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La Conferencia Internacional del Trabajoestudiara el "déficit de trabajo decente"

GINEBRA (Noticias de la OIT) - La escasez de oportunidades de empleo adecuadas "es la falla del mundo de hoy", según se indica en la Memoria anual del Director General de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavia, a la 89ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, que se reúne en Ginebra del 5 al 21 de junio.

Comunicado de prensa | 1 de junio de 2001

GINEBRA (Noticias de la OIT) - La escasez de oportunidades de empleo adecuadas "es la falla del mundo de hoy", según se indica en la Memoria anual * del Director General de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavia, a la 89ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, que se reúne en Ginebra del 5 al 21 de junio.

En su Memoria, que va dirigida a los ministros de trabajo, empleadores y trabajadores de los 175 Estados Miembros de la OIT, el Director General expresa "honda preocupación con respecto al inmenso déficit global de trabajo decente, que refleja las diversas desigualdades de nuestras sociedades".

El déficit de trabajo decente "se traduce en una oferta de empleo insuficiente, una protección social inadecuada, la denegación de los derechos en el trabajo y deficiencias en el diálogo social". Estas carencias ofrecen "una medida de la gran diferencia que hay entre el mundo en el que trabajamos y las esperanzas que tiene la gente de una vida mejor", y se agrupan en cuatro categorías.

Las estimaciones de la OIT ponen de manifiesto el alcance de la brecha del empleo , al afirmar que "hay 160 millones de personas visiblemente desempleadas en el mundo". No obstante, si se toma en consideración a la población subempleada "la cifra se dispara a por lo menos mil millones". La Memoria afirma que "de cada 100 trabajadores de todo el mundo, seis están totalmente desempleados de acuerdo con la definición oficial de la OIT, y otros 16 no pueden ganar lo suficiente para que su familia pueda superar el umbral mínimo de pobreza de un dólar por día y por persona".

La brecha de los derechos implica abusos tales como "la denegación del derecho a la libertad sindical y de asociación y la incidencia del trabajo forzoso y del trabajo infantil y la discriminación". Según la Memoria del Director General, se calcula que 250 millones de niños están trabajando en todo el mundo, y un informe reciente de la OIT sobre el trabajo forzoso indica que la trata de seres humanos, especialmente de mujeres y niños, está aumentando. La Memoria cita investigaciones desarrolladas por el Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT, que "indican que aproximadamente dos países de cada cinco tienen serios o graves problemas en relación con la libertad sindical".

La brecha de la protección social se describe como "en verdad alarmante", al calcularse que cerca del 80 por ciento de los trabajadores del mundo carecen de una protección social adecuada. En muchos países con bajo nivel de ingresos, "la protección institucional para los ancianos e inválidos, o para casos de enfermedad y atención de salud, abarca tan sólo a una mínima parte de la población. Mientras tanto, 3.000 personas mueren cada día como consecuencia de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales". En los países con niveles de ingresos más elevados, la inseguridad de los ingresos se ha convertido en un problema creciente y "se observa con frecuencia un aumento de la ansiedad, la depresión y el agotamiento en el lugar de trabajo".

La brecha del diálogo social refleja las insuficiencias de las organizaciones e instituciones y se traducen a menudo en actitudes que han desembocado en un importante "déficit de representación en el mundo del trabajo, debido a que, con frecuencia y por diversas razones, los trabajadores y los empleadores no se han organizado para hacer oír su voz". Se citan como ejemplos los cerca de 27 millones de trabajadores de las zonas francas industriales de todo el mundo y los millones de trabajadores de la economía informal, que están excluidos del diálogo tripartito o subrepresentados.

Al tiempo que reconoce que los ingresos medios están aumentando en todo el mundo y que la economía global ofrece grandes posibilidades de innovación y mejora de la productividad, la Memoria señala que "estas ganancias van acompañadas de una desigualdad persistente, de una exclusión creciente, de inseguridad causada por las fluctuaciones económicas y de un sentimiento de que las reglas del juego son injustas".

La Memoria del Director General recalca que "las opiniones sobre las características y la orientación de la globalización son objeto de una polarización creciente". Pero también señala la aparición de una "mayor conciencia de que es preciso actuar rápidamente para colmar esa brecha" y de la necesidad de responder a las frustraciones silenciosas. El Director General se felicita por la "amplia receptividad en cuanto a la idea de que el logro de mayores oportunidades de trabajo decente para todos es un objetivo apropiado para la economía globalizada". Insta a que se examinen las posibilidades que ofrece para salvar la brecha entre opiniones contrapuestas respecto de la globalización.

Según el Sr. Somavia, "la mejor expresión de la meta del trabajo decente es la visión que tiene de él la gente". Para los trabajadores que han de enfrentarse a la pobreza extrema, el trabajo decente significa "pasar de la subsistencia a la existencia", y lo consideran "la vía fundamental para salir de la pobreza". Para otros muchos, "se trata de realizar las aspiraciones personales en la existencia diaria y de manifestar solidaridad para con los demás". El Director General añade que "en todas partes, y para todos, el trabajo decente es un medio para garantizar la dignidad humana".

El Director General afirma que "la reducción del déficit de trabajo decente es la vía adecuada para la reducción de la pobreza y una mayor legitimidad de la economía global". Señala que el trabajo decente constituye por sí solo un objetivo, pero que se trata también de un dividendo económico - "la eficiencia económica y la eficiencia social irán unidas". Destaca que resulta esencial aplicar un enfoque integrado - cada uno de los elementos del trabajo decente refuerza los demás y, todos juntos, desempeñan un cometido respecto del logro de objetivos más amplios tales como la erradicación de la pobreza.

Su Memoria también llama la atención sobre una serie de reformas y una modernización recientes introducidas en la Organización, destinadas a "centrar las energías de la OIT en el trabajo decente como una de las principales demandas globales de nuestra época".

Termina haciendo un llamamiento a los Estados Miembros de la OIT para que aprovechen la oportunidad que se les brinda de contribuir a la reducción del déficit global de trabajo decente.

* "Reducir el Déficit de Trabajo Decente: Un Desafío Global", Memoria del Director General de la Oficina Internacional del Trabajo, Conferencia Internacional del Trabajo, 89. a reunión, Ginebra, 2001. ISBN 92-2-311949-9; precio: 15 francos suizos.