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La disyuntiva tiempo-dinero: estudio de la OIT expone las dificultades de trabajadores con responsabilidades familiares

Artículo | 14 de septiembre de 2004

GINEBRA – Para Evangelina Alvarez, de México, una larga y difícil búsqueda de empleo terminó finalmente en frustración.

"La razón por la cual no me contrataron fue simplemente que tengo un hijo", dice Alvarez, quien no logró conseguir trabajo debido principalmente a sus responsabilidades familiares.

Su caso no es una excepción. Según una nueva publicación de la OIT, los trabajadores con responsabilidades familiares siguen enfrentándose con formas de discriminación sutiles pero generalizadas que pueden impedir que consigan un buen empleo o incluso que los contraten.

"En distintos contextos geográficos, sociales y económicos, los padres tienen menos oportunidades de conseguir el trabajo que necesitan que los adultos sin niños", dice Jody Heyman, autora de "How are workers with family responsibilities faring in the workplace?" ( Nota 1), publicada por el Programa sobre las condiciones de trabajo y empleo de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) como contribución al décimo aniversario del Año de la Familia.

La publicación está basada en un estudio que abarcó unas 1.000 entrevistas en Botswana, Estados Unidos, Honduras, México, Rusia y Viet Nam para examinar las dificultades con que tropiezan las personas de bajos ingresos cuando tratan de ganarse la vida con un trabajo decente y ocuparse al mismo tiempo de sus responsabilidades familiares. El estudio muestra que a pesar de las diferencias individuales y regionales hay "características comunes evidentes en las experiencias de los padres que trabajan", aun cuando pertenezcan a diversos contextos políticos y económicos, y a diferentes culturas.

Por ejemplo, "las mujeres son objeto de discriminación cuando están embarazadas y cuando se sabe que están criando niños", dice la autora, y añade que "los hombres son también objeto de discriminación cuando están considerados como padres que se ocupan de sus hijos".

Al mismo tiempo, las entrevistas revelan que los pobres tienen más probabilidades de perder su remuneración, una promoción o un empleo mientras se ocupan del cuidado de su familia debido a sus precarias condiciones de trabajo. Heyman añade que "tienen más probabilidades de caer en el círculo vicioso de una pobreza intergeneracional, cada vez más profunda".

Aunque los hombres también pueden ser víctimas de discriminación, este fenómeno afecta típicamente a las mujeres, ya que éstas siguen soportando la mayor parte de la carga en el cuidado de la familia. No sólo tienen dificultades para encontrar un empleo, sino que pueden perderlo también más fácilmente. Las madres entrevistadas en el marco del estudio estaban dispuestas con frecuencia a aceptar empleos con menor remuneración, por ejemplo en el sector informal, para disponer de mayor flexibilidad.

El hecho de que las responsabilidades familiares sean una causa importante de discriminación en el mercado laboral y de la consiguiente falta de condiciones de trabajo decentes, y de que tanto la desigualdad de género como la pobreza se vean agravadas por los conflictos entre el trabajo y la familia, tiene implicaciones políticas para los gobiernos. Esto queda claro cuando se trata de incorporar los instrumentos internacionales sobre la cuestión de los padres que trabajan a disposiciones legislativas que puedan aplicarse eficazmente.

"Es necesario que los gobiernos y los interlocutores sociales presten una creciente atención a las políticas y medidas tendentes a reducir el conflicto entre el trabajo y la familia", dice François Eyraud, Jefe del Programa sobre las condiciones de trabajo y empleo de la OIT ( Nota 2), y añade lo siguiente: "Las tendencias recientes tanto por lo que respecta al mercado de trabajo como a la familia hacen que la situación sea cada vez más difícil para las familias al verse confrontadas a una disyuntiva entre el tiempo y el dinero".

En 1981, los delegados de los gobiernos, los trabajadores y los empleadores a la reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo adoptaron el Convenio sobre los trabajadores con responsabilidades familiares, 1981 (núm. 156), que aborda el problema del conflicto entre el trabajo y la familia. Según los términos del Convenio: "cada Miembro deberá incluir entre los objetivos de su política nacional el de permitir que las personas con responsabilidades familiares que desempeñen o deseen desempeñar un empleo ejerzan su derecho a hacerlo sin ser objeto de discriminación".

"El conflicto entre el trabajo y la familia sólo puede resolverse si logramos que las responsabilidades profesionales y familiares sean más compatibles", dice el Sr. Eyraud. Esto requiere medidas que conduzcan a "una situación en la que todos ganan, a fin de lograr a la vez la eficacia en términos de organización y el bienestar de los trabajadores".


Nota 1

Nota 2 - Programa sobre las condiciones de trabajo y empleo de la OIT.