Día Mundial del Medio Ambiente

Director General de la OIT: Preservemos un planeta seguro, limpio y apto para el trabajo

La OIT se une a la comunidad internacional en la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, que este año se centra en cómo podemos combatir la contaminación causada por los plásticos.

Declaración | 5 de junio de 2018
© Anne-Mette Jensen
El plástico se ha convertido en el producto distintivo de la economía moderna y se encuentra en todos los aspectos de la vida contemporánea. Aunque tiene importantes ventajas, el uso que se le da actualmente presenta muchos inconvenientes.

Más del 32 por ciento de los envases de plástico elude los sistemas de recogida. En su mayoría, estos envases terminan en vertederos, basurales o simplemente esparcidos en el medio ambiente: en ciudades, océanos o tierras de cultivo.

Si no actuamos ahora, habrá más plástico que peces en los océanos en 2050, según el Foro Económico Mundial y la Fundación Ellen MacArthur.

El desafío que tenemos ante nosotros es transformar la economía del plástico basada en el modelo "fabricar, usar y tirar" en una economía circular basada en el reciclaje. También debemos reducir nuestro consumo de plásticos desechables o de un único uso.

Podemos reducir el daño ambiental de la contaminación causada por los plásticos alargando el mayor tiempo posible el uso de los productos de plástico y elevando sustancialmente el nivel de recuperación, reutilización y reciclaje de estos productos. De este modo, no solo se reduce el daño ambiental causado por los productos de plástico, sino que también se crean nuevas oportunidades de trabajo decente.

Según el informe de la OIT titulado Sostenibilidad medioambiental con empleo – Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2018, un aumento anual sostenido del 5% de las tasas de reciclaje de plástico, vidrio, celulosa, metal y minerales puede generar alrededor de seis millones de empleos adicionales en todo el mundo. El sector del tratamiento y el reciclaje de residuos ya emplea a más de 500 000 personas en el Brasil y aproximadamente al mismo número de trabajadores en Bangladesh, en su mayoría mujeres.

Sin embargo, la triste realidad es que en muchos países el tratamiento de desechos plásticos – al igual que el de desechos eléctricos y electrónicos y del creciente volumen de residuos sólidos – sigue realizándose, en gran parte, en la economía informal. Los trabajadores se enfrentan a graves déficits de trabajo decente, por ejemplo, situaciones de peligro relacionadas con el trabajo, discriminación, estigmatización, violencia y acoso, bajos ingresos y largas jornadas de trabajo. Con frecuencia, no están regularizados ni protegidos por la legislación laboral y no tienen acceso a las prestaciones de la protección social.

Si se combaten esos déficits, se ampliarán sustancialmente las oportunidades de trabajo decente. Un marco jurídico coherente e integrado constituye un primer paso en esa dirección. Los mandantes de la OIT gobiernos y organizaciones de empleadores y de trabajadores – desempeñan un papel decisivo a ese respecto.

El año que viene, la OIT auspiciará un Foro de diálogo mundial sobre el trabajo decente en la gestión de los desechos eléctricos y electrónicos, del que se espera que surjan nuevas soluciones y recomendaciones.

La OIT ha ejecutado con éxito varios proyectos en todo el mundo para promover la formalización en el sector de la gestión de desechos, el desarrollo de competencias y la iniciativa empresarial. También estamos desempeñando un importante papel en la promoción del diálogo social, en colaboración con el sector empresarial, así como con las organizaciones de empleadores y de trabajadores.

Por otro lado, se han establecido cooperativas y otras organizaciones de la economía social y solidaria en países como el Brasil, Colombia, Filipinas, India, Indonesia, México y Sudáfrica para incrementar el poder de negociación y de expresión colectiva de los recolectores de desechos. Además, estas cooperativas permiten integrar a dichos trabajadores en las cadenas de gestión de desechos como trabajadores que llevan a cabo tareas de reciclaje.

Inspirándonos en estas experiencias positivas, podemos hacer más por mantener nuestro planeta seguro, limpio y apto para el trabajo.