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Organizaciones sindicales fortalecidas para la respuesta a la crisis por la COVID-19

La crisis provocada por la pandemia ha puesto en evidencia la relevancia de organizaciones sindicales fuertes, que cuenten con las herramientas necesarias para ser parte activa de la elaboración e implementación de las medidas de respuesta a la crisis, contribuyendo a un proceso de recuperación marcado por un diálogo social efectivo.

Opinión | 13 de octubre de 2020
Por Maribel Batista, Especialista en Actividades con Trabajadores, OIT Cono Sur.

En tan solo unos meses, la pandemia por la COVID-19 ha tenido repercusiones económicas, sociales y sanitarias devastadoras en todo el mundo. Las medidas para contener la propagación del virus han tenido efectos adversos sin precedentes en los mercados de trabajo y la crisis ha provocado pérdidas generalizadas de empleos e ingresos, que han incidido en todas las categorías de trabajadores, con especial fuerza en aquellos más vulnerables, como quienes están en la economía informal, mujeres, trabajadores migrantes, trabajadoras domésticas, trabajadores del mar, entre otros.

Los países, además de las medidas sanitarias y de ayuda económica, han tomado una serie de acciones para responder a la crisis, como leyes de teletrabajo, para conciliar trabajo y familia, protección a la maternidad, regulaciones para la suspensiones de los efectos de los contratos de trabajo, protocolos para garantizar la salud y seguridad en el lugar de trabajo, posposición de las asambleas sindicales y de las negociaciones colectivas, entre otras medidas que, de una u otra manera, están impactando los derechos laborales.

Para hacer frente a esta emergencia, desde la oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina hemos estado trabajando intensamente con nuestros constituyentes. En el caso de las organizaciones sindicales, hemos desarrollado un programa orientado a fortalecer sus capacidades para una respuesta rápida a la crisis.

La OIT ha tenido que replantear rápidamente las actividades cuyo desarrollo estaba previsto en el programa y presupuesto para 2020-2021, para así facilitar la contribución a las organizaciones sindicales de acuerdo al contexto y sus necesidades particulares. Esto implicó un cambio en las temáticas a abordar y también en la forma de trabajar con las organizaciones de trabajadores y trabajadoras.

De esa forma, hemos podido responder a las solicitudes de las organizaciones sindicales para capacitarse en temas como la seguridad y salud en el trabajo en tiempos de COVID-19, que nos ha permitido facilitar insumos sobre este tema a organizaciones de trabajadores de sectores claves como: minería, trabajo doméstico y comercio. También se ha apoyado la participación sindical en la elaboración de protocolos para garantizar la seguridad y salud en el trabajo y propuestas para fortalecer su funcionamiento en el marco de la prevención de riegos y la COVID-19.

Otro tema abordado ha sido la situación de los derechos laborales en el marco del teletrabajo, facilitando herramientas para el análisis de las medidas implementadas durante la pandemia; y la respuesta sindical para el estudio y análisis del empleo, incluyendo la economía informal.

También se ha profundizado en el análisis y elaboración de propuestas para que la formación profesional sea parte de la respuesta a la crisis, para visibilizar la situación de colectivos específicos como las trabajadoras domésticas, y apoyado para propiciar el dialogo social, dando el debido seguimiento a las denuncias procedentes de las organizaciones sindicales sobre violaciones a los derechos humanos y laborales consignados en las Normas Internacionales del Trabajo.

En este contexto, los medios virtuales de comunicación han cumplido un rol clave. Nos han permitido llegar a una mayor cantidad de personas, facilitando espacios de reflexión y análisis a un amplio grupo de trabajadoras y trabajadores.

Sin embargo, aún queda mucho por avanzar en esta materia. La existencia de una gran brecha entre quienes tienen acceso a internet y quienes no, ha puesto de manifiesto la necesidad de fortalecer a las organizaciones sindicales también en esta materia, para que puedan usar esta herramienta para mantener una comunicación más fluida y efectiva con sus afiliados, para poder dar respuestas adecuadas a las necesidades de los trabajadores y trabajadoras, y para garantizar una mejor participación en el contexto del dialogo social.

La comunicación permanente y fluida con las organizaciones sindicales nos ha permitido conocer de primera mano su situación, preocupaciones y expectativas. Así también, hemos podido conocer y acompañar sus propuestas ante las consecuencias que presenta la pandemia en el ámbito laboral, con la finalidad de alentar la utilización de un enfoque centrado en las personas para abordar la crisis y el período de recuperación; fomentar una cultura de diálogo social y de cooperación en el lugar de trabajo, principios que serán determinantes para cimentar la recuperación y prevenir una espiral descendente del empleo y de las condiciones de los trabajadores durante la crisis y en el período posterior a ésta.