BUENOS AIRES, Argentina (OIT Noticias) — Con el foco puesto en la constitución de la Argentina como País Pionero de la Alianza 8.7 de las Naciones Unidas, que tiene como objetivo la erradicación del trabajo infantil y forzoso y la trata de personas, integrantes de la Oficina de País de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para la Argentina avanzaron en la agenda de cooperación técnica en la provincia de Mendoza junto a representantes del gobierno, del sector empleador y sindical.

Las reuniones de trabajo estuvieron centradas en los desafíos laborales de la producción agrícola en la provincia, con ejes en la erradicación del trabajo infantil y forzoso, la conducta empresarial responsable, el turismo vitivinícola sostenible, el trabajo decente y la formalización laboral.

A través de los distintos encuentros, que tuvieron lugar en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) y en el Centro de Convenciones y Exposiciones de la ciudad de Mendoza, el equipo técnico estableció una serie de compromisos a partir del diálogo e intercambió con diferentes organizaciones y actores de la provincia en torno a la erradicación del trabajo infantil y forzoso y la trata de personas y la agenda de trabajo decente.

Además, se abordó el rol de la intermediación laboral en las contrataciones temporarias en el sector agrícola y los Convenios de Corresponsabilidad Gremial en tanto herramientas para la formalización laboral de los trabajadores y las trabajadoras temporales. Con respecto a este eje, también se tuvieron en cuenta los lineamientos del Decreto 514/21, el cual busca promover el acceso a un trabajo registrado sin perder otros beneficios.

La misión técnica, que tuvo lugar los días 14 y 15 de febrero, contó con la participación de María Eugenia Sconfienza, Gustavo Ponce y Verónica González, de la OIT Argentina.

También participó Jaime Godoy, Coordinador Nacional de Proyecto de Conducta Empresarial Responsable para América Latina y el Caribe (CERALC) de la Oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, que planteó la responsabilidad de las empresas en el cumplimiento de los derechos humanos y destacó la Declaración tripartita de Principios sobre las compañías multinacionales y la política social.

Otro de los ejes destacados de la misión fue el impulso del turismo sostenible dentro del sector vitivinícola, donde, entre varios puntos, se planteó la necesidad de formación laboral y retención de talentos para el desarrollo de la actividad.