Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia

Hacer que las políticas en el lugar de trabajo apoyen a todas las familias

"Con arreglo a los principios consagrados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, ninguna trabajadora ni ningún trabajador LGBTI debe quedar atrás. Pongámonos hoy en pie en solidaridad con los derechos de las trabajadoras y trabajadores LGBTI y sus familias," dice el Director General de la OIT Guy Ryder.

Declaración | 17 de mayo de 2017
© Benson Kua
“El amor hace a la familia” es el lema del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia para 2017. La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que “la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”. En este día rendimos homenaje a las familias en todas sus formas.

Lo que sucede en el lugar de trabajo también afecta a la vida familiar. Por lo tanto, es importante preguntarse si las trabajadoras y los trabajadores lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) pueden ejercer plenamente sus derechos en el trabajo y logran conciliar el trabajo con las responsabilidades familiares.

Desafortunadamente, con mucha frecuencia la respuesta es negativa. En sus investigaciones, la OIT ha llegado a la conclusión de que las políticas en el lugar de trabajo, que suelen crearse desde una perspectiva heteronormativa, pueden presentar carencias a la hora de resolver los problemas y preocupaciones de las trabajadoras y trabajadores LGBT. Por ejemplo, estas personas podrían quedar excluidas de los derechos a prestaciones o licencias, como la licencia parental, por el mero hecho de que sus familias no se ajustan a las pautas tradicionales. Además, el temor a la discriminación lleva a muchas trabajadoras y trabajadores LGBT a ocultar su orientación sexual y su identidad de género, especialmente en las primeras etapas de su carrera profesional. Ello significa que, incluso cuando estas trabajadoras y trabajadores y sus familias puedan disponer de protección social, el temor a la visibilización y la discriminación les impide el acceso a la misma.

Frente al miedo, el rechazo y los entornos de trabajo hostiles, muchas personas LGBT se orientan hacia la economía informal, donde son más vulnerables a la explotación. Las personas transgénero siguen luchando para mantener sus medios de vida. Algunas acaban realizando trabajos sexuales y corren el riesgo de marginarse aún más o de contraer infecciones como el VIH.

Cuando las trabajadoras y trabajadores LGBTI no gozan de igualdad de oportunidades y de trato en el trabajo, sus familias, incluidos sus hijos, también sufren las consecuencias de esta desigualdad.

Los procedimientos y políticas en el lugar de trabajo pueden suponer un cambio real y positivo para las trabajadoras y trabajadores LGBTI y sus familias, siempre que en ellos se aborden los problemas específicos a los que hacen frente estas personas y se tomen medidas para acabar con el estigma que puede asociarse a la identidad LGBTI.

Si bien las trabajadoras y trabajadores LGBTI están ahora mejor representados y sus condiciones de trabajo han evolucionado en algunos países, aún queda mucho por hacer para que los lugares de trabajo sean inclusivos respecto de todos los trabajadores y sus familias.

Con arreglo a los principios consagrados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, ninguna trabajadora ni ningún trabajador LGBTI debe quedar atrás. Pongámonos hoy en pie en solidaridad con los derechos de las trabajadoras y trabajadores LGBTI y sus familias.