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Director general de la OIT advierte que la crisis financiera asiática pudiera tener graves consecuencias sociales

BANGKOK (Noticias de la OIT) ­ Tras señalar el peligro de que las dificultades de los mercados financieros de Asia entrañen graves consecuencias en el plano social, el Director General de la Oficina Internacional del Trabajo instó hoy a los Estados Miembros de la OIT a establecer sistemas adecuados de subsidios de desempleo, facilitar la reubicación profesional de la mano de obra y aumentar las oportunidades de formación y capacitación.

Comunicado de prensa | 9 de diciembre de 1997

BANGKOK (Noticias de la OIT) ­ Tras señalar el peligro de que las dificultades de los mercados financieros de Asia entrañen graves consecuencias en el plano social, el Director General de la Oficina Internacional del Trabajo instó hoy a los Estados Miembros de la OIT a establecer sistemas adecuados de subsidios de desempleo, facilitar la reubicación profesional de la mano de obra y aumentar las oportunidades de formación y capacitación.

En su alocución inaugural ante la Duodécima Reunión Regional Asiática de tres días de duración que se desarrolla en esta capital, el Sr. Michel Hansenne indicó que el largo período de tasas de crecimiento excepcionalmente altas había tenido como resultado una reducción de la pobreza, un aumento considerable del empleo y el incremento de los salarios reales.

Sin embargo, el Director General de la OIT hizo hincapié en que «si no se logra poner freno a la repentina crisis económica de las últimas semanas, ésta podría tener repercusiones sumamente negativas en la economía productiva y, por extensión, en el empleo y el bienestar de los trabajadores».

«Cuando economías como las de Asia oriental y suroriental han experimentado largos períodos de crecimiento, una simple disminución del ritmo de dicho crecimiento puede generar tensiones sociales», agregó.

«Además, las consecuencias sociales de un aumento considerable del desempleo podrían ser catastróficas en razón de la fragilidad de los sistemas de protección social vigentes en la mayoría de los países asiáticos», declaró el Sr. Hansenne. «Por regla general, no existen regímenes de prestaciones de desempleo ni mecanismos que faciliten la readaptación profesional de los trabajadores desempleados o su reintegro a la vida activa. Por consiguiente, las personas que quedan sin empleo son abandonadas a su suerte y se ven obligadas a recabar la ayuda de sus familiares y de otros mecanismos de apoyo tradicionales».

El programa de actividades de la Conferencia prevé el examen de una serie de problemas que interesan a la OIT: empleo, pobreza, desarrollo de los recursos humanos, relaciones laborales y protección de los trabajadores, de las mujeres y de la mano de obra infantil. Estos serán analizados en la perspectiva general de la mundialización de la economía y de la liberalización del comercio. Los participantes contribuirán a formular las nuevas estrategias para la acción de la OIT en la región, que abarcan numerosos temas sociales. En particular, asisten a la Reunión ministros de Trabajo y representantes de los empleadores y los trabajadores de 43 Estados y territorios. (Nota 1)

«La necesidad de contar con sistemas institucionales de protección social fue desestimada durante el período de crecimiento elevado y sostenido y de empleo prácticamente pleno», recordó el Sr. Hansenne. «La actual crisis y el peligro de aumento del desempleo tal vez actúen como catalizadores del cambio, al poner de manifiesto que hacen falta mecanismos oficiales para superar los riesgos económicos que van aparejados con el desarrollo de una economía de ámbito mundial».

El Director General de la OIT abogó por la instauración de sistemas eficaces de subsidios de desempleo y de dispositivos que faciliten la reubicación de los trabajadores sin empleo, así como por la adopción de políticas encaminadas a reducir las desigualdades sociales mediante una mayor oferta de los sistemas de enseñanza y de formación profesional.

«También es importante redoblar esfuerzos para lograr el cumplimiento de las normas del trabajo fundamentales», añadió el Sr. Hansenne refiriéndose al derecho de los trabajadores a organizarse y entablar negociaciones colectivas, a la abolición del trabajo forzoso y del trabajo infantil, a la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor y a la no discriminación en el empleo.

«Además de existir una obligación moral de eliminar el trabajo forzoso y el trabajo infantil, se debe considerar que el pleno respeto de la libertad sindical y del derecho de negociar colectivamente son salvaguardias importantes contra la agudización intolerable de las desigualdades y el deterioro de las normas laborales en las circunstancias de la mundialización», observó. «El mejor antídoto contra tales problemas es un movimiento sindical vigoroso, con una capacidad total para defender los intereses de los trabajadores mediante la negociación colectiva», recalcó.

«La mundialización no será políticamente viable si menoscaba la justicia social», dijo, y añadió que el agravamiento de las desigualdades, la pérdida de bienestar de los trabajadores y la carencia de una protección social adecuada podrían «engendrar descontento y provocar una gran rechazo del proceso de mundialización».

«Pero por encima de estas consideraciones en favor de la prudencia se plantea la importante cuestión de los derechos humanos», prosiguió. «Los trabajadores tienen considerables intereses en el proceso de mundialización y son además el grupo más vulnerable ante los posibles efectos negativos de aquél. Por lo tanto, les corresponde el derecho de ser oídos y de influir en las formas de gestión del proceso de mundialización, tanto nacionales como internacionales. No se deberían escatimar esfuerzos en lo que respecta al fomento del diálogo social y de la democracia laboral».

La actual crisis financiera asiática ilustra la importancia que para la OIT reviste «el examen y la adecuación de su actividad normativa en las circunstancias de la economía mundializada», afirmó el Director General de la OIT, al tiempo que reconocía que algunos gobiernos de las regiones de Asia, el Pacífico y los países árabes han aportado contribuciones a la campaña mundial de ratificación de las normas del trabajo fundamentales, iniciada por la OIT en 1995.

«Sin embargo, cabe preguntarse de qué medios disponemos para respetar el ejercicio de estos derechos, habida cuenta de que todavía no se ha logrado la ratificación universal de los convenios correspondientes», observó el Sr. Hansenne. Agregó que una de las opciones que la OIT estaba examinando era la adopción por los Estados Miembros de una «declaración solemne» en la que conste el significado de algunos valores esenciales y de los principios en que se sustenta el progreso social. El examen de una declaración de tal índole figura en el orden del día de la reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo que se celebrará en 1998.

Nota 1:
Afganistán, Arabia Saudita, Australia, Bahrein, Bangladesh, Camboya, China, Corea (República de), Emiratos Arabes Unidos, Estados-Unidos, Fiji, Filipinas, Francia, Islas Salomón, India, Indonesia, Irán (República islamica del), Iraq, Japón, Jordania, Kuwait, República Democrática Popular Lao, Líbano, Malasia, Mongolia, Myanmar, Nepal, Nueva Zelandia, Omán, Pakistán, Papua Nueva Guinea, Portugal, Qatar, Reino Unido, Rusia (Federación de), Singapur, Sri Lanka, República Arabe Siria, Tailandia, Turkmenistán, Viet Nam, Yemen, y Hong Kong, China.