Estructura y organigrama

El Director Regional –representante del Director General en la región- tiene bajo su responsabilidad la gestión y el buen funcionamiento de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe.

La Oficina Regional tiene la responsabilidad de velar por el cumplimiento de los principios y políticas generales de la OIT en todas las actividades que se despliegan en la región. Aporta una visión integrada, liderazgo y coherencia de políticas; refuerza la estrategia de la Organización en la región; garantiza la ejecución efectiva y eficiente del programa y presupuesto, incluyendo la cooperación técnica; e impulsa alianzas externas.

Asegura que la programación y su ejecución se lleve a cabo de conformidad con la política de la Organización y que responda a las necesidades de los mandantes tripartitos, que son los gobiernos, y las organizaciones de empleadores y las organizaciones de trabajadores de los Estados Miembros.

Para el funcionamiento de la Oficina Regional con sede en Lima, Perú, el Director Regional cuenta con el apoyo de un grupo de especialistas regionales en temas relacionados con el mundo del trabajo, así como con unidades operativas en las áreas de Finanzas y Administración, Programación, y Recursos Humanos.

Por otra parte, la Oficina Regional de la OIT cuenta con una red de oficinas en diversos países de América Latina y el Caribe que, en consulta con los constituyentes tripartitos, tienen la responsabilidad de identificar las necesidades y desarrollar, ejecutar, informar y evaluar las actividades que se desarrollen con el fin de alcanzar los objetivos estratégicos de la OIT.

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El Director Regional ha instituido un Equipo Directivo Regional que se reúne periódicamente con el fin de tratar los temas inherentes a la región.

Las áreas de trabajo prioritarias para la OIT en la región son:

1) Primero, políticas de desarrollo productivo para más y mejores empleos. Esta prioridad obedece al hecho de que en nuestros países las políticas de empleo no pueden ser exitosas a menos que estén bien ancladas en un proceso de transformación estructural que mejore las matrices productivas y genere un crecimiento más inclusivo.

2) Segundo, la transición de la economía informal hacia la formalidad. Estro incluye la continuación del Programa FORLAC de formalización, iniciado en 2013, así como la profundización y consolidación de acciones basadas en la nueva Recomendacion 204 de la OIT, producto de un consenso tripartito sobre el tipo de políticas necesarias para promover la formalización adoptada por los 186 países miembro en la Conferencia Internacional del Trabajo en Junio pasado.

3) La tercera prioridad está relacionada con el trabajo normativo de la OIT. Es decir, la aplicación y el respeto de las normas internacionales de trabajo y la legislación laboral, incluyendo lo referido a los convenios fundamentales, la libertad sindical y la negociación colectiva.