¡Poniendo el foco en el Trabajo Decente y la Migración Laboral en Centroamérica!

La OIT lanza una serie de notas técnicas, para identificar el perfil laboral y migratorio de las personas migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras, así como una serie recomendaciones para promover empleos decentes, mejorar las condiciones laborales y establecer mecanismos para asegurar la protección social.

Noticia | 13 de diciembre de 2021
San José – La Organización Internacional del Trabajo (OIT), única agencia de las Naciones Unidas con un mandato constitucional para la protección de los derechos de las personas trabajadoras migrantes, trabaja activamente desde su oficina para América Central, Haití, Panamá y República Dominicana para asegurar que el trabajo decente sea una realidad en los procesos de migración laboral.

Sólo una migración regular, ordenada y segura puede garantizar los derechos laborales a las personas migrantes. Para ello la OIT contribuye con análisis y alternativas de soluciones que involucren a los gobiernos, las organizaciones empresariales y de trabajadores.

Aunque no se cuenta con datos precisos que evidencien un aumento de la migración irregular, entre 2020 y 2021 (I semestre), las aprehensiones de personas migrantes de los países del norte de Centroamérica en la frontera sur de los Estados Unidos se han incrementado, pasando alrededor de 131.000 a 302.000 personas.

Como resultado de su análisis actualizado, la OIT publica una serie de notas técnicas, para identificar el perfil laboral y migratorio de las personas migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras, así como el funcionamiento y los desafíos del mercado de trabajo y su vinculación con la migración laboral.

Estos datos demuestran que la estructura población de Guatemala, El Salvador y Honduras condiciona los mercados de trabajo, tomando en cuenta que existe un bono demográfico (una mayor cantidad de población joven) ubicado entre los 5 a 19 años, que representa el 30,7% del total de la población en promedio, y en el caso de Guatemala el 55,5% se encuentra en este rango etario. Además, se estima que en el período de 2019 y 2050, la cantidad de hombres por cada 100 mujeres aumentará de 91 a 95, lo que puede aumentar las desigualdades en acceso a un trabajo decente y segregación ocupacional.

En cuanto a los indicadores del mercado de trabajo, en Guatemala, El Salvador y Honduras solo 57 de cada 100 personas que están en la edad y capacidad de trabajar tienen un empleo. Por otra parte, la desocupación promedio de estos tres países se encuentra en un 4,3%, influenciada en gran medida por el comportamiento del desempleo en Guatemala, que tiene la tasa más baja de los tres países (y que se explica por los altos niveles de informalidad laboral).

Según datos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) 3.888.164 personas han migrado desde Guatemala, Honduras y El Salvador; el 52,5% son mujeres; el 71,1% se ubican en edades entre los 20 y 64 años y el 21,1% están entre los 0 y 19 años. El principal destino es Estados Unidos, con un 87,7% del total de personas que migran de estas naciones.

Coincidentemente, estos datos podrían implicar que la dinámica poblacional afecta el comportamiento del mercado de trabajo, debido a las desigualdades que se experimentan por razón de género, y por ello, sería necesario atender de manera diferenciada estas necesidades.

Los indicadores demográficos y del mercado laboral, así como la pobreza, baja educación, bajos niveles de protección social, altos índices de déficit fiscal, entre otros, son determinantes en el flujo de personas migrantes de estos tres países de Centroamérica.

La situación plantea serios desafíos para las naciones, ante la necesidad de adoptar medidas públicas que les permitan aprovechar el bono demográfico en los próximos años, con el objetivo de reducir las tasas de desocupación, subocupación e informalidad en sus economías y generar las bases para promover empleos decentes y, consecuentemente, mejorar las condiciones laborales y establecer mecanismos para asegurar la protección social.

Partiendo del análisis del comportamiento económico, migratorio y del mercado de trabajo de estos tres países del istmo, la OIT apoya el diseño y la formulación de políticas públicas orientadas a la creación de oportunidades laborales, basadas en el trabajo decente y el fortalecimiento de la gobernanza de la migración laboral, regular y equitativa.

De acuerdo con la directora de la Oficina de la OIT para Centroamérica, Haití, Panamá y República Dominica, Elena Montobbio, “en un contexto migratorio tan complejo y desafiante como el de nuestra región, estamos intensificando nuestro trabajo, a través de la promoción del diálogo social entre los actores clave y la coordinación entre los países para fortalecer la gobernanza de la migración laboral y abordar las causas profundas de la migración irregular, con el trabajo decente en el centro de las soluciones”.

Las estrategias de la OIT se enfocan en garantizar los derechos de las personas migrantes trabajadoras, quienes contribuyen en el desarrollo de las comunidades de acogida, aportando nuevas culturas, costumbres, conocimientos y trabajo. Muchas y muchos de ellos han trabajado durante la pandemia en la primera línea de atención o en servicios de reparto de alimentos o medicamentos, permitiendo que otra parte de la población pueda tomar medidas de cuidado y quedarse en casa.

“En la OIT trabajamos para mejorar las condiciones laborales de la población migrante, fortalecer las capacidades de las instituciones que les brindan servicios; promoviendo los derechos fundamentales en el trabajo, incluyendo la libertad de asociación y la negociación colectiva, en el marco de las Normas Internacionales del Trabajo”, añadió Montobbio.

Para alcanzar dicho objetivo es necesario impulsar el desarrollo y la transformación productiva, bajo la premisa de la sustentabilidad ambiental e incentivar la transición de la economía informal a la economía formal; impulsar empleos verdes y fortalecer la protección social para aprovechar el bono demográfico, antes de su agotamiento.

Resulta indispensable desarrollar el talento humano, fortaleciendo las habilidades y capacidades de las personas para mejorar su empleabilidad.

En el Día Internacional del Migrante -18 de diciembre- la OIT pone a disposición estas notas técnicas para contribuir a un mejor entendimiento del vínculo entre la migración y el ámbito laboral y muestran cómo una respuesta articulada que facilite la integración laboral con derechos para las personas migrantes, resulta un factor clave en la construcción de la paz y la justicia social.