Transición hacia la economía formal

La OIT acompañó a la CTAA en la presentación de un estudio sobre el impacto de la pandemia en la economía informal

Representantes sindicales y de la Organización participaron en un taller virtual enfocado en la informalidad laboral en el área metropolitana de Buenos Aires. En Argentina, la recuperación del empleo está siendo traccionada por el crecimiento del empleo informal.

Comunicado de prensa | 15 de julio de 2021

(Buenos Aires, OIT Argentina) – La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA) organizaron un taller virtual sobre el fortalecimiento de la transición de la economía informal a la formal en Argentina.

El encuentro se realizó durante dos jornadas, el 13 y 14 de julio de 2021, con la participación de líderes sindicales del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y presidido Ricardo Peidró y Adolfo Aguirre –el Secretario General y el Secretario de Relaciones Internacionales de la CTAA, respectivamente–.

Durante la primera jornada del taller se presentó el estudio La Informalidad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (2019-2020). Un análisis en el contexto de la pandemia, elaborado por Sonia Balza. En la segunda jornada, el encuentro se concentró en el análisis de la trayectoria de las centrales sindicales argentinas en torno al combate a la informalidad y la perspectiva organizacional y jurídica.

El estudio elaborado por Balza señala el impacto negativo de la crisis sobre el empleo no registrado y un mayor empeoramiento de las condiciones laborales para el empleo precarizado y entre las mujeres desprotegidas. De hecho, el crecimiento de la desocupación femenina y el rol de las cuidadoras y gestoras del hogar, frente a situaciones disímiles en donde las mujeres no pudieron dejar sus casas para ir trabajar, son puntos destacados del informe.

A su vez, el trabajo de Balza analiza las consecuencias de los mercados concentrados en las pequeñas unidades económicas como factor influyente de la informalidad laboral en el AMBA: la subcontratación como forma de contratación laboral y productiva, como factor de informalidad y como en el AMBA la precariedad superó al cuarto de la población asalariada.

El estudio también aborda aspectos como la baja inversión tecnológica, la inestabilidad en el puesto de trabajo –más alta entre las y los asalariados no registrados– y la subocupación –que afecta principalmente a las personas más jóvenes y, en particular, a las mujeres–. En efecto, destaca el informe, las mujeres jóvenes, son las más golpeadas por la crisis de la COVID-19 en la desocupación y en la imposibilidad de ejercer sus derechos y la falta de una protección social efectiva.

De acuerdo con Balza, durante la pandemia, todos los indicadores socio-económicos y laborales empeoraron. Y lo hicieron de manera diferencial, perjudicando aún más a la población trabajadora informal. Asimismo, el informe enfatizó la importancia de generar nuevos marcos de organización gremial para incorporar al segmento de trabajadores informales y de adoptar estrategias de restitución y adquisición de derechos laborales al conjunto de la fuerza de trabajo.


El impacto de la pandemia en la informalidad laboral

“En Argentina, la recuperación del empleo está siendo traccionada principalmente por el empleo informal”, dijo Elva López Mourelo, funcionaria en instituciones del mercado de trabajo inclusivo de la OIT Argentina, quien brindó una exposición sobre el impacto de la pandemia en la informalidad laboral en el país.

De acuerdo con López Mourelo, durante la segunda mitad de 2020 se observó cierta destrucción del empleo asalariado formal. “Si bien la situación pareció revertirse a comienzos de este año, se trata de una tendencia que podría llevar a una desformalización y a la pérdida de muchos de los logros alcanzados en materia de formalización en los últimos años”, sostuvo.

En este sentido, la funcionaria indicó que, en esta ocasión, no se observaron mecanismos tradicionales de periodos de recesión, como el papel contracíclico que suelen desempeñar el trabajo por cuenta propia y el empleo informal. Así, esta crisis tiene “características inéditas que la diferencian de las anteriores, en las que, en general, solía haber fuertes incrementos en las tasas de desempleo y de la informalidad”, explicó López Mourelo.

La pandemia impactó más a las personas que trabajan por cuenta propia que a las asalariadas. En el mismo sentido, dejó efectos más profundos entre quienes trabajan en la informalidad. “Dado que las pérdidas de empleo han sido más intensas entre los trabajadores informales y las mujeres están sobrerrepresentadas en la informalidad, existe un alto riesgo de que esta crisis agrave las brechas de género que ya existían en muchos países”, advirtió la funcionaria de la OIT Argentina.

Para López Mourelo, la reapertura paulatina de la actividad económica permite proyectar cómo será el escenario de recuperación del empleo tras la pandemia.

 “Si se diseñan políticas públicas adecuadas, resultado del diálogo social y el consenso entre gobiernos, organizaciones de trabajadores y organizaciones de empleadores, se podría lograr que la recuperación económica venga acompañada de una mayor formalización laboral, lo que a su vez permitiría contar con un mayor porcentaje de la población en condiciones de trabajo decente y con acceso a mecanismos de protección social que darían lugar a su vez a sociedades más iguales y más resilientes”, concluyó López Mourelo.

Por otra parte, la especialista de actividades con los trabajadores de la oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, Maribel Batista, hizo una breve exposición sobre le evolución del abordaje de la informalidad en el marco de la Organización. Así, Batista destacó la Recomendación 204 de la OIT sobre la transición de la economía informal a la formalidad.

La actividad también contó con la participación de representantes de la CGT y de la CTA-T, entre ellos Guillermo Zucotti, Carmen Britez y Andrés Larisgoitía.