En su carta a los Coordinadores Residentes de las Naciones Unidas, Helen Clark, presidenta del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDG) alertó a la comunidad internacional sobre la interrelación de todas las esferas de la crisis, dando prioridad a los países menos adelantados y países de bajos ingresos.

Se presta especial atención a la utilización de los mecanismos existentes (por ejemplo, la financiación para la seguridad alimentaria) y a la identificación de las brechas financieras existentes en los esfuerzos realizados para crear fondos fiduciarios de múltiples donantes.

En su reunión del Consejo de enero de 2010, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo decidió ratificar la aplicación del Pacto a nivel mundial, mediante de la adopción de la decisión del Consejo “Respuesta del PNUD a la crisis financiera y económica: promover el Pacto Mundial para el Empleo”. Los miembros del Consejo Ejecutivo destacaron la pertinencia del Pacto, no sólo en el contexto de la crisis mundial, sino también como una herramienta esencial para la consecución de los ODM, ya que el empleo es el vínculo fundamental entre el crecimiento y la reducción de la pobreza.

La decisión busca sacar el mayor partido de las ventajas comparativas y complementariedades del sistema de Naciones Unidas en su conjunto, habilitando al PNUD para avanzar en sus esfuerzos de movilización de recursos hacia la programación en los sectores intensivos en empleo descritos en el Pacto.