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GB.272/4
272.a reunión
Ginebra, junio de 1998


CUARTO PUNTO DEL ORDEN DEL DIA

Informe de la Reunión de alto nivel sobre las respuestas
sociales a la crisis financiera en los países de Asia
oriental y sudoriental
(Bangkok, 22 y 24 de abril de 1998)

1. Del 22 al 24 de abril de 1998 se celebró en Bangkok (Tailandia) la Reunión de alto nivel sobre las respuestas sociales a la crisis financiera en los países de Asia oriental y sudoriental, de conformidad con la decisión adoptada por el Consejo de Administración en su 271.ª reunión (marzo de 1998).

2. Asistieron a la Reunión 37 participantes, principalmente de los ocho países y de la Región Administrativa Especial invitados, a saber: 14 representantes gubernamentales, de ministerios de Trabajo y organismos responsables de la planificación del desarrollo, 11 representantes de los empleadores y 12 de los trabajadores. Asistieron asimismo los representantes de tres instituciones financieras internacionales: el Banco Asiático de Desarrollo (BAD), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Asistieron igualmente a la Reunión los observadores de tres organizaciones internacionales de empleadores y de trabajadores y de nueve organizaciones no gubernamentales, así como de otros países.

3. La Reunión eligió por unanimidad Presidente al Sr. Dato' Zainol Abidin bin Abd. Rashid, Subsecretario del Ministerio de Recursos Humanos de Malasia, y Vicepresidentes al Sr. Ashraf W. Tabani (empleador, del Pakistán) y al Sr. Rampak Zainal (trabajador, de Malasia). Antes del debate plenario, pronunciaron sendos discursos el Director General de la OIT, el Excmo. Sr. Chuan Leekpai, Primer Ministro de Tailandia, y los representantes del BAD, del Banco Mundial y del FMI. El discurso de clausura corrió a cargo del Sr. T. Suwankiri, Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales de Tailandia.

Sesión inaugural

4. En su discurso inaugural, el Director General de la OIT destacó la importancia de la Reunión, que se celebraba en un momento crucial de la historia económica y social de Asia. Expuso la necesidad de mitigar el traumatismo social provocado por la crisis financiera y de concebir para superarla un modelo económico y social de desarrollo nuevo y más adecuado, sobre todo porque los sucesos recientes han puesto clarísimamente de manifiesto la posibilidad de que una grave conmoción económica desemboque brutal y rápidamente en una gran crisis social. Esto da una dimensión social -- y, de retruque, moral -- muy fuerte al imperativo de dar una mayor estabilidad al sistema financiero internacional. Ahora bien, la consolidación de las instituciones democráticas es igualmente ineludible en el modelo económico posterior a la crisis. Entre otros atributos esenciales de la democracia, indispensables para impedir una distorsión perniciosa del funcionamiento del mercado figuran unas elecciones libres y no amañadas, la libertad de expresión y el debate público, el acatamiento de la ley y la responsabilidad ante el pueblo de los titulares de cargos elegidos por él. La democracia es igualmente indispensable para dar una dimensión más fuerte de justicia social al desarrollo. En el período anterior a la crisis, de fuerte crecimiento, se descuidaron relativamente los derechos laborales y la protección social. El progreso social anduvo a la zaga del espectacular progreso económico logrado en los decenios que la precedieron. Apenas si se habían establecido redes de seguridad social, promovido los derechos básicos de los trabajadores y fomentado la concordancia social. Son ya evidentes las consecuencias infaustas de semejante desarrollo desequilibrado. Al no estar lo bastante asentadas las instituciones de protección social, han resultado más duros los padecimientos de los afectados por la crisis. Análogamente, la debilidad de las instituciones de concordancia social ha dificultado sobremanera la búsqueda de un modo socialmente justo y armonioso de superarla. Es innegable que los elementos fundamentales para corregir ese fallo son el pleno respeto de las normas fundamentales del trabajo y el fomento de un movimiento sindical fuerte y libre. Esto engendrará una presión democrática constante, en el sentido de mejorar las condiciones de trabajo y el grado de protección social, y será sumamente útil para lograr una adaptación progresiva a los cambios estructurales, la superación de las crisis económicas y sociales y la elevación de la competitividad y de la productividad. El Director General se mostró convencido de que la Reunión iba a constituir un nuevo jalón en la configuración de un nuevo contrato social en Asia, y de que volvería el crecimiento económico al cabo de uno o dos años. Es, sin embargo, indispensable que ese nuevo modelo de crecimiento se asiente en unas bases sociales más sólidas que antes. La OIT está dispuesta a ayudar a los gobiernos y a los interlocutores sociales con tal fin. De hecho, la Organización ha sabido establecer diversos programas con arreglo a la política de asociación activa, que aborda muchos de los factores prioritarios que requieren hoy una atención urgente. La Oficina, especialmente su estructura regional para Asia y el Pacífico, ha entablado intensas consultas con los elementos tripartitos de la OIT y con sus asociados en cada país. Se han adaptado en consonancia con ello los programas ordinarios de cooperación. Hay, además, ejemplos alentadores de muy estrecha cooperación, que procede intensificar, entre el BAD, el FMI, el Banco Mundial y la OIT. En el caso concreto de la crisis asiática, puede resultar muy fecundo un diálogo social vivo y productivo, que contribuya a la formulación de unas políticas económica y social generales y de unos programas específicos de atenuación y eliminación de los efectos de la crisis.

5. En su discurso inaugural, el Excmo. Sr. Chuan Leekpai, Primer Ministro de Tailandia, dio las gracias a la OIT por haber organizado tan oportuna reunión y destacó su importancia en lo que atañe a las consecuencias sociales de la crisis financiera que afecta hoy al Asia oriental y sudoriental. Aun habiendo ciertos signos alentadores de cambio en muchas de las economías afectadas, entre ellas Tailandia, no se han manifestado todavía todas las repercusiones en lo tocante a un aumento del desempleo y a una restricción de los servicios sociales. La crisis ha coartado ya los intentos de mitigar la pobreza, así como de ofrecer una mayor protección social a todos los sectores de la sociedad, en especial a los más pobres. El Primer Ministro indicó igualmente que no puede haber un desarrollo duradero si perduran las desigualdades sociales y el deterioro de los recursos humanos. Procede dar la misma importancia al desarrollo económico y al social. Una de las prioridades centrales del Gobierno de Tailandia ha sido la prevención y la atenuación del desempleo. Es indispensable que haya una política laboral global y unos planes de empleo -- centrados en la disponibilidad de información sobre el mercado de trabajo, la formación profesional, la creación de puestos de trabajo y la colocación, los sistemas salarial y de la seguridad social, y las relaciones de trabajo -- para poder abordar eficazmente el problema del desempleo y lograr a la larga el crecimiento económico y la justicia social. Ahora bien, la acción nacional debe contar con el respaldo de una cooperación internacional. Hay que encontrar medios nuevos e innovadores de solventar tales problemas. Como la población es el recurso más importante, es preciso examinar la influencia de las políticas económica y social en el empleo, la productividad, el perfeccionamiento de los recursos humanos y los servicios sociales. El Primer Ministro siguió diciendo que Tailandia atribuye gran importancia a la cooperación tripartita, por constarle que las organizaciones de empleadores y las de trabajadores, como socios del Gobierno, deben desempeñar un cometido crucial en la planificación y el respaldo del desarrollo nacional. A la vez que protegen y promueven los derechos legítimos de los trabajadores, sus organizaciones deberían cooperar también con las de empleadores para mejorar la protección y la seguridad en el lugar de trabajo. Semejante cooperación es necesaria para elevar la productividad, mejorar las relaciones de trabajo y repartir más equitativamente las ganancias. Incumbe al Gobierno velar por que la legislación y las prácticas que rigen las relaciones de trabajo realcen la eficacia económica, en beneficio de los empleadores y de los trabajadores. Procede tener muy presente a este respecto la importancia de las normas internacionales del trabajo. En un momento de mundialización creciente y de liberalización de los mercados, esos conceptos son de capital importancia y pueden facilitar la aplicación de la estrategia nacional de desarrollo. El Primer Ministro concluyó abogando por que los participantes en la Reunión colaboren en la reconstrucción de su economía, cooperen para atender las obligaciones sociales y compartan la prosperidad que puede resultar posible gracias a una más estrecha integración mundial y a los adelantos técnicos.

6. El Dr. K.F. Jalal, representante del BAD, insistió en la necesidad de estrechar la colaboración entre los diferentes actores presentes en la Reunión y mencionó las medidas sociales de ayuda en favor de Tailandia, la República de Corea e Indonesia. En el caso de Tailandia, el BAD había aprobado un préstamo de 500 millones de dólares para mitigar el impacto social de la crisis, siendo éste el mayor préstamo de carácter social concedido hasta ahora por el Banco. De él forman parte tres subvenciones de asistencia técnica, con un valor total de 2,1 millones de dólares. La asistencia técnica servirá para que el Gobierno pondere y evalúe el impacto social de la crisis, por ejemplo en el bienestar de las mujeres, las minorías étnicas y los pobres. Está ya casi listo un dispositivo similar para Indonesia. Como complemento de las medidas de inversión en Tailandia y en Indonesia, el BAD ha aprobado también varios proyectos regionales de asistencia técnica que han de facilitar la evaluación regional del impacto para proceder a un intercambio de experiencia y concebir formas y modalidades de colaboración eficaces. El BAD ha revisado últimamente varias decisiones y estrategias relacionadas con asuntos sociales y ecológicos en pro del desarrollo y fijado objetivos a plazo medio en materia de préstamos de carácter social y ecológico. Una semana antes, el consejo de administración del Banco había aprobado una nueva política de cooperación con organizaciones no gubernamentales, así como en relación con las poblaciones indígenas. Tras ello, el orador mencionó dos temas que convenía examinar en el curso de la Reunión. En primer lugar, es difícil acopiar información fidedigna sobre las personas afectadas, lo cual es sin embargo indispensable para determinar dónde son más graves los efectos, para encauzar unos recursos que atenúen el impacto allí donde es más necesario y para ponderar los resultados logrados. En segundo lugar, en el examen de los asuntos laborales que pone de manifiesto el préstamo del programa para Tailandia, el BAD había constatado la necesidad de consultar efectivamente a los grupos que representan a los trabajadores perjudicados por la crisis. Ahora bien, la mayoría de ellos no están representados por una organización. En el préstamo del programa para Tailandia se aboga por una mejor consulta tripartita en relación con la política social. El Banco se ha comprometido a llevar a la práctica esas mejoras, que habrá de introducir el Gobierno con la ayuda de la OIT. Es preciso estrechar la colaboración entre todos los interesados para poder solventar tales problemas. Allí donde es modesta la representación de los trabajadores en unas asociaciones reconocidas, hacen falta un debate y una información pública para que consten más claramente los asuntos fundamentales, la política pública al respecto y la función y las obligaciones de otros elementos de la sociedad civil para una colaboración real. Por último, el orador destacó la importancia de una aplicación óptima de la ayuda financiera que ofrecen el BAD y otras entidades, movilizando a los interesados de cada país, entre ellos el sector público, el privado, las organizaciones no gubernamentales y las asociaciones populares. Las iniciativas de orden social requieren igualmente un trabajo social en la base, y hacen falta una información y un debate públicos con fines de sensibilización general y para mejorar la gobernación, sin descuidar la protección del medio ambiente.

7. La Sra. K. Marshall, representante del Banco Mundial, celebró que la Reunión se centrara en las dimensiones humanas ineludibles de la crisis en Asia oriental e instó a que se especifiquen unas medidas eficaces que ayuden al continente a restaurar el desarrollo económico y social. Los progresos logrados en lo tocante a reducir la pobreza y crear un capital humano, en particular en materia de educación y sanidad, son el verdadero «milagro asiático», y no cabe resignarse a su fracaso. La Reunión podría aportar mucho en tal sentido. En primer lugar, podría promover la clara percepción por todos de los principales elementos y soluciones sociales a los problemas más candentes, en particular el del desempleo. Dada la envergadura de los mismos y su agravación probable en un futuro próximo, debe procurarse decididamente que la ayuda llegue a quienes más la necesitan. A juicio del Banco Mundial, es igualmente urgente mantener la calidad de los servicios fundamentales, especialmente los de educación y sanidad, así como el acceso a los mismos, para proteger la economía familiar y resolver problemas candentes como la subida de los precios de las medicinas esenciales y el declive de la matrícula escolar. La oradora señaló asimismo la necesidad de ocuparse del bienestar básico, en particular de la disponibilidad de alimentos y de los servicios fundamentales. En segundo lugar, pero no menos importante, la Reunión podría contribuir a estrechar la colaboración entre los diferentes actores, ayudándolos a explorar las posibles funciones complementarias y a individuar los campos posibles de cooperación. La crisis asiática exige una acción inmediata y urgente. El Banco Mundial ha movilizado recursos extraordinarios con tal fin, pero aboga al mismo tiempo por que se discurran nuevas ideas y nuevas medidas en el quehacer social a plazo mediano y largo. Se necesita un impulso renovado en relación con la protección social y el desarrollo social. El Banco Mundial está dispuesto a colaborar sobre el particular con la OIT y con otros elementos.

8. El Sr. K. Saito, representante del FMI, recordó que los países asiáticos habían obtenido excelentes resultados económicos hasta mediados de año y que han quedado muy afectados por la crisis financiera desde entonces. Aunque el apoyo del Fondo ha traído consigo ciertos progresos, especialmente en la República de Corea y Tailandia, una y otra siguen soportando las consecuencias de la crisis al igual que otros países, y la población sigue padeciendo sus secuelas. Es manifiestamente necesario un diálogo, en diversas formas, tanto en el plano nacional como en el internacional. El FMI se propone mantener el intercambio de puntos de vista con la OIT y con otras organizaciones del mundo del trabajo en relación con la solución social de la crisis financiera y con las medidas que se requieren para neutralizarla.

Declaraciones generales

9. En sus observaciones iniciales, el Sr. Zainal Rampak, portavoz del Grupo de los Trabajadores, manifestó que Asia vive hoy momentos decisivos. Hay, por un lado, un grave riesgo de caos social y de declive ulterior de la economía y, por otro, es preciso adoptar un nuevo rumbo difícil, que combine la estabilidad social con las exigencias del mercado mundial. El problema no se limita a las imperfecciones del sistema financiero internacional. La envergadura y amplitud de la crisis financiera desemboca en una crisis de confianza en las instituciones y normas que rigen los mercados de la región. Las estadísticas sociales y sobre el empleo no definen exactamente el impacto de la crisis. En su informe técnico, la OIT ha sabido ensamblar la información disponible en una perspectiva preocupante del desempleo y pobreza en franco aumento. Millones de hombres y mujeres, que creían ir ya camino de la prosperidad, han quedado desestabilizados y no cuentan con una red de seguridad que los proteja de la pobreza. El sino de los trabajadores migrantes es quizá el elemento más inflamable de una «bomba de relojería» social explosiva. Estadísticamente, los más difíciles de detectar son los problemas de las trabajadoras, pero son probablemente graves, porque ocupan puestos de trabajo más inestables, están menos sindicadas, los empleadores los consideran como mano de obra «secundaria» y son las primeras que despiden, sus salarios y prestaciones sociales son más bajas, tienen una calificación profesional inferior y les cuesta con frecuencia matricularse en los centros de formación. Los más de 6,7 millones de trabajadores extranjeros de las siete economías más afectadas de la región son una categoría muy vulnerable. Es probable que se acentúen las tensiones, especialmente en Tailandia, Malasia y Singapur, a consecuencia del gran número de trabajadores inmigrados clandestinos y sin empleo que viven ya en el país, y que siguen llegando, sin estar en modo alguno dispuestos a regresar voluntariamente al suyo de origen. En cuanto a la protección social en los países gravemente afectados por la crisis financiera, la República de Corea es el único país en el cual hay un sistema de prestaciones de desempleo. En otros existen fondos de previsión social, pero de prestaciones modestas y menguado alcance. El seguro de enfermedad tiene proporciones muy limitadas y se suele dejar de tener derecho al mismo al terminar la relación de trabajo. Pese a la tentación de examinar las causas de la crisis financiera y la necesidad de una nueva arquitectura del sistema financiero internacional, el Grupo de los Trabajadores se proponía limitar sus propuestas a lo siguiente: i) creación de una comisión internacional de investigación de las causas de la crisis, que haga recomendaciones en el sentido de reducir los peligros de la especulación en gran escala y de imponer una disciplina rígida a los mercados financieros; ii) fuerte disminución en breve de los tipos de interés en toda la región y elevación de los presupuestos sociales, y iii) acción coordinada de las principales potencias económicas del Grupo de los Siete para acelerar el crecimiento, especialmente en el Japón. La finalidad principal del Grupo de los Trabajadores en la Reunión era intentar llegar a un acuerdo sobre el modo de formular y ampliar las soluciones sociales de la crisis. En el informe técnico de la OIT se destaca la utilidad de unos acuerdos tripartitos de alto nivel, con miras al establecimiento de las condiciones adecuadas para un diálogo ininterrumpido y una lista de prioridades de acción; la importancia de intensificar el diálogo en la propia empresa y la comunicación de información sobre el modo de mejorar la seguridad del empleo mediante una mayor productividad; la necesidad de elevar los presupuestos sociales para proporcionar ingresos a los desempleados mediante unos planes de seguro o de asistencia social, o bien con diferentes tipos de obras públicas de gran densidad de mano de obra; la garantía de unos derechos mínimos en materia de paga final, la protección de los derechos de los trabajadores migrantes; y una legislación que garantice el respeto de la libertad sindical. En particular, el Grupo de los Trabajadores celebra que se haya expresado claramente la necesidad de que los gobiernos tomen medidas concordes con las recomendaciones del Comité de Libertad Sindical en lo que atañe a ciertas violaciones graves y persistentes de los derechos de los trabajadores en la región. Los puntos principales del informe técnico que, a juicio del Grupo de los Trabajadores, podrían constituir la base de unas conclusiones decididas de común acuerdo en la Reunión son: a) un vigoroso llamamiento a los gobiernos y a las instituciones financieras internacionales para que se refuercen los elementos de recuperación de los actuales programas de estabilización y reforma, con miras a una reducción temprana de los tipos de interés, el aligeramiento de la política presupuestaria restrictiva y la rápida introducción de reformas financieras esenciales, basadas en los principios de transparencia, responsabilidad y participación, a la vez en el plano nacional y en el internacional; b) una campaña regional sobre las normas del trabajo básicas, especialmente la consolidación de los derechos sindicales y las instituciones del tripartismo; c) una intervención sindical en los planes de reestructuración de las empresas, con la finalidad de mejorar la seguridad del empleo, la indemnización de los despedidos, y una más estrecha cooperación en unas medidas de aumento de la productividad; d) una expansión de la formación de los desempleados; e) el desarrollo de los sistemas de seguridad social, en especial para aumentar el número de beneficiarios de las prestaciones de desempleo, y f) unos programas de creación de puestos de trabajo, y otras formas de protección social para los desempleados, haciendo hincapié en las categorías más vulnerables, como son los trabajadores inmigrados, las mujeres y las jóvenes. Sería inimaginable que una reunión tripartita de alto nivel terminara sin dirigir un vibrante llamamiento en pro de un apoyo internacional al diálogo social para llegar a un consenso sobre un programa social global de desarrollo y reforma institucional equiparable al actualmente en curso en el sector financiero. Un empeoramiento de la crisis asiática recortaría inevitablemente las posibilidades de mantener los programas, todavía frágiles, que han acordado los gobiernos con el FMI.

10. El Sr. A.W. Tabani, portavoz del Grupo de los Empleadores, destacó la necesidad de dar la debida importancia al desarrollo social y al económico. Los puestos de trabajo, los ingresos, los regímenes globales de seguridad social y las redes de seguridad social dependen de que las empresas sean prósperas y competitivas. El Grupo de los Empleadores desea que los gobiernos reconozcan esta realidad y tomen las oportunas medidas, ya que la política que se han fijado debe centrarse en las condiciones necesarias para el éxito de las empresas en una economía abierta, competitiva y que opere en el mercado. La Organización tiene que discurrir una respuesta rápida siempre que unos Estados Miembros se encuentren una situación como la actual en Asia oriental y sudoriental. La OIT debe hacer acto de presencia y apoyar a sus Miembros cuando han de introducir medidas dolorosas de reajuste, y proporcionar la ayuda necesaria para mitigar los efectos sociales de ese reajuste. Con tal fin, la OIT debe colaborar estrechamente con los demás organismos multilaterales, especialmente las instituciones financieras, que intentan ayudar a los países afectados, y aprovechar plenamente su condición tripartita. En el informe técnico, que calificó de documento excelente y sólidamente fundado, se estudiaba la situación de todos esos países de un modo general, y sólo detalladamente la de tres de ellos: Indonesia, República de Corea y Tailandia. No se mencionan en el informe técnico, ni en ninguna de las recomendaciones de la Reunión Regional Asiática, en relación con las empresas y una política laboral activa, los efectos nocivos de la crisis para las empresas pequeñas y medianas, y para las empresas en general. A juicio del Grupo de los Empleadores, en dicho informe se desorbita la utilidad de los programas de obras públicas, que pueden resultar útiles siempre y cuando desemboquen en una mejor infraestructura que fomente la actividad de las empresas, pero en lo que se refiere al empleo propiamente dicho no aportan sino un alivio pasajero. Las medidas estratégicas a más largo plazo para una creación perdurable de empleos y el desarrollo nacional deben apuntar a la creación de un ambiente que promueva la competitividad y las inversiones en actividades económicas del sector privado. El orador se declaró de acuerdo con lo que se dice en el informe en lo que atañe a la transparencia de las actividades de la administración pública en los mercados financieros, la democracia y el respeto de los derechos humanos en un entorno que promueva la prosperidad de las empresas, pero igualmente esenciales son la supresión de una reglamentación excesiva y una política laboral flexible, con objeto de facilitar la reestructuración de las empresas, así como unas buenas relaciones de trabajo. En su discurso, el Director General de la OIT había recordado a la Reunión la estrecha colaboración de la Organización con otras instituciones multilaterales que procuran ayudar a los países afectados, pero es también necesario que la OIT mantenga un diálogo más directo con ellas y preste ayuda a los países como complemento de las medidas sociales globales adoptadas a causa de la crisis. Sería más fácil llevar a cabo las reformas si las diversas instituciones financieras interesadas decidieran, con arreglo a su política y su modo de proceder, consultar a los interlocutores sociales en el plano nacional al negociar las condiciones de su ayuda financiera. De hecho, el consenso social sobre el rumbo del desarrollo es muy importante para que perduren las medidas adoptadas, y esas consultas deberían efectuarse también en los demás países asiáticos. Incumbe a la Reunión aprovechar esta oportunidad para determinar lo que puede aportar la OIT a la superación de la crisis actual. Debería centrarse la atención en: a) la prestación de apoyo a las iniciativas políticas en pro del desarrollo de las empresas; b) una consulta tripartita real y convincente, en particular en el plano nacional; c) la consolidación de los interlocutores sociales y el diálogo tripartito; d) las relaciones de trabajo, especialmente en el propio lugar de trabajo; e) la elevación de la productividad, lo cual es indispensable para poder competir en el comercio internacional; f) la formación y el perfeccionamiento de los recursos humanos; g) una política laboral dinámica que facilite la reestructuración de las empresas, y h) la seguridad social y unas redes de seguridad social.

Declaraciones de los representantes de los gobiernos

11. Como lo precisaron los oradores, la crisis financiera asiática ha dañado a todos los países o territorios invitados, si bien en diferente grado: Indonesia, la República de Corea y Tailandia han sido los países más afectados, y los que menos China, Filipinas, Singapur, Viet Nam y Hong Kong (China). El representante del Gobierno de Viet Nam lamentó la disminución de las inversiones directas extranjeras y de las exportaciones. El representante del Gobierno de China previó igualmente una fuerte reducción de las exportaciones y un crecimiento menor en 1998. El representante de Hong Kong (China) señaló que habían empeorado el crecimiento y el empleo. En toda la región, las manifestaciones más visibles del impacto social son la pérdida de puestos de trabajo, la reducción de personal y una agudización de la pobreza. Un representante del Gobierno de la República de Corea mencionó igualmente un aumento radical del desempleo, que seguirá oscilando en torno al 5 por ciento en los próximos años. El Gobierno de Tailandia preveía que el desempleo llegaría a ser de dos millones de personas en 1998. La representante del Gobierno de Filipinas señaló que en el mercado de trabajo había a la vez ganadores y perdedores, en función de la evolución de los distintos sectores económicos. El representante del Gobierno de Indonesia destacó el grave aumento de la pobreza y de las desigualdades en el país, como se indicaba en el informe técnico de la OIT.

12. Los gobiernos explicaron las medidas que habían tomado para desatar la crisis. Entre las más frecuentes cabe citar los programas de reforma económica con la ayuda del FMI, las medidas de apoyo y promoción empresarial, una ayuda directa a los trabajadores desplazados, la extensión de las redes de seguridad, la protección social y el fomento de la consulta tripartita. El representante del Gobierno de Indonesia señaló que su Gobierno se regía por el programa de macropolítica recomendado por el FMI. En Filipinas, el Gobierno ha impuesto una rigurosa disciplina fiscal y monetaria. Frente a un desempleo en franco crecimiento, el Gobierno de la República de Corea proporciona prestaciones de desempleo y adopta medidas laborales activas con arreglo a su Plan de seguro de desempleo. Por constarle el peligro de que unos programas de promoción activa del empleo pueden retrasar el reajuste estructural, el Gobierno intenta establecer un equilibrio entre la reducción al mínimo del desempleo y la aceleración de las reformas estructurales. El Gobierno de Tailandia ha adoptado un plan de acción con miras a crear un millón de puestos de trabajo en 1998. La respuesta del Gobierno de Viet Nam a la deceleración de la economía ha consistido en crear condiciones propicias para los inversores extranjeros y en idear una serie de programas nacionales de atenuación de la pobreza, creación de empleos, reestructuración de las empresas de propiedad estatal, la formación profesional y la protección social. Una estrategia muy corriente es la prestación de apoyo a las empresas, especialmente las pequeñas y medianas. El representante de Hong Kong (China) mencionó las múltiples medidas de previsión adoptadas por el Gobierno para promover un clima de inversión favorable, en forma de exoneraciones fiscales, planes de garantía del crédito, formación empresarial, etc. Varios gobiernos se refirieron a programas de ayuda directa a los trabajadores desplazados. En el caso de Filipinas, el Ministerio de Trabajo y Empleo ha establecido últimamente una serie de dispositivos de observación, coordinación y prevención de la supresión de puestos de trabajo. El representante del Gobierno de Malasia mencionó diferentes medidas destinadas a los trabajadores cuyo puesto de trabajo ha sido suprimido: sistema de observación y registro, creación de un comité tripartito, tramitación de las reclamaciones relativas a la paga final, análisis de toda alternativa a la reducción de personal, servicios consultivos y aumento de los fondos de financiación de la readaptación profesional. El Gobierno de Singapur ha constituido un grupo tripartito, encargado de examinar el modo de ayudar a los trabajadores despedidos a encontrar otro empleo en industrias en auge, mediante la readaptación profesional y una mejor coordinación de las vacantes. Se han facilitado en particular fondos públicos para un programa de redistribución profesional propuesto por los sindicatos.

13. Se examinó también el tema de los trabajadores extranjeros inmigrados. El representante del Gobierno de Malasia indicó que el Gobierno había adoptado varias medidas, habida cuenta del declive de la economía: repatriación de trabajadores indocumentados, y nuevos puestos de trabajo para los trabajadores extranjeros que hayan terminado su contrato pero que sigan en posesión de un permiso de trabajo, en otros sectores de la economía.

14. Varios gobiernos destacaron que muchas empresas han emprendido programas de reestructuración y reajuste que han de repercutir en las relaciones de trabajo. La representante del Gobierno de Filipinas señaló que los conflictos laborales desde mediados de 1997 estuvieron relacionados con cierres de empresa, suspensiones de actividad, reducción de personal y subcontratación de trabajo. Ciertas compañías han solido tomar medidas de reducción de los costos antes de suprimir efectivamente puestos de trabajo. Varios gobiernos aludieron a la necesidad de un dispositivo bipartito en la empresa y de otro tripartito al resolver problemas derivados de la crisis actual. El representante del Gobierno de Indonesia destacó la importancia de mantener unas relaciones de trabajo estables.

15. Los gobiernos mencionaron diferentes dispositivos de protección social creados para ayudar a personas gravemente afectadas por la crisis, lo cual es a su juicio muy importante, dada la inexistencia de un seguro de desempleo en muchos países. El representante del Gobierno de Hong Kong (China) se refirió al Fondo para la protección de los salarios en los casos de insolvencia, que ayuda económicamente a los trabajadores cuando quiebra una empresa, y el Plan de ayuda global a la seguridad social, que ayuda a los desempleados que tropiezan con dificultades económicas. Se aludió con frecuencia a las redes de seguridad. Otra medida ha sido la introducción o la intensificación de programas de obras públicas. El representante del Gobierno de Hong Kong (China) mencionó las fuertes inversiones en proyectos públicos de viviendas e infraestructura para estimular el empleo. El representante del Gobierno de Indonesia destacó la utilidad de los proyectos de gran densidad de mano de obra como modo de garantizar el empleo y los ingresos de los trabajadores en proyectos tanto de infraestructura como de creación de ingresos mediante un trabajo por cuenta propia. El representante del Gobierno de Malasia mencionó diversas medidas adoptadas para mitigar el impacto negativo en las categorías vulnerables y de ingresos más bajos. Se han asignado fondos presupuestarios mayores a programas de microcrédito, servicios sanitarios, infraestructura rural y perfeccionamiento profesional. El Gobierno de Tailandia ha tomado medidas destinadas a elevar al máximo la paga final, con objeto de alargar el período de seguro de enfermedad ininterrumpido, en el caso de los trabajadores cuyo puesto haya sido suprimido. Se facilita una ayuda educativa mayor para que los estudiantes pobres puedan terminar sus estudios.

16. La crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de una solución tripartita de los problemas laborales y de empleo. El observador del Gobierno del Japón destacó que el tripartismo es el dispositivo óptimo para definir prioridades en los programas de superación de la crisis. La representante del Gobierno de Filipinas aludió al Acuerdo social para la estabilidad y la armonía social, en el que se insta tanto a los trabajadores como a los directores de empresa a abstenerse lo más posible de recurrir al despido o a la huelga. También el Ministerio de Trabajo y Empleo ha organizado acuerdos sociales regionales. El representante del Gobierno de Singapur destacó la importancia que da su país a la participación y la intervención tripartitas. En la República de Corea, un acuerdo tripartito ha preparado el camino para superar la crisis y repartir equitativamente la carga entre los interlocutores sociales. El Gobierno se propone mantener y consolidar la comisión tripartita, que interviene activamente en la formulación de la política.

Declaraciones de los representantes de los trabajadores

17. Aunque las causas de la crisis financiera siguen siendo objeto de debate, muchos representantes de los trabajadores insistieron en que las personas más afectadas por la crisis son los que proceden de las categorías sociales más modestas. El representante de los trabajadores del Japón manifestó que los trabajadores normales, las mujeres y los inmigrados padecían gravemente los efectos de la crisis. El observador de la CIOSL-ORAP sugirió que la actual crisis económica, derivada de la financiera, es la peor catástrofe ocurrida en Asia oriental y sudoriental desde la segunda guerra mundial, y añadió que, prescindiendo del Japón y de China, hay más de 20 millones de trabajadores desempleados en Asia oriental y sudoriental. El representante de los trabajadores de Hong Kong (China) dijo que, si bien Hong Kong (China) no estaba tan duramente afectado como otras partes de Asia, la tasa de desempleo encubre las cifras reales de desempleo, ya que muchos de quienes buscan trabajo, principalmente las mujeres, han renunciado a buscar un empleo. Destacó la gravedad del desempleo en Hong Kong (China). El representante de los trabajadores de Indonesia subrayó la triste situación de su país al señalar que en 1997 había unos siete millones de desempleados. Añadió que en 1998 se preveía la cifra de unos 13,5 millones de desempleados a causa de la supresión de puestos de trabajo, la racionalización de las empresas, las fusiones bancarias y la incorporación de nuevos elementos al mercado de trabajo. Un representante de los trabajadores de la República de Corea se refirió a la mayor inseguridad del empleo provocada por la crisis económica en su país, especialmente para las trabajadoras, el personal de la pequeña industria y los trabajadores menos calificados.

18. Muchos representantes de los trabajadores rogaron a sus gobiernos que tomaran medidas urgentes en relación con el impacto de la crisis financiera. El representante de los trabajadores del Japón instó al Gobierno de su país a facilitar ayuda financiera y humanitaria a los países afectados, a la vez que se aplicaba una política activa de crecimiento para facilitar la recuperación de la economía japonesa. Un representante de los trabajadores de la República de Corea (Federación Coreana de Sindicatos) instó al Gobierno a acelerar la reestructuración industrial que exige la crisis económica, y a permitir que los sindicatos intervengan en la reestructuración. Sugirió que la estabilidad a largo plazo y la justicia social dependen de que se garanticen internacionalmente los derechos reconocidos de los trabajadores y de los sindicatos, en particular la libertad sindical. Destacó asimismo la conveniencia de establecer programas de readaptación profesional para los trabajadores despedidos a causa de las reducciones de plantilla.

19. En todas las intervenciones de representantes de los trabajadores se insistió en la necesidad de crear unos sistemas de diálogo social. Según el representante de los trabajadores del Japón, la crisis financiera ha puesto de manifiesto la inexistencia de una protección social en muchos países. Añadió que el mejor modo de implantar la protección social consiste en un buen diálogo social, basado en el pleno respeto de los derechos humanos y sindicales. El representante de los trabajadores de Hong Kong (China) manifestó que hay muy poco diálogo social entre los trabajadores y los empleadores antes de que éstos decidan una reducción de la plantilla.

20. A juicio de muchos representantes de los trabajadores, esa protección social inexistente en los países más afectados por la crisis constituye una amenaza para las condiciones de vida de las categorías más vulnerables. La observadora de la CIOSL-ORAP propuso que se implantaran planes de prestaciones de desempleo inmediatamente, con objeto de amortiguar algunos de los efectos nocivos del desempleo. El representante de los trabajadores de Hong Kong (China) destacó igualmente la necesidad de adoptar medidas de protección social como un seguro de desempleo y un régimen de pensiones. En opinión del representante de los trabajadores de Filipinas, las trabajadoras son una de las categorías más afectadas por el impacto de la crisis financiera. Señaló que las mujeres son quienes ocupan los puestos más precarios y mal pagados, y que tales formas de trabajo quedan a menudo al margen de la protección de la legislación, de la negociación colectiva y de la seguridad social. A juicio del representante de los trabajadores del Japón, la debilidad del diálogo social es un factor que complica el problema.

21. Varios representantes de los trabajadores destacaron la conexión entre un buen diálogo social y las normas del trabajo fundamentales. Además, el representante de los trabajadores de Tailandia insistió en la importancia del tripartismo en relación con los problemas sociales de su país, y propuso diversas medidas de promoción del mismo. Pidió al Gobierno que adoptara una política de participación y asociación social, que garantizara la protección, estableciera un marco legislativo en pro de la participación social y creara un dispositivo de fomento del tripartismo. Instó al Gobierno a ratificar el Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, 1948 (núm. 87) y el Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, 1949 (núm. 98). Pidió a las instituciones financieras internacionales que tuvieran en cuenta estas propuestas al aprobar medidas financieras para Tailandia.

Declaraciones de los representantes de los empleadores

22. Varios representantes de los empleadores señalaron que las empresas tenían que encontrar el modo de sobrevivir a la crisis por sus propios medios. El representante de los empleadores de la República de Corea manifestó que los empleadores de su país estaban ayudando al Gobierno a reducir al mínimo las consecuencias sociales de un desempleo creciente, y que aceptaban pagar cotizaciones más altas al seguro de desempleo. Las empresas coreanas están dispuestas a ayudar a los trabajadores desplazados a encontrar un nuevo empleo lo antes posible gracias a la readaptación profesional, a una información sobre los puestos de trabajo existentes y a una ayuda financiera. Análogamente, el representante de los empleadores de Indonesia declaró que la preocupación principal de su país es la subsistencia de las empresas, así como su afán de evitar o limitar el número de puestos de trabajo suprimidos. El representante de los empleadores de Australia abogó por la adopción de medidas que reduzcan al mínimo la duración del desempleo y que promuevan un nuevo empleo para los trabajadores desplazados. Por considerar que la creación de empleos dependerá sobre todo del sector privado, aconsejó la prudencia al adoptar medidas de creación de puestos de trabajo mediante programas de obras públicas de gran densidad de mano de obra, que no constituyen una solución duradera, y que a veces cuestan más de lo que aportan. Propugnó una mayor intervención de las organizaciones de empleadores en la formulación y aplicación de la política económica, con miras a asegurar la viabilidad de las empresas y el desarrollo económico con una capacidad máxima de creación de empleos. El observador de los empleadores de Bangladesh abogó por la participación de organizaciones no gubernamentales en la realización de los programas destinados a facilitar la reincorporación de los trabajadores inmigrados a su país de origen y el establecimiento de dispositivos tripartitos para la supervisión de tales programas.

23. Muchos representantes de los empleadores insistieron en la necesidad de que haya un diálogo social más intenso entre los interlocutores sociales. El representante de los empleadores del Japón afirmó que esto les permitiría obrar de consuno para restaurar la competitividad internacional de los países de Asia, a la vez que conservaría la estabilidad social. Pidió a la OIT que hiciera mayor hincapié en el robustecimiento de las organizaciones de empleadores, como requisito previo para fomentar unas relaciones profesionales más sólidas. El representante de los empleadores de la República de Corea destacó la labor de la comisión tripartita nacional que formuló el Acuerdo social de marzo de 1998, el cual pretende dar una mayor flexibilidad al mercado de trabajo y promover los derechos de los trabajadores. Análogamente, el representante de los empleadores de Filipinas manifestó que la firma de un acuerdo social entre la organización de empleadores y la principal central sindical ha aligerado la tensión entre los trabajadores y los empleadores y reducido al mínimo el número de puestos de trabajo suprimidos. En respuesta a la intervención del representante de los trabajadores, el representante de los empleadores de Hong Kong (China) discrepó vivamente de muchos de los argumentos aducidos. En particular, señaló que la Región Administrativa Especial de Hong Kong (China) ha adoptado la definición de empleo de la OIT. Ha creado, además, una sólida red de seguridad, consistente entre otras cosas en un Consejo Laboral Tripartito. La Región Administrativa Especial, donde se han promulgado últimamente varias disposiciones legales, está plenamente decidida a acabar con la discriminación en el empleo, en especial en relación con el sexo y la invalidez.

24. El representante de los empleadores de Australia encomió el informe técnico de la OIT, pero indicó que algunas de las ideas que se presentan en él no tienen sentido práctico, por ejemplo la reestructuración «socialmente sensible» o la privatización previo consenso. Propuso que se haga más hincapié en la promoción del empleo mediante una estrategia coherente de desarrollo de las empresas, la inversión en recursos humanos y la adopción de medidas encaminadas a promover un ambiente empresarial que favorezca el mantenimiento de la competitividad de las empresas en una economía mundial que cambia rápidamente, así como nuevas oportunidades de empleo y una mayor flexibilidad del mercado de trabajo. Destacó asimismo la necesidad de mejorar la protección social; muchos países andan a la zaga al respecto, pero hay que empezar a actuar en tal sentido. Señaló la utilidad de la protección social en lo tocante a mantener una demanda efectiva, impidiendo con ello que la economía se hunda. El observador de los empleadores de Bangladesh abogó por un amplio apoyo al proyecto de recomendación de la OIT sobre la creación de empleos, en la Conferencia de junio.

Acción de la OIT que se propugna

25. Varios representantes de los gobiernos destacaron la necesidad de que la OIT intervenga más directamente ayudando a los países a superar la crisis. El observador del Ministerio de Trabajo del Japón señaló que las propuestas enunciadas en el informe técnico de la OIT eran muy generales y que procede fijar un orden de prioridad por medio de una consulta tripartita en el plano nacional. Sugirió que la estructura de EMD de la OIT resulta muy fecunda para efectuar análisis más detenidos de la situación de cada país y fijar el orden de prioridad de los programas de acción. El representante del Gobierno de Indonesia prevé una ayuda de la OIT en cuatro campos: política de creación de empleos, fomento del espíritu empresarial en el trabajo por cuenta propia y la pequeña empresa, estrategia de erradicación de la pobreza y mantenimiento de unas relaciones de trabajo sanas. Los gobiernos aprecian también la labor de la OIT en lo que se refiere a fomentar el intercambio de experiencia en reuniones regionales como ésta. Se hizo igualmente hincapié en la necesidad urgente de intensificar la colaboración con otras instituciones financieras internacionales, en cumplimiento de su mandato.

26. Varios representantes de los empleadores solicitaron la ayuda de la OIT para contrarrestar los efectos sociales negativos de la crisis financiera. El representante de los empleadores de Indonesia requirió la ayuda de la OIT para la promoción del empleo, el perfeccionamiento de los recursos humanos, las relaciones de trabajo y los problemas relacionados con las trabajadoras y el trabajo infantil. El representante de los empleadores de Australia pidió que la OIT ayudara a las organizaciones de empleadores a desarrollarse adecuadamente, con objeto de que puedan contribuir a la formulación de la política económica, promoviendo su viabilidad y el desarrollo económico con una capacidad máxima de creación de empleos. El observador de los empleadores de Bangladesh instó a la OIT y a las instituciones financieras internacionales a elaborar programas regionales de ayuda a los trabajadores migrantes, mediante la promoción de actividades de creación de empleos en sus países de origen.

27. Un gran número de representantes de los trabajadores invitaron a la OIT a aumentar su asistencia técnica a los Estados Miembros con miras a reformar su legislación y sus prácticas laborales. El representante de los trabajadores de Hong Kong (China) pidió a la OIT que creara una estructura para la negociación colectiva y que asesorara sobre el seguro de desempleo. Solicitó asimismo ayuda para la formulación de planes de creación de empleos. El representante de los trabajadores de Indonesia solicitó la ayuda de la OIT para la creación de redes de seguridad social y una política laboral dinámica, a la vez que asesora sobre el fortalecimiento del sistema de relaciones de trabajo.

Diálogo entre las instituciones financieras internacionales
y regionales y los elementos integrantes de la OIT

28. El Director General Adjunto de la OIT responsable de los programas técnicos abrió esta sesión con un resumen de los progresos recientes en las relaciones entre la OIT y las instituciones financieras, que son ahora ya constructivas y confluyentes, si bien subsisten diferencias, porque el mandato de una y otras no es el mismo.

Declaraciones de las instituciones financieras

29. Los representantes del BAD empezaron destacando su evolución en los últimos años, ya que era antes un banco que financiaba principalmente proyectos de infraestructura y es ahora una institución que se interesa por la temática más general del desarrollo y que se aparta hoy del ámbito técnico para ocuparse de la creación de una capacidad y de la política. Al mismo tiempo, no se limita ya al crecimiento económico sino que se afana, entre otras cosas, por la mejora de la condición femenina, la atenuación de la pobreza, el perfeccionamiento de los recursos humanos y la promoción de unas circunstancias propicias. En 1997, la proporción correspondiente a los proyectos sociales y ecológicos pasó a ser de un 56 por ciento de sus actividades, prescindiendo del gran Programa financiero para la República de Corea. Desde los comienzos de la crisis, el BAD ha dado muestras de gran flexibilidad con su contribución a los planes de ayuda de urgencia, entre ellos los dos préstamos para el sector social en Tailandia e Indonesia, destinados a los pobres, los desempleados y otras categorías vulnerables. Esos préstamos contaron con el respaldo de diversas actividades de asistencia técnica como la consistente en reducir el trabajo infantil, en preparación actualmente en Indonesia. El BAD destaca la necesidad de una mejor información y de una percepción más clara de los efectos de la crisis, lo cual podría facilitarse en gran parte con la intervención de las categorías afectadas o vulnerables en la tarea de evaluación y detección del impacto. Por lo mismo, el BAD va a llevar a cabo un proyecto regional de asistencia técnica para el acopio de información sobre el impacto social de la crisis financiera mediante actividades realizadas en colaboración, y coordinará esa labor con el trabajo de análisis efectuado por otros organismos, en particular el Banco Mundial y el sistema de las Naciones Unidas, incluida la OIT.

30. Un representante del FMI precisó que el Fondo no es el causante de la crisis financiera asiática y que sus «recetas» dan resultado cuando se aplican bien y a tiempo. En los programas del FMI no se prevé que los tipos de interés vayan a seguir siendo altos más del tiempo necesario para estabilizar los mercados de divisas. De hecho, los programas establecen una gran flexibilidad fiscal, para que los gobiernos puedan amoldarse a las consecuencias sociales de la crisis. El FMI tiene muy presentes las consideraciones sociales y laborales, pero deja que sean el Banco Mundial y el BAD quienes se encarguen de facilitar los servicios de expertos y los fondos oportunos. El FMI acoge indistintamente todas las opiniones y está dispuesto a colaborar con la OIT y con otras organizaciones representativas del mundo del trabajo en los planos nacional e internacional. En cuanto a la crisis propiamente dicha, el análisis de crisis anteriores ha puesto de manifiesto la fuerte contracción de la producción que trajeron consigo, pero también la posibilidad de restablecerla en un plazo de uno o dos años, siempre y cuando se corrija la fragilidad del sector financiero lo antes posible. La crisis asiática no ha tenido una gran repercusión en el resto del mundo, si bien ejercerá una influencia determinante en el caso de los países exportadores de petróleo.

31. La representante del Banco Mundial afirmó que la prioridad máxima es el restablecimiento del crecimiento económico. Son, pues, indispensables unos programas de reforma macroeconómica, procurando que los sistemas financieros sean sanos y fuertes, habida cuenta del objetivo fundamental que es la atenuación de la pobreza y el progreso social. Procede tomar en consideración los asuntos sociales como parte integrante de esas reformas, como ha sido el caso de los préstamos del Banco Mundial en las circunstancias propias de la crisis asiática. Para el éxito de unas operaciones de préstamo y reformas de política social se requiere un clima de opinión propicio en todo el país y la decidida actuación del gobierno. El Banco Mundial desea facilitar las consultas en el plano nacional. Dadas las consecuencias sociales inmediatas de la crisis, el Banco Mundial se ha centrado en los temas relacionados con el empleo, el mantenimiento de los servicios sociales y los productos esenciales, en particular los alimentos. En lo que atañe a los gastos públicos, no cuenta solamente el nivel presupuestario sino también los tipos de gastos y la forma de facilitar los servicios, en especial los sociales. Procede compaginar esas decisiones urgentes e inmediatas contra la crisis con una acción incesante en toda la gama de los programas de desarrollo social. Más concretamente, la crisis actual ha brindado la oportunidad de replantear la política de protección social y los sistemas de seguro, incluido el régimen de pensiones.

Comentarios de los gobiernos

32. Un participante del Gobierno de Indonesia señaló la importancia creciente de los fondos mutuos en los mercados financieros mundiales y el modesto nivel de sus inversiones en países y compañías. Aludió a las medidas que podría tomar al respecto el FMI. En lo que atañe a los proyectos que recurren a una mano de obra abundante, ponderó su utilidad en el caso de los sectores de la economía que se proponen dedicarse a la exportación.

33. Una participante del Gobierno de Filipinas mencionó la necesidad de una mejor información sobre los efectos de la crisis. Ahora bien, los gobiernos dan una prioridad presupuestaria baja a los estudios de investigación, por lo que se requiere una ayuda de las organizaciones internacionales a este respecto. Como intervienen varias, es indispensable que haya una buena coordinación. Las organizaciones internacionales deben esforzarse también más por coordinar las actividades de préstamo. La oradora recordó que han cambiado las características de los préstamos que concede el Banco Mundial, por cuanto no se refieren ya a proyectos sino a programas y planes de reajuste estructural, sometidos a muy severas condiciones de carácter político. Su propio país se siente reacio a recurrir a los préstamos del Banco Mundial para los proyectos sociales, dado su costo y su poca rentabilidad financiera. Sugirió que en su caso deberían ser préstamos concedidos en condiciones favorables. El FMI se interesa más desde hace unos años por el problema de la pobreza: en vez de centrarse meramente en unos programas estatales de lucha contra ella, se necesita un enfoque más preventivo que relacione este tema con las decisiones referentes a la reforma del sector fiscal.

34. Un participante del Gobierno de Indonesia destacó la necesidad de medidas concretas sobre el desempleo a corto plazo, ya que los trabajadores afectados por la crisis no pueden esperar a que se dé una solución global a los problemas privativos de la economía de un país. Su Gobierno ha organizado un vasto sistema de programas de empleo de gran densidad de mano de obra valiéndose de recursos presupuestarios propios. Detalló las principales características de esos programas, que se llevan a cabo en las zonas urbanas y rurales y en muchas de las forestales del país. Aunque su finalidad principal es crear empleos productivos y duraderos, apuntan también a movilizar a la población local y a las asociaciones populares.

35. Un participante del Gobierno de la República de Corea dijo que en su país preocupa cada vez más el fuerte aumento actual del desempleo, que no se había previsto cuando se decidió el programa del FMI. La prescripción de una política monetaria y fiscal rigurosa es esencialmente la misma que la aplicada por el Fondo en América Latina y en Europa central y oriental. Ahora bien, Asia oriental no estaba en la misma situación, por tener una inflación baja, un presupuesto del Estado sano y un tipo muy diferente de mercado de trabajo. Es necesario entablar un debate que sea profesional y serio, para determinar si la fórmula del FMI es la más acertada. El riesgo de un desempleo crónico y de un crecimiento económico modesto exige un nuevo enfoque para solventar los problemas de la región. Un participante del Gobierno de Tailandia puso en tela de juicio la razón de ser y el origen del requisito de un excedente presupuestario, fijado por el FMI, señalando las reducciones que había traído consigo y la decisión ulterior del Fondo de permitir un déficit de un 1 o un 1,5 ciento del PIB.

Comentarios de los representantes de los empleadores

36. El portavoz de los empleadores felicitó a las instituciones financieras internacionales por su rápida reacción ante la crisis, que permitió contenerla en algunos países e invertirla en otros. A causa de su intensidad, las instituciones tuvieron que tomar en consideración factores sociales y consultar hasta cierto punto a las organizaciones de empleadores. El orador abogó por una mayor intervención en el futuro de los interlocutores sociales en la formulación de la política, lo cual resultará más fácil si las instituciones financieras aceptan la intervención de la OIT. Habría que consultar en particular a las organizaciones de empleadores en asuntos de interés social, ya que hace falta un crecimiento económico basado en el restablecimiento de la rentabilidad de las empresas para dar una solución duradera a la crisis.

Comentarios de los representantes de los trabajadores

37. Varios representantes de los trabajadores instaron a las instituciones financieras internacionales a consultar a sus organizaciones para superar la crisis, dado el fuerte impacto social de las medidas de austeridad que recomiendan. El portavoz de los trabajadores insistió en que el tripartismo bien entendido es el mejor dispositivo existente para dar una solución constructiva a los problemas derivados de la crisis, incluidas las nuevas modalidades de empleo, y contrapesar el deseo de conseguir un puesto de trabajo y la seguridad del empleo con la exigencia de la flexibilidad para satisfacer las nuevas condiciones del mercado. Propuso que la OIT y las instituciones financieras se dedicaran más activamente a la promoción del tripartismo, por considerarlo indispensable para un reajuste sólido y duradero. El representante de los trabajadores de Tailandia sugirió que las instituciones financieras especificaran el tipo de asociación social inherente a cada programa social, y preguntó si podían exigir la inclusión de objetivos sociales como, por ejemplo, la reducción de las desigualdades en materia de distribución de los ingresos, en los proyectos que financian.

38. En relación con el acuerdo tripartito firmado últimamente, y rechazado por la mayoría de sus afiliados, un representante de la Federación Coreana de Sindicatos destacó la necesidad de establecer un clima de confianza entre los interlocutores sociales. El observador de los trabajadores del Reino Unido preguntó si no podría aprovecharse, parcial y conjuntamente con la OIT, la ayuda de las instituciones financieras internacionales para reforzar el tripartismo y consolidar a los interlocutores sociales, ya que se trata de requisitos previos para superar la crisis. Tiene que haber además unas relaciones de trabajo sólidas para poder introducir los reajustes necesarios a largo plazo.

39. Los representantes de los trabajadores se declararon preocupados por el impacto social de los programas y medidas adoptados en concordancia con lo recomendado por las instituciones financieras. Por ejemplo, el representante de los trabajadores de Filipinas preguntó lo qué opinaban de la cláusula social, las normas del trabajo fundamentales, el impuesto Tobin que se propone y el sistema chileno de restricción del capital extranjero a corto plazo. Un observador de los trabajadores preguntó si las instituciones financieras habían mencionado las normas del trabajo en sus negociaciones con gobiernos de la región. El portavoz de los trabajadores preguntó si las instituciones financieras internacionales estaban dispuestas a apoyar los esfuerzos de las organizaciones de trabajadores por mejorar la protección social. El representante de los trabajadores de Tailandia preguntó si las medidas recomendadas por el FMI -- la privatización de las empresas estatales, verbigracia -- iban a mejorar realmente su funcionamiento. El representante de los trabajadores de Indonesia se refirió a la aportación del FMI a su país, que era complicada y se llevaba a cabo lentamente, por lo que propugnó una acción rápida, habida cuenta de la ingente desaparición de puestos de trabajo y la necesidad de proporcionar una readaptación profesional a los trabajadores. El representante de los trabajadores de Filipinas aludió a la inexistencia de una reglamentación adecuada de los flujos financieros internacionales.

Respuesta de las instituciones financieras

40. En respuesta a los diversos puntos de vista expresados, los representantes del FMI abundaron en destacar la importancia dada a las normas del trabajo fundamentales, como se ha plasmado cabalmente en el acuerdo tripartito de enero de 1998 en la República de Corea. El FMI aplaude los principios que se enuncian en esas normas, pero no tiene una misión específica al respecto, y hay una división clara de atribuciones entre los distintos organismos internacionales. El FMI se interesa muy especialmente por la política fiscal y las medidas que procede evitar cuando favorecen a los ricos más que a los pobres. En cuanto al «modelo asiático», tiene aspectos muy positivos como el de elevar al máximo los beneficios y la movilización de fondos de inversión, y fallos como el nepotismo, y el modo de entender la contabilidad o la gestión, que no concuerdan con las normas internacionales y no evolucionan ciertamente en consonancia con las exigencias actuales del mercado.

41. La representante del Banco Mundial destacó la necesidad de adelantarse a la evolución futura del mercado de trabajo. Se podría vincular más que antes la educación con la formación. Hay de hecho un problema de obtención de información, evitando al mismo tiempo los traslapos. Procede explotar fuentes de información no tradicionales, y a este respecto el Banco Mundial ha logrado ciertos progresos en Filipinas y Tailandia. Es igualmente preciso incitar a los gobiernos a tener plenamente en cuenta la rentabilidad de inversiones en sectores como la educación, la sanidad y la creación de una capacidad, con respecto a los cuales escasea la información. Al mismo tiempo, es posible mejorar la coordinación entre las diferentes organizaciones internacionales que se dedican a acopiar información. En lo que se refiere a las normas internacionales del trabajo de la OIT, el Banco Mundial reconoce y apoya su valor moral y su defensa de los derechos humanos, y no aprueba las prácticas que dañan a los niños, las mujeres o los pobres con medidas de discriminación o de coacción. El Banco Mundial afirma que la aplicación y cumplimiento de las normas internacionales es una prerrogativa de la OIT en la que no debe inmiscuirse. En cuanto a otras normas internacionales del trabajo, hay que juzgarlas en función de las condiciones económicas, sociales y legislativas del país. El Banco Mundial busca siempre el modo de llevar a la práctica unas disposiciones políticas que favorezcan a los pobres. Aunque en su Constitución se alude a la elevación de las normas de trabajo, se entiende con ello el resultado derivado de la consecución de los objetivos, y no se trata de una finalidad por derecho propio. En determinados casos, el Banco Mundial puede aspirar a llegar a acuerdos específicos en materia de normas, pero solamente con el apoyo del gobierno y únicamente en la medida en que el incumplimiento de las normas menoscabe la consecución de los objetivos de desarrollo de sus proyectos o programas.

42. El representante del BAD reconoció la necesidad de intensificar los contactos con las organizaciones no gubernamentales, incluidos los sindicatos, en lo que se ha progresado últimamente en Tailandia. Por tener una misión muy amplia en varios frentes del desarrollo, el Banco ha de colaborar con muy diversas organizaciones no gubernamentales, lo cual no implica una marginalización de los contactos con los sindicatos en relación con el empleo. El BAD ha optado por el principio de la coparticipación social con las organizaciones no gubernamentales en su política de cooperación recientemente revisada con ellas, que abarca la formulación de una política, la programación, la concepción de proyectos y la evaluación. Se han implantado formas más exactas de colaboración mediante consultas, para cada proyecto. A pesar de los progresos logrados, el BAD ha observado algunas imperfecciones y fallos del modelo asiático, que han desembocado en desigualdades crecientes en algunos países, con lo que se descuida a muchas categorías vulnerables, entre ellas las mujeres y las poblaciones indígenas. Esto ha acarreado asimismo un deterioro del medio ambiente en las megaciudades. En cuanto a las normas del trabajo fundamentales, ha quedado terminado hace poco un estudio preparatorio para ponderar los sectores en los que podría actuar el BAD en el futuro, a la vez que reconoce que las normas del trabajo incumben a la OIT.

Debate técnico

Política de empleo

43. Los representantes de los gobiernos y de las organizaciones de empleadores y de trabajadores estuvieron, en general, de acuerdo en la necesidad de reforzar la política de empleo para amortiguar el impacto de la crisis. Se expresaron, sin embargo, puntos de vista divergentes sobre las medidas que procede realmente adoptar. Según los representantes de los empleadores, la política de empleo debe entenderse desde una perspectiva a largo plazo. Los puestos de trabajo los crean esencialmente empresas del sector privado, y sólo se puede mantener el empleo a la larga gracias a un desarrollo persistente de las empresas. Los empleadores mencionaron una serie de medidas indispensable para la creación de puestos de trabajo en la presente crisis. El representante de los empleadores de la República de Corea aseguró que a este respecto tan importantes son las medidas relacionadas con la demanda como con la oferta. En la vertiente de la oferta son fundamentales la política laboral, el perfeccionamiento de los recursos humanos al servicio de la industria y la existencia de unos servicios de empleo eficaces. En la vertiente de la demanda, es indispensable que haya un ambiente acogedor para las empresas. Revisten especial importancia una política macroeconómica favorable, unos mercados de trabajo flexibles y una buena gestión. El representante de los empleadores de Bangladesh destacó la necesidad de unos servicios e incentivos ofrecidos por el Gobierno, una cooperación tripartita y unos mercados de trabajo liberalizados y flexibles en un momento de reestructuración de las empresas y de elevación de la competitividad mientras dura la crisis.

44. El representante de los trabajadores de Malasia estimó que las medidas propugnadas en el informe técnico de la OIT constituyen una base sólida para la política de empleo: programas coherentes de formación y readaptación profesionales, buenos servicios de empleo, redes de seguridad y programas especiales para las regiones y las categorías más modestas, y perfeccionamiento de los recursos humanos. Cabe resaltar la urgencia de formular una política de empleo más dinámica y de establecer una estructura institucional para el mercado de trabajo, con objeto de proporcionar a los trabajadores la competencia profesional necesaria para amoldarse a las exigencias de la nueva situación del mercado en una economía que se mundializa. A los representantes de los trabajadores les preocupa la calidad del empleo. El representante de los trabajadores de Filipinas detalló las condiciones de trabajo insatisfactorias de los trabajadores en las zonas económicas especiales y francas de Filipinas, la mayoría de los cuales son mujeres. Los planificadores económicos no tienen todavía en cuenta la dimensión social y la relacionada con el sexo en el sector no estructurado y el trabajo a domicilio, y la vulnerabilidad particular de esos trabajadores. Es también evidente la situación vulnerable de los trabajadores inmigrados. El representante de los trabajadores de Malasia encomió las propuestas de la OIT referentes a una buena administración de la mano de obra inmigrada. La observadora de la CIOSL-ORAP señaló la necesidad de explorar métodos innovadores de creación y mantenimiento de puestos de trabajo. Aludió a la posibilidad se subvencionar el empleo en el caso de las empresas a las que les resulte difícil conservar a su personal. Una reordenación de las horas de trabajo permitiría dar empleo a un mayor número de trabajadores.

45. Se habló también de la relación existente entre la estrategia general de desarrollo y la política de empleo. La representante del Gobierno de Filipinas se refirió a la necesidad de tener presente el potencial de los sectores agrícola y rural para la creación de empleos. Las instituciones financieras internacionales deberían ser más flexibles en sus préstamos a los servicios sociales y los sectores que elevan la productividad a la larga. Expresó igualmente sus reservas a propósito del modelo de Asia oriental en materia de desarrollo de las exportaciones, basado en una utilización intensiva de mano de obra. El representante del Consejo Nacional de Desarrollo Económico y Social de Tailandia calificó de fallo grave la inexistencia de una información adecuada sobre el mercado de trabajo y la escasez de personal capacitado a efectos de la planificación del empleo.

46. Todos los participantes aludieron a la función de la OIT en lo tocante a ayudar a los países de la región en su política de empleo. El representante de los empleadores de la República de Corea sugirió que la OIT asignara más recursos a los planes de desarrollo de las empresas en su programa de trabajo. Invitó asimismo a la Oficina Regional para Asia y el Pacífico a acopiar y difundir información sobre las prácticas óptimas y la experiencia adquirida en relación con el desarrollo de las empresas. El representante de los trabajadores de Malasia señaló que podrían conseguirse buenos resultados gracias a los diferentes servicios consultivos de la OIT, mencionados en el documento de sala I, lo cual podría vincularse a unas medidas de apoyo a la adaptación del empleo, facilitada a los distintos países por las instituciones financieras internacionales. El representante del Consejo Nacional de Desarrollo Económico y Social de Tailandia pidió a la OIT que prestara ayuda con miras a la formación de planificadores del empleo y a la mejora de la información relativa al mercado de trabajo.

Las empresas y la creación de empleos

47. Tanto los interlocutores sociales como los gobiernos consideraron que el desarrollo de las empresas y la creación de empleos es indispensable para el crecimiento económico y como modo de contribuir a salir de la crisis financiera. Los representantes de los trabajadores convinieron en la necesidad de reformar la legislación laboral, para que resulte más sencilla y fácil de aplicar, pero no les parecía que un ambiente económico propicio exija la liberalización total del mercado de trabajo. El representante de los trabajadores de Malasia hizo hincapié en la relación esencial entre los trabajadores y los empleadores, e insistió en que el entorno económico general, incluida la legislación laboral, es un elemento clave para crear y mantener empleos. Destacó igualmente que la negociación colectiva constituye un medio flexible y menos oneroso de reglamentar las relaciones de trabajo. Insistió también en que los trabajadores que no están protegidos por convenios colectivos necesitan la protección que deparan las leyes del trabajo. Añadió que un país no puede liquidar las leyes relativas a la seguridad del empleo sin proteger a los trabajadores contra el despido arbitrario en momentos de recesión. El representante de los trabajadores de Malasia manifestó asimismo que los trabajadores respaldan el sistema de la OIT en materia de programas de infraestructura de obras públicas de gran densidad de mano de obra, pero el tema de los salarios y las prestaciones sociales debe examinarse cuidadosa y conjuntamente con el movimiento sindical.

48. La observadora de la CIOSL-ORAP habló de la función de las empresas multinacionales en la creación de empleos. Señaló que los trabajadores tienen una experiencia a la vez buena y mala de dichas empresas, que son muy poderosas y pueden influir en los gobiernos amenazando con trasladarse a otro país si no se les ofrecen incentivos adecuados. Destacó igualmente la necesidad de unas redes de seguridad social para los trabajadores en muchos países asiáticos. Añadió que ha dejado de ser viable colmar el anhelo de las familias de contar con una red de seguridad. Manifestó que el empleo es cada vez más precario, como lo pone de manifiesto el número creciente de trabajadores a domicilio y de niños que trabajan. Insistió en que esas categorías quedan al margen de la protección de la legislación vigente. La observadora de la CIOSL-ORAP destacó que en los programas de creación de empleos se debe tener en cuenta la calidad de los puestos de trabajo creados, al igual que su cantidad.

49. Los representantes de los empleadores manifestaron que una legislación laboral y unos mercados de trabajo flexibles son un elemento indispensable de los planes de creación de empleos y para el desarrollo de las empresas. El representante de los empleadores de la República de Corea previno contra un apoyo excesivo otorgado a las personas sin empleo y a quienes están a punto de perder su puesto de trabajo, por estimar que tales intervenciones podrían coartar la reestructuración de la economía y desembocar en un déficit fiscal crónico. Señaló que unos programas de breve duración para los trabajadores despedidos no aportarían sino una atenuación pasajera del desempleo. Explicó el caso de los Estados Unidos, que han conseguido crear diez millones de puestos de trabajo mientras se despedía hasta a nueve millones a causa de la reducción de plantillas de las empresas estadounidenses. Con este ejemplo quiso destacar el fuerte apoyo de dicho país, incluida la concesión de incentivos fiscales y financieros, a la creación de empresas pequeñas y medianas. El representante de los empleadores de Filipinas destacó que las medidas de creación de empleos tienen que ser flexibles y al servicio del mercado, y respaldar el perfeccionamiento de los recursos humanos, incitando a los trabajadores a readaptarse profesionalmente y a los empleadores a organizar programas apropiados de formación. El Gobierno debe estudiar asimismo una serie de medidas políticas que faciliten las posibilidades de formación de los trabajadores. Como las empresas aportan mucho a la recuperación económica, la política oficial debería fomentar las inversiones directas extranjeras y la creación de pequeñas empresas. El Gobierno debería también formular programas de formación profesional para los trabajadores por cuenta propia. El representante de los empleadores de Filipinas mencionó la aportación del Programa para Asia y el Pacífico de Desarrollo de las Calificaciones Profesionales (APSDEP) de la OIT al perfeccionamiento de los recursos humanos en la región, pero destacó que el programa debería pasar a ser plenamente tripartito. Sugirió que se ampliara el APSDEP en función del impacto de la mundialización y de la competitividad internacional. Expresó el apoyo de los empleadores a la recomendación de la OIT propuesta sobre la creación de empleos en las empresas pequeñas y medianas, que ha de examinarse en la Conferencia Internacional del Trabajo de 1998.

50. El observador gubernamental del Consejo Nacional de Desarrollo Económico y Social de Tailandia mencionó la necesidad de que los distintos países mejoren y desarrollen el sector agrícola como modo de crear empleo en las zonas rurales. Apoyó esta tesis el representante del Ministerio de Planificación de Indonesia, el cual detalló la política del Gobierno de su país en lo tocante a los proyectos de obras públicas de gran densidad de mano de obra que, a su juicio, ofrecen oportunidades de crear rápidamente puestos de trabajo en un momento de recesión. Insistió en que se está pasando del fomento de la densidad de capital a unas medidas centradas en los recursos humanos. Concluyó diciendo que el problema más arduo que tienen pendientes muchos países afectados por la crisis financiera es la creación de empleos productivos y duraderos.

La protección social

51. A modo de introducción, el portavoz de los empleadores expuso la necesidad de distinguir entre las redes de seguridad social -- que suelen designar la ayuda de urgencia, sobre todo en una situación de crisis -- y la protección social, que engloba a las instituciones más estables, por ejemplo los planes de seguro de desempleo. Siempre que es posible, los empleadores prefieren no despedir trabajadores, porque resulta oneroso y lleva tiempo contratar y formar a un nuevo personal cuando se recupera la economía. Son partidarios de unas medidas de ayuda a los trabajadores que pierden su empleo, debiendo ser el Estado el que tome la iniciativa de facilitar la ayuda necesaria. Están igualmente dispuestos a respaldar los planes de obras públicas con miras a crear puestos de trabajo allí donde prevalece el desempleo. El momento más indicado para crear sistemas de protección social es cuando las condiciones económicas son buenas, si bien es también entonces cuando los empleadores y los trabajadores propenden a olvidar que tales decisiones resultan indispensables. En momentos de recesión es casi imposible establecer un sistema de protección social. El orador discrepó de lo que se dice en el párrafo 46 del documento de sala I, donde se habla de la necesidad de salvaguardar y, cuando sea posible, mejorar la protección de los trabajadores en esas ocasiones y en ciertas zonas. Se mostró, en cambio de acuerdo con el párrafo 42, que destaca la necesidad de una buena planificación del seguro de desempleo y otros planes de protección social, los cuales han de ser factibles y no recortar la competitividad o los incentivos laborales. A juzgar por la experiencia adquirida, los interlocutores sociales deberían concebir planes de protección social en cuanto mejore la situación económica, con objeto de estar mejor preparados para la recesión siguiente.

52. El portavoz de los trabajadores declaró que la protección social y la creación de empleos son elementos indisociables para asegurar el bienestar de los trabajadores. La OIT debería adoptar un enfoque más coordinado para reducir los problemas de protección social en los países en desarrollo y tener muy presente las necesidades de los trabajadores, entre ellas la asistencia médica, las pensiones y las prestaciones de desempleo. En cuanto a los planes establecidos en la República de Corea, dijo que otros países de la región deberían pasar del sistema de fondos de previsión, que ofrece una protección muy limitada, a otro más completo de protección social. Deberían atender las necesidades no solamente de los trabajadores sino también de las personas a su cargo. La protección social debería amparar también a los trabajadores de las empresas pequeñas y medianas y a los del sector no estructurado, que suelen quedar excluidos de los regímenes existentes. Algo similar expresó un representante de los trabajadores del Japón al referirse al modo en que se había mejorado la protección social en la República de Corea gracias al diálogo con los interlocutores sociales. Destacó la gran utilidad de la ayuda que presta la OIT en materia de protección social y propuso que se proporcionaran más recursos con tal fin a la Oficina Regional para Asia y el Pacífico. Un representante de los trabajadores de Filipinas respaldó los intentos de crear un seguro de desempleo y mencionó los esfuerzos de los sindicatos de su país por proporcionar prestaciones sociales a sus afiliados. Por último, la observadora de la CIOSL-ORAP se refirió a las deficiencias de los planes en ciertos países, que en la práctica no satisfacían las necesidades de los trabajadores.

53. El representante del Gobierno de la República de Corea expuso el sistema de protección social existente en su país, por ejemplo la ayuda social a los pobres que no pueden trabajar, así como el seguro de desempleo para los trabajadores desplazados. De hecho, menos de la cuarta parte de los desempleados perciben prestaciones de desempleo y se están tomando otras medidas para ayudar a los demás. Citó los esfuerzos que despliegan los trabajadores y los empleadores para reducir lo más posible el desempleo, verbigracia aceptando una reducción de las horas de trabajo y de los salarios. La representante del Gobierno de Filipinas sugirió que en las recomendaciones sobre la protección social se tuvieran en cuenta las condiciones propias de cada país. Es preciso efectuar unos estudios actuariales minuciosos para determinar la posibilidad de mantener un régimen de seguro de desempleo, sobre todo en un país en el cual es muy grande el número de desempleados. Su propio Gobierno duda de que sea factible. Otros gobiernos expresaron sus reservas en el caso de otras recomendaciones, en relación por ejemplo con las pensiones básicas y el paso de un sistema de fondos de previsión a un régimen de seguridad social. Habría que contrastar la necesidad de disponer de pensiones básicas con otras prioridades como la asistencia médica y la educación. La oradora propuso que la OIT explicara más claramente lo que entiende por «protección social adecuada», y defendió a los gobiernos de los que se dice que han descuidado este campo de acción política: nadie había sido capaz de predecir la gravedad de la crisis, y en todo caso es difícil adoptar medidas de financiación adecuadas en un país en desarrollo.

El tripartismo, las normas internacionales
del trabajo y las relaciones de trabajo

54. Todos los elementos tripartitos consideran que el tripartismo es fundamental para dar una solución adecuada a la crisis económica y para la aplicación de las medidas de reforma estructural necesarias en el caso de los países que tienen que recuperarse. Se convino asimismo en que procede reforzar el tripartismo en la mayoría de los países de la región. A juicio del portavoz de los empleadores, la debilidad del diálogo social recorta las posibilidades de salir de la crisis económica, y abogó por la consolidación de las instituciones laborales. Tanto las organizaciones de empleadores como las de trabajadores tienen que adaptarse a los cambios acaecidos y reconocer su obligación de aceptar una política salarial que concuerde con la nueva situación económica. El representante de los empleadores de la República de Corea mencionó la comisión tripartita coreana, de reciente creación a raíz de las operaciones de socorro del FMI, que contribuyó a superar la crisis de divisas y decidió una serie de medidas inherentes a una reforma estructural fundamental, para conseguir que la economía sea más transparente, abierta y orientada hacia el mercado.

55. El portavoz de los trabajadores instó a que se perfeccionaran los dispositivos tripartitos existentes, con objeto de lograr la participación de los empleadores y de los trabajadores en un plano de igualdad, junto con el Gobierno. En un buen tripartismo son esenciales la confianza mutua, la transparencia y la responsabilidad social. A juicio del representante de los trabajadores de Tailandia, el tripartismo es débil en casi todos los países de la región asiática, y citó el caso del Japón y de Singapur como países en los que está sólidamente asentado. El representante de los trabajadores de Singapur aludió al dispositivo tripartito de su país, que le ha permitido llegar a una situación de pleno empleo en menos de 20 años, y que se ha reforzado últimamente para amoldarse a la situación en el siglo XXI mediante la creación de la Comisión económica tripartita, el Comité de reducción de plantillas, el Comité de reincorporación al trabajo y el Programa de readaptación profesional. Una consulta tripartita ayudaría a llevar a cabo las operaciones de socorro de las instituciones financieras internacionales y a que se tomaran en consideración los intereses de los trabajadores al ejecutar tales programas. La observadora de la CIOSL-ORAP manifestó que, aunque pueda haber sistemas de negociación colectiva respaldados por la legislación, su cumplimiento resulta inadecuado en muchos países, y solamente una pequeña proporción de trabajadores de ciertos sectores quedan amparados por los convenios firmados.

56. El representante del Gobierno de la República de Corea destacó la importancia de la cooperación tripartita cuando hay que ponerse de acuerdo sobre unas reformas estructurales fecundas y duraderas y llevarlas a la práctica, aun reconociendo que la actual estructura tripartita de su país sigue siendo frágil y debe reforzarse. Procede consolidar, en particular, las organizaciones de trabajadores, para que puedan mantener el diálogo social a la vez que atienden los deseos de sus miembros. El representante del Gobierno de Hong Kong (China) expuso el sistema de negociación colectiva existente y la voluntad de aplicar el Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, 1949 (núm. 98) de la OIT. Suele haber una negociación colectiva entre los empleadores y los trabajadores, y el Ministerio de Trabajo contribuye a ello en caso necesario, y piensa reforzar su facultad de promover la negociación voluntaria y la cooperación en el lugar de trabajo, y podría recabar un asesoramiento de la OIT sobre el particular.

57. El portavoz de los empleadores invitó a los gobiernos a suministrar a los elementos del sector privado información al día, con objeto de que puedan intervenir eficazmente en el quehacer tripartito. La representante del Gobierno de Filipinas recalcó la necesidad de disponer de información exacta para que los sindicatos puedan intervenir plenamente. Aunque los representantes de los empleadores, de los trabajadores y de los gobiernos están de acuerdo en la importancia del tripartismo, se observan discrepancias de opinión en relación con los métodos tripartitos óptimos. A juicio del portavoz de los empleadores, es preferible que sea voluntario, ya que un exceso de legalismo recortaría la eficacia de los dispositivos tripartitos. En el Japón, el mecanismo de negociación colectiva al que se recurre con el respaldo de una «ofensiva de primavera» en todo el país, en la que intervienen todos los trabajadores, es un ejemplo fecundo de dispositivo voluntario. Pidió asimismo que se hiciera más hincapié en el bipartismo que en el tripartismo en los momentos de crisis financiera. El representante de los trabajadores de Tailandia manifestó que se facilitaría el tripartismo si el Gobierno promoviera el derecho de los trabajadores a sindicarse gracias a la promulgación de una legislación apropiada. Abogó por la libre gestación de dispositivos tripartitos, con una representación en un plano de igualdad de los trabajadores, los empleadores y el Gobierno. A juicio del representante de los trabajadores del Japón, la fuerza que impulse el diálogo social sólo puede venir de las normas fundamentales del trabajo. Lamentó que no haya muchas ratificaciones de esos convenios por los países asiáticos. El portavoz de los trabajadores pidió a los Estados Miembros de la OIT que ratificaran los siete convenios.

Sesión de clausura

58. La Reunión adoptó las Conclusiones preparadas por un Grupo de Trabajo (véase el anexo).

59. El Presidente de la Reunión, Sr. Dato' Zainol Abidin bin Abd. Rashid, presidió la sesión de clausura. En sus observaciones finales, la Sra. Horiuchi, Directora General Adjunta responsable de las actividades de la OIT en Asia y el Pacífico dio las gracias al Primer Ministro y al Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales de Tailandia por su presencia en la Reunión, así como a todos los participantes. Un buen número de oradores habían comentado la tempestividad de la misma y la importancia de reunir a todos los elementos tripartitos de la OIT con quienes planifican el desarrollo nacional y los representantes del BAD, el FMI y el Banco Mundial. Las conclusiones orientarán a la OIT en su cooperación con los países en crisis, inmediatamente y a largo plazo. La crisis brinda la oportunidad de progresar en ciertos campos, y ha engendrado el deseo general de que cuajen en la realidad los ideales de la OIT: democracia, transparencia y buena gobernación, diálogo entre todos los elementos de la sociedad y entre las instituciones nacionales y las internacionales, y desarrollo duradero y justo, en consonancia con las normas internacionales del trabajo. El afán central de la Reunión había sido la seguridad del empleo y la adopción de medidas encaminadas a prevenir la eliminación de puestos de trabajo y a proteger a los trabajadores. Se ha estado en general de acuerdo en la interdependencia de la estabilidad económica y la social y en el cometido de los empleadores y de los trabajadores en la reestructuración de las economías. La OIT continuará ciertamente facilitando el acceso a la experiencia adquirida y a otras posibilidades y prácticas óptimas. La Reunión había reafirmado la función indispensable del tripartismo como factor estabilizador en la sociedad, y la OIT seguirá promoviendo y respaldando las respuestas tripartitas a la crisis, según lo indicado en las conclusiones de la Reunión Regional Asiática. La Reunión presente ha sido un importante encuentro económico entre los interlocutores sociales y las instituciones financieras multilaterales, que han intensificado sus esfuerzos por dar una dimensión social a su política y a sus programas. La oradora agradeció muy especialmente a los representantes del BAD, del FMI y del Banco Mundial su interés y decidida participación, así como su comprensión del cometido especial de la OIT, en particular en lo que se refiere a las normas internacionales del trabajo.

60. El Vicepresidente de los empleadores destacó la importancia de la Reunión y felicitó a la OIT por la calidad de su informe técnico. La interacción con los representantes del BAD, del FMI y del Banco Mundial había resultado sumamente útil. Expresó el deseo de que se presentaran las conclusiones y soluciones formuladas a los gobiernos correspondientes, para la adopción de las medidas oportunas, y que el Consejo de Administración de la OIT pidiera al Director General que tomara decisiones inmediatas.

61. En nombre del Vicepresidente de los trabajadores, el representante de los trabajadores de Filipinas afirmó que la Reunión había deparado la oportunidad de recibir información directa de las instituciones financieras multilaterales sobre las causas y las consecuencias de la crisis. En el debate se había puesto de manifiesto la preeminencia del tripartismo como clave para todo progreso general y constatado que ni los gobiernos ni los empleadores ni los trabajadores puedan actuar exclusivamente por su cuenta. La Reunión había formulado soluciones, aceptables para todos, a los problemas de los trabajadores, y sus representantes habían reiterado su firme propósito de defender más enérgicamente su causa. El orador expresó la esperanza de que se lleven a la práctica las soluciones esbozadas en las conclusiones de la Reunión.

62. En su discurso de clausura, el Sr. T. Suwankiri, Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales de Tailandia, detalló las consecuencias de la crisis financiera asiática para el mercado de trabajo de su país, así como las medidas adoptadas para superarla, que eran tanto económicas como sociales. Pidió a los distintos países que tuvieran presente que, en la actual economía mundial, la acción nacional ha de quedar complementada por una solidaridad regional y una cooperación internacional. Los países de Asia oriental y sudoriental han constatado que la crisis en un país ha repercutido inmediatamente en otros de la región, así como en el resto del mundo. Precisó que los conceptos fundamentales del tripartismo y de unas buenas relaciones de trabajo, de la OIT, concuerdan con la orientación del desarrollo al servicio del pueblo en Tailandia. Es necesario que las políticas social y laboral complementen la reestructuración económica y respalden la creación de un mayor número de puestos de trabajo. Concluyó señalando que los problemas pendientes son ingentes, pero que la crisis brinda también la oportunidad de concebir de otro modo la estabilidad económica y unas prestaciones sociales para todos. Procede tomar unas medidas prácticas que refuercen sensiblemente la cooperación regional, según lo que se propone en las conclusiones de la Reunión, lo cual puede contribuir poderosamente a superar la crisis. Es preciso plasmar ahora los frutos de esta Reunión en actividades y programas prácticos. Pidió a la OIT que intensificara su apoyo a este respecto y al Banco Mundial que aumentara con tal fin su contribución.

63. El Consejo de Administración estimará quizás oportuno tomar nota de las conclusiones adoptadas por la Reunión, que figuran en el apéndice.

Ginebra, 5 de junio de 1998.

Punto que requiere decisión: párrafo 63.


Anexo

Reunión de alto nivel sobre las respuestas
sociales a la crisis financiera en los países
de Asia oriental y sudoriental
(Bangkok, 22 y 24 de abril de 1998)

Conclusiones presentadas por el Grupo de Trabajo

A petición de la duodécima Reunión Regional Asiática (Bangkok, 9-11 de diciembre de 1997), la Organización Internacional del Trabajo convocó una Reunión de alto nivel sobre las respuestas sociales a la crisis financiera en los países de Asia oriental y sudoriental, que se celebró en Bangkok, del 22 al 24 de abril de 1998. La Reunión adoptó las siguientes conclusiones:

1. La Reunión acogió con satisfacción la iniciativa de la OIT de organizarla y de preparar el informe básico para ella. Se mostró preocupada por el empeoramiento de las condiciones laborales y sociales en algunos países. Agradeció asimismo la oportunidad de entablar un diálogo con representantes del FMI, el Banco Mundial y el BAD en relación con la crisis financiera.

Consideraciones generales

2. La crisis monetaria y financiera en Asia oriental y sudoriental ha acarreado un grave recorte del crecimiento del PIB en los países más afectados, en los cuales han aumentado rápida y considerablemente el desempleo, el subempleo y la pobreza, en proporciones sin precedentes en los últimos decenios. Esta calamidad es tanto más grave por cuanto era totalmente imprevisible después de decenios de fuerte progreso ininterrumpido de la producción y del empleo, y porque se produjo en el contexto de unos sistemas relativamente poco desarrollados de protección social en algunos países.

3. La crisis se debió a varios factores. La debilidad del sistema financiero internacional desorbitó la envergadura y los efectos contagiosos de la crisis financiera y monetaria, provocada por una acumulación de fallos de la política macroeconómica nacional. Entre ellos sobresalen la política económica y el sistema financiero, que engendraron unos niveles insostenibles de endeudamiento externo del sector privado. Agravó todo ello la falta de transparencia de la gestión económica y empresarial, que trajo consigo una reasignación muy deficiente de los recursos.

4. Se requieren, pues, unos programas y una política apropiados de reforma estructural y cambio institucional, con miras a volver a un crecimiento económico estable. Sólo es posible encontrar una solución duradera a los problemas sociales cuando hay un crecimiento económico perdurable. Un elemento importante de esta reforma implicará la corrección de las deficiencias de orden político e institucional, cuando proceda. Habrá que procurar también esforzarse más por la adopción de las decisiones necesarias para crear una reglamentación apropiada de los sistemas financieros y mejorar la gestión empresarial y el funcionamiento de los mercados. Conviene destacar que únicamente en unos mercados no deformados y que operen debidamente surgirán y prosperarán nuevas empresas, lo cual es indispensable para un buen crecimiento económico y la creación de empleos duraderos.

5. Semejante reforma puede sentar las bases para la formulación de unas políticas económica y social justas y eficaces. Esto es especialmente cierto en el caso del desarrollo en ciertos países de unos sistemas adecuados de protección social, los cuales son indispensables para solventar el problema de la reestructuración económica y prevenir posibles crisis futuras. En tal sentido, el respeto de las normas internacionales del trabajo básicas proporciona las condiciones fundamentales para que unas organizaciones independientes, fuertes y representativas de trabajadores y de empleadores establezcan una asociación social productiva. La Reunión reitera el llamamiento de la duodécima Reunión Regional Asiática a los países de la región para que respondan a la campaña del Director General en pro de la ratificación de las normas internacionales del trabajo básicas.

6. Es necesario consolidar la protección social, y especialmente desarrollar y extender los dispositivos de protección social básica a los sectores de la población activa que no están hoy protegidos, y ampliar los regímenes que entrañan un seguro de desempleo y unas pensiones mínimas básicas, cuando proceda, en función de la situación imperante en cada país. Para mitigar el impacto social de la crisis económica, se requieren unas medidas pasajeras apropiadas, por ejemplo unos programas de creación de empleos directos, y otras que faciliten un nuevo empleo a los trabajadores desplazados. Con tal fin resulta esencial la ayuda de la OIT.

7. Esas medidas, destinadas a aliviar las tensiones, deben ir acompañadas del firme propósito de reducir al mínimo todo aumento futuro del desempleo mientras dure la recesión económica. A este respecto, procede aplicar enérgicamente una política económica y promover la cooperación entre los trabajadores y las direcciones de empresa, con objeto de salvar los puestos de trabajo y las empresas económicamente viables.

8. En lo que atañe a todas esas prioridades políticas inmediatas, incumbe una función indispensable al diálogo tripartito y a la cooperación en el plano nacional. Se trata del medio necesario para repartir equitativamente la carga del reajuste, movilizar el amplio apoyo social que es esencial para una buena ejecución de los programas y promover unas soluciones armoniosas, que redunden en beneficio de todos y contribuyan a resolver unos problemas económicos acuciantes.

9. Una cooperación internacional más estrecha, especialmente en el plano regional, facilitará considerablemente la consecución de los objetivos de tales reformas. La cooperación puede engendrar además otros beneficios para todos, como la expansión de unos y otros mercados. Es necesario que los países comuniquen información de un modo más amplio y tempestivo, ya que con ello podrán reaccionar rápidamente a toda situación adversa tanto el gobierno como los interlocutores sociales.

10. Análogamente, una mayor colaboración entre la OIT y las instituciones financieras internacionales y regionales contribuirá al fortalecimiento de la dimensión social de los programas de reajuste económico. En particular, unas consultas más directas entre los interlocutores sociales y las instituciones financieras en lo tocante a la concepción y la ejecución de los programas de reajuste económico fortalecerá el apoyo social a los mismos, con lo que mejorarán sensiblemente las perspectivas de buena realización. Debería fomentarse también la función de los interlocutores sociales en relación con otros organismos internacionales que intervienen en programas de reajuste económico. La Reunión invitó al FMI, el Banco Mundial, el BAD y la OIT a intensificar su cooperación en la concepción y realización de programas.

11. Con arreglo a esa estructura global, la Reunión definió varios sectores prioritarios para una acción encaminada a contener los costos sociales de la crisis y a formular una política y unas instituciones más fuertes en el futuro. Se pretende con ello ofrecer una serie general de directrices para el establecimiento de políticas y programas privativos de cada país, que determinen los campos prioritarios de acción de la OIT en el plano nacional, basados en consultas tripartitas con el mismo.

12. La Reunión invitó a la OIT a movilizar sus recursos, en la región y en su sede, con objeto de facilitar la ayuda necesaria. Además, la OIT debería hacer todo lo posible por buscar fondos de donantes externos, entre ellos las instituciones financieras internacionales, y coordinarse estrechamente con ellas.

La política de promoción del empleo

13. La fuerte desaparición de puestos de trabajo a raíz de la crisis ha servido para destacar la necesidad de tener presente la perdurabilidad de los empleos creados, ya que los que se creen en empresas plenamente competitivas son los que tengan más probabilidades de perdurar. Procede reforzar la capacidad de los gobiernos de acopiar información y de observar las consecuencias para el empleo del desarrollo y la política económica global. Una colaboración estrecha entre los ministerios económicos y el de trabajo puede contribuir poderosamente a elevar al máximo el ritmo de creación de empleos perdurables y productivos.

14. Convendrá igualmente fijarse como importante objetivo de la política de empleo el de seguir elevando el nivel de instrucción y profesional de la población activa. Tales inversiones en un perfeccionamiento de los recursos humanos son indispensables para respaldar la incesante reestructuración industrial y el progreso técnico que requiere el mantenimiento de la competitividad internacional en una economía mundializada. La elevación de su calificación profesional mejora la adaptabilidad y la productividad de la población activa. Además, desde el punto de vista de cada trabajador, una calificación más alta supone un grado mayor de empleabilidad y, por consiguiente, aumenta la seguridad del empleo. Por todas estas razones, la política social debería promover las inversiones, tanto públicas como privadas, en el perfeccionamiento de los recursos humanos. Será particularmente importante ofrecer incentivos a los empleadores, para que inviertan en el perfeccionamiento profesional, y a los trabajadores para que procuren elevar su competencia profesional.

15. Resulta igualmente preciso reforzar las instituciones para la concepción y la aplicación de una política laboral dinámica. Actualmente, la capacidad al respecto es limitada, con lo que queda descartada una respuesta de fondo al problema del ofrecimiento de un nuevo empleo a los trabajadores desplazados durante la crisis actual. El establecimiento de unos sistemas completos de información de mercado que permitan una observación y previsión tempestivas de los problemas laborales es un requisito fundamental. Lo es también el desarrollo de unos servicios públicos de empleo que sean perfectamente capaces de facilitar la búsqueda de un empleo y la colocación, de organizar la readaptación profesional de los trabajadores desplazados y de llevar a la práctica unos planes económicos de promoción del empleo. Los servicios de empleo, tanto públicos como privados, contribuyen a mejorar el alcance y la eficacia de una política laboral dinámica.

16. Los problemas referentes a los trabajadores inmigrados se han agudizado a causa de la crisis, debido a la cual es más urgente fijar unos objetivos más claros y ejecutar mejor los programas. Cuando sea oportuno, unos acuerdos bilaterales pueden contribuir a ello. La OIT debería proporcionar servicios consultivos y asistencia técnica, en particular una formación que facilite la reincorporación de los emigrantes al regresar a su país de origen.

17. Hacen falta más información y análisis sobre el impacto de la crisis en el trabajo infantil, sobre todo en el caso de sus formas intolerables como la prostitución, la trata de niños y el trabajo en condiciones peligrosas. La OIT debería seguir movilizando recursos para el Programa Internacional sobre la Eliminación del Trabajo Infantil (IPEC), observando y analizando la evolución de la situación del trabajo infantil en los países correspondientes, así como promover decididamente la ratificación y aplicación del Convenio sobre la edad mínima, 1973 (núm. 138).

18. Se requieren igualmente más información y análisis en lo tocante al impacto de la crisis en el empleo y las condiciones de vida y de trabajo de las mujeres, como base para formular políticas y programas de prevención y supresión de cualesquiera formas de discriminación contra ellas. La OIT debería prestar ayuda con tal fin.

Las empresas y la creación de empleos

19. Como se decía en las conclusiones de la duodécima Reunión Regional Asiática, se debe promover el empleo mediante una buena estrategia de desarrollo de las empresas, la inversión en recursos humanos y un entorno comercial que fomente una competitividad duradera de las empresas en una economía mundial en plena evolución; por otra parte, las nuevas oportunidades de empleo se deberán en gran medida a las empresas privadas, en particular las pequeñas y las medianas. La creación de empleos, que es la estrategia esencial para la recuperación, depende de que haya unas empresas competitivas y prósperas. De ahí la importancia de crear un ambiente económico que fomente las inversiones, entre ellas las directas extranjeras, y la actividad de las empresas. Ese ambiente entrañará la transparencia de la gestión económica, una política macroeconómica estable, unos mercados abiertos, unas inversiones en el perfeccionamiento de los recursos humanos, la evitación de una reglamentación excesiva, unos mercados de trabajo sensibles y unas relaciones de trabajo sanas.

20. Las medidas que se sugieren en el proyecto de recomendación de la OIT sobre las condiciones generales para la creación de empleos en las empresas pequeñas y medianas, que ha de examinar con miras a su adopción la Conferencia Internacional del Trabajo en 1998, constituyen un marco apropiado para la acción en los siguientes campos: a) formulación de unas medidas habilitadoras que faciliten la creación y el desarrollo de las empresas; b) fomento de un desarrollo económico local para la creación de puestos de trabajo y de empresas; c) promoción del desarrollo de las empresas para los trabajadores cuyo puesto de trabajo haya sido suprimido; d) fomento de una mentalidad empresarial entre las mujeres; e) desarrollo empresarial para quienes hayan recibido una formación profesional; f) mejora del acceso de las microempresas y de las empresas pequeñas y medianas a servicios de desarrollo empresarial como los de concesión de créditos; g) mejora de las condiciones de trabajo en las empresas pequeñas y medianas, y h) establecimiento de unos servicios de empleo y consultivos, con objeto de respaldar eficazmente al sector de las empresas pequeñas y medianas.

21. Procede tomar en consideración la realización en los países correspondientes del nuevo Programa internacional para la pequeña empresa, de la OIT, que propone un planteamiento integrado del desarrollo de las empresas pequeñas y medianas y ofrece toda una serie de materiales de apoyo práctico al desarrollo de la pequeña empresa, ya existentes, a saber: IYB (mejora de la empresa), SYB (creación de una empresa), KAB (conocimientos empresariales), WISE (mejora del trabajo en las empresas pequeñas) y WED (fomento del espíritu empresarial de las mujeres), emprendidos hace poco en la región.

22. La OIT puede contribuir al fortalecimiento de las empresas existentes mediante unos programas de elevación de la productividad y de la competitividad, aplicando los principios del bipartismo en la propia empresa, por ejemplo. Los programas de acción de la OIT en relación con la productividad y unos puestos de trabajo de buena calidad, el desarrollo de las empresas pequeñas y medianas y el desarrollo económico local pueden constituir la base para la prestación de servicios de asesoramiento a los países afectados por la crisis.

23. Deberían examinarse en consultas bipartitas y tripartitas las consecuencias sociales de la reestructuración y la privatización de las empresas, y la OIT podría contribuir a ello facilitando servicios de asesoramiento y apoyo, por ejemplo en lo que atañe a la formación y la readaptación profesionales, la remuneración y la creación de empleos.

24. Se puede proporcionar una ayuda especial para elevar la capacidad de creación de puestos de trabajo productivos en los sectores rural y no estructurado. En aquéllos, cabe combinar la formación profesional con oportunidades de trabajo por cuenta propia mediante programas de creación de microempresas y unos planes de crédito renovable, en apoyo de las actividades de trabajo por cuenta propia y de obtención de ingresos. Las medidas de la OIT pueden contribuir a mejorar la calidad y la productividad de los puestos de trabajo del sector no estructurado. En cuanto al sector urbano no estructurado, la labor de la OIT con arreglo al Proyecto interdepartamental sobre el sector urbano no estructurado ha engendrado ideas de mejora de las condiciones de trabajo y de empleo que se han incorporado al Programa de la OIT sobre el empleo urbano y la creación de mejores puestos de trabajo en la economía no estructurada.

La protección social

25. Los distintos países deberían conservar y, a ser posible, aumentar su presupuesto social, que en momentos de crisis es indispensable para dispensar una protección básica en relación con los ingresos y los servicios esenciales a quienes más los necesitan. Este tema debería figurar en los diálogos con las instituciones financieras.

26. Con carácter prioritario, la OIT debería promover el establecimiento de un seguro de desempleo y facilitar información sobre los costos posibles y la viabilidad administrativa. Podría asesorar sobre la formulación de presupuestos sociales y los aspectos actuariales y colaborar en la preparación de medidas legislativas y en la planificación de un nuevo régimen, cuidando siempre de no poner en peligro la viabilidad de las empresas.

27. Los países afectados por la crisis deberían tomar medidas apropiadas para dar la protección adecuada a los salarios y la paga final de los trabajadores, teniendo en cuenta el Convenio sobre la protección de los créditos laborales en caso de insolvencia del empleador, 1992 (núm. 173) y el Convenio sobre la terminación de la relación de trabajo, 1982 (núm. 158). La OIT podría asesorar sobre la creación de planes de garantía de los salarios y de la paga final, con la participación activa de las organizaciones de empleadores y de trabajadores. Además, la OIT debería ayudar a los gobiernos a realzar la calidad de la inspección del trabajo en lo tocante a proteger debidamente los derechos de los trabajadores, teniendo en cuenta, en particular, lo dispuesto en el Convenio sobre la inspección del trabajo, 1947 (núm. 81) y en el Convenio sobre la administración del trabajo, 1978 (núm. 150).

28. Se incita a los gobiernos a establecer una red de seguridad social para los afectados por la crisis y para quienes no tienen un seguro de desempleo y ni siquiera derecho a una paga final, en particular las categorías más vulnerables como las mujeres y los niños. Por ser muy complicado concebir y financiar una red semejante, y porque llevará tiempo, será preciso determinar otras medidas de socorro temporal, aplicándolas con carácter de urgencia.

29. A la larga, la prestación de pensiones mínimas básicas al número creciente de personas demasiado viejas para trabajar y sin otras fuentes de ingresos es una medida decisiva para prevenir la pobreza y mitigar los efectos de una crisis financiera. La OIT debería proporcionar servicios de asesoramiento a sus elementos integrantes con miras al establecimiento de un régimen de pensiones.

30. La crisis ha puesto de manifiesto la importancia de disponer de diferentes sistemas de seguridad social para proteger a los desempleados y a otras categorías vulnerables. Los países afectados deberían cerciorarse de la idoneidad de sus sistemas, a lo cual puede contribuir la OIT, ya que tiene la competencia necesaria con tal fin.

31. Las autoridades nacionales deberían procurar asimismo mejorar la gestión del sistema de seguridad social, ayudándoles la OIT, en consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores, a perfeccionar los métodos de gestión administrativa, teneduría y observancia, así como a moderar los costos, con la finalidad de deparar una protección eficaz a los trabajadores amparados por el sistema de protección social.

32. En la ayuda que facilite la OIT debería darse gran prioridad a los trabajadores del sector no estructurado de las zonas urbanas y rurales, ya que no cuentan con protección social alguna. Esto debería entrañar la prestación de ayuda a los países, para ampliar debidamente la base de su sistema de protección social, incluida la formulación de la política aplicable a dicho sector, la determinación de la población beneficiaria y los campos prioritarios de protección social, la ayuda para la concepción de planes destinados al mismo y la facultad de aplicar y observar planes experimentales, así como la adopción de medidas de mejora de las condiciones de vida y de trabajo.

33. Pese a la incitación a reducir los costos de las empresas, derivada de la crisis, debería procurarse no recortar las condiciones de trabajo y las normas de seguridad y salud en el trabajo. De hecho, las medidas de mejora de las condiciones de trabajo y de prevención de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales pueden, y deben, ser plenamente compatibles con una mayor competitividad y productividad de las empresas, y la OIT debería prestar ayuda práctica a los empleadores y los trabajadores en tal sentido, teniendo en cuenta las normas internacionales pertinentes en materia de seguridad y salud en el trabajo, especialmente el Convenio sobre seguridad y salud de los trabajadores, 1981 (núm. 155).

El tripartismo, las relaciones de trabajo
y las normas internacionales del trabajo

34. La OIT deberá facilitar toda la ayuda posible con miras al cumplimiento de los siete convenios fundamentales.

35. En el debate se puso de manifiesto la importancia de la participación de los trabajadores y de los empleadores en la búsqueda de una solución a los problemas provocados por la crisis. Unas organizaciones independientes, fuertes y representativas de trabajadores y de empleadores son la base para semejante participación, para que el tripartismo resulte aceptable y para que se desarrolle la negociación colectiva. Con objeto de que prosperen esas organizaciones, y cosechar con ello los frutos de la participación, es indispensable que se respete más la libertad sindical. Debería darse gran prioridad a la reforma de la legislación laboral, con miras a suprimir los obstáculos que coarten la libertad sindical y de asociación. La OIT debería aumentar su asistencia técnica a los gobiernos con tal fin, para que los empleadores y los trabajadores puedan ejercer sus derechos fundamentales de asociación y de negociación colectiva, tal y como se definen en los Convenios núms. 87 y 98.

36. Una vez suprimidos los obstáculos legislativos y prácticos a la creación y la actuación de las organizaciones de trabajadores y de empleadores, su desarrollo y crecimiento dependerá en parte de la calidad de los servicios que ofrezcan. La OIT debería aumentar su ayuda a las organizaciones, tanto de trabajadores como de empleadores, en su afán de mejorar sus medios y sus servicios.

37. El tripartismo en el plano nacional puede contribuir poderosamente a crear el consenso necesario para la adopción de difíciles decisiones políticas en muy variadas circunstancias. Para consolidar el tripartismo, la OIT debería acelerar sus actividades de formación, dado que las organizaciones de trabajadores y de empleadores, así como los gobiernos, necesitan muchas veces una formación en lo que atañe al tripartismo, a la gama de sus dispositivos posibles, al cometido de los actores tripartitos y a las dotes de negociación y conciliación necesarias para mantener el diálogo social. La diversidad de los temas sometidos a una deliberación tripartita ha sido a menudo muy pequeña; hoy en día, es más necesario ensanchar el ámbito del diálogo tripartito nacional, para que abarque toda la gama de opciones económicas y sociales. Con objeto de que puedan desempeñar cumplidamente su misión, la OIT debería fomentar una mayor competencia especializada de las organizaciones de trabajadores y de empleadores en lo que se refiere al mercado de trabajo, la política económica o la seguridad social.

38. Resulta igualmente necesario reforzar la negociación colectiva y la cooperación entre el personal y la dirección en la empresa. Es inevitable que se pierdan puestos de trabajo, pero la experiencia confirma que hay con frecuencia una alternativa a la reducción de plantillas. El diálogo entre los trabajadores y la dirección puede poner de manifiesto un modo de reducir los costos y de mejorar la flexibilidad, la productividad y la seguridad del empleo. Los gobiernos, así como las organizaciones de trabajadores y de empleadores, deberían fomentar decididamente la cooperación en el lugar de trabajo. La OIT debería prestar ayuda con una formación referente a dicha cooperación y a unas soluciones negociadas para la reestructuración de las empresas, y mediante la difusión de información sobre las prácticas óptimas. Procede asimismo crear nuevos dispositivos bipartitos o tripartitos en todos los niveles apropiados, para seguir buscando soluciones a los problemas de la liquidación de puestos de trabajo, la formación y la readaptación profesionales, los ingresos y la seguridad del empleo.

39. Ha aumentado el número de conflictos de trabajo relacionados con la crisis. La OIT debería seguir ofreciendo formación en materia de solución de conflictos a los inspectores del trabajo, los conciliadores, los mediadores, los árbitros, los magistrados de los tribunales de trabajo, etc., al igual que a las organizaciones de empleadores y de trabajadores y a los comités de relaciones de trabajo. Debería procurarse igualmente prevenir tales conflictos mediante el establecimiento o la consolidación de la cooperación en el lugar de trabajo, y mejorar los dispositivos e instituciones de prevención y solución de conflictos, concretamente promulgando y aplicando leyes adecuadas sobre el particular.

40. Unas relaciones de trabajo sanas proporcionan una estabilidad social, realzan los logros de las empresas y facilitan la aplicación de las medidas de reajuste, así como un reparto equitativo de los costos. Unas organizaciones independientes, fuertes y representativas de trabajadores y de empleadores son interlocutores necesarios en la gestión del mercado de trabajo. La OIT debería promover unas buenas relaciones de trabajo como elemento importante del desarrollo económico y social en Asia.

41. La Reunión incita a los gobiernos a que, en consulta con los interlocutores sociales, no cejen en su empeño de atenuar las consecuencias sociales nocivas de la crisis y de estimular el crecimiento económico.


Puesto al día por VC. Aprobada por NdW. Ultima actualización: 26 de febrero de 2000.