y se formulaban propuestas prácticas para introducir reformas en la formación.

35. El representante del Gobierno de España subrayó que la formación básica ayudaba a garantizar a los jóvenes su ingreso en el mercado de trabajo, si bien la formación continua representaba un seguro contra la pérdida de empleo. Su Gobierno estaba a punto de firmar un acuerdo sobre las actividades de formación conjuntas con los países americanos hispanohablantes, con la participación del Centro Internacional de Formación de la OIT en Turín.

36. El representante del Gobierno de Alemania convino en que se debería conceder más importancia a la política laboral y social en el proceso de mundialización y de reforma del sistema financiero internacional. Las instituciones de Bretton Woods deberían conceder más importancia a la política social, pero se debería comprobar si éstas y otras instituciones, tales como la OMT y la OCDE, estaban de acuerdo con la OIT o bien estaban desarrollando sus propias series de políticas e instituciones laborales, dado que esto sería negativo para la OIT y contraproducente. Estas organizaciones, en las tareas que se les confíen en los sectores financiero y social, deberían utilizar lo que ya hubiera sido desarrollado en la OIT.

37. El representante del Gobierno de Malasia acogió con satisfacción la atención que se prestaba en el Informe a la educación y la formación, pero señaló que la mayoría de los sistemas de formación y capacitación profesionales y técnicas (TVET) se habían visto cada vez más afectados por la crisis. Con el aumento del desempleo, había resultado necesario proporcionar readiestramiento en gran escala a los trabajadores cuyos puestos habían sido suprimidos. El orador acogía con satisfacción las actividades de cooperación técnica en el campo de la educación y la formación en lo que se refería a la formación de instructores, a los niveles de calificaciones, a la reorganización de los planes de estudios y a la formación de los discapacitados, y esperaba que se haría un trabajo de equipo para ajustar la demanda y la oferta de calificaciones. La experiencia de Malasia había resultado eficaz en esas esferas.

38. El representante del Gobierno de la República de Corea dijo que la OIT necesitaba prestar más atención a la crisis financiera y a sus efectos en el desempleo y en otros problemas sociales existentes en los países en desarrollo, así como preparar proyectos de asistencia técnica para poder resolverlos. Debería intensificar su Política de Asociación Activa para mejorar su capacidad de responder a las necesidades de los países y asignar suficientes recursos en la esfera del empleo. Debería proseguir con sus proyectos de cooperación práctica, por ejemplo vinculando la formación profesional con períodos de prácticas.

39. El representante del Gobierno de Hungría señaló que el Informe contenía conclusiones importantes sobre el desarrollo de sistemas de formación, en particular en el plano de la empresa y con respecto a la interacción entre formación y educación. En esta última esfera pedía que se adoptase un enfoque común entre la UNESCO y la OIT. El orador subrayó que las pequeñas y medianas empresas disfrutaban de poco apoyo del sistema de formación, y que este sector ofrecía un amplio campo de acción para la OIT.

40. El Sr. Anand (miembro empleador) puso de relieve algunas deficiencias de los sistemas de formación de los países en desarrollo, por ejemplo la insuficiencia de los niveles de equipo, la falta de vínculos institucionales entre la educación y la formación e intereses personales que impedían tales vínculos y, por consiguiente, la innovación. El Sr. Anand solicitaba una mayor participación de los interlocutores sociales en la formación y la creación de vínculos institucionales entre los centros de formación. Recomendaba que el próximo número del Informe estuviera más orientado hacia la acción y fuera más exhaustivo. Debería promoverse el diálogo con el Banco Mundial y centrarse en los resultados, pero no con espíritu de negociación. No era el momento de imponer condiciones previas basadas en la protección de ideales anticuados cuando era tan urgente e imperativo proteger y salvar a los pobres de Asia y de Africa y, de esta forma, aliviar su constante sufrimiento.

41. La Sra. France (miembro empleador), haciendo uso de la palabra en nombre del Vicepresidente empleador, subrayó la necesidad de promover una cultura empresarial, de fomentar la capacidad empresarial y de suprimir los obstáculos que se oponen a la creación de empresas. Lamentó que las limitaciones de tiempo no hubieran permitido una discusión y respaldo más profundos del Informe sobre la creación de empleos. Esperaba que esta cuestión sería discutida más a fondo en una futura reunión. El Informe sobre el empleo en el mundo debería llevar a un amplio debate, ya que éste constituía la clave para su utilidad. La formación y capacitación profesionales y técnicas (TVET) era un elemento esencial de cualquier estrategia de empleo, pero no debería considerarse aisladamente de otras políticas. La oradora puso de relieve la colaboración entre todos los diferentes interlocutores en cuanto al suministro de formación, pidió un marco de formación flexible y subrayó la importancia del aprendizaje permanente. El suministro de seguridad social debería prever redes de seguridad, pero no debe constituir un freno para el trabajo. La promoción de la capacidad empresarial y de las prácticas óptimas en materia de formación, es decir, saber qué es lo que había funcionado y lo que no, son cuestiones que podrían ser discutidas por el Consejo de Administración cuando examine el repertorio de propuestas para el orden del día de la Conferencia. La Sra. France estaba de acuerdo con el Sr. Mansfield en que la OIT debía examinar esas cuestiones en el contexto de la situación económica mundial y de las reformas del sistema financiero internacional, y en sus relaciones con las instituciones de Bretton Woods debía proseguir el actual debate con espíritu de cooperación a fin de que la preocupación por las cuestiones sociales pudiese integrarse plenamente con las cuestiones financieras y económicas.

42. El Sr. Owuor (miembro empleador) dijo que en el Informe se habían propuesto acertadamente nuevas estrategias de formación, en especial la necesidad de formación flexible. No obstante, temía que esas estrategias hubiesen llegado demasiado tarde para salvar a las instituciones de formación de muchos países que estaban en proceso de ajuste estructural. Al imponer una disciplina fiscal, muchos países en desarrollo no habían podido aumentar sus inversiones en formación. Los medios de capacitación se habían deteriorado, las tasas de deserción escolar habían aumentado y muchos países habían considerado que la formación de calidad para hacer frente a la competitividad internacional, por ejemplo en el sector de la telecomunicaciones, estaba fuera de su alcance. Con un sector no estructurado que absorbía más del 60 por ciento del empleo, se necesitaba aumentar la formación de base comunitaria, esfera en la que el Centro Internacional de Formación de la OIT en Turín había desplegado esfuerzos recientemente. El Sr. Owuor pidió a los donantes que garantizasen que todos sus proyectos tuvieran programas incorporados para reforzar la capacidad institucional y poder asegurar su sostenibilidad. La OIT debería desarrollar enfoques de instrucción y formación basados en la educación a distancia, para conseguir una mayor divulgación, en especial en los países en desarrollo.

43. El representante del Gobierno del Brasil afirmó que su Gobierno estaba aplicando un programa de formación a escala nacional del que se beneficiaban 5 millones de trabajadores. La formación profesional no era suficiente. El orador puso de relieve la importancia de la estabilidad económica para el crecimiento y el mantenimiento del empleo; la OIT tenía aquí una función que desempeñar, y esta función debería también constituir parte de su diálogo y cooperación con las instituciones de Bretton Woods. Subrayó el papel de la OIT en la elaboración de planes de creación de empleo y de programas de formación.

44. El representante del Gobierno de Colombia hizo referencia a la importancia de la formación para combatir el desempleo y el subempleo que se habían agravado como consecuencia de la crisis de Asia y subrayó asimismo la necesidad de adoptar las políticas económicas y efectuar las inversiones en infraestructura que fueran necesarias. Con el crecimiento del desempleo mundial, las instituciones de Bretton Woods deberían comprender que el factor trabajo era una parte esencial de cualquier política de desarrollo económico. La educación y la formación podrían contribuir a una reducción del desempleo, pero necesitaban ir complementadas por políticas económicas orientadas hacia el crecimiento. El orador había esperado que en la presente reunión de la Comisión se discutiese sobre rehabilitación profesional. Dado que muchas personas de Colombia estaban padeciendo los efectos de las minas antipersonas, sería preciso desarrollar el programa de rehabilitación profesional. El orador pidió que el factor trabajo se agregase a los programas de asistencia a los países que habían sufrido recientemente conflictos armados.

45. El Sr. Taqi (Subdirector General) expresó su agradecimiento a los miembros de la Comisión por su discusión fértil y sustantiva y por su apreciación de la documentación. El Sr. Amjad y su equipo en particular se sentirán muy satisfechos por los comentarios formulados. Muchos miembros habían considerado que el Informe era excelente. Contenía muchos temas para reflexión y las críticas hacían principalmente referencia a sus omisiones. El orador subrayó la importancia del seguimiento, como habían propuesto muchos miembros. En particular, hizo referencia a la propuesta del Gobierno de la Argentina sobre la necesidad de examinar hasta qué punto el suministro de calificaciones y de formación permitiría aumentar las inversiones en la economía y, por consiguiente, su capacidad de crear empleos. Lamentaba que la Comisión no hubiera podido discutir sobre rehabilitación profesional durante la reunión. Esta cuestión constituía una esfera de actividad muy importante, en la que la OIT ejercía realmente una influencia, y debería ocupar un lugar destacado en la próxima reunión de la Comisión. Por último, subrayó la necesidad de mejorar la capacidad de la OIT para efectuar análisis económicos y difundir los resultados de manera oportuna.

46. La Sra. Hagen dio las gracias a los miembros de la Comisión por sus observaciones y concluyó la discusión de las cuestiones relativas a las relaciones con las instituciones de Bretton Woods poniendo de relieve tres puntos. En primer lugar, era muy importante señalar que el FMI, que en virtud del carácter central de su función en lo que se refería a la estabilización financiera estaba siendo objeto de fuertes críticas como resultado de la crisis financiera, había mantenido realmente una relación muy positiva con la OIT y le había consultado respecto de las cuestiones relacionadas con las normas fundamentales del trabajo y con el diálogo social, dos temas que el Fondo estaba tratando de apoyar en su diálogo sobre medidas de política en todo el mundo. Había existido una estrecha cooperación en relación con la República de Corea, en donde el FMI había desempeñado un papel decisivo en cuando al establecimiento de un procedimiento oficial para el diálogo tripartito. Esto mismo había sucedido con respecto a la labor del Fondo en Indonesia, en donde su diálogo sobre medidas normativas había incluido el respeto de las normas fundamentales del trabajo y la ratificación de los convenios de la OIT. En segundo lugar, la OIT había colaborado muy activamente con las instituciones de Bretton Woods y con otras instituciones financieras internacionales para tratar de elaborar programas específicos para superar la crisis. El diálogo sobre medidas normativas no restaba valor a este esfuerzo. Así, el Banco Mundial había coordinado un programa por valor de 2.000 millones de dólares de los Estados Unidos destinado a crear 1 millón de empleos en Indonesia por medio de la realización de obras públicas durante dos años, y la OIT estaba participando en la elaboración de este programa y en la evaluación de la manera de aumentar las transferencias de ingresos. No obstante, el problema del empleo era mucho más amplio de lo que posiblemente podría resolverse con un programa de obras públicas, y esta medida tenía que considerarse únicamente como parte de la solución e ir acompañada de programas de suministro de subvenciones alimentarias y asistencia sanitaria y de otros programas especiales para garantizar la supervivencia básica. La parte más importante de la solución tenía que consistir, empero, en estimular de nuevo el crecimiento de esas economías y en crear un entorno favorable al aumento del empleo por medio de un crecimiento económico estable. Por último, en opinión de la OIT, esta solución más global implicaba necesariamente el respeto de las normas fundamentales del trabajo como la mejor manera de crear un marco para el diálogo social, ya fuera en los países confrontados a la crisis o en países que estaban experimentando un proceso de desarrollo normal. La nueva Declaración de la OIT había dado un nuevo impulso y permitido un mayor respeto y respaldo de la OIT y de la legitimidad de las normas fundamentales del trabajo, y proporcionaba una base más creíble para continuar el diálogo con las instituciones de Bretton Woods. Al Banco Mundial le había resultado difícil apoyar los Convenios núms. 87 y 98, y en ocasiones había proporcionado asesoramiento no plenamente en consonancia con esos Convenios, pero el diálogo sobre este asunto se estaba intensificando. No se trataba de un problema de condicionalidad, sino más bien de coherencia. La dificultad estribaba en que el Banco Mundial definía por sí mismo las normas que apoyaría, en particular en relación con el trabajo infantil y la discriminación por razones de sexo, basándose también en su propia interpretación de la justificación económica de sus acciones. Si el Banco comenzase a elaborar un repertorio de principios generales sobre prácticas óptimas en materia de política social, tendría que incluir, por supuesto, las normas fundamentales del trabajo, y correspondería a la OIT asegurar que esas normas fueran las mismas que las suyas, tomando en consideración el fuerte argumento de que eran el resultado de procedimientos normativos apropiados y de debates tripartitos.

47. El Vicepresidente trabajador expresó la opinión de su Grupo de que la labor del FMI y del Banco Mundial todavía no había sido de tal naturaleza que pudieran confiar plenamente en ella. Si esas instituciones fueran a elaborar un repertorio de prácticas óptimas, ese repertorio debería estar en consonancia con la postura de la OIT, y en lo que se refería a la libertad de asociación y a la negociación colectiva debería reconocer los principios suscritos por la Declaración de la OIT.

Ginebra, 13 de noviembre de 1998.


Puesto al día por VC. Aprobada por NdW. Ultima actualización: 26 de febrero de 2000.