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Conferencia Internacional del Trabajo
87.reunión, 1 - 17 de junio de 1999

 


 

Respuesta del Secretario General a la discusión de su Memoria
16 de junio de 1999

1. Introducción

Quiero felicitar a la Conferencia por la riqueza sustantiva del debate en torno a mi informe «Trabajo decente».

Han surgido múltiples ideas, sugerencias y comentarios que enriquecen su perspectiva y ayudarán a la Oficina a poner progresivamente en práctica sus orientaciones generales. Gracias por todo ello.

En primer lugar, la Conferencia nos ha infundido confianza. Cuando examinaron el programa de reformas y modernización que incluí en mi Memoria, ustedes señalaron que en ésta se reflejaban sus propios pensamientos al respecto. Estoy muy contento, puesto que la Memoria se basó en múltiples discusiones y consultas que mantuve con muchos de ustedes en los distintos estamentos de la organización. En estos días hemos comprendido que podemos modelar -- en una medida que sobrepasa con creces lo que hubiéramos podido imaginar hace algunos años -- nuestro futuro con la fuerza de los valores que encarna esta Organización. En efecto, nuestra confianza se basa en objetivos claros, en una estrategia práctica y en una voluntad común de transformar las ideas en realidad.

En segundo lugar, esta reunión de la Conferencia nos ha mostrado que somos considerados por la comunidad internacional en su conjunto como una Organización importante y útil. Nos han honrado con sus visitas tres Jefes de Estado: la Sra. Ruth Dreifuss, Presidenta de la Confederación Suiza, el Sr. Henri Konan Bédié, Presidente de la República de Côte d'Ivoire y, el día de ayer, en una ocasión histórica, el Sr. Bill Clinton, Presidente de los Estados Unidos. Cada uno de ellos trajo consigo un mensaje de apoyo y amistad. Con su presencia han ampliado nuestros horizontes y han reforzado la conciencia de nuestro cometido. La Conferencia ha acogido también al mundo de las ideas además del mundo de la acción. El profesor Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, nos recordó la importancia que el conocimiento confiere a una Organización como la OIT. Aprecio mucho sus positivos comentarios a mi Memoria.

En tercer lugar, podemos dar por concluidas nuestras labores con el sentimiento de haber alcanzado importantes metas inmediatas. En efecto, esta Conferencia ha hecho avanzar a la OIT por tres cauces principales, al adoptar un convenio y una recomendación históricos sobre el trabajo infantil, al renovar el compromiso de la Organización con las actividades de cooperación técnica y al preparar un convenio sobre la protección de la maternidad.

2. Trabajo infantil

La Comisión sobre Trabajo Infantil, inspirándose en el conmovedor testimonio de los niños que participaron en la Marcha Mundial, ha logrado forjar un sólido consenso entre nuestros mandantes para tomar medidas inmediatas y efectivas que conduzcan, con la mayor urgencia, a la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil. El convenio y la recomendación que lo complementa serán en manos de los gobiernos unos instrumentos sólidos para combatir esta práctica intolerable.

Pero, ¿y ahora, qué debemos hacer? El mundo tiene vuelta la mirada hacia nosotros, y la comunidad internacional espera que actuemos con rapidez. Nuestro objetivo, para utilizar las mismas palabras del Presidente Clinton, es «borrar de la faz de la tierra las formas más perniciosas y abusivas del trabajo infantil». Por consiguiente, la Oficina emprenderá inmediatamente una campaña especial encaminada a lograr la ratificación universal y en el más breve plazo de este nuevo convenio. En lo que me concierne, abogaré por la necesidad de ratificar este instrumento en todas las reuniones que tenga con autoridades gubernamentales durante los meses venideros. Prestaremos asistencia a los Estados Miembros que deseen examinar las posibilidades de ratificación, y también pondremos a su disposición una guía de fácil consulta sobre el nuevo convenio y la nueva recomendación. El acuerdo suscrito recientemente por la OIT y la Unión Interparlamentaria debería servir de incentivo para acelerar el proceso de ratificación del nuevo convenio, además de ayudar a superar los problemas generales relativos a la tramitación de todos los instrumentos de la OIT.

Toda ratificación debe ir acompañada de medidas de aplicación efectivas. La adopción de estos instrumentos ofrece orientación y apoyo a las actividades del Programa Internacional de la OIT para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC). El Programa, hoy operativo en 35 países, sigue creciendo rápidamente gracias al respaldo de muchos gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores, y organizaciones intergubernamentales y voluntarias. La OIT seguirá recabando aún más apoyo de sus Estados Miembros.

También necesitamos saber si los esfuerzos que dedicamos a luchar por la eliminación del trabajo infantil están dando los frutos previstos. Con tal fin, tendremos que intensificar el acopio de información precisa y sistemática sobre la magnitud del trabajo infantil, que nos permita determinar cuánto estamos avanzando. Además, daremos nuestro apoyo a otras iniciativas como, por ejemplo, la declaración firmada durante la Conferencia por los Ministros de Trabajo de los cuatro países que integran el MERCOSUR, que tiene por objeto incorporar medidas de lucha contra el trabajo infantil en el proceso de integración regional.

La eliminación del trabajo infantil debe ser una empresa genuinamente global pero fuertemente enraizada en la realidad local. Si aunamos nuestros esfuerzos, tendremos una posibilidad real de cambiar la vida, las oportunidades y el destino de millones de niños, y al mismo tiempo de demostrar a todo el mundo que los principios y derechos fundamentales que defendemos no son meras abstracciones, sino componentes de los sólidos cimientos que sostienen a las sociedades igualitarias.

Como marco general de estas actividades iniciales, la Oficina va a preparar una campaña global de puesta en práctica del convenio en donde puedan participar todos los que a través del mundo estén comprometidos con los valores de la OIT y la lucha por la eliminación del trabajo infantil.

3. Cooperación técnica

La Conferencia ha llevado a cabo un examen minucioso del programa de cooperación técnica de la OIT. Este examen tiene un significado especial, por cuanto es el primero que se efectúa desde la adopción por el Consejo de Administración de los cuatro objetivos estratégicos de la Organización. La resolución adoptada ofrece a la Oficina el marco de referencia esencial para focalizar mejor y dar mayor coherencia a nuestras actividades de cooperación técnica. Es un documento de calidad. Durante el debate celebrado en la Comisión se propusieron algunas valiosas orientaciones para guiar a la Oficina en el proceso de ejecución de la política de cooperación técnica. En particular, se subrayó la importancia de que, al formularse y aplicarse los programas de cooperación técnica, se tomen en consideración las preocupaciones de cada uno de los mandantes tripartitos, sin perjuicio de la necesaria unidad y coherencia general que debe tener la acción de la OIT. También se reafirmó la interdependencia operativa que existe entre los cuatro objetivos estratégicos y la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, elementos que definen claramente el marco de la cooperación técnica futura. El debate en la Comisión puso de relieve cuán importante es apoyar y fomentar la capacidad institucional de los mandantes de la OIT, sobre todo en lo que atañe a las competencias técnicas y el conocimiento, para enriquecer la contribución del tripartismo a todos los aspectos de la cooperación técnica. También se hizo hincapié en la necesidad de integrar la cooperación técnica en todos los programas de la OIT, así como en la importancia de una estructura de dirección eficaz a ese efecto.

Me propongo tomar en consideración estas conclusiones cuando preparemos la versión del Programa y Presupuesto para el bienio 2000-2001, que discutirá el Consejo de Administración en noviembre próximo. A este respecto, prestaré una atención especial a las actividades de control y evaluación basadas en el logro verificable de objetivos claros; entre los dispositivos correspondientes incluiremos indicadores de resultado de nuestra política de fomento de la igualdad de género. En la reunión de noviembre presentaré al Consejo de Administración un calendario sobre la aplicación de estas conclusiones; este calendario tendrá en cuenta la revisión general de las estructuras de la OIT fuera de Ginebra, cuyo inicio está previsto para los primeros meses del año próximo.

4. Crisis económicas y financieras: la acción de la OIT

La Reunión tripartita oficiosa de nivel ministerial, dedicada a las crisis económicas y financieras y a la acción de la OIT en este campo, estuvo sumamente concurrida.

Permítanme hacer hincapié en sólo algunos de los muchos puntos que se abordaron en esa ocasión.

Primeramente, hubo un amplio acuerdo en que en este campo la prevención es tan importante como los remedios. Esto supone, por una parte, crear instituciones democráticas y, por la otra, reforzar el diálogo social antes de que sobrevengan las crisis.

En segundo lugar, las políticas de creación de empleo cumplen casi siempre una función central en los procesos de recuperación. Volveré a abordar este tema un poco más tarde.

En tercer lugar, los asistentes manifestaron un apoyo sustancial a los esfuerzos que he venido desplegando para que la OIT se dote de una capacidad de respuesta rápida. Los acontecimientos recientes en la región de los Balcanes han confirmado la importancia que esto tiene.

En cuarto lugar, hubo un rico intercambio de opiniones con respecto a la relación y la coordinación de la OIT con las instituciones de Bretton Woods. Como muchos oradores se refirieron también a este tema en la plenaria, quisiera formular algunas observaciones al respecto.

Desde mi elección, he mantenido intercambios regulares con el Banco Mundial y el FMI. Gracias a este diálogo, tanto el Banco como el Fondo hicieron importantes aportes a los debates celebrados en nuestro Consejo de Administración en marzo pasado a propósito de las medidas que la OIT debería tomar en situaciones de crisis. Hoy, la Organización tiene condición de observadora tanto en el Comité Interino del FMI como en el Comité para el Desarrollo, FMI/Banco Mundial.

A mi juicio, la crisis asiática, en particular, mostró claramente que las soluciones financieras por sí solas son insuficientes para evitar las crisis financieras y económicas o para recuperarse de ellas. Es imprescindible elaborar un enfoque integrado en el que las reglas de base de la economía mundial se fundamenten en la premisa de que la economía está estrechamente engarzada en la sociedad. Esta tarea llevará tiempo y abarcará no solamente las crisis y choques económicos o financieros de corta duración, sino también las transformaciones a más largo plazo en los campos de la producción y del comercio que se derivan de la mundialización. Para concebir tal enfoque será preciso también reforzar las competencias técnicas de la propia OIT. En todo caso, estoy convencido de que podemos lograrlo, y por lo tanto he previsto seguir desarrollando una estrategia de asociación con las instituciones de Bretton Woods y otros actores del sistema de las Naciones Unidas, a fin de que los valores y los objetivos estratégicos de la OIT y los propios mandantes de la Organización desempeñen un papel importante en la nueva estructura de gobernabilidad de la economía mundial que hoy vemos emerger. Las palabras que pronunció ayer el Presidente Clinton constituyen un vigoroso apoyo a este objetivo.

5. La situación de los trabajadores de los
territorios árabes ocupados

La situación de los trabajadores de los territorios árabes ocupados ha sido analizada una vez más en una sesión especial de la Conferencia. Se trata de un tema que desde hace mucho tiempo suscita intensas polémicas y discusiones, y la celebración misma de la sesión es objeto de controversias.

Sin embargo, he observado un cambio de tono en los debates de este año. Muchos oradores manifestaron su firme esperanza en una pronta reanudación del proceso de paz. En este contexto, quiero que la OIT pueda ser útil dentro del marco de su mandato frente a las solicitudes de cooperación técnica que tengan por objeto facilitar el proceso de paz. Basándose en el informe de la misión especial que visitó los territorios, los Sres. Jordan (Secretario General de la CIOSL) y Ringkamp (que intervino en nombre de la Unión Europea), por citar sólo a algunos, indicaron que había signos de recuperación de la economía palestina y mejoras en lo relativo a los trámites administrativos que deben cumplir los trabajadores palestinos para poder trasladarse a Israel en busca de empleo. Subsisten sin embargo diferentes problemas señalados en el informe.

En todo caso, como constató el Sr. Thüsing, delegado de los empleadores alemanes, habría que hacer muchísimo más para que la economía palestina tenga la capacidad de absorber los altos índices de desempleo que pesan sobre los territorios. De ahí que exista una necesidad urgente de desarrollar una cooperación técnica que lleve a los territorios los elementos generadores de estabilidad social y económica indispensables para su desarrollo.

6. Igualdad de género

Este año, a petición mía, se celebró un debate tripartito de nivel ministerial con el fin de hacer constar el renovado empeño con que la OIT se esforzará por alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres en el trabajo. Las cuestiones de género se plantean con respecto a cada uno de los cuatro objetivos estratégicos de la OIT y deben integrarse en todos los sectores. Ahora bien, todavía nos queda mucho camino por andar y debemos predicar con el ejemplo. Esto significa que hemos de actuar en nuestra propia Secretaría, ámbito en el que la integración sistemática de las cuestiones de género -- tanto en términos técnicos como de organización -- será una de las varas con que mediremos nuestro avance. Pero este ejemplo no sería completo si no abarca la Organización toda, por ejemplo, en lo que atañe a la participación femenina en la Conferencia. Cierto es que se ha observado un aumento de la proporción de delegadas, pero ésta es todavía apenas superior al 20 por ciento. Además, menos del 10 por ciento de los oradores en la plenaria eran mujeres. Invito a todas las delegaciones a mejorar estos porcentajes el año próximo.

7. Comisión de la protección de la maternidad

La protección de la maternidad en el trabajo ha sido un elemento decisivo de la lucha por alcanzar la igualdad entre los trabajadores y las trabajadoras. Pienso que todos podemos enorgullecernos de la sabiduría y la visión de quienes nos precedieron en esta institución y que, ya en el primer año de existencia de la OIT, en 1919, reconocieron la importancia crucial de esta materia al adoptar el Convenio núm. 3, sobre protección de la maternidad.

El Consejo de Administración incluyó este punto en el orden del día de la presente Conferencia a fin de permitir que se tomara debidamente en cuenta la evolución de la sociedad desde la adopción, hace casi 50 años, del Convenio sobre protección de la maternidad (revisado), 1952 (núm. 103). Gracias al trabajo de la Comisión, creo que disponemos de una base muy sólida para el desarrollo y la adopción, en el año 2000, de nuevas normas internacionales del trabajo sobre esta cuestión.

No puedo terminar mis observaciones sobre este tema sin destacar un hecho único en la historia de la OIT. Por primera vez en 80 años, hemos tenido una comisión de la Conferencia enteramente dirigida por mujeres. Espero que esta novedad se repita e incluso se convierta en algo habitual.

8. Comisión de Aplicación de Normas

Una vez más, la Comisión de Aplicación de Normas ha reafirmado los principios de independencia, objetividad e imparcialidad que impregnan su análisis de los casos que se le someten. Algunos de estos casos suponían violaciones muy graves de los derechos de los trabajadores, especialmente en relación con el trabajo forzoso y el ejercicio de la libertad sindical. Pero reinó una voluntad general de encontrar soluciones a estos y otros problemas.

Se han registrado progresos en muchos casos, lo que, como hizo notar un representante gubernamental de Portugal, es una demostración de que el sistema de supervisión reposa sobre el diálogo. Algunos delegados han instado a la OIT a dar una mayor publicidad a los casos que traducen progresos en la situación laboral. Me asocio a esta idea.

Espero también intensificar el diálogo con los Estados Miembros para hacer más oportuna la presentación de las memorias.

Los delegados hicieron comentarios elogiosos sobre la interacción de la OIT con otras organizaciones internacionales responsables de la observancia de tratados sobre los derechos humanos, actividad que me propongo potenciar.

Muchos oradores encomiaron los resultados alcanzados por la campaña de ratificación de los convenios fundamentales. Se destacó en especial el paso significativo dado por Indonesia al ratificar los convenios fundamentales que le faltaban, convirtiéndose en el primer país de su región que ha ratificado los siete convenios fundamentales. Este fue un gran motivo de satisfacción para la Oficina, que ha prestado a Indonesia la asistencia técnica oportuna para poner en práctica estos instrumentos.

En la opinión de muchos oradores, la promoción de los convenios fundamentales no debería menoscabar la importancia de los demás convenios de la OIT. En estas dos semanas he tenido el agrado de recibir los instrumentos de ratificación de once convenios de la OIT sobre una variedad de temas.

Tanto en los debates de la Comisión como en la plenaria hubo un apoyo importante a las propuestas incluidas en mi Memoria en el sentido de simplificar la actividad normativa y potenciar sus efectos. Si bien los delegados manifestaron su satisfacción por los avances del proceso de descarte de los instrumentos obsoletos, muchos insistieron en la necesidad de acelerar el ritmo de la revisión. Como bien dijo el Sr. Hygum, Ministro de Trabajo de Dinamarca, «la OIT debería concentrarse en los problemas fundamentales, como la labor preparatoria de la elaboración de nuevos instrumentos, las nuevas formas de revisión de los convenios ya anticuados, la aplicación de los convenios ratificados (comprendida la ayuda a los países que tienen problemas para dar cumplimiento adecuado a los convenios) y el sistema de supervisión en su conjunto...».

He previsto estudiar nuevos métodos para actualizar el dispositivo de normas de la OIT, en consulta con los mandantes tripartitos. En mi Memoria mencioné que tenemos retraso en la realización de un análisis acabado de los instrumentos de la OIT desde la perspectiva del género.

El Estudio general sobre los convenios y las recomendaciones de la OIT relativos a los trabajadores migrantes fue muy bien acogido, y suscitó acuerdo en la Comisión de Aplicación de Normas en cuanto a la necesidad de celebrar una discusión general sobre este tema en una próxima reunión de la Conferencia. En dicha discusión se debería estudiar, en particular, la posibilidad de revisar más adelante los instrumentos vigentes.

Más tarde, en el día de hoy, la Conferencia tendrá ante sí un proyecto de resolución urgente relativo a la utilización generalizada del trabajo forzoso en Myanmar, que será remitido a la plenaria por la Comisión de Proposiciones. Esta resolución se refiere a la conclusión del informe que presenté al Consejo de Administración el 21 de mayo de 1999, en el que señalé que no había indicación alguna de que se haya dado curso a las tres recomendaciones hechas por la Comisión de Encuesta instituida en relación con el Convenio sobre el trabajo forzoso, 1930 (núm. 29). Se ha puesto a disposición de todos los delegados el memorándum preparado por el Gobierno de Myanmar sobre el citado informe del 21 de mayo.

9. Discusión plenaria

Como señalé al inicio de este informe, la discusión plenaria de este año se caracterizó por el elevado nivel del debate. La gran mayoría de los participantes junto con dar un amplio apoyo a la Memoria que presenté a la Conferencia, la enriquecieron y esbozaron algunas nuevas vías para seguir desarrollándola.

También me impresionó gratamente la gran coincidencia que hay, por un lado, entre los cuatro objetivos estratégicos definidos en la Memoria y, por otra parte, las necesidades, las aspiraciones y las políticas que los representantes de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores expusieron durante el debate. Quedó en evidencia que el objetivo de un trabajo decente está presente en la actividad cotidiana de los propios mandantes de la OIT.

La Declaración

Con mucha satisfacción he tomado nota del fuerte apoyo generalizado que los mandantes de la OIT han dado a la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo como instrumento de promoción. Es sumamente importante que este apoyo se cristalice ahora en medidas concretas para poner en práctica su seguimiento. Tanto en la Comisión de Aplicación de Normas como en la plenaria hubo acuerdo en que el mecanismo de seguimiento de la Declaración era a la vez distinto y complementario de los procedimientos normales de elaboración y supervisión de normas. Ello implica que habrá que crear métodos apropiados para promover la Declaración y para prestar asistencia a los mandantes en la puesta en marcha efectiva del mecanismo de seguimiento.

En aquellos casos en que falte ratificar uno o más de los convenios fundamentales, los gobiernos -- en consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajadores -- tendrán la tarea urgente de presentar las primeras memorias anuales previstas en el seguimiento. La Oficina está preparada para brindar toda la asistencia que facilite la preparación de las memorias, las que servirán de base para determinar las necesidades de cooperación técnica en relación con la Declaración.

Empleo

Los delegados, independientemente del país, los respectivos niveles de industrialización y el sector de mandantes tripartitos que representan, coincidieron en que la OIT deberá desplegar ingentes esfuerzos en el campo del empleo. A este respecto, acepto con mucho agrado la propuesta del G15 en el sentido de que la OIT debería formular una estrategia global/pormenorizada/de amplio alcance para promover el empleo, idea que concuerda plenamente con la orientación de mi Memoria y el mandato de la Cumbre Social.

Desearía compartir con ustedes algunas de las medidas que estamos adoptando. En primer lugar, como se desprende del Programa y Presupuesto para el próximo bienio, el empleo incluye tres de los ocho programas InFocus, a saber, los dedicados a la formación, a la reconstrucción y a las empresas pequeñas e informales, donde se generan en la práctica la mayor parte de los empleos. Estos programas se combinarán con análisis macroeconómicos, con actividades sobre el aumento y la mejora del empleo para las mujeres y con otros proyectos destinados a generar los componentes fundamentales de las estrategias generales de empleo.

También estamos emprendiendo iniciativas regionales. Por ejemplo, el programa Empleos para Africa es un esfuerzo importante en el marco de la elaboración de una estrategia general para abordar los espinosos problemas del empleo en Africa. El Presidente Konan Bedié expuso el problema; a nosotros nos corresponde actuar. Igualmente más y mejores empleos para las mujeres.

Pero, como siempre, la OIT no puede ni debe actuar sola. Es indispensable establecer asociaciones con otros organismos internacionales, países donantes y socios tripartitos nacionales.

Pero no quisiera dejar el tema del empleo sin referirme una vez más al trabajo decente. Durante la sesión plenaria, algunas voces manifestaron que deberíamos preocuparnos ante todo de generar empleos, y dejar para más tarde toda consideración sobre su calidad.

Al respecto, el Sr. Cho, de los empleadores de Corea, utilizó una interesante metáfora cuando dijo: «el fomento del empleo y el fomento de los derechos de los trabajadores deben avanzar paralelamente, como las dos ruedas de un carro. Si una va más deprisa que la otra, el vehículo no puede mantenerse en línea recta». Es un buen concepto. Al mismo tiempo, hay que pensar que en algunos casos, el atraso social es tan grande que se necesita un avance más rápido, precisamente, para mantener la carreta en la buena dirección.

Según lo manifestado por muchos oradores, es importante que la OIT se ocupe del sector informal, es decir, de las personas que han quedado marginadas de la fuerza de trabajo y de aquellas cuyo trabajo no es remunerado o socialmente reconocido. Este es también uno de los mensajes centrales de mi Memoria. La OIT tiene que atender las necesidades de todos los trabajadores, sin excepción. La protección social no puede ser privilegio de unos pocos. Tampoco podemos admitir que el trabajo decente esté reservado para una minoría de trabajadores; por el contrario, debe ser un objetivo para toda la sociedad.

Diálogo social

Entre los oradores que participaron en la plenaria hubo un amplio acuerdo en cuanto a que, para la OIT el diálogo social es un objetivo estratégico y una característica esencial del tripartismo. Pero también suscribieron mi convicción de que el diálogo social es una formidable herramienta que permite conciliar las dimensiones económica y social del nuevo contexto mundial. Está quedando cada vez más claro que las instituciones que propician el diálogo social siguen siendo los ingredientes esenciales de toda fórmula para generar un crecimiento sostenible y garantizar que este crecimiento se canalice hacia el progreso social. Aprovecharemos todas sus propuestas para enriquecer y orientar nuestro Programa InFocus sobre el fortalecimiento de los interlocutores sociales.

Nuestros mandantes irlandeses nos ofrecieron un ejemplo muy significativo, cuando nos explicaron cuál había sido la importante contribución del diálogo social y la coparticipación social al crecimiento económico sostenido y sin precedentes logrado por su país en los últimos años. La experiencia de Irlanda muestra que es posible crear y mantener una economía exitosa y competitiva en el mercado mundial sin sacrificar los derechos de los trabajadores ni el progreso social. Se trata de una lección importante, pero que no es única. De hecho, en cada continente se dan otros casos ejemplares.

«Para un diálogo social vigoroso se requieren unos interlocutores sociales vigorosos.» Estas palabras, tomadas de mi Memoria, han sido citadas por varios oradores en los últimos días. Muchos de ellos han sugerido distintos ámbitos en los que se podrían iniciar acciones específicas para enriquecer la contribución de los interlocutores sociales y lograr así el objetivo del trabajo decente. Se han manifestado dudas sobre la apertura hacia otras organizaciones de la sociedad civil. Ello requiere pensar con detenimiento cuáles son las mejores fórmulas para que la OIT no se aísle de su entorno social y al mismo tiempo sea una fuente de fortalecimiento para nuestros mandantes.

Las normas laborales y el comercio internacional

En varios sectores, se han manifestado preocupaciones a veces contradictorias acerca de la relación entre las normas internacionales del trabajo y el comercio. Estas preocupaciones han estado presentes a lo largo de toda la historia de la OIT. El deseo legítimo de contar con normas sociales aceptadas por todos es el reflejo natural de las perennes tensiones que se han generado entre los mercados y la sociedad a nivel nacional. Estas tensiones se intensifican como resultado de los trastornos sociales inducidos por la globalización y terminan por resurgir en el seno de todas las organizaciones preocupadas por la gobernabilidad global. Por lo tanto, es inevitable que, era la OIT, en su calidad de centro neurálgico de la formulación de políticas para el mundo del trabajo, se vea expuesta esa realidad.

Cuando la Conferencia adoptó el año pasado la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo logró crear un consenso en torno a un importante principio: que la Declaración no debería utilizarse con fines proteccionistas. Este principio ha sido reiterado este año tanto por los países industrializados como por los países en desarrollo. La Sra. Dreifuss dijo muy claramente: «aplicar medidas proteccionistas para promover el respeto de las normas laborales sería una estrategia contraproducente». La Declaración es un instrumento de promoción, al que no se puede anexar disposiciones de condicionalidad.

El nexo determinante en este campo es más bien el que conecta las normas laborales con el funcionamiento de la economía global en su conjunto y no sólo con el comercio. La historia demuestra que estas normas pueden cumplir una función decisiva en lo que atañe a incrementar la productividad, fortalecer la estabilidad social y así contribuir a desarrollar ventajas comparativas.

Allan Larsson, hablando en nombre de la Unión Europea, se refirió a la política social como un factor productivo. Tiene razón. Creo que el camino hacia el futuro no consiste en imponer limitaciones al comercio, sino en convertir las normas del trabajo en instrumentos potentes, capaces de lograr una competitividad asentada en fundamentos sociales sanos. Debemos buscar nuevas maneras de afianzar el refuerzo mutuo entre, por un lado, las normas sociales y, por otro, una participación eficaz y dinámica en los mercados mundiales. Ello requiere integrar la justicia social y el crecimiento económico en la gobernabilidad global.

Todos estos temas requieren una capacidad de análisis integrado dentro del sistema multilateral. La acción que a cada cual corresponde debe resultar de una amplia cooperación entre el sistema de las Naciones Unidas y las instituciones de Bretton Woods.

En ese marco, pueden surgir actividades de cooperación institucional entre la OMC y la OIT.

La OIT tiene una función y un mandato constitucional únicos en el ámbito de las normas del trabajo. El modus operandi de la OIT, establecido hace mucho tiempo, basa sus actividades normativas en un sistema de obligaciones de cumplimiento voluntario, que una vez contraídas se someten a un mecanismo de supervisión. En esencia promocional, y no coercitivo ni punitivo, este mecanismo reposa sobre un consenso internacional. Es a esta tradición que la OIT tendrá que recurrir en el período venidero de transición global. Pero para que este método sea sostenible, debe ser también eficaz. La integridad y la autoridad del mecanismo de supervisión de la OIT es la mejor garantía de que sus actividades normativas tendrán una credibilidad universal.

10. Hacia un paradigma del trabajo decente

En la Memoria que presenté a esta Conferencia hay una serie de ideas cuyo pleno desarrollo es parte de nuestras tareas futuras. Necesitamos promover una reflexión que profundice la noción de «trabajo decente», que establezca los nexos entre los cuatro objetivos estratégicos y pueda servir de guía conceptual y operativa para la formulación de políticas. Entre otros elementos, forman este paradigma la relación entre los ámbitos económico y social, entre la macroeconomía y la generación de empleo, entre la seguridad y el crecimiento, entre los derechos y los medios de subsistencia, y entre el trabajo y la sociedad y en particular, el impacto de la tecnología en el mundo del trabajo y en la sociedad del conocimiento. En asociación con otros interlocutores, emprenderé diversas actividades para desarrollar esta reflexión en el seno de la OIT, entendiéndolo como un elemento central para la consolidación del acervo de conocimientos y de competencias de la Oficina. Es una tarea que facilitará nuestro diálogo con las instituciones de Bretton Woods, y dará fuerza a la justificación económica y financiera de las políticas sociales y normativas.

Los objetivos estratégicos de la OIT no son meras metas, sino puntales indispensables del desarrollo económico y social. En un entorno mundial en plena transformación política, económica y social, constituyen puntos de referencia para una edificación política e institucional que rebasan nuestro horizonte más inmediato. La Sra. Martine Aubry invitó a la OIT a ser un lugar «... de reflexión sobre los nuevos problemas sociales que determinan al mundo actual», y en particular sobre «... qué lugar debe ocupar el trabajo en la sociedad que queremos construir». El profesor Sen nos ha abierto nuevas perspectivas en su discurso estimulante. Aceptaré este reto.

11. Aplicación

Con gran satisfacción he constatado el amplio apoyo que la Conferencia ha dado a mi Memoria, y en especial al concepto de «trabajo decente» como meta primordial de la OIT, que trataremos de alcanzar por medio de los cuatro objetivos estratégicos de la Organización. Ahora, corresponde emprender la etapa de la aplicación. Valga recordar al respecto que mi Memoria a esta Conferencia es un programa de modernización y reforma a mediano plazo. Se trata de un programa que sólo puede aplicarse íntegramente en el transcurso de ejercicios presupuestarios sucesivos.

Voy a persistir en los cambios organizativos y de comportamiento de la institución, tomando en consideración que no siempre existen soluciones expeditas o fáciles. Las limitaciones en cuanto a los recursos y capacidades instaladas de que disponemos será una condicionante objetiva del ritmo de los programas. En tales circunstancias, no debemos dejarnos tentar por expectativas irrealistas, sacrificando la calidad y la sustentabilidad de nuestras acciones a la búsqueda de resultados inmediatos pero superficiales. Mi intención es que avancemos sistemáticamente, paso a paso, tomando las medidas que revistan un interés prioritario para los constituyentes.

La adopción del Programa y Presupuesto para 2000-2001 por la Conferencia, implica que la Oficina debe concentrarse en las prioridades que con arreglo a cada uno de los objetivos estratégicos se hayan definido en los programas InFocus. La Oficina ha comenzado ya a organizar los programas técnicos en torno a estos objetivos. En la reunión de noviembre próximo presentaré al Consejo de Administración un documento más detallado, basado en las decisiones de la Conferencia.

12. Método de trabajo

Por último, quiero reiterar que seguiré adelante con un estilo de trabajo basado en el diálogo y las consultas con los constituyentes. Como he señalado en múltiples oportunidades, creo profundamente que el intercambio informal de ideas, la reflexión compartida y la capacidad de escuchar siempre contribuyen a mejorar la calidad del producto final.


Para mayor información, dirigirse al Servicio de Relaciones Oficiales (REL OFF) al Tel: +41.22.799.7732 or Fax: +41.22.799.8944 o por correo electrónico: RELOFF@ilo.org


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