13 historias de jóvenes indígenas en Guatemala que emprenden proyectos sostenibles en la economía local y familiar
OIT y el Consejo de Juventudes Indígenas de Guatemala presentaron estudio sobre iniciativas exitosas para afrontar el fenómeno de la COVID-19
Edwin nació en La Aldea Punta Brava, Los Amates, Izabal en Guatemala. Se identifica como maya q’eqchi’ y actualmente es coordinador de proyecto en el Instituto Puente, localizado en Aldea Punta Brava. Luego de diecisiete años de haber migrado por razones de estudios, Edwin regresó a su comunidad de origen a impulsar un centro educativo de nivel medio para que otras personas tuvieran oportunidades de educación como las que él tuvo.
El COVID-19 impactó a Edwin en diversas formas. Con la suspensión de actividades en el centro educativo en el que labora, la paralización del transporte público hacia centros urbanos de abastecimiento o trámites; el encarecimiento o escasez de algunas verduras que provienen de departamentos como Quiché o Quetzaltenango, así como el aislamiento de la comunidad, incluyendo la prohibición relativa de ingreso de personas de otros departamentos, y el cambio de planes en el ciclo escolar y la suspensión en la implementación de proyectos de turismo en la comunidad.
Edwin con su trabajo y liderazgo quiere contribuir a la consolidación de un Estado plural, desde y para las personas y comunidades, a través de la educación, el emprendimiento, la participación política y el fortalecimiento de las instituciones democráticas.
María Margarita Choguaj Mazat es una mujer, Kaqchiquel, abogada, madre, vecina del Parcelamiento Pampojilá, del municipio de San Lucas Tolimán del departamento de Sololá, en Guatemala. Actualmente es presidenta del Consejo de Juventudes Indígenas de Guatemala y su involucramiento en espacios organizativos empezó a partir de los 13 años, lo que principalmente la motivó fue la experiencia de racismo y discriminación que ha vivido, también empezó a buscar espacios de formación e incidencia.
El COVID-19 ha impactado en la vida cotidiana de Margarita, en su ejercicio profesional como abogada. “Hay un exceso de trabajo al no tener un horario establecido y el rol de madre obliga a organizarse aún más”.
Así como Edwin y Margarita, un total de 13 jóvenes indígenas contaron sus experiencias de vida en el marco de la crisis provocada por la pandemia del COVID-19, las cuales fueron sistematizadas en un estudio desarrollado por el Consejo de Juventudes Indígenas y la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Guatemala, como producto de una alianza interinstitucional. Dicho estudio se presentó en Antigua Guatemala el pasado 26 de setiembre de 2022.
El Consejo de Juventudes Indígenas de Guatemala es una organización sin fines de lucro, conformada por jóvenes indígenas que promueven un modelo de desarrollo para el buen vivir Utz K’aslemal por medio de una organización sostenible, propositiva, participativa y articuladora.
Dicha organización establece cuatro ejes de trabajo para generar incidencia en distintos niveles, los cuales, a su vez, son integrales y complementarios desde los legados culturales y vigentes en sus prácticas de culturas vivas y evolutivas. Se trata de educación, identidad, participación política y empoderamiento económico.
Durante la presentación del estudio, Margarita Choguaj compartió con las participantes el significado de juventudes indígenas, que “en sintonía de la edad, responsabilidades y cambios psicobiológicos, son aquellas personas con edad joven (menores de 40 años), con una interacción o, de algún modo, alguna conexión con las bases culturales de los pueblos originarios”.
“La construcción de la juventud plantea una lucha entre las formas de ser y los valores que imponen las normas, casi siempre precedidas de valoraciones genéricas que definen el comportamiento propio de las mujeres y los hombres en las responsabilidades y compromisos comunitarios con el sistema de aspiraciones y modos de vida de la juventud que experimentan vivencias de movilidad laboral, migratoria, educativa, en espacios diferentes al de origen”, señaló Choguaj.
Por su parte, Gerardo Guarquez y Marco Antonio Juarez del Consejo de Juventudes Indígenas presentaron los resultados y conclusiones del estudio, el cual reveló hallazgos referidos a sistemas de producción agrícola, participación política, cosmovisión, economía, salud y espiritualidad.
Adicionalmente, Hernan Coronado, especialista de OIT para pueblos indígenas resaltó la importancia del trabajo del Consejo de Juventudes Indígenas de Guatemala y les motivo a continuar avanzando y articulando sobre trabajo decente, migración laboral, acceso equitativo a mercados laborales desde la visión y el protagonismo de las juventudes, reiterando el apoyo de la OIT de continuar con este trabajo conjunto.