Op-Ed

Una nueva normalidad con igualdad salarial entre hombres y mujeres

Artículo de Vinícius Pinheiro, Director Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, y María Noel Vaeza, Directora Regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres, publicado en Planeta Futuro del diario El País, en ocasión al Día Internacional de la Igualdad Salarial este 18 de septiembre.

Artículo | 17 de septiembre de 2020
A comienzos de mes, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunció una medida histórica para que la selección brasileña de fútbol femenino reciba el mismo salario que el equipo masculino. Sin lugar a dudas, esto es un triunfo para todas las atletas profesionales que se han organizado para demandar igualdad de remuneraciones y condiciones que sus pares hombres.

Sin embargo, aún queda un camino muy largo para lograr la igualdad de género en el mundo del trabajo y muchas mujeres continúan rezagadas en términos de participación y de remuneración.

Según las últimas estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres ganan alrededor de 20% menos que los hombres por hora trabajada a nivel mundial, mientras que en América Latina y el Caribe esta cifra se sitúa en 17%. Y esta desigualdad se da a pesar de que tengan la misma edad, educación, presencia de niños en sus hogares, y tipo de empleo.

Con la llegada de la pandemia de COVID-19 las desigualdades de género en el trabajo son más evidentes. La crisis afecta de manera desproporcionada a las mujeres, quienes están perdiendo sus empleos a un ritmo mucho mayor que los hombres. En pocas palabras, antes ganaban menos que ellos por un trabajo de igual valor y ahora son las más golpeadas por el desempleo o la inactividad.

Esto también sucede en el hogar, donde ellas han asumido gran parte del trabajo adicional no remunerado a causa del cierre generalizado de escuelas, centros educativos y guarderías, el cuidado de personas enfermas y la mayor cantidad de actividades desarrolladas en los hogares. Esto pone en evidencia la necesidad de mejorar el reparto de las labores de cuidado y domésticas, probablemente el cambio cultural más importante que se requiere para avanzar en igualdad de oportunidades.

Otros factores, como la segregación ocupacional influyen considerablemente en las disparidades salariales por motivo de género. Las mujeres sistemáticamente se encuentran concentradas en ciertas ramas de actividad y ocupaciones marcadas por menor reconocimiento social, mayor inestabilidad laboral y menor salario, como el comercio o el servicio, que además han sido los sectores más golpeados por la covid-19.

Además, el 93% de las personas que se dedican al trabajo doméstico en la región son mujeres, y esta también ha sido una ocupación especialmente afectada en tiempos de pandemia.

La igualdad salarial es una preocupación de larga data que se ha traducido en la ratificación por parte de 173 países de todo el mundo del Convenio 100 de la OIT sobre igualdad de remuneración. Sin embargo, pese a este consenso global, la normativa no se ha traducido en políticas y programas que permitan avanzar de manera efectiva en la reducción de la brecha.

Es evidente que la crisis actual ocasionará una importante caída de los salarios reales de las y los trabajadores en general pero, como ya hemos visto anteriormente, las mujeres enfrentan este escenario con una serie de adversidades desde antes de la pandemia que hará necesario adoptar medidas transformadoras y políticas públicas eficaces que protejan a quienes más lo necesitan.

Este viernes 18 de septiembre se celebra por primera vez el Día Internacional de la Igualdad Salarial, una ocasión especial para recordar que no debemos bajar la guardia frente a la lucha incesante por alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres en el mercado de trabajo.

Frente a ello, la Coalición Internacional para la Igualdad Salarial (EPIC por sus siglas en inglés), liderada por la OIT, ONU Mujeres y la OCDE, ha hecho una llamada a la acción para animar a los actores políticos y sociales a tomar las medidas necesarias para garantizar que esta esté en el centro de los esfuerzos de recuperación en todo el mundo.

La igualdad salarial entre mujeres y hombres debe ser un objetivo de los esfuerzos de recuperación post COVID-19. La construcción de una nueva normalidad, más inclusiva y justa en el mundo del trabajo, que además nos permita enfrentar esta crisis y las que vendrán en el futuro, requiere que cerremos esas brechas.


*Nota: si deseas participar en el encuentro convocado por EPIC este 18 de septiembre, puedes inscribirte aquí.