KAMPALA (Noticias de la OIT) ­ Delegados de 22 países africanos instaron hoy a todos los países del continente a comprometerse en la lucha por la abolición cabal del trabajo infantil, de conformidad con el Convenio sobre la edad mínima, 1973 (núm. 138) y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Los asistentes a la reunión de Kampala señalaron que la pobreza es "la causa fundamental del trabajo infantil", y abogaron por un "incremento de la asistencia internacional destinada a combatir la pobreza". Además, declararon que "todos los países africanos deberían ratificar la Carta Africana de Derechos del Niño", e invitaron a los delegados a alentar a sus gobiernos en tal sentido.

En su informe final, la Conferencia llegó a la conclusión de que, habida cuenta de las condiciones sociales y económicas predominantes en África, es probable que algunos niños deberán seguir trabajando a corto y mediano plazo. Con todo, "dicho trabajo debería ser reglamentado y controlado de tal manera que no implique riesgos para la salud y la seguridad de los niños". Asimismo, "las actividades laborales protegidas deberían combinarse con alguna forma de servicios sociales y de enseñanza".

Los delegados -representantes de gobiernos, sindicatos y organizaciones de empleadores- estuvieron de acuerdo en que "debería prestarse una atención prioritaria a la eliminación inmediata de las formas extremas de trabajo infantil, con arreglo a programas de acción claramente escalonados".

Los participantes en la Conferencia, entre los que figuraban el UNICEF y diversas ONG, convinieron en que las formas extremas de trabajo infantil vulneran abiertamente los derechos humanos y constituyen graves amenazas para la salud, la seguridad y el desarrollo social y moral de los niños. Entre los ejemplos de actividades perjudiciales para los menores se citaron la explotación sexual, las labores domésticas no remuneradas y los trabajos pesados en las minas, canteras, fábricas y agricultura. También se condenó como "socialmente inadmisible" la utilización de niños en conflictos armados y actividades criminales.

Junto con insistir en que "hay que atacar la pobreza, motivo fundamental que explica la actividad laboral de los niños", el informe final de la Conferencia reconoció que no se trata de la única causa del fenómeno, pero que tampoco debe servir de pretexto para justificar la inacción. Por el contrario, para combatir la miseria es preciso "imponer la enseñanza básica universal". Entre las medidas preventivas indispensables, los delegados atribuyeron una importancia primordial a la necesidad "inmediata de imponer la escolaridad de los niños".

Los participantes en la Conferencia tripartita celebrada en Kampala, Uganda, que se clausuró hoy al cabo de tres días de labores, tomaron conciencia de la generalización del trabajo infantil en toda África. La OIT estima que, de mantenerse las actuales tendencias, la fuerza de trabajo infantil pudiera pasar de unos 80 millones de niños en la actualidad a más de 100 millones en el año 2.015. El Director General de la OIT, Sr. Michel Hansenne, declaró que si esta evolución llegara a confirmarse, ello sería "una tragedia no solo para los niños afectados, sino para África en su conjunto".

Entre las conclusiones del informe de la Conferencia figura un llamamiento para perfeccionar la legislación de cada país al objeto de "demostrar una voluntad política inequívoca" para poner fin al problema y de armonizar las disposiciones nacionales con las normas internacionales del trabajo. También se preconiza la aplicación de principios de "buen gobierno, representativo y respetuoso del interés de la colectividad, y favorable al desarrollo social".

Los delegados estuvieron de acuerdo en que "es importante que los países africanos tengan una participación activa en la elaboración de las nuevas normas internacionales propuestas en materia de lucha contra las formas extremas de trabajo infantil, y puedan así influir en el contenido de las mismas". Entre los puntos que debatirá la próxima Conferencia Internacional del Trabajo (que se celebrará en junio de 1998, en Ginebra), figura la discusión y adopción de un nuevo instrumento internacional que proscriba las formas intolerables de trabajo infantil.

Los delegados pidieron que la OIT siga buscando los mecanismos adecuados de ayuda a la Organización para la Unidad Africana (OUA), con miras a fortalecer la capacidad de ésta para ocuparse de los problemas laborales; asimismo, pidieron tanto a la OIT como al UNICEF que "analicen la cuestión de los recursos internacionales y las repercusiones sociales de las políticas de ajuste estructural", en la perspectiva de buscar formas óptimas para "mejorar dichas políticas o reducir sus consecuencias perjudiciales para la condición de los segmentos desfavorecidos de la sociedad".

Por último, el informe y las conclusiones invitan a los Estados africanos a impulsar la cooperación recíproca en el marco de la búsqueda de soluciones a las causas inmediatas y subyacentes del trabajo infantil. También se pide que los resultados de la Conferencia se presenten al vigésimo primer período ordinario de sesiones de la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales de la OUA, que tendrá lugar en Pretoria, Sudáfrica, del 13 al 18 de abril de 1998.

La OIT, integrada por 174 Estados Miembros, prestó asistencia financiera y técnica a la Conferencia de Kampala sobre Trabajo Infantil, evento que contó con los auspicios de la OUA y la cooperación del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de Uganda, país anfitrión.