En las últimas décadas, la difusión de la tecnología y de las infraestructuras digitales ha abierto nuevas y aparentemente inigualables oportunidades de crecimiento sostenido e innovación. Los mercados se han interconectado más, los productos y servicios digitales han proliferado en todo el mundo y las innovaciones digitales han contribuido a mejorar la productividad y la competitividad.

Sin embargo, un segmento importante pero a menudo ignorado de la economía mundial ha quedado en gran medida excluido de los beneficios de la "revolución digital": las microempresas y las pequeñas empresas (MPE) tienden a estar infradigitalizadas y, por tanto, pueden tener dificultades para aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece la digitalización. Se trata de un problema especialmente alarmante, dado que las microempresas y las pequeñas empresas desempeñan un papel fundamental en las economías y las sociedades como creadoras de empleo e impulsoras del crecimiento y la mitigación de la pobreza.

Es importante crear un entorno que permita a las microempresas aprovechar la digitalización para el crecimiento de la productividad y la creación de más y mejores empleos. Este informe tiene en cuenta la diversidad de las microempresas y presenta una imagen matizada de los obstáculos y las oportunidades que conlleva la digitalización de las microempresas y su contribución al crecimiento de la productividad y la creación de empleo.

Este informe y sus recomendaciones políticas deben considerarse como una llamada a la acción por derecho propio. La crisis de COVID-19 ha ejercido una enorme presión sobre las microempresas y ha ralentizado el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Las microempresas competitivas que proporcionan un trabajo decente pueden ser motores de recuperación y prosperidad para las sociedades en las que se asientan. Apoyar a las microempresas en el uso de la digitalización para mejorar su resiliencia y competitividad es primordial para lograrlo.