Preguntas frecuentes sobre empleos verdes

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  1. ¿Qué es el Programa Empleos Verdes de la OIT?
  2. ¿Qué son los empleos verdes según la OIT?
  3. ¿Qué se entiende por economía verde?
  4. ¿En qué consiste una Transición Justa?
  5. ¿Qué consecuencias tendrá sobre el empleo la transición hacia una economía verde?
  6. Escasez de capacidades: ¿por qué existe y cómo puede abordarse?
  7. ¿Cómo promueve los empleos verdes a nivel nacional el Programa Empleos Verdes?
  8. ¿Qué papel juega el diálogo social?
  9. ¿Cuáles son las cuestiones de género de los empleos verdes?
  10. ¿Tiene mi comunidad potencial para crear empleos verdes?

¿Qué es el Programa Empleos Verdes de la OIT?

El Programa Empleos Verdes de la OIT trabaja para un desarrollo social y económico medioambientalmente sostenible. Promueve la creación de empleos verdes a través de todo el mundo como una forma de generar trabajo decente y oportunidades de ingresos con un impacto ambiental reducido y una capacidad mayor para hacer frente a los desafíos del cambio climático y la escasez de recursos.

Para ello, el programa sigue dos estrategias principales: por un lado, aborda el empleo y la dimensión social de las políticas ambientales para garantizar el trabajo decente a las generaciones presentes y futuras. Por otro lado, integra las preocupaciones ambientales en el mundo del trabajo para modificar los patrones de consumo y de producción.

A nivel nacional, el programa opera en muchos países diferentes y en cuestiones muy variadas. A nivel internacional, el programa participa en debates políticos internacionales acerca del cambio climático y el desarrollo sostenible y construye, junto a sus socios, una base importante de conocimientos sobre la dimensión social de los problemas ambientales y el cambio climático.

¿Qué son los empleos verdes según la OIT?

Los empleos verdes son puestos de trabajo que contribuyen a la conservación, restauración y mejora de la calidad del medioambiente en cualquier sector económico (agricultura, industria, administración y servicios). Los empleos verdes reducen el impacto ambiental de las empresas y de los sectores económicos aumentando la eficiencia del consumo de energía, materias primas y agua, descarbonizando la economía y reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero, minimizando o evitando cualquier forma de residuo y contaminación, restaurando los ecosistemas y la biodiversidad, y permiten adaptarse al cambio climático.

Para la OIT, el concepto empleos verdes resume la transformación de economías, lugares de trabajo, empresas y mercados laborales en una economía de bajo carbono y sostenible que ofrezca oportunidades de empleo decente para todos.

¿Qué se entiende por economía verde?

No existe una definición única de economía verde. La principal característica del concepto es el reconocimiento del valor económico del capital natural y de los servicios ecológicos, y la necesidad de proteger esos recursos.

La mayoría de las definiciones incluyen no sólo aspectos ambientales sino que incorporan un enfoque más holístico del desarrollo sostenible. Elementos como sostenibilidad ambiental, justicia social y producción localmente arraigada e intercambio de bienes y servicios pueden encontrarse, por tanto, en la mayoría de las definiciones de economía verde.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente define una economía verde como “aquella que mejora el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales y las escasez ecológicas. En su forma más elemental, una economía verde seria aquella que genera bajas emisiones de carbono, utiliza los recursos de forma eficiente y es socialmente inclusiva.”

El concepto de economía verde no tiene intención de sustituir al de desarrollo sostenible, más bien se emplea como un medio para conducirnos a la sostenibilidad. El documento final de Río +20, El futuro que queremos, afirma “[...] consideramos que la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza es uno de los instrumentos más importantes disponibles para lograr el desarrollo sostenible y que podría ofrecer alternativas en cuanto a formulación de políticas, pero no debería consistir en un conjunto de normas rígidas. Ponemos de relieve que la economía verde debería contribuir a la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico sostenible, aumentando la inclusión social, mejorando el bienestar humano y creando oportunidades de empleo y trabajo decente para todos, manteniendo al mismo tiempo el funcionamiento saludable de los ecosistemas de la Tierra.”

¿En qué consiste una Transición Justa?

El cambio hacia una sociedad de bajo carbono y sostenible debe ser lo más equitativo posible; debe ser una “Transición Justa”.

El marco de la Transición Justa de la OIT se basa en una iniciativa de los sindicatos apoyada por los gobiernos nacionales y locales, por negocios con conciencia sostenible y por organizaciones basadas en la comunidad. El marco se fundamenta en la idea de que la transición tendrá un gran efecto sobre los trabajadores y las comunidades. Muchos se beneficiarán pero otros pueden encontrar dificultades dado que ciertas industrias y ocupaciones están en declive. Desde el punto de vista de la solidaridad social y con el fin de movilizar el apoyo en el ámbito político y en los lugares de trabajo para realizar los cambios necesarios, es imperativo desarrollar políticas que aseguren que aquellos que puedan verse afectados negativamente estén protegidos mediante prestaciones salariales, oportunidades de reconversión, ayudas para la reubicación y similares.

El diálogo social es un componente de importancia crítica en una Transición Justa, especialmente en los lugares de trabajo, donde se necesitan las voces de trabajadores y empleadores para determinar el diseño de nuevos sistemas de producción y prácticas de trabajo sostenible. En algunos casos, empleadores y sindicatos están empezando a trabajar juntos para hacer más verde el lugar de trabajo basándose en una larga tradición de colaboración en materia de seguridad y salud en el trabajo y otros temas.

El marco de Transición Justa de la OIT se dibuja en el Programa de Trabajo Decente, en su mandato de establecimiento de normas y en la Declaración (de la OIT) sobre la justicia social para una globalización equitativa. El marco puede aplicarse en ámbitos como políticas activas de mercados de trabajo, protección del salario, nuevas formaciones, respeto a las normas internacionales de trabajo, desarrollo de iniciativas empresariales y creación de oportunidades de ingresos alternativas.

¿Qué consecuencias tendrá sobre el empleo la transición hacia una economía verde?

En general, se puede decir que la transición hacia una economía más verde crea y seguirá creando empleo en toda una variedad de sectores. Según el nuevo informe de OIT/PNUMA/CSI/OIE “Hacia el Desarrollo Sostenible”, la mayoría de los estudios indican un incremento del orden del 0,5-2 por ciento, lo que se traduciría, globalmente, en 15-60 millones de nuevos puestos de trabajo.

Se espera que se produzcan pérdidas de empleo en algunos sectores de la economía provocadas por el cambio hacia una economía más verde. Hasta el uno por ciento de mano de obra en países industrializados donde es previsible un mayor impacto en sus mercados de trabajo, es susceptible de verse afectado por la transición entre sectores económicos.

Está previsto que los movimientos de trabajadores entre empresas sea diez veces mayor. Sin embargo, este impacto sería incluso pequeño en comparación con experiencias asociadas a la globalización experimentadas en las últimas décadas.

En general, se puede decir que la transición hacia una economía (más) verde tiene potencial para crear millones de puestos de trabajo. Pero es posible que también conduzca a la reducción de personal en industrias con alta tasa de emisiones. Es difícil predecir la repercusión exacta puesto que las realidades nacionales son diversas. Sin embargo, la mayoría de los escenarios sugieren que el efecto neto será positivo. Los países que ya avanzan hacia una economía verde están siendo testigo de estos efectos.

Una economía más verde no es inclusiva ni socialmente sostenible de manera predeterminada. Las políticas sociales y de mercado de trabajo tendrán que complementar las políticas económicas y ambientales para amortiguar los inconvenientes de la transición hacia una economía verde. A nivel nacional, la progresión positiva dependerá también en gran medida de la coordinación de políticas y la planificación previa incluyendo nueva formación para trabajadores y mejora de competencias. Merecen especial atención los jóvenes, mujeres y hombres, que requieren conocimientos y habilidades apropiados para integrarse con éxito en la economía verde.

Escasez de capacidades: ¿por qué existe y cómo puede abordarse?

La transición hacia una economía (más) verde requiere nuevas capacidades para los nuevos trabajos que surjan y para adaptar los que ya existen. Sin mano de obra debidamente preparada la transición será imposible.

Las deficiencias y escasez de trabajadores calificados empiezan a reconocerse como un cuello de botella importante en una serie de sectores como los de energía renovable, eficiencia energética y de recursos, renovación de edificios, construcción, servicios ambientales y fabricación. El uso de tecnología limpia precisa habilidades en aplicación, adaptación y mantenimiento de tecnología.

La disponibilidad de trabajadores y empresas con capacidades adecuadas para empleos verdes no sólo juega un papel crítico en el inicio de la transición hacia una economía verde sino que también permite una transición justa que garantice la inclusión social y el trabajo decente. Los empleadores que invierten en nuevas tecnologías necesitan poder encontrar trabajadores con las habilidades adecuadas. La conciencia ambiental debe formar parte de la educación y la formación en todos los niveles. Los países necesitan estrategias que combinen energía, medio ambiente, educación y desarrollo de habilidades en sus objetivos y políticas. Un diálogo social eficaz, la coordinación entre ministerios y la comunicación entre empleadores y formadores serán elementos clave para el éxito de estas estrategias. Las Alianzas de colaboración público-privadas utilizando recursos y conocimientos gubernamentales y empresariales han demostrado ser efectivos en la mayoría de los casos.

Un inventario de la necesidad de habilidades permite elaborar programas detallados para mejorar el potencial de habilidades y rediseñar los esquemas de los sistemas nacionales de educación y formación profesional. El objetivo global es fusionar el desarrollo de habilidades con las políticas e inversiones verdes.

¿Cómo promueve los empleos verdes a nivel nacional el Programa Empleos Verdes?

Los mandantes están cada vez más interesados en saber acerca de los empleos verdes, en particular en un contexto de alto desempleo y el subempleo. Su pregunta es si habrá nuevas oportunidades de crecimiento y creación de empleo y, si es así, cómo pueden utilizarse de la mejor manera para incrementar la inclusión social y reducir la pobreza.

Para promover la creación de empleos verdes a nivel nacional, sub-nacional y local, el Programa Empleos Verdes aprovecha diferentes medios de acción:
1. Investigación nacional y sectorial del potencial de creación de empleos verdes
2. Asesoramiento político basado en resultados de investigaciones para conectar mejor las políticas ambientales y laborales
3. Creación de capacidades y formación para los mandantes a fin de facilitar y mejorar el diálogo social y asegurar su plena participación en debates políticos pertinentes y en estrategias nacionales
4. Proyectos piloto a nivel sectorial y local sobre iniciativa empresarial verde, negocios verdes, formación profesional, infraestructuras con alto coeficiente de empleo, etc.



 

¿Qué papel juega el diálogo social?

La OIT define el diálogo social como negociación, consulta o, sencillamente, intercambio de información entre representantes de los gobiernos, empleadores y trabajadores sobre cuestiones de interés común. Los representantes de los trabajadores y los empleadores se denominan interlocutores sociales.

En general, un espacio democrático de diálogo social facilita el intercambio de información y de demandas y preocupaciones. Permite hacer una evaluación conjunta de los temas y ofrece la posibilidad de entender mejor los retos y oportunidades de los distintos actores. La comprensión desde perspectivas diferentes permite generar consenso y da la posibilidad de anticipar y gestionar los posibles conflictos.

En los últimos años los sindicatos y las organizaciones de empleadores han empezado a reconocer las demandas y problemas ambientales como una oportunidad para crear más y mejores puestos de trabajo y tanto trabajadores como empleadores están participando cada vez más en la elaboración de políticas medioambientales.
La participación de los interlocutores sociales en diálogos políticos es clave para asegurar una Transición Justa puesto que expresa el parecer de aquellos que están más directamente implicados y afectados: trabajadores y empleadores. El diálogo social entre gobiernos, trabajadores y organizaciones de empleadores es esencial no sólo para aliviar tensiones y apoyar con más conocimiento y de forma más coherente las políticas medioambientales, económicas y sociales, sino también para que todos los interlocutores sociales participen en el desarrollo de dichas políticas. En muchas ocasiones será necesaria la ayuda de los gobiernos tanto para los trabajadores como para las empresas.

Los principales foros internacionales sobre el medio ambiente (por ejemplo, la CNUMAD, la Cumbre de Johannesburgo, la Agenda 21) también han reconocido que la participación y el diálogo social son elementos clave para el desarrollo sostenible y para establecer sus mecanismos correspondientes.

¿Cuáles son las cuestiones de género de los empleos verdes?

Las actividades económicas de las mujeres, en particular de mujeres pobres que viven en áreas rurales, dependen en mayor medida de los recursos naturales. Los cambios en el medio ambiente tendrán, por tanto, una incidencia directa en las mujeres y en su calidad de vida. Entre los más pobres del mundo hay muchas mujeres y se reconoce que ellas son algunas de las personas más vulnerables frente a la degradación ambiental y el cambio climático.

Distintas investigaciones han identificado que existen enormes brechas de género en relación con el acceso a los recursos, las oportunidades de generar ingresos, los puestos de toma de decisiones a nivel local y nacional, y el acceso a la educación y al desarrollo humano. Esas desigualdades tienden a excluir a las mujeres de los beneficios que puede proporcionar la economía verde a corto y largo plazo.

A nivel mundial, las mujeres tiene menos acceso que los hombres a recursos que mejorarían su capacidad de adaptación a un entorno cambiante. Tienen menos acceso a la tierra, al crédito, a los insumos agrícolas , a los órganos de toma de decisiones, a la tecnología y a los servicios de formación, entre otros. Esto es así sobre todo para la gran mayoría de mujeres que trabajan en el sector informal y en pequeñas empresas que carecen de capital y de acceso a créditos y a información. La promoción de los empleos verdes puede conducir a una mayor igualdad de género, particularmente dentro de la agricultura minifundista y de la gestión de residuos. El informe de OIT/PNUMA/CSI/OIE, Hacia el Desarrollo Sostenible declara: “La agricultura es el principal empleador a nivel mundial, con más de 1.000 millones de trabajadores; incluyendo un gran número de trabajadores pobres rurales y agricultores de subsistencia (sobre todo mujeres). Inversiones que mejoren las competencias, infraestructura y organización rural y que favorezcan la adopción por parte de los pequeños agricultores de prácticas agrícolas más verdes y productivas podrían potenciar la seguridad alimentaria, ayudar a decenas de millones de personas a salir de la pobreza y a prevenir la creciente migración rural-urbana. El reciclaje es decisivo para la eficiencia energética, la reducción de los desperdicios, el tratamiento seguro de los residuos peligrosos y la recuperación de materiales de valor. El empleo podría incrementar de manera considerable al aumentar las tasas de reciclaje. Además existe un importante potencial para ampliar la inclusión social y reducir la pobreza a través de la formalización, ya que la mayoría de los recolectores de desperdicios, en particular mujeres y niños, esta concentrada en el empleo informal.”

La creación de empleos verdes en cualquier sector requiere nuevas competencias y habilidades (PP. FF.6). Esta necesidad de nuevas habilidades se puede anticipar haciendo ajustes en los sistemas educativos y formativos existentes y creando nuevas oportunidades de formación. Todo ésto puede ser un importante trampolín para proporcionar acceso al trabajo y oportunidades de ingresos a los jóvenes, las mujeres y otros grupos desfavorecidos que contribuirá a crear una economía verde.


¿Tiene mi comunidad potencial para crear empleos verdes?

Los proyectos piloto a nivel sectorial y local del programa Empleos Verdes demuestran que hay muchas oportunidades para crear trabajo decente con un impacto reducido sobre el medio ambiente.

Algunos ejemplos son:

Energías renovables: La capacitación para la instalación y mantenimiento de paneles solares ha demostrado ser muy eficaz en zonas rurales de Bangladesh. Esa formación permitió a los participantes (principalmente mujeres) utilizar energía solar en sus propios hogares e iniciar pequeños negocios ofreciendo servicios de instalación y mantenimiento a otros hogares de la comunidad.

Construcción sostenible: Según un estudio de la OIT llevado a cabo en la Franja de Gaza, la construcción sostenible tiene potencial para crear nuevas oportunidades de empleo y favorecer las condiciones de trabajo a la vez que mejora la eficiencia de los materiales y la utilización de energía y agua en la construcción de infraestructuras y edificios. La construcción sostenible utiliza materiales locales y reciclados, explota la energía renovable y el agua de lluvia, y produce menos aguas residuales y menos contaminación.

Agricultura sostenible: La modificación de los patrones de producción en agricultura permite no sólo reducir el impacto sobre el medio ambiente sino también afrontar de manera más adecuada el cambio climático incluyendo inundaciones, graves sequías, etc. Puesto que la agricultura sostenible necesita gran cantidad de mano de obra puede crear más oportunidades de trabajo en este sector.

La gestión de la fertilidad del suelo, la mayor eficiencia y sosteniblidad del uso del agua, la diversificación de los cultivos y la ganadería, la gestión biológica de las plantas y de la salud de los animales y la mecanización adecuada en explotaciones agrícolas son elementos clave de la agricultura sostenible. Una formación adecuada en esos elementos clave permite a los agricultores desarrollar estas prácticas verdes.

Empresas verdes: El concepto del programa Empleos Verdes para promocionar las empresas verdes consta de dos estrategias principales, (i) transformación ecológica centrada en el proceso de producción de empresas ya existentes y (ii) creación de empresas verdes que produzcan bienes y servicios verdes.

Ambas estrategias han demostrado ser muy eficaces sobre todo en las pequeñas y medianas empresas. Las pequeñas adaptaciones en los procesos de producción (utilización de energías renovables, tratamiento del agua, medidas de reciclaje, etc.) permiten disminuir significativamente el impacto ambiental de las empresas. La formación en iniciativa empresarial verde en China y Kenia, por ejemplo, ha dado lugar a nuevas ideas de negocio, en particular entre la juventud.