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En Ucrania persiste la inseguridad económica: Una encuesta de la OIT evidencia que millones de personas enfrentan dificultades

Artículo | 18 de febrero de 2004

KIEV – Doce años después de la independencia de Ucrania su población continúa enfrentando problemas de pobreza e inseguridad económica, con ingresos mensuales que en promedio no superan los 100 dólares por persona, y con al menos 40 por ciento de los asalariados sin cobrar la totalidad de los sueldos que les adeudan.

Estos son los resultados de la última Encuesta sobre la seguridad de la población, realizada por la OIT y la Comisión Nacional de Estadísticas de Ucrania. La encuesta nacional realizada sobre más de 9.000 personas adultas evidenció que los ingresos medios eran inferiores a lo que la mayoría consideraba indispensable para asegurar un nivel de vida de subsistencia.

En lo que respecta a los sueldos impagos, el porcentaje correspondiente a los trabajadores víctimas de esta situación superó en 2003 el porcentaje registrado en una encuesta anterior, llevada a cabo en 2002. El sector más afectado por esta situación continúa siendo el de la agricultura.

El director del Programa de la OIT sobre seguridad socioeconómica, Guy Standing, declaró en una conferencia internacional organizada por el Gobierno, la OIT y el PNUD en Kiev los días 16 y 17 de diciembre, que "el aspecto más negativo que se desprendió de la encuesta de este año fue una sensación de apatía y pesimismo, generalizada en casi todos los colectivos de la sociedad".

Entre los principales resultados presentados en la conferencia descollaron los siguientes:

  • alrededor del 85 por ciento de la población adulta consideraba que los ingresos de su hogar no bastaban para subvenir a las necesidades de atención sanitaria;
  • más de cuatro de cada cinco adultos pensaban que cuando tuvieran una edad avanzada su situación financiera sería mala o malísima;
  • más personas consideraban que "salían peor paradas" que en 2002: tan sólo una de cada 20 personas creía que sus ingresos familiares mejorarían el año siguiente;
  • la mayoría de la gente no confiaba apenas en que los organismos del Estado hiciesen mucho por ella;
  • menos de la mitad de las personas desempleadas perciben periódicamente un subsidio de paro, que asciende en promedio a menos de un 50 por ciento del sueldo anterior;
  • apenas sorprende que más de dos tercios de las personas empleadas no estuvieran satisfechas con su sueldo, y más de la mitad consideraba insuficientes las prestaciones dimanantes de su empleador;
  • los trabajadores permanecían en su empleo en gran medida porque no veían la menor oportunidad de encontrar otro;
  • tan sólo uno de cada cinco trabajadores confiaba en poder conservar su empleo en los doce meses siguientes;
  • tan sólo una escasa mayoría puede utilizar un ordenador, o tiene acceso a él;
  • la actitud de la mayoría de los trabajadores se caracteriza en general por reacciones de apatía y de desconcierto; muchos de ellos dicen que no tomarán medidas en respuesta al impago de sus sueldos ni a cualquier otra evolución negativa de su empleo.
Guy Standing comentó que "pese a todas estas novedades de signo negativo, los ucranianos no parecen haber perdido el sentido de la solidaridad social". Cuando se preguntó a las personas consultadas acerca de una variada temática social, la inmensa mayoría declaró que los derechos humanos revestían suma importancia, junto con la independencia personal y el respeto de la ley.

Se respaldó la idea de reducir las desigualdades y casi dos tercios se mostraron partidarios de que se garantizase un ingreso mínimo a todos y cada uno de los ciudadanos de Ucrania. Casi nueve de cada diez trabajadores eran partidarios de que los hombres cobrasen el mismo sueldo que las mujeres y más de tres cuartas partes se manifestaron a favor de la igualdad salarial entre ciudadanos e inmigrantes legales.

Según concluyó Guy Standing, "en resumidas cuentas, la inseguridad de la coyuntura económica no ha logrado hacer mella en los valores sociales y de otra índole".