Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Economías rurales

Cultivando los retoños de las zonas rurales

Los habitantes de las ciudades en el mundo desarrollado enfrentan dificultades para encontrar trabajo. En este contexto, la OIT ha lanzado un plan de acción para potenciar las zonas rurales.

Artículo | 18 de octubre de 2012
GINEBRA (OIT Noticias) – Es imposible hablar sobre desarrollo sostenible sin considerar este simple hecho: la mitad de la población mundial, y setenta y cinco por ciento de los pobres del mundo, viven en zonas rurales.

El desafío es aún más apremiante si observamos lo que está sucediendo en las zonas urbanas.

“Las ciudades están muchas veces saturadas en términos de empleo y vivienda. La calidad de vida y los tipos de empleos a veces son muy malos”, dijo Loretta de Luca, Coordinadora para el empleo rural y el trabajo decente de la OIT.

Dejemos de hablar de las zonas rurales sólo en términos de pobreza (...). Tienen el potencial tanto en términos de recursos humanos y físicos.”
Esta tendencia es particularmente visible en África donde, según los demógrafos, el crecimiento urbano ha disminuido debido a la falta de oportunidades de empleo. Como resultado, muchas personas que habían migrado a las ciudades desde las zonas rurales están regresando al campo. Muchos países de Asia y América Latina también tienen problemas de sobrepoblación en las ciudades.

“Dejemos de hablar de las zonas rurales sólo en términos de pobreza. Reconozcamos que mediante políticas adecuadas se puede crear trabajo decente en las zonas rurales. Es allí donde vive gran parte de la gente que precisa trabajo”, señaló de Luca. “Las zonas rurales pueden ser un trampolín para el crecimiento económico. Tienen el potencial tanto en términos de recursos humanos y físicos.”

Redescubrir las zonas rurales


“La migración a las ciudades no puede ser la única opción para los millones de trabajadores rurales que buscan desesperadamente una mejor vida”, agregó de Luca. “Pero habrá más pobreza y tensión política si las personas regresan al campo sin ningún apoyo.”

La OIT ha estado trabajando en un Plan de Acción para las zonas rurales desde 2008. Las discusiones seguirán adelante cuando el Consejo de Administración – el órgano ejecutivo de la OIT – se reúna en noviembre.

Zonas rurales
  • 75 por ciento de los pobres del mundo viven en las zonas rurales.
  • La mitad de la población del mundo vive y trabaja en las zonas rurales.
  • Sólo el 10 por ciento de la fuerza de trabajo rural está organizada en sindicatos.
  • Las mujeres rurales producen entre 60 y 80 por ciento de los alimentos en los países en desarrollo.
  • 1/3 de la producción de alimentos se desperdicia, en gran parte a causa de la falta de infraestructura.
  • 60 por ciento de los niños que trabajan lo hacen en la agricultura.
  • En las zonas rurales, 39 por ciento de las niñas y 45 por ciento de los niños asisten a la escuela secundaria (comparado con 59 por ciento y 60 por ciento, respectivamente, en las zonas urbanas).
La estrategia de la OIT conciernen el empleo, la protección social, las normas del trabajo y el diálogo social.

Además, el Director General de la OIT, Guy Ryder, identificó la economía rural como una de las siete prioridades de la organización.

El trabajo de la OIT relativo a las zonas rurales incluye el empleo rural, la promoción de micro, pequeñas y medianas empresas, y la investigación y el apoyo técnico a cooperativas y organizaciones comunitarias rurales.

La OIT también promueve diversos convenios sobre normas del trabajo que tocan sobre las zonas rurales, así como la extensión de la protección social para los pobres que habitan en estos lugares. La OIT otorgará atención especial a los jóvenes y las mujeres, cuyo potencial en las comunidades rurales aún es subestimado, subdesarrollado e infrautilizado.

“Las zonas rurales no son sólo el último recurso”, afirmó De Luca. “Merecen ser redescubiertas como economías reales en las cuales vale la pena invertir. Pueden convertirse en el motor de un crecimiento que beneficia a las comunidades y a la economía en general. La OIT se encuentra en una posición ideal para promover este potencial, y lo hará de manera integrada.”