GB.264/TC/2 |
55. Con el fin de garantizar la eficacia y el carácter duradero de los programas y proyectos de cooperación técnica, debería prestarse una atención continua y sistemática al proceso participativo que se emplea para obtener los resultados y para lograr los objetivos del proyecto. Con este fin, los interlocutores del proyecto deben comprometerse firmemente y participar de manera activa, no sólo durante la fase de realización del proyecto, sino también durante las fases de elaboración y evaluación del mismo. Cuando los grupos destinatarios y sus interlocutores institucionales intervienen durante la fase de planificación, han demostrado un compromiso más firme en relación con los procesos de participación que cuando no lo hacen.
56. Es importante realizar estudios preliminares con la participación activa de los beneficiarios previstos y de los demás interlocutores antes de proceder a la fase de realización. Dichos estudios deberían abarcar un análisis del problema, una evaluación de las necesidades y una definición de los objetivos. La aplicación será más eficaz cuando los interlocutores hayan contribuido a formular los objetivos del proyecto y se hayan comprometido a alcanzarlos. Un sistema de control y evaluación adecuadamente concebido, que incluya un conjunto de indicadores clave, facilita una supervisión detallada de la realización del proyecto por parte de los interlocutores que participan en el mismo, tanto en términos cuantitativos como cualitativos.
57. En los proyectos que adoptan enfoques participativos, resulta de especial interés no sólo que los objetivos se establezcan con claridad, sino también que todos los actores principales compartan la manera de entender aquello que se espera de ellos como contribución para la obtención de los objetivos. Sólo entonces pueden obtenerse los compromisos necesarios por parte de todos los interlocutores.
58. Los organismos donantes deberían ser conscientes en todo momento de que los procesos participativos necesitan tiempo para desarrollarse y de que su compromiso a largo plazo es crucial, en especial cuando se trate de proyectos en los que exista un fuerte componente de formación y de organización.
59. Algunos de los proyectos no prestaron suficiente atención a la participación activa de la mujer, mientras que otros no tuvieron en cuenta consideraciones culturales o materiales. Para superar tales problemas es necesario contar con la participación de los grupos de mujeres destinatarios ya desde el principio del ciclo de programación, y asegurarse de que, al desarrollarse las actividades, se toman en consideración sus intereses, necesidades y preferencias específicos.
60. Muchas de las enseñanzas extraídas antes citadas, carecen de novedad para cualquiera que esté familiarizado con las evaluaciones de la cooperación técnica. No obstante, el análisis realizado en este documento ha demostrado que, siempre que aparecen elementos participativos, ya sea como medio o como fin, la eficacia, la aplicabilidad, la efectividad y el carácter duradero de las actividades de cooperación técnica se refuerzan de manera importante. Además, cuando los enfoques participativos se emplean como herramientas de gestión, se convierten en un instrumento esencial para la promoción e incluso la institucionalización del tripartismo en la política de toma de decisiones. Por otra parte, cualquiera que fuera el área técnica en la que se aplicaron enfoques participativos, no sólo se obtuvieron mejores resultados sino que éstos también resultaron más duraderos como consecuencia del compromiso a largo plazo que puede obtenerse de los principales actores intervinientes. En resumen, sea o no la participación un objetivo en sí misma, la aplicación de enfoques participativos con el fin de asegurarse la intervención activa de todos los actores e interlocutores implicados, y ello en cada una de las fases del ciclo de programación, constituye un requisito previo esencial para incrementar la eficacia de las actividades de cooperación técnica.
61. Por último, los mecanismos consultivos e interactivos establecidos entre la OIT y sus mandantes en el marco de la política de asociación activa han permitido que tanto los gobiernos como las organizaciones de empleadores y de trabajadores desempeñen un papel cada vez más importante en la formulación, la supervisión y la evaluación de los programas y proyectos de la OIT.
Ginebra, 5 de septiembre de 1995.