Un flagelo que aún existe

La victoria legal de la africana Hadijatou Mani esta semana fue saludada como un gran triunfo de toda África frente a una práctica que nunca debió tener cabida y menos en el siglo XXI: la esclavitud.

Noticia | 15 de diciembre de 2008

La Corte Comunitaria de Justicia de la Comunidad de Estados de África Occidental (ECOWAS por sus siglas en inglés) declaró al Estado de Níger culpable por no haber protegido a Mani de la esclavitud

Sería un error, sin embargo, pensar que esta práctica es un hecho aislado que se limita a África.

América Latina no es ajena a la esclavitud. Un representante de la organización Anti Slavery International, con sede en Londres, que lucha contra las formas modernas de esclavitud, le explicó a BBC mundo la situación en la región.

"La gente en general tiene una visión estereotipada de la esclavitud. Se piensa de sus víctimas como de personas encadenadas y trasladadas en un barco de un lado a otro.

Lo que tenemos hoy en día es trabajo forzoso y trata de personas. Estas formas de esclavitud moderna son prácticas que ocurren con mucha frecuencia en los países de América Latina", dijo Enrique Restoy, representante de Anti Slavery International.

Reciclando la esclavitud


En el siglo XIX los países de América Latina abolieron la esclavitud, pero no cambiaron sustancialmente la estructura económico-social subyacente.

Sometidos a vaivenes económicos, políticos e institucionales y arrastrando una aguda división étnico-social, la región muestra numerosos agujeros por los que se cuela la esclavitud moderna.

En 2005, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó su primera estimación global de víctimas del trabajo forzoso: más de 12 millones de personas en el mundo, y casi un millón y medio de ellas en América Latina.

La OIT define el trabajo forzoso como la práctica laboral en la cual el individuo entra contra su voluntad y de la cual no puede salir salvo saldando una deuda pendiente.

En conversación con BBC mundo, Roger Plant, jefe del Programa Especial de Acción contra el Trabajo Forzoso de la OIT, precisó dos formas de esta práctica en América Latina.

"Una afecta a los pueblos indígenas cuando migran engañados y llevados a lugares bastante aislados en zonas rurales donde quedan condenados a una servidumbre de por vida.

El segundo problema afecta a los trabajadores migrantes indocumentados que terminan en situaciones de trabajo forzoso", dijo Plant.

Este tipo de trabajo ocurre con frecuencia en la agricultura y la tala de árboles, pero también está entrando en sectores económicamente más complejos como la minería o la construcción.

Según la OIT, en Brasil entre 25.000 y 40.000 personas están trabajando en condiciones de esclavismo.

"En la región del Chaco del Paraguay y Bolivia y en Perú, hay también numerosos casos de trabajo forzoso", precisó Restoy.

El problema no se limita a zonas rurales o aisladas. En 2005 un caso muy sonado en Argentina obligó a la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires a intervenir ante la explotación en condiciones de esclavitud de 17 obreros bolivianos en una empresa textil porteña.

Tráfico humano y prostitución


Otra forma de esclavismo contemporáneo es la prostitución forzada.

el de acabar definitivamente con el trabajo forzoso, el cual afecta a 1.3 millones de personas en América Latina y el Caribe, de las cuales por lo menos una cuarta parte han sido víctimas de la trata de personas con fines de explotación laboral.

Según la OIT, el 20% de los más de 12 millones sometidos a trabajo forzoso a nivel mundial son mujeres y niños.

"En general se trata de ofertas de migración relacionadas con la promesa de trabajo doméstico que luego no se cumple. Una vez en el país de destino, el empleador retiene el pasaporte con lo que se instala la dinámica de la coacción. El pago es la esclavitud sexual ", explicó Restoy.

La trampa es elemental. Ni la comida ni el alojamiento forman parte del "acuerdo" con el mediador en el punto de origen.

Una vez en el lugar, los precios son estratosféricos y van acopiando una deuda impagable.

Restoy se refirió a un caso en Argentina en el que "las mujeres eran forzadas a prostituirse en clubs, saunas o burdeles en jornadas de 12 horas o más, a veces ganando el equivalente a un dólar por cliente, para pagar una deuda que se acumulaba por alojamiento, alimentación, electricidad y un estricto sistema de multas".

Anti Slavery International encontró situaciones similares en Brasil, Bolivia, Perú y Paraguay.

Otra forma que termina convertida muchas veces en trabajo forzoso es la labor doméstica. La organización estudió esta situación en Costa Rica, Paraguay y Perú.

"En Costa Rica se da el tráfico de personas con refugiados nicaragüenses. En Perú, familias de estratos muy pobres envían a niños a realizar trabajo doméstico y terminan en una situación de aislamiento.

"En Paraguay se da con una práctica institucionalizada, el 'criadazgo', que es el envío de niños a familias más pudientes con la idea de que van a tener acceso a la educación, algo que raramente sucede".

Según Anti Slavery Internacional, sólo en Asunción hay unos 12.000 menores de entre cinco y 17 años en esta situación.

El combate


En la Cumbre de las Américas de 2005 en Mar del Plata, Argentina, los gobiernos incluyeron en su declaración la lucha explícita contra el trabajo forzado.

"No escatimaremos esfuerzos para lograr la abolición inmediata y completa del trabajo forzoso u obligatorio en las Américas. Estamos convencidos de que ello será una contribución fundamental para la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible con equidad social en nuestros países", dice la declaración que fue retomada en cumbres posteriores.

Esta declaración fue acompañada luego con una acción específica en varios países. Tanto la OIT como Anti Slavery International destacan la respuesta del Brasil que lanzó varias iniciativas combatir este tipo de prácticas.

"Ya en 1995 Brasil creó un grupo móvil especial para liberar a las personas que se encuentran en trabajo forzoso. Este año adoptaron el tercer plan nacional anual de lucha contra esta práctica", señaló Plant.

Según Slavery Internacional, tanto la OEA como el Mercosur están prestando creciente atención a este problema que en algunos países concretos, como Argentina, se ha traducido en campañas publicitarias sobre el problema.

"Siempre hay razones para el optimismo. Hay cada vez más casos que llegan al ámbito judicial. Sería importante enfatizar más en la prevención en las poblaciones más pobres e indígenas", indicó Restoy.

Globalización


Por su parte, la OIT destaca los "nuevos peligros" asociados con la globalización y la especialización laboral que llevan adelante las empresas multinacionales.

En febrero pasado, la OIT organizó una conferencia con empresarios estadounidenses en Atlanta, en la que participaron unas 60 grandes empresas, entre ellas varias multinacionales.

"Los empresarios aceptaron que en la actual producción globalizada de las multinacionales se corre siempre el peligro del trabajo forzoso, sobre todo por el fenómeno de la subcontratación. Es muy difícil de establecer la relación laboral entre el contratista y el producto final que reciben. Este es un fenómeno global que afecta a muchas industrias", indicó Plant.

En el actual clima financiero, la situación puede agravarse considerablemente.

"Todas las grandes empresas están buscando abaratar costos y si es necesario se mudan de un país, añadió.

Marcelo Justo

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_7700000/7700751.stm