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Protección social de las personas con discapacidad: Las prestaciones monetarias no bastan

Protección social de las personas con discapacidad: Las prestaciones monetarias no bastan

Sólo un tercio de las personas con discapacidad grave en el mundo recibe una prestación relacionada con la discapacidad. A menudo, el diseño de estas prestaciones no se ajusta a las normas internacionales, incluidas las normas de seguridad social de la OIT y la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Las políticas de protección social de muchos países perpetúan la idea errónea de que la discapacidad está asociada a la "incapacidad para trabajar" y a la "pobreza". El énfasis estáen la necesidad de "compensar" una supuesta falta de capacidad para trabajar.

Protección social de las personas con discapacidad: Las prestaciones monetarias no bastan

La verdad es que las personas con discapacidad podrían ser incluidas efectivamente en las sociedades si contaran con el apoyo de sistemas de protección social bien diseñados que las empoderen y promuevan su participación en todos los ámbitos de la vida social.

Explore este InfoStory para descubrir cómo los países pueden tomar medidas para crear políticas de protección social más inclusivas que trabajen por la participación plena y efectiva de las personas con discapacidad.

Este InfoStory se basa en materiales creados por el Centro de Políticas Inclusivas en el contexto de un proyecto financiado por la Asociación de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Protección de las personas con discapacidad en el mundo

A nivel mundial, sólo el 33,5% de las personas con discapacidades graves reciben prestaciones monetarias, pero esta cifra varía mucho según las regiones y los países.

La cobertura en Asia Central supera el 80% y en Europa es casi universal. Sin embargo, en África y los Estados Árabes es inferior al 10%.

Aunque la prestación universal para las personas con discapacidad es más común en los países de renta más alta, también se ha logrado en Brasil o Mongolia.

Por qué las personas con discapacidad suelen partir de una posición de desigualdad

Imagínese que, para alcanzar un nivel de vida y de participación en la sociedad similar al de los demás, usted y su familia tuvieran que gastar más dinero a lo largo de sus vidas. Esto es a lo que se enfrentaría si viviera con una discapacidad.

Esos gastos extra pueden incluir el costo del transporte privado si el transporte público no es accesible, costos de alimentación más altos si es necesaria una dieta específica, o el costo de una silla de ruedas o un audífono.

Al mismo tiempo, gana menos debido a barreras a la educación y al mercado laboral. Es posible que miembros de su familia tengan que dejar de trabajar para mantenerle, lo que disminuye los ingresos familiares.

Estos gastos y menores ingresos se denominan los costos adicionales de la discapacidad.

De hecho, como persona con discapacidad,  se enfrenta a costos de vida mucho más elevados, lo que lo sitúa en una posición desigual e injusta respecto a las personas sin discapacidad.

Los regímenes de protección social bien diseñados pueden ayudar a hacer frente a muchos de esos costos adicionales y apoyar la inclusión de las personas con discapacidad. Lamentablemente, pocos países ofrecen este tipo de ayudas y, cuando lo hacen, las prestaciones suelen ser demasiado bajas y no tienen en cuenta la diversidad de costos de la discapacidad.

Es más, los regímenes de protección social existentes suelen limitarse a personas consideradas en situación de pobreza. Excluyen a muchas personas con discapacidad que no cumplen los requisitos, pero que aun así no pueden pagar la ayuda que necesitan.

La protección social puede acabar con estas desigualdades

Los sistemas de protección social pueden abordar este problema cubriendo de forma integral los costos adicionales derivados de una discapacidad. El objetivo debe ser que los servicios y prestaciones generales sean accesibles para todos, así como desarrollar regímenes específicos para personas con discapacidad.

Las prestaciones monetariasno bastan. Como todo el mundo, las personas con discapacidad tienen necesidades diferentes en las distintas etapas de la vida. Estas necesidades cambiantes deben ser atendidas por diferentes servicios e instituciones.

Por poner tres ejemplos, los sistemas de protección social pueden desempeñar un papel clave a la hora de facilitar el acceso a la educación y la escuela en la primera infancia, a la rehabilitación y a los programas de capacitación económica, como la orientación y el asesoramiento laboral.

El acceso a la protección social debe ser fácil para todos

Incluso cuando los sistemas de protección social son inclusivos en teoría, pueden no serlo en la práctica si no son accesibles fácilmente para las personas con discapacidad en cada paso de la cadena de prestación.

¿Tengo derecho? ¿En qué condiciones? ¿Cómo se solicita? ¿Qué documentos necesito? ¿Cómo puedo recibir la prestación?

Estas preguntas no suelen ser fáciles de responder para personas con discapacidad, y en el proceso surgen otras barreras. Como las personas con discapacidad constituyen un grupo diverso, se enfrentan a diferentes barreras relacionadas con el entorno construido, el transporte, la información y la comunicación.

Los que trabajan también necesitan protección social

Cuando las personas con discapacidad trabajan, los costos adicionales de la discapacidad a los que se enfrentan pueden ser aún mayores, dadas las necesidades específicas que pueden tener para desplazarse, realizar su trabajo, etc. Para la inclusión efectiva de las poblaciones en edad de trabajar, es crucial diseñar las prestaciones de protección social de forma que sean compatibles con el trabajo.

No obstante, la mayoría de los regímenes de protección social siguen exigiendo a las personas con discapacidad que demuestren una incapacidad laboral al menos parcial como condición previa para tener derecho a una prestación. En la práctica, esto puede obligar a las personas con discapacidad a elegir entre recibir prestaciones de apoyo a la discapacidad o entrar en el mercado laboral y tener que asumir todos los costos ellas mismas.

Segregar a las personas con discapacidad en "capaces" o "incapaces" de trabajar y condicionar las prestaciones de discapacidad a la incapacidad laboral las encierra en un círculo vicioso de dependencia y exclusión, perpetuando así los estereotipos y prejuicios existentes.

Nada sobre nosotros sin nosotros

Las personas con discapacidad y las organizaciones que las representan suelen ser consultadas en los debates políticos, pero tienden a quedar excluidas de otros procesos clave como la aplicación, el seguimiento y la reforma de las políticas y programas de protección social.

Las personas con discapacidad no deben ser una simple casilla que marcar en la fase de consulta. Si queremos planes de protección social verdaderamente inclusivos, las personas con discapacidad deben tener un papel activo en todas las fases del ciclo de las políticas.

Más información sobre la inclusión de personas con discapacidad a través de la protección social:

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