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Aprender en los tiempos de COVID-19: ¿Puede el aprendizaje a distancia convertirse en la norma?

Por Paul Comyn, Senior Skills Specialist y Angelica Muñoz, G20TS Project Programming Officer.

Artículo | 3 de mayo de 2020
A menos de 5 meses desde el primer reporte oficial de un caso de COVID-19, hemos llegado a casi una parálisis global de la provisión de educación y formación regular. Esta situación sin precedentes está afectando el aprendizaje a todos los niveles, pero especialmente la educación de adultos, el aprendizaje basado en el trabajo y la Educación y Formación Técnica y Profesional (EFTP), lo cual ha dejado de ser, lo que comúnmente conocemos. La situación actual ha cambiado los horarios y asistencia a los cursos, ha interrumpido la enseñanza y el aprendizaje, ha frustrado exámenes y evaluaciones, demorado la certificación y probablemente también afectará el desarrollo profesional actual y futuro de millones de estudiantes.

A pesar de estos desafíos, en algunos contextos, la crisis también brinda una oportunidad para el desarrollo de soluciones de aprendizaje más flexibles, las cuales hacen un mejor uso del aprendizaje a distancia, así como de herramientas digitales. Sin embargo, el salto inmediato al aprendizaje en línea o a distancia en la EFTP y para desarrollo de competencias durante la pandemia debe considerarse ante todo como una respuesta de emergencia y no como una migración rápida y permanente de programas educativos. Se pueden encontrar y se han encontrado soluciones a corto plazo, y asimismo la situación actual nos presenta una oportunidad para crear un impacto positivo a largo plazo y desarrollar mayor resiliencia.

Gracias a los esfuerzos sostenidos a nivel global, la pandemia actual nos ha demostrado que el intercambio de conocimientos y la comunicación nos mantienen unidos, incluso virtualmente, y que aprender de los demás y nuestra propia experiencia es tan esencial como asistir a la educación formal.

Al mismo tiempo, la crisis ha puesto énfasis en la importancia del aprendizaje en línea, el cual, a pesar de los esfuerzos mundiales de digitalización, todavía no es ampliamente reconocido y valorado. También hemos aprendido la importancia de las habilidades digitales, así como la capacidad de realizar varias tareas simultáneamente y que las habilidades transferibles pueden marcar la diferencia en los casos en los que el trabajo, la familia y la escuela se han trasladado al mismo lugar.


En todos los países, independientemente del nivel de desarrollo económico y social, lo que ha demostrado influir significativamente en las consecuencias ligadas a la situación actual, es la capacidad de cada individuo para aprender y adaptarse. Pero, aprender a aprender, no es tan simple como parece, ya que implica:
  •  Ser consciente de nuestro propio proceso de aprendizaje,
  •  Ser capaz de planificar nuestros propios objetivos de aprendizaje,
  • Conocer nuestro proceso de adquisición de conocimientos,
  • Hacer preguntas cuando sea posible, o ser capaz de buscar e identificar información en la web u otros materiales escritos,
  • Usar tecnologías digitales para aprender, cuando estas sean disponibles,
  • Hacer un seguimiento de nuestros resultados de aprendizaje, dando especial atención a los desafíos que hemos encontrado en el proceso
La movilización de recursos humanos y financieros durante esta crisis es fundamental para garantizar el acceso universal a las herramientas digitales y las tecnologías modernas de aprendizaje en el sector de la EFTP y de desarrollo de capacidades. Además, se debe abordar la capacitación de maestros e instructores, gerentes y estudiantes para garantizar su disposición a participar en el aprendizaje digital, y los proveedores de educación y capacitación deben revisar los modelos de enseñanza y aprendizaje para aprovechar al máximo los recursos y herramientas digitales.

Hasta el 14 de abril de 2020, de acuerdo a datos de la UNESCO, casi 1.600 millones o el 91,3% de los estudiantes se habían visto afectados por el cierre de instituciones de enseñanza en 188 países. Otros países también han implementado cierres parciales que afectan a millones de estudiantes adicionales. Si bien estas cifras pueden capturar a los estudiantes de EFTP inscritos en los sistemas de educación secundaria, aún no se dispone de datos internacionales completos sobre el impacto en los estudiantes de EFTP. Sin embargo, en la región de América Latina y el Caribe, OIT-CINTEFOR reporta que el 85% de las instituciones de EFTP están completamente cerradas.

En el sector de la EFTP y del desarrollo de capacidades, existe evidencia de que el principal desafío para las instituciones ha sido el mantenerse operativas, así como establecer y mantener comunicaciones con y entre maestros y estudiantes, y continuar brindando sus servicios a la comunidad, a pesar de haber suspendido las clases presenciales.

Un desafío adicional para las instituciones de EFTP que intentan mantenerse operativas es el de apoyar las medidas nacionales de respuesta a la crisis. Por ejemplo, en Filipinas y Costa Rica se están utilizando talleres de instituciones de EFTP para fabricar equipos de protección personal y desinfectantes para el personal sanitario, o para imprimir en 3D dispositivos médicos.

Además del cierre de las universidades, el aprendizaje basado en el trabajo se mantiene en muy pocos países y en sectores como finanzas y tecnologías de la información, donde las actividades comerciales continúan a través del teletrabajo. Este elemento de los programas de EFTP es el más afectado por la pandemia, y su impacto es mayor en los países donde este es una parte obligatoria del plan de estudios.

En los países de bajos y medianos ingresos, existen muchos problemas que impiden la difusión más amplia y permanente de la educación a distancia. Esto implica por ejemplo aspectos socioeconómicos y culturales, además de la limitada infraestructura informática, lo cual contribuye a la brecha digital. Si bien, las nuevas soluciones para la enseñanza y el aprendizaje, podrían aportar la innovación necesaria para los sistemas de educación y capacitación, los cambios que estamos viendo tienen el potencial de exacerbar las desigualdades existentes para aquellos que ya enfrentan desventajas al intentar acceder y participar en el aprendizaje.

Además, no podemos ignorar la brecha digital y el acceso desigual a equipos y herramientas informáticas, así como a capacidades digitales que implican la educación a distancia, por lo cual no podemos apresurarnos a tener sistemas de aprendizaje en línea que arriesguen incrementar las desigualdades ya existentes. Necesitamos reconocer los desafíos significativos que el aprendizaje a distancia y en línea presenta para los maestros y estudiantes, que trabajan en instituciones y sistemas que no cuentan con fondos suficientes y que pueden incluso ser descuidados en comparación con la educación general y universitaria. Si queremos asegurarnos que la educación a distancia y el aprendizaje en línea satisfacen las necesidades de aprendizaje inmediatas y nos preparan para una EFTP más efectiva en el futuro, se deben tomar una serie de medidas clave ahora y en los próximos meses. Los tomadores de decisiones necesitan:
  • mejorar la infraestructura de internet y el acceso a internet;
  • ampliar el acceso de los alumnos a aplicaciones y plataformas digitales en línea;
  • utilizar tecnologías digitales y analógicas inclusivas para el aprendizaje a distancia y apoyar a los alumnos;
  • apoyar a maestros y formadores para que trabajen en el nuevo entorno;
  • proporcionar apoyo, orientación profesional y desarrollo de habilidades digitales para los alumnos;
  • aumentar las opciones de aprendizaje a distancia y de cursos cortos para habilidades básicas, empresariales y de empleabilidad para grupos e individuos vulnerables;
  • fortalecer los sistemas para el reconocimiento y la validación del aprendizaje digital;
  • aumentar la inversión en soluciones digitales para el desarrollo de habilidades prácticas; y
  • mejorar el diálogo social y la coordinación entre las instituciones de educación y formación, los servicios de empleo y las autoridades locales.
A pesar de los recientes avances en tecnología, el aprendizaje a distancia, ya sea en línea o fuera de línea, la educación a distancia no es un sustituto a largo plazo de la enseñanza presencial o de la formación práctica. Por lo tanto, para que podamos abordar estos desafíos, es más importante que nunca que los interlocutores sociales trabajen juntos para desarrollar soluciones centradas en el ser humano y soluciones que respondan a las necesidades de los más vulnerables. Nuestra experiencia durante la pandemia de COVID-19 ya ha sido de aprendizaje, adaptación e innovación.

Esperemos que las lecciones aprendidas se queden con nosotros.