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Avanzando hacia una recuperación con trabajo decente para las personas con discapacidad

En una nueva conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, Fabio Bertranou, Director de OIT Cono Sur, destaca que esta es una oportunidad propicia para reforzar el llamado a ampliar en forma decisiva nuestro trabajo por los derechos de las personas con discapacidad.

Opinión | 3 de diciembre de 2021
Por Fabio Bertranou, Director de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo para el Cono Sur de América Latina

El mundo del trabajo ha sido profundamente afectado por la pandemia de la COVID-19. Además de ser una amenaza para la salud pública, las perturbaciones a nivel económico y social han puesto en peligro los medios de vida y el bienestar de millones de personas, en especial aquellos grupos más vulnerables.

Hoy conmemoramos el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y es una oportunidad propicia para reforzar el llamado a ampliar en forma decisiva nuestro trabajo por los derechos de las personas con discapacidad. La OIT junto a sus constituyentes tripartitos (gobiernos, empleadores y trabajadores) están comprometidos a buscar los modelos más innovadores para fortalecer el empleo inclusivo y el desarrollo de innovaciones tecnológicas que apoyen la inclusión, como también explorar formas más efectivas para promoverlas y difundirlas.

Si bien la recuperación económica ya está en marcha, las cicatrices en el empleo y las capacidades de las personas serán de más largo plazo. Entonces, ¿Cómo podemos renovar y reimpulsar nuestra agenda de inclusión y eliminación de barreras para las personas con discapacidad?

Desde la OIT, promovemos una agenda de trabajo decente que es parte de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible. Nuestra contribución se materializa principalmente en el ODS 8 sobre crecimiento y trabajo decente; pero también en otros ODS que promueven la protección social universal y el fortalecimiento de los pisos de protección social; la igualdad y la no discriminación.

De esta forma, ante los efectos globales de la pandemia, los actores tripartitos de la OIT hicieron en la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de 2021 un Llamado Mundial a la Acción para la recuperación centrada en las personas. Este es un llamado colectivo con responsabilidades no solo para los gobiernos sino también para las empresas y las organizaciones de trabajadores.

La recuperación de la pandemia nos entrega una oportunidad para “recuperar mejor”, esto es, no dejar a nadie atrás, entregando igualdad de posibilidades para las personas más excluidas de las ocupaciones tanto tradicionales como las nuevas que genera la transformación productiva y digital en marcha.

Para ello es clave: primero, avanzar y profundizar la transformación de las instituciones del trabajo. Esto se refiere tanto a las instituciones laborales que tienen que ver con la formación para el trabajo; los servicios públicos de empleo; la administración del trabajo, incluyendo la inspección laboral; la seguridad social; como también la regulación sobre las relaciones del trabajo.

Luego, debe reivindicarse el diálogo social para el trabajo, el empleo y la inclusión. Estos espacios e instituciones de diálogo social deben incluir más decisivamente a las personas con discapacidad. Esto permitiría avanzar y establecer nuevos consensos y pactos sociales que permitan delinear hojas de ruta donde las personas con discapacidad tengan participación y visibilidad para los gobiernos, las empresas y los sindicatos.

Desde la OIT, además de trabajar con nuestros constituyentes, estamos apoyando distintas iniciativas, por ejemplo: con gremios empresariales, para que desarrollen redes de empresas inclusivas, que toman acciones concretas a favor de la inclusión; continuamos colaborando con cooperación técnica que permita ampliar el desarrollo profesional, en particular en estrategias y metodología que lleven a mejores acondicionamientos en el lugar de trabajo.

Así también, promovemos que las instituciones públicas y las empresas puedan mejorar la accesibilidad física y digital, mediante la aplicación de los principios de diseño universal y mediante la eliminación de las barreras existentes, tanto físicas como no físicas. Estas últimas son las que generan la discriminación social, las barreras lingüísticas, los horarios inflexibles, los estereotipos culturales y los entornos de aprendizaje no inclusivos.

En este sentido, es esencial trabajar de manera conjunta a través del diálogo social con trabajadores, empleadores e instituciones de gobierno, y con las mismas personas con discapacidad, en particular mediante actividades de sensibilización y formación, con el fin de propiciar un entorno social y cultural en la que todas las personas sean valoradas.