Nuevo estudio

Lanzamiento del libro "Una OIT para todas las Estaciones": Entrevista con Kari Tapiola

Kari Tapiola, ex director general adjunto de la OIT, presenta su estudio "Una OIT para todas las estaciones", que se lanzará el 29 de junio de 2020.

Noticia | 26 de junio de 2020
Contacto: Mamadou Kaba SOUARE, souare@ilo.org
Kari Tapiola, 
ex Director-general adjunto de la OIT

ACTRAV INFO: ¿Por qué ha escrito este libro?

La idea surgió a partir de una conversación con la Directora de ACTRAV, Maria Helena André cuando resultó evidente que, tras las medidas preventivas iniciales, no iba a tardar en llegar una crisis económica y de empleo. Los problemas de partida eran en principio los mismos que los que había tratado la OIT desde su primera Conferencia en 1919 y las primeras normas laborales sobre desempleo. Enseguida vimos que la respuesta a la COVID-19 tendría que basarse en la experiencia de las recesiones de los años veinte y treinta y la reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. Parecía importante explicar cómo se han utilizado las normas y las políticas de la OIT durante el último siglo para hacer frente a las crisis sanitarias y de empleo.

ACTRAV INFO: ¿Qué lecciones importantes se pueden extraer de la historia de la OIT para mitigar los efectos de la crisis social y de empleo?

Los métodos de gestión de crisis a gran escala se han ido adaptado constantemente, pero la base del impulso sigue siendo la misma. El seguro de desempleo es un primer auxilio necesario. Sin embargo, la reconstrucción requiere inversiones que puedan generar empleo y actividad económica. Siempre ha habido debate sobre en qué medida se puede considerar que esto sea una intervención económica del Estado o un apoyo al sector privado.
El consenso actual es que las empresas sostenibles son el principal agente para proporcionar el empleo pleno, productivo y libremente elegido. Pero esto presupone que haya un diálogo social y se respeten las normas fundamentales, incluido el derecho a la negociación colectiva.

La mayor parte del empleo tiene lugar en la economía informal, y las microempresas y las pymes son esenciales para proporcionar empleo e ingresos. Debemos asegurarnos de que el trabajo que ofrecen sea decente.

Otra de las lecciones es que las medidas de seguridad y salud en el trabajo elaboradas por la OIT frente a virus como el VIH/SIDA, el SARS y el Ébola se pueden aplicar también a la COVID-19. Hay que aprovechar los conocimientos adquiridos. No se trata de inventar nada nuevo, sino de mejorar el sistema existente.

Cuando aprendí a conducir, los coches no tenían cinturones de seguridad. Los equipos y procedimientos de protección para los trabajadores estaban mucho menos desarrollados. No se prestaba atención a preocupaciones ambientales dentro y en torno a los lugares de trabajo. No había controles de seguridad en los aeropuertos. Hace quince años, en casi todos los edificios públicos, como el de la OIT en Ginebra, se podía entrar sin ser controlado. La seguridad personal y colectiva ha ido aumentando con cada crisis vivida. Y todo esto, en su mayor parte, está directamente relacionado con el mundo del trabajo.

ACTRAV INFO: ¿Qué expectativas tiene con respecto a la OIT y sus mandantes de cara a la reconstrucción del mundo poscoronavirus?

La reacción, bastante acertada, que han tenido en varios países y sectores, ha sido involucrar a los empleadores y sindicatos en el diseño y la aplicación de medidas anticrisis. En estos casos se debe continuar con el esfuerzo conjunto, ya que el proceso de regeneración va a ser largo. Los “trabajadores de primera línea” cuentan ahora con un mayor reconocimiento, algo que debería llevar a una reevaluación permanente de la posición que tienen en la sociedad. Esto concierne especialmente, además de a un gran número de mujeres, a los migrantes, cuyas inadecuadas condiciones de trabajo y de vida han contribuido a la pandemia.

En otros casos, en los que han prevalecido las medidas de política autoritaria, debería darse más espacio a los interlocutores sociales y a la comunidad científica para gestionar las consecuencias de la crisis y el proceso de reconstrucción. También son importantes las iniciativas locales.
Es necesario prestar mucha más atención a los efectos devastadores de la COVID-19 en el mundo en desarrollo. La única forma de que disminuya el riesgo de este tipo de desastres sanitarios, ambientales y económicos es aunando los esfuerzos para mejorar las condiciones de trabajo y de vida y combatir la desigualdad creciente en todas las sociedades.