Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

La transición a la economía formal

Mejora de las actividades de reconstrucción en Filipinas

Las actividades de la OIT en Filipinas son un buen ejemplo de lo que puede hacerse para facilitar la transición de la economía informal a la economía formal, ya que no sólo proporcionaron ingresos inmediatos a las víctimas del tifón, sino también un salario mínimo, protección social y seguridad y salud.

Artículo | 17 de agosto de 2015
Marilyn, víctima de un usurero
DÁVAO (Mindanao, Filipinas) – Purok 35 Bucana es un barrio de viviendas precarias situado a lo largo de la transitada carretera principal que comunica el aeropuerto de Dávao, en la isla Mindanao, con el centro de la ciudad.

Unas 500 personas viven en ese asentamiento informal, uno de tantos en esa ciudad de millón y medio de habitantes. Tras transitar el lugar por un sendero de barro de un metro de ancho nos encontramos con Marilyn, de 45 años de edad.

Su pequeña tienda de alimentos (llamada sari-sari) parece ser el lugar de encuentro de las personas que viven en esta zona. En la tienda hay un cartel que promociona productos de belleza locales que ella vende a crédito.

Marilyn gana 200 pesos diarios (alrededor de 4,5 USD), pero tiene que pagar un crédito de 1.200 pesos (26 dólares) con arreglo a una tasa de interés mensual del 20 por ciento.El sistema se conoce localmente como 5-6 (pago de seis por cinco). Es decir, ella es víctima de un usurero.

Marilyn llegó a Dávao con su esposo hace cinco años. “Él sufrió heridas graves en la cabeza como consecuencia de una pelea con otros mineros en Diwal-Diwal, una mina de oro situada en la provincia de Compostela.”

Sin seguro de enfermedad, tuvo que ser trasladado a un hospital en Dávao, en el que afortunadamente una ONG sufragó su costoso tratamiento. “Ahora me ayuda en la tienda”, explica Marilyn.

Julius Aparente, de 24 años, es uno de sus proveedores. Nos encontramos con él algo más adelante en el mismo sendero de barro. Hierve huevos de pato para vender en la calle, y comparte los 180 pesos (4 USD) de ganancia diarios con Virgilio, de 49 años, dueño del balut (el lugar en el que se cocinan los huevos).

Julius Aparente
Julius gana otros 250 pesos (5,50 USD) al día como trabajador temporal en el sector de la construcción, un empleo informal por el que percibe una remuneración inferior al salario mínimo.

Como los ingresos de Julius son irregulares – a veces tiene que esperar tres o cuatro meses antes de encontrar un nuevo trabajo en la construcción – está contento por ganar 90 pesos adicionales vendiendo huevos para Virgilio.

Cuatro de cada diez trabajadores en la economiá informal

Las historias de Marilyn, Julius y Virgilio son habituales para los filipinos y muchas otras personas que viven en los países en desarrollo. Los trabajadores que poseen un empleo vulnerable, lo que se conoce como “economía informal”, por lo general no tienen otra opción que aceptar cualquier trabajo para sobrevivir.
Para ellos, no sólo es difícil ganarse la vida; también están privados de protección social, defensa de sus intereses y garantías jurídicas en materia de legislación laboral.

La OIT estima que por lo menos el 40 por ciento de la fuerza laboral mundial trabaja en empleos informales, si bien algunos observadores consideran que esta cifra es mayor. El término “economía informal” alude al conjunto de actividades económicas desarrolladas por los trabajadores que, a nivel legislativo o en la práctica, no están reguladas en acuerdos formales.

Reconstrucción de la comunidades

No obstante, las cosas están cambiando en la isla de Mindanao, entre otros lugares. Un buen ejemplo en Filipinas es la aldea de Sibahay, a varios centenares de kilómetros al norte de Dávao.

Esta pequeña comunidad de pescadores sufrió graves daños como consecuencia del tifón Bopha, conocido como Pablo en el país, en diciembre de 2012. Las zonas de pesca que proporcionaban ingresos a la comunidad quedaron completamente devastadas.

“Tras el Bopha, lo perdí todo. El tifón destruyó mis cocoteros, no tenía otra fuente de ingresos además de la pesca”, recuerda Richard Orcales, pescador y miembro de la asociación de pescadores de Sibahay.

La OIT, con el apoyo del Gobierno de Australia y de las comunidades locales, ayudó a los habitantes de la aldea a reconstruir estructuras de mejor calidad,y a iniciar su transición a la economía formal.

Beneficios de la formalización

“En Sibahay, como en muchas otras zonas de las Islas Filipinas afectadas por los desastres naturales durante los últimos años, hemos ayudado a la población a reconstruir su vida garantizando un salario, seguridad social y cobertura sanitaria y de accidentes a los trabajadores”, explica Lawrence Jeff Johnson, Director de la Oficina de la OIT en Filipinas.

Hemos ayudado a la población a reconstruir su vida garantizando un salario, seguridad social y cobertura sanitaria y de accidentes a los trabajadores."

Lawrence Jeff Johnson, ILO Country Director
“Numerosas personas se han beneficiado por primera vez de las ventajas del trabajo decente y la protección social.”

En el caso de Sibahay, se suministraron equipos de protección personal y herramientas para la construcción de un criadero de langostas. Ello permitió a pescadores como Richard Orcales generar ingresos, trabajar en condiciones seguras y mantener a sus familias trabajando en el lugar hasta que las zonas de pesca se recuperaron.

Otros proyectos ayudaron a los sobrevivientes del tifón a permanecer cerca de sus hogares en las zonas afectadas en Mindanao, y evitar que se mudaran a ciudades grandes como Dávao o Manila, la capital del país.

Estos proyectos les ofrecieron protección contra la explotación y las condiciones de vida precarias como las que padecen Marilyn y su esposo en el barrio de Bucana.



Una nueva Recomendación para hacer frente a la economía informal

En junio 2015, la 104.a reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo adoptó una nueva Recomendación, la primera norma internacional del trabajo específicamente dirigida a afrontar la economía informal.

La nueva norma del trabajo proporciona estrategias y orientación práctica en materia de políticas y medidas que pueden facilitar la transición de la economía informal a la formal.

Reconoce que la mayoría de las personas que entran en la economía informal no lo hace por elección sino por falta de oportunidades en la economía formal, y por no disponer de otros medios de subsistencia.

Según la región en desarrollo pertinente, entre 45 y 90 por ciento de los trabajadores están en la economía informal. En lo que respecta a las pequeñas y medianas empresas con entre 10 y 250 trabajadores, tantas como 90 por ciento son informales.

El voto de la Conferencia Internacional del Trabajo es considerado un paso crucial para ayudar a los países a establecer las medidas necesarias dirigidas a promover la creación de empleos decentes y empresas sostenibles en la economía formal.
 


Este artículo fue publicado en el número 2015 de la revista Trabajo.