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Cómo lograr la igualdad de género en las cadenas mundiales de suministro de la industria de la confección

Cómo lograr la igualdad de género en las cadenas mundiales de suministro de la industria de la confección

Durante las tres últimas décadas, las cadenas de suministro mundiales han sido un punto de entrada clave para que las mujeres se incorporen a la mano de obra formal. Esto ha brindado oportunidades sin precedentes para que las mujeres desarrollen y aumenten sus capacidades, mejoren sus ingresos y eleven su nivel de vida.

Aunque las cadenas mundiales de suministro han permitido a las mujeres adquirir una mayor autonomía económica, especialmente en el sector de la confección, siguen existiendo graves déficits de trabajo decente (al igual que en otros segmentos del mercado laboral), como la discriminación, la violencia y el acoso.

Con un conjunto de políticas y acciones más equitativas, la industria de la confección podría sacar de la pobreza a millones de trabajadores e impulsar un crecimiento económico integrador.

Operarios de costura trabajan en la planta de una fábrica que forma parte de un programa de la OIT destinado a promover el diálogo social y una nueva ley sindical. Egipto, 2021. © OIT

Panorama de la industria mundial de la confección

En 2019, las exportaciones mundiales de la industria de la confección ascendieron a 1 038 000 millones de dólares. Se estima que la industria perdió un 20% de su valor durante los años de pandemia de COVID-19 de 2020 y 2021, pero los indicadores más recientes muestran una prometedora recuperación en curso. En 2021, el valor de las ropas exportadas del sudeste asiático, por ejemplo, fue un 22% superior a sus niveles de 2019.   

La industria de la confección también es una importante fuente de empleo, ya que proporciona trabajo a unos 94 millones de trabajadores en todo el mundo. Si bien las tendencias varían según la región y el país, casi el 60% de los trabajadores de la confección a nivel mundial son mujeres, llegando a casi el 80% en algunas regiones.   

Asia es el mayor empleador de trabajadores del sector de la confección, con un 75% de todos los trabajadores. Se calcula que en Asia trabajan 42 millones de trabajadoras de la confección.  

Sigue habiendo déficit de trabajo decente

Debido en parte a los prejuicios que hacen recaer sobre las mujeres la carga de las responsabilidades domésticas y de cuidado de otras personas, las trabajadoras -con mayor frecuencia que los hombres- suelen ser las que se dedican a la producción a domicilio o trabajan para empresas más pequeñas en los eslabones más bajos de la cadena de suministro de la confección.   

Como trabajadoras de la economía informal, suelen enfrentarse a condiciones laborales muy vulnerables y precarias, normalmente sin acceso a la seguridad social, cobertura de la legislación laboral, asistencia sanitaria o protección del salario mínimo.  

Estos déficits de trabajo decente se ven exacerbados por el modelo empresarial de "moda rápida" dominante en la confección mundial: la producción de ropas de fabricación barata que cambian rápidamente según las tendencias y dependen en gran medida de los bajos costes de producción, incluidos los laborales.  

Desigualdad de género: ¿Cuáles son los cuatro mayores retos a los que se enfrentan las trabajadoras de la confección?

Mujeres caminan por el exterior de una fábrica en Jordania. Los teléfonos móviles son un vínculo vital entre los trabajadores migrantes y sus países de origen. Abril de 2021. © OIT

Reto 1: Las mujeres luchan por hacerse oír

En un contexto de diálogo social generalmente débil tanto a nivel de empresa como de industria en muchos países, trabajar por la protección de los derechos de los trabajadores, incluidos los de las mujeres, sigue siendo un gran reto.

Otros retos son la promoción de la participación de las mujeres en los comités y órganos que permiten el diálogo social y la negociación colectiva, así como su acceso a puestos directivos.

Estos retos están relacionados con percepciones erróneas de los objetivos, preferencias y capacidades de las mujeres, así como con la parte a menudo desigual del trabajo de cuidados no remunerado que realizan en el hogar.  

Trabajadora en una fábrica asociada al programa de la OIT en Etiopía que tiene como objetivo promover el trabajo decente y la industrialización inclusiva. Abril de 2021. © OIT

Reto 2: Las mujeres van a la zaga de los hombres en cuanto a igualdad salarial

Las trabajadoras están desproporcionadamente representadas en puestos de trabajo con salarios bajos en los eslabones inferiores de la cadena de suministro del sector, y van sistemáticamente a la zaga de los hombres en términos de igualdad salarial por un trabajo de igual valor.

Trabajadoras de la confección en una fábrica de Better Work en Cambodja. Enero de 2021. © OIT

Reto 3: Las obligaciones de cuidado de las mujeres limitan sus oportunidades

Las trabajadoras con hijos, y especialmente las mujeres con menor nivel educativo, se enfrentan a retos y barreras adicionales en el lugar de trabajo.

Trabajadoras de la confección en Istmo Textil Nicaragua. Marzo de 2021. © OIT

Reto 4: Las mujeres están más expuestas a la discriminación, la violencia y el acoso

El acoso sexual y la violencia han sido endémicos en el sector de la confección, tanto en el lugar de trabajo como durante los desplazamientos.

El problema aumentó durante la pandemia debido al aumento de las tensiones derivadas de la inseguridad económica, así como a la disminución de los ingresos de las mujeres y la consiguiente pérdida de poder de negociación en el hogar.

Además, muchas trabajadoras migrantes confinadas en dormitorios no pudieron escapar de sus agresores.

Trabajadora de la confección en Cambodja. Junio de 2021. © OIT

Historias de éxito: Romper la desigualdad de género

Descubra cómo varias trabajadoras de la confección han contribuido a lograr una mayor igualdad de género en sus lugares de trabajo.

Maya Aktar, organizadora sindical

Cuando Maya Aktar tenía 19 años, vivía en Dhaka (Bangladesh) con su familia de seis miembros. Sus padres trabajaban duro, pero la familia apenas llegaba a fin de mes.

Maya tomó la valiente decisión de trasladarse a Irbid (Jordania), donde consiguió trabajo como recepcionista en una fábrica de ropa que empleaba a muchos trabajadores migrantes de Bangladesh. En Jordania, el 72% de los trabajadores del sector de la confección son mujeres y el 76%, inmigrantes.

Además de bengalí, Maya hablaba inglés e hindi, y sus conocimientos lingüísticos le brindaron la oportunidad de trabajar con un sindicato, sirviendo de enlace entre los trabajadores y la dirección, traduciendo y ayudando en la comunicación.

Poco después, Maya conoció a un organizador sindical (que trabajaba para el Sindicato General de Trabajadores de las Industrias Textil, de la Confección y del Vestido de Jordania), cuya capacidad para impulsar el cambio la inspiró. Le preguntó si estaría interesada en trabajar también como organizadora sindical. Comenzó su nuevo puesto en 2020 y, hablando con los trabajadores sobre sus problemas, se enteró de problemas que iban desde el incumplimiento de los contratos a los retrasos en los salarios o el acoso sexual.

La experiencia de Maya encendió su pasión por convertirse en una firme defensora, en el contexto de su trabajo en el sindicato, de las necesidades y los derechos de los trabajadores más vulnerables del sector: los inmigrantes y las mujeres.

Historia de éxito: Mejores salarios y lugares de trabajo en Indonesia

Eduard Peea es el Jefe de Desarrollo de Recursos Humanos de la fábrica de confección PT Doosan Busana, en Java Occidental. Su fábrica, al igual que otras de Indonesia, ha tenido dificultades para fomentar el diálogo y la comunicación entre los representantes de los trabajadores y la dirección sobre los aumentos salariales.

En el sector indonesio de la confección, el salario mínimo es el más bajo en relación con otros sectores, y las mujeres ganan un 6,5% menos que los hombres en el mismo puesto.

La OIT consiguió reunir a Eduard con representantes sindicales y patronales en una formación sobre negociación colectiva, que incluía estrategias para fomentar la confianza entre trabajadores y empleadores y utilizar las mejores prácticas para formular políticas en el lugar de trabajo.

Gracias a la formación, Eduard y los representantes de los trabajadores y los empresarios pudieron comunicarse y colaborar mejor. Esto contribuyó a la firma de un nuevo convenio colectivo para los 1.200 trabajadores entre el sindicato y la empresa, que seguía una política de igualdad salarial y daba cabida a las necesidades tanto de los trabajadores como de la dirección.

"Antes sólo había comunicación unidireccional de los directivos con los trabajadores... pero ahora podemos organizar diálogos en el lugar de trabajo que han dado lugar a una mayor productividad y apertura", afirmó Eduard.

Historia de éxito: Guarderías para ayudar a las madres trabajadoras

Sara Samer se enfrentaba a una dura decisión: quedarse en casa para atender a sus dos hijas o enfrentarse a la tarea casi imposible de encontrar un lugar de trabajo con una buena guardería en Ismailia (Egipto).

"Había perdido todas mis esperanzas", dice esta trabajadora de la confección de 31 años. "Mi anterior trabajo no ofrecía guardería, así que tuve que enviar a mi hija mayor, Isra'a, a una guardería privada de mi pueblo". Pero un problema siguió a otro. Isra'a enfermaba a menudo o sufría enfermedades estomacales debido a las malas condiciones higiénicas.

Samer también se dio cuenta de que su hija no recibía educación ni atención adecuada en la guardería. Además, el coste se había vuelto insostenible. "Me rendí y me quedé en casa".

Afortunadamente, solicitó y consiguió un trabajo en Jade Textile, el mayor fabricante egipcio de prêt-à-porter, cuyas nuevas instalaciones contaban con un servicio completo de guardería, con clases de educación, una zona de juegos al aire libre y una clínica in situ.

Más información sobre cómo el cuidado de los niños en el trabajo puede aumentar la motivación y mejorar el rendimiento, especialmente de las trabajadoras.

Historia de éxito: Denunciar el acoso sexual

En 2020, Nguyen Huong Thao, responsable de recursos humanos en una fábrica de la provincia vietnamita de Hai Phong, decidió tomar la iniciativa para hacer frente a la discriminación, en particular el acoso sexual, que se le había hecho demasiado familiar en sus 16 años de trabajo en una fábrica de ropa.

En las fábricas de confección vietnamitas, el 79% de los trabajadores son mujeres. El acoso sexual ha sido un problema históricamente difícil de abordar y tratar. En 2020, el 19,8% de las trabajadoras y el 11,9% de los trabajadores de Vietnam declararon haber sufrido al menos una forma de violencia en los seis meses anteriores.

Con los conocimientos y habilidades adquiridos en un curso de formación sobre prevención del acoso sexual y la violencia en el lugar de trabajo, Thao propuso a la dirección de la fábrica poner en marcha un plan para aumentar la concienciación de los empleados. Basándose en la formación de la OIT/Better Work, Thao fue pionera en una iniciativa del estilo "formar al formador" para crear mecanismos de denuncia del acoso sexual y la violencia en el lugar de trabajo.

Una red de puntos focales en cada fábrica ayuda ahora a los trabajadores a identificar, controlar y denunciar los casos de acoso sexual detectados. Estos puntos focales participan en talleres y reciben sesiones mensuales de formación para perfeccionar sus habilidades.

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Una transición justa allana el camino hacia la igualdad de género

Lograr una Transición Justa en todo el sector de la confección es cada vez más importante para alcanzar la igualdad de género. No es sólo la pesada huella medioambiental del sector lo que requiere medidas urgentes. El cambio climático está teniendo un impacto evidente en el empleo, y las mujeres y los hombres se ven afectados de manera diferente.

Una transición justa significa que las sociedades atiendan eficazmente las necesidades de las trabajadoras, que pueden ser distintas de las de los hombres, y que se creen nuevas oportunidades de empleo para las trabajadoras desplazadas.  

Garment workers at Istmo Textile Nicaragua. March 2021. © ILO

Cómo promover el trabajo digno en la confección

Todos los trabajadores de la confección deben tener acceso a un trabajo digno. Las políticas y acciones de los mandantes nacionales y de los actores globales deben centrarse en las siguientes necesidades críticas:

  • Igualdad salarial por un trabajo de igual valor, aplicada de forma transparente y supervisada en todos los aspectos de las cadenas de suministro del sector de la confección.
  • Igualdad de género en el liderazgo, la gestión y la toma de decisiones a todos los niveles dentro de las cadenas de suministro, incluidas las organizaciones de trabajadores y empresarios. Se necesitan estrategias sectoriales para abordar esta brecha, así como programas de formación y desarrollo de competencias asociados.
  • Lugares de trabajo seguros y saludables, libres de discriminación, violencia y acoso -incluidos el acoso y la violencia de género- y que apoyen la salud y el bienestar de las mujeres, incluida la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
  • Reducción de la carga de trabajo no remunerado para las mujeres mediante servicios de guardería asequibles, accesibles y financiados con fondos públicos, horarios de trabajo reducidos o flexibles, protección de la maternidad y permisos de paternidad y parentales acordes con las normas internacionales del trabajo.   

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