Por Fabio Bertranou, Director de la Oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina.

El Día Internacional de la Mujer es una jornada en la que se celebra el valor y los logros de las mujeres en todo el mundo, pero también es una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos y obstáculos que todavía enfrentan en muchos ámbitos de la vida. Algunos de los desafíos más apremiantes son el acceso al mercado laboral, la discriminación en el empleo y el acoso y violencia en el lugar de trabajo.

En cuanto al acceso a la ocupación y las condiciones de trabajo decente, a pesar de los avances en la igualdad de género y la lucha contra la discriminación, las mujeres todavía deben hacer frente a numerosos obstáculos en el mercado laboral. La brecha salarial de género sigue siendo una realidad preocupante en muchos países, con las mujeres ganando menos que los hombres por trabajo de igual valor.

Además, las mujeres tienen menos oportunidades de empleo y están sobrerrepresentadas en trabajos mal remunerados y precarios. A menudo, también se interponen barreras para acceder a la educación y la capacitación, lo que las deja en desventaja en términos de habilidades y experiencia.

La pandemia del COVID-19 ha exacerbado estos problemas, con muchas mujeres perdiendo sus empleos debido a la crisis económica provocada por la emergencia sanitaria. Ellas también se han visto afectadas de manera desproporcionada por la carga de cuidados, lo que ha afectado su capacidad para trabajar y avanzar en sus carreras.

Para abordar estos desafíos, es necesario tomar medidas concretas para garantizar la igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo. Esto incluye políticas y prácticas que fomenten la igualdad salarial, el acceso a la educación y la capacitación, y la eliminación de barreras para el empleo. También es importante que se promuevan políticas de conciliación entre la vida laboral y familiar, como el cuidado infantil y el permiso parental.

Otro de los desafíos de envergadura se refiere al acoso y la violencia en el ámbito laboral. Según la OIT, al menos una de cada tres mujeres ha experimentado violencia en el lugar de trabajo en algún momento de su vida. El acoso y la violencia laboral pueden tener consecuencias graves para la salud física y mental de las mujeres, así como para su carrera y su vida personal.

La OIT ha sido una voz líder en promover la prevención y erradicación del acoso y la violencia en el mundo del trabajo, y ha desarrollado políticas y programas para abordar estos problemas. En 2019, la OIT adoptó el Convenio 190 sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Este Convenio constituye un hecho histórico y marca un hito importante pues reconoce que la violencia y el acoso son una violación de los derechos humanos, afectan la dignidad de las personas y pueden tener consecuencias graves para la salud y la seguridad de las personas.

Por esto, es crucial que los países ratifiquen e implementen el Convenio 190 para garantizar que las y los trabajadores tengan un ambiente laboral seguro y saludable y podamos construir un futuro más justo y equitativo para todos.