GB.268/WP/SDL/D.1 268.a reunión Ginebra, marzo de 1997 |
Grupo de Trabajo sobre las Dimensiones Sociales de la Liberalización del Comercio Internacional |
WP/SDL |
Declaración de la presidenta del Grupo de Trabajo sobre las Dimensiones Sociales de la Liberalización del Comercio Internacional
Como de costumbre, voy a efectuar un informe oral lo más completo posible sobre la reunión del Grupo de Trabajo, puesto que no hay ningún informe disponible para que el Consejo de Administración proceda a su examen. Sin embargo, estoy segura de que los delegados estarían muy agradecidos si la Oficina pudiese publicar por escrito lo que voy a decir, para que puedan llevárselo a casa antes del final de la reunión.
El Grupo de Trabajo tuvo ante sí un orden del día muy completo. Empezamos examinando un análisis puesto al día por la Oficina de las respuestas a un cuestionario que había sido remitido a los mandantes de los Estados Miembros de la OIT sobre los efectos de la mundialización de la economía y la liberalización del comercio en el logro de los objetivos sociales de la OIT. Habíamos discutido ya sobre una primera versión de este documento en nuestra reunión anterior, pero llegamos a la conclusión de que había que dejar tiempo para respuestas adicionales que pudiesen llegar, y para que la Oficina ampliase su análisis de conformidad con ellos. Los miembros del Grupo de Trabajo siguieron mostrando mucha preocupación en relación con la fiabilidad de los resultados, tanto por la naturaleza más bien subjetiva de algunas de las preguntas como porque en las respuestas adicionales el índice general de respuesta seguía situándose sólo en un 35 por ciento. Por lo tanto, el Grupo de Trabajo en su conjunto llegó a la conclusión de que los análisis no podrían ser considerados como fiables en sentido científico o estadístico y que muchos puntos de ellos necesitarían ser clarificados para proporcionar unos datos realmente útiles. Sin embargo, se pensaba que este ejercicio había contribuido a la función que le habíamos inicialmente asignado, como un hito para considerar cuál sería la labor que podríamos llevar a cabo con utilidad y para dar lugar a un debate que generase ideas nuevas sobre algunas cuestiones fundamentales en este difícil terreno.
Por lo tanto, el Grupo de Trabajo convino, en primer lugar, en tomar nota del documento y conservarlo como una referencia interna interesante; en segundo lugar, en que si desease embarcarse de nuevo en un ejercicio parecido en algún momento del futuro, pediría a la Oficina que tratase de esbozar un documento en un formato más simple, que incitase la respuesta de un mayor número de nuestros mandantes y que comprometiese activamente a esos mandantes tripartitos en la formulación de las preguntas, de modo que se sintiesen comprometidos al máximo con el proyecto; en tercer lugar, convinimos en seleccionar una idea específica del documento, destinándola a una labor futura mediante nuestra solicitud de que la Oficina prepare para nuestra próxima reunión un breve documento, basado en los hechos, sobre los códigos de conducta voluntarios y sobre los planes de etiquetado. Así, éste podría ser el tema de un debate muy abierto, que tomase en consideración todas las opiniones y sensibilidades, por distintas que fuesen, de las diversas partes que intervienen en estas cuestiones.
Finalmente, el Grupo de Trabajo destacó dos consideraciones que podrían revestir particular importancia para una labor futura que la Oficina pudiese llevar a cabo, ya sea a través de estudios específicos por país o a través de una investigación más amplia. Una de las consideraciones se centraba en que los efectos de la mundialización eran muy distintos según los países y los sectores: unos eran más intensos que otros y en algunos casos se dejaban sentir unos efectos muy positivos, al tiempo que en otros se dejaban sentir a veces efectos negativos. Todo análisis debería tener en cuenta esta variedad de la experiencia efectuada y adoptar un enfoque equilibrado, que tuviese en cuenta todo el conjunto. Vinculada a ello, la segunda consideración era la conveniencia de desarrollar, si es posible, una metodología y unos criterios aptos para juzgar de manera objetiva, sobre la base de los datos a nivel nacional y de la empresa, tanto la extensión como el impacto social de la mundialización.
El siguiente punto del orden del día del Grupo de Trabajo era un documento sobre las consecuencias de la inversión extranjera directa en el empleo y la política social. Este documento había sido programado en la reunión anterior, pero no había habido tiempo para discutirlo. Sin embargo, en esta ocasión la Oficina señalaba que toda esta cuestión había sido superada por el interés manifestado por uno de los grupos, en el sentido de que se inscribiese un punto sobre la inversión y el empleo en el orden del día de la Conferencia de 1999. Como se iba a discutir en el Consejo de Administración un documento independiente sobre este tema, se convino en remitir el examen de este punto a la discusión del Consejo de Administración. Tengo que advertir que esta discusión se celebró ayer y que, aunque este punto no fue seleccionado para la Conferencia de 1999, despertó un interés muy considerable entre cierto número de miembros del Consejo de Administración. No hay duda de que la Oficina deseará tener esto en cuenta cuando considere las labores que pueden llevarse a cabo en adelante sobre esta cuestión.
El Grupo de Trabajo pasó luego a considerar un breve informe provisional sobre el progreso que la Oficina había realizado en la identificación de los países que estarían dispuestos a ser objeto de estudios especiales sobre los efectos sociales de la mundialización y de la liberalización del comercio internacional. El Grupo de Trabajo tenía la satisfacción de advertir que seis países (Chile, Jamaica, Jordania, la República de Corea, Polonia y Suiza) se habían ofrecido a ello. Un séptimo país (Mauricio) se había ofrecido durante la reunión. El Grupo de Trabajo animaba a la Oficina a continuar sus contactos con los Estados Miembros para ver si podían ser identificados algunos países más, tal vez especialmente de Africa y de los países en desarrollo. Tengo la satisfacción de poder decir que, desde la reunión, otro país se ha puesto en contacto conmigo y me ha señalado su interés por participar.
El Grupo de Trabajo había advertido también que parecía existir una verdadera proliferación de diversas clases de estudios por país que están en marcha en distintas partes de esta casa. Aunque reconocemos que estos estudios se han propuesto efectivamente en diferentes momentos y por distintas razones, y aunque no queremos de ningún modo interrumpir las labores que ya están en marcha, pensamos que sería conveniente que en adelante se racionalizase dicha labor, de modo que se evitase en la medida de lo posible toda confusión y duplicación. El Grupo de Trabajo convino finalmente en encargar un nuevo informe provisional sobre los estudios por país para su próxima reunión.
A continuación, la Oficina efectuó una breve presentación oral ante el Grupo de Trabajo del punto de investigación que había sido aprobado por la PFA con destino al Programa y Presupuesto para 1998-1999 sobre los efectos económicos positivos de la aplicación de las normas fundamentales del trabajo en los países en desarrollo. El Grupo de Trabajo advertía que ya se había llevado a cabo una cierta investigación en los países industrializados, pero que había pocos datos disponibles sobre los países en desarrollo, por lo que éstos constituían el principal interés de esta investigación. El Grupo de Trabajo animaba a la Oficina a que lo mantuviese plenamente informado y en consulta sobre la forma de esta investigación propuesta, y pedía un esbozo más detallado de lo que se proponía preparar para su próxima reunión.
El último punto que el Grupo de Trabajo tuvo ante sí fue un informe sobre la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio en Singapur. Este informe contenía todas las referencias efectuadas por las distintas delegaciones presentes en Singapur a la función de la OIT y a la importancia de las normas fundamentales del trabajo, y dio lugar a un largo e interesante debate sobre cómo debería ahora la OIT avanzar y seguir desarrollando sus medios de acción para el futuro. Tal vez había tantas opiniones distintas sobre lo que significaba la OMC como oradores en ese debate. Pero en lo que todos ellos estaban de acuerdo era en que la función de la OIT había de reafirmarse cada vez más, así como también la importancia y la urgencia de que hiciese unos progresos constructivos sobre estas materias. Muchos oradores recordaron también que no sólo era la Conferencia Ministerial de la OMC de Singapur sino también la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague, la que había dado la debida importancia a la OIT.
El debate se concentró en tres cuestiones. La primera era la cuestión de cómo mejorar y fortalecer el sistema de control de la OIT y su acción normativa en general. Muchos oradores reafirmaron las posturas que ya habían manifestado durante la discusión del documento de la Oficina en el seno de la Comisión de Cuestiones Jurídicas y Normas Internacionales del Trabajo (LILS). Entre otras propuestas adicionales, surgió la idea de unos mecanismos regionales de control o unos exámenes dobles y de política del país. La función de la cooperación técnica en el fomento de las normas fundamentales del trabajo y la cuestión de cómo centrar más efectivamente la cooperación técnica sobre estas normas fundamentales se pusieron también de relieve por parte de muchos oradores. El Grupo de Trabajo esperaba que la Oficina tomase nota de todos estos comentarios al terminar el informe sobre las normas para la Conferencia, que el propio debate en la Conferencia enriqueciese este proceso y que se llevasen a cabo nuevas labores en el Consejo de Administración que se celebra inmediatamente después de la Conferencia y en la Comisión LILS de noviembre.
La segunda cuestión era cómo mejorar la capacidad de investigación y la base de conocimientos de la OIT en relación con estas materias. Se proponía que la Oficina llevase adelante un programa de análisis general de las materias y opciones sobre los efectos sociales de la mundialización, y se convino en que era necesario un planteamiento general más estratégico. Este planteamiento podría incorporar y asimilar la información de los estudios por país, así como la propuesta de investigación con destino el Programa y Presupuesto para 1998-1999 y otras propuestas pertinentes para este presupuesto, y que podría también seleccionar las dos cuestiones de desarrollar unos criterios y una metodología y de garantizar un planteamiento equilibrado, que se habían suscitado anteriormente en la discusión.
El Grupo de Trabajo convino, pues, en pedir a la Oficina que prepare para su próxima reunión un documento que refleje la discusión de todo el conjunto de la investigación que se está llevando a cabo en esta casa sobre las materias relacionadas con ello, de modo que se pueda conseguir una idea más clara de lo que se está haciendo y de qué lagunas hay que colmar, y podría empezar a desarrollar una estrategia general de investigación.
En tercer lugar, cierto número de gobiernos, en particular de la región de Asia y el Pacífico, hicieron comentarios sobre la futura función, mandato y programa de trabajo del propio Grupo de Trabajo, que tomó nota de ellos. El Grupo de Trabajo convino en que algunas de estas cuestiones quedarían tal vez más claras después de que se hubiesen celebrado los correspondientes debates sobre las normas en la Conferencia y que ciertamente podrían reexaminarse más adelante si las delegaciones tuviesen propuestas específicas que hacer. Si puede resumir una vez más lo que desearíamos ver para nuestra próxima reunión, sería lo siguiente: primero, un nuevo informe provisional sobre los estudios por país; segundo, un esbozo más detallado sobre la propuesta de investigación con destino al Programa y Presupuesto para 1998-1999, vinculado a un documento general más descriptivo sobre toda la investigación que se está llevando a cabo en la casa acerca de las cuestiones pertinentes que podrían capacitarnos para avanzar hacia una estrategia general de investigación; tercero, un documento basado en los hechos sobre los códigos de conducta voluntarios y los planes de etiquetado, que podrían someterse a un debate abierto. El Grupo de Trabajo manifestó un gran deseo de recibir todos estos documentos tan pronto como sea posible, y por supuesto algunas semanas antes del principio de la reunión del Consejo de Administración de noviembre.
Finalmente, el Grupo de los Empleadores planteó una cuestión, a la que se refirió de nuevo el Sr. Oeschlin esta mañana, sobre la posibilidad de recortar las futuras reuniones del Grupo de Trabajo, reduciéndolas a medio día. La presidenta mostró cierto entusiasmo por esta idea, pero en cambio el Grupo de los Trabajadores se mostró más cauteloso, basándose en que hasta ahora habíamos necesitado siempre un día completo para nuestras discusiones. Pienso que el Sr. Brett se refirió de nuevo a ello, con más detalle, hoy por la mañana y al problema de si muchos gobiernos desean intervenir, lo que hace que sea un poco difícil reducir el tiempo disponible para las reuniones.
Por lo tanto, creo que de momento hemos de pedir al Consejo de Administración que planifique una reunión de un día completo para nosotros en noviembre, quedando entendido que si en el futuro podemos pasar con menos tiempo, ciertamente así lo haremos. Estoy segura de que nos hemos tomado bien la propuesta más amplia del Sr. Oeschlin sobre no dar por supuesto que este Grupo de Trabajo vaya a continuar perpetuamente.
No me queda más que dar las gracias a todos los miembros del Grupo de Trabajo, a mis colegas que se sientan en los bancos gubernamentales por sus muchas y sensatas contribuciones, a mis colegas empleadores (tan acertada y sutilmente dirigidos por el Sr. Tabani) y a mis colegas trabajadores y a su líder, el Sr. Brett, que ha hecho su contribución tan constructiva y enérgica como siempre.
Ginebra, 26 de marzo de 1997.