La brusca desaceleración del crecimiento del empleo mundial y el aumento del desempleo en 2023 ponen en riesgo la justicia social

Según el informe de la OIT “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2023”, los trabajadores podrían verse obligados a aceptar empleos de menor calidad como consecuencia de la desaceleración económica, el insuficiente aumento del empleo a escala mundial y la dificultad para fomentar el empleo decente pueden poner en riesgo la justicia social.

Noticia | 16 de enero de 2023
© xavierarnau
En el informe de la OIT Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2023 se prevé que el empleo a escala mundial registre únicamente un aumento del uno por ciento en 2023, menos de la mitad del aumento registrado en 2022. Se prevé asimismo que el desempleo a escala mundial aumente levemente en 2023, en unos 3 millones, hasta alcanzar 208 millones de desempleados (valor equiparable a una tasa de desempleo mundial del 5,8 por ciento). Ese moderado aumento previsto obedece en gran medida a la escasa oferta de trabajo en los países de altos ingresos. Ello invertiría la tendencia a la baja del desempleo mundial registrada de 2020 a 2022. En consecuencia, a escala mundial seguirá habiendo 16 millones de personas desempleadas más que en período de referencia previo a la crisis (valor con respecto a 2019).

En el informe también se señala que, además del desempleo, "la calidad del empleo sigue constituyendo una de las principales inquietudes", y que "el trabajo decente es primordial para facilitar la justicia social". La crisis de la COVID-19 mermó los avances logrados a lo largo de un decenio para disminuir la pobreza. Pese a la leve recuperación registrada en 2021, cabe esperar que la compleja situación actual para encontrar empleo de mejor calidad se vea agravada, según se desprende de los resultados del estudio.

A raíz de la actual coyuntura de desaceleración, muchos trabajadores se verán obligados a aceptar empleos de peor calidad, con frecuencia insuficientemente remunerados, y, en ocasiones, sin contar con las horas de trabajo necesarias. Por otro lado, habida cuenta de que los precios aumentan a un ritmo más rápido que los ingresos nominales por trabajo, la crisis asociada al coste de la vida podría aumentar el número de personas en situación de pobreza. Esto se suma a la amplia caída de ingresos registrada durante la crisis de COVID-19, que en muchos países afectó en mayor medida a los grupos de bajos ingresos.

La situación de estanflación pone en riesgo la productividad y la recuperación del mercado de trabajo

El empeoramiento de la situación del mercado de trabajo obedece principalmente a nuevas tensiones geopolíticas y al conflicto de Ucrania, así como a la dispar recuperación tras la pandemia y a las frecuentes interrupciones de las cadenas de suministro a escala mundial. Todo ello ha dado lugar a una situación de estanflación, que conjuga simultáneamente una inflación elevada y un crecimiento económico insuficiente, por primera vez desde el decenio de 1970.

La situación de las mujeres y de los jóvenes en el mercado de trabajo es particularmente adversa. A escala mundial, la tasa de participación de las mujeres en la fuerza de trabajo alcanzó el 47,4 por ciento en 2022, frente al 72,3 por ciento de los hombres. Esa diferencia de 24,9 puntos porcentuales conlleva que por cada hombre económicamente inactivo haya dos mujeres en la misma situación. Los jóvenes (de 15 a 24 años) deben afrontar graves dificultades para encontrar y mantener un empleo digno. Su tasa de desempleo es tres veces superior a la de los adultos.

"La necesidad de fomentar el trabajo decente y la justicia social es clara y acuciante", señaló Gilbert F. Houngbo, director general de la OIT. "La superación de todos esos retos requiere que colaboremos para facilitar el establecimiento de un nuevo contrato social a escala mundial". La OIT abogará por una Coalición mundial que promueva la justicia social a fin de lograr el apoyo necesario a tal efecto, formular las políticas pertinentes y sentar las bases del futuro del trabajo".

"El menor ritmo de aumento del empleo a escala mundial significa que las pérdidas ocasionadas durante la crisis de COVID-19 probablemente no se compensen antes de 2025", declaró Richard Samans, director del Departamento de Investigaciones de la OIT y coordinador del informe. "El menor ritmo de aumento de la productividad constituye asimismo una gran inquietud, puesto que la productividad es esencial para afrontar crisis mutuamente relacionadas en cuanto a poder adquisitivo, sostenibilidad ecológica y bienestar humano".

Aumentará el desempleo en Europa occidental

El crecimiento del empleo experimentará en 2023 una significativa desaceleración como consecuencia de las numerosas incertidumbres económicas y de la caída de la inversión. En Europa occidental, que ya había recuperado en 2022 los niveles de empleo previos a la crisis de la Covid-19, el crecimiento del empleo previsiblemente se estancará y el desempleo crecerá ligeramente. La inflación unida al bajo crecimiento económico proyectado, junto a la guerra en Ucrania, serán los factores que marcarán las perspectivas del empleo en 2023."

Félix Peinado, Director de la Oficina de la OIT para España
En este sentido existen variaciones sustanciales de las perspectivas del mercado de trabajo para 2023 a escala regional. Así, mientras que se prevé que en África y en los Estados árabes se registre en 2023 un aumento del empleo del 3 por ciento, como mínimo, con leves disminuciones del desempleo, Europa y Asia Central se ven particularmente afectadas por los efectos económicos del conflicto en Ucrania. Aunque se prevé que el empleo disminuya en 2023, cabe esperar que la tasa de desempleo en la región solo aumente levemente, habida cuenta del insuficiente aumento de la población en edad de trabajar.