19. Economía rural

Desarrollo Sostenible

Trabajo Decente

Economía Social Ambiental Empleo Protección Rerechos Diálogo
Metas de los ODS pertinentes
1.2, 2.3, 8.2
Resultados en materia de políticas pertinentes
5

En esta página: Relación entre la Agenda de Trabajo Decente y los ODS | Ejes de política transversales | Las alianzas | Capacidad de la OIT | Recursos

En las áreas rurales se concentra la mayoría de los pobres. Según cálculos de la OIT, el 88 por ciento de quienes viven en extrema pobreza residen en áreas rurales, en tanto que los índices de pobreza en esas zonas son cuatro veces más altos que en las áreas urbanas y los déficits de trabajo decente son, por lo general, acuciantes. La diferencia entre la población rural y la urbana se evidencia más al considerar los índices de pobreza en las personas empleadas. Cerca del 20 por ciento de las personas empleadas en áreas rurales viven en la pobreza extrema, mientras que en las zonas urbanas el porcentaje llega a poco más del 4 por ciento (WESO 2016).

Las áreas rurales se caracterizan por los déficits de gobernanza y la informalidad laboral; además, en ellas, las desigualdades de género son generalizadas. Si las mujeres en dichas áreas tuvieran el mismo acceso que los hombres a la tierra, a la educación y los mercados, se podría incrementar la producción agrícola y reducir en entre 100 y 150 millones el número de personas que padecen hambre en el mundo . Los mercados de trabajo rural suelen ser disfuncionales. Las instituciones del mercado de trabajo son débiles, y lo mismo sucede con su organización y representación. El subempleo está muy difundido y los ingresos son generalmente bajos. El acceso a la protección social es sumamente limitado. Los trabajadores rurales son con frecuencia vulnerables y, en muchos casos, no están plenamente protegidos por la legislación laboral nacional; por otra parte, en términos más generales, sus derechos suelen no ser reconocidos o respetados. La vulnerabilidad también alcanza a los pueblos indígenas y tribales que están expuestos a la discriminación. Debido a esta vulnerabilidad y a la falta de organización, los trabajadores rurales suelen tener dificultades para hacerse oír en relación con los temas de desarrollo tanto rural como económico y social más amplio.

Entre las dificultades comunes que impiden que las áreas rurales desarrollen plenamente su potencial, cabe mencionar la baja productividad; la inversión deficitaria en agricultura y empleo rural no agrícola; la falta de infraestructura adecuada; las condiciones deficientes de seguridad y salud en el trabajo; y el acceso limitado o nulo a los servicios, incluidos los servicios financieros. Los conflictos, el agotamiento de recursos naturales y el cambio climático son causa de presiones adicionales en las economías rurales.

La economía rural tiene un considerable potencial de crecimiento económico, creación de empleos y promoción del trabajo decente si se implementan las políticas correctas. La Agenda de Trabajo Decente de la OIT, como estrategia integrada basada en los derechos, respalda a los mandantes tripartitos en sus esfuerzos por promover medios de vida sostenibles en las áreas rurales.

Sin embargo, estas áreas también se caracterizan por tener una gran diversidad y no deben considerarse exclusivamente agrícolas. Hay una mezcla de actividades agrícolas y no agrícolas, que abarcan desde pequeñas explotaciones de agricultura o pastoreo hasta complejas explotaciones agrocomerciales, que abastecen a mercados mundiales por medio de intensos vínculos regionales y nacionales con sectores industriales y de servicios (56).

El desarrollo rural ha sido parte del programa de la OIT desde su creación en 1919. Desde entonces, la OIT ha adoptado más de 30 normas internacionales del trabajo orientadas directamente a la agricultura y el desarrollo rural, que abarcan los derechos en el trabajo, las oportunidades de empleo, la protección social y el diálogo social. En 2008, en la discusión de la Conferencia Internacional del Trabajo sobre el empleo rural, que culminó con la adopción de una Resolución —y sus conclusiones— sobre la promoción del empleo rural para reducir la pobreza, se estableció un mandato para renovar la participación de la OIT en las cuestiones de desarrollo rural. En marzo de 2011, el Consejo de Administración adoptó un documento de estrategia sobre la promoción del trabajo decente para el desarrollo rural. En él, se instaba a prestar especial atención a áreas como los de emprendimientos rurales, empresas y cooperativas; estrategias con alto coeficiente de empleo; desarrollo de competencias adecuadas; cobertura ampliada de seguridad social; seguridad y salud en el trabajo; e inclusión sistemática de dimensiones y agentes rurales para desarrollar y aplicar las políticas de protección social y empleo. Con el respaldo de esos acontecimientos, el trabajo decente en la economía rural llegó a ser una de las «áreas de importancia crítica (AIC)» para el bienio 2014-2015, y desde entonces constituye uno de los 10 resultados de la Oficina en materia de política.

El enfoque de la OIT frente a la pobreza rural apunta a aumentar la resiliencia general de las comunidades rurales y su capacidad para afrontar tales desafíos a través de la Agenda de Trabajo Decente. Dicho enfoque se basa en tres metas principales: dar mayor importancia a la opinión de las poblaciones rurales mediante la organización de las comunidades y la promoción de derechos, normas y diálogo social; promover un modelo de desarrollo rural basado en el empleo con medios de vida diversificados, empresas sostenibles y mejor integración en las cadenas de valores; y ofrecer pisos de protección social que garanticen el ingreso mínimo y el acceso a los servicios básicos en las economías rurales, que suelen ser muy vulnerables a las conmociones externas.

Relación entre la Agenda de Trabajo Decente y los ODS

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible establece, sin ambigüedad alguna: «Dedicaremos recursos a desarrollar las zonas rurales y la agricultura y la pesca sostenibles, apoyar a los pequeños agricultores, especialmente las agricultoras, y a las personas dedicadas a la ganadería y la pesca en los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados». El ODS 2 (poner fin al hambre) es el objetivo principal asociado con la economía rural. Pero hay muchos otros que también son de suma importancia para las poblaciones rurales, como los que se ocupan del agua, la energía, la infraestructura, la igualdad y el medio ambiente. La OIT promueve en particular la meta 2.3 de los ODS: «De aquí a 2030, duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala, en particular las mujeres, los pueblos indígenas, los agricultores familiares, los ganaderos y los pescadores, entre otras cosas mediante un acceso seguro y equitativo a las tierras, a otros recursos e insumos de producción y a los conocimientos, los servicios financieros, los mercados y las oportunidades para añadir valor y obtener empleos no agrícolas»; esto se considera esencial para reducir la pobreza (ODS 1).

La labor de la OIT en la promoción del trabajo decente en áreas rurales se organiza en el resultado 5, con la promoción de un enfoque plenamente integrado que coloca el trabajo decente en el centro de los marcos y las estrategias nacionales de desarrollo. Hay que promover simultáneamente los cuatro pilares de la Agenda de Trabajo Decente para mejorar las condiciones de vida y trabajo en las áreas rurales.

Ejes de política transversales

Los trabajadores rurales (incluso los trabajadores de plantaciones) y los productores rurales han sido materia de numerosos convenios y recomendaciones específicos de la OIT, y se hace referencia a ellos en muchos instrumentos adicionales de la OIT de naturaleza más general. Se puede encontrar una lista de dichos instrumentos aquis.

La debilidad de la voz colectiva de los trabajadores y empleadores rurales responde a causas enquistadas, como la fragmentación y los bajos niveles de afiliación a los sindicatos y a las organizaciones de empleadores en áreas rurales. Es fundamental fortalecer la organización y representación de las partes interesadas rurales —por ejemplo, fomentando las cooperativas y otras organizaciones sociales y de economía social y solidaria—, como también mejorar el marco institucional para el diálogo social, a fin promover el trabajo decente en la economía rural.

Las desigualdades de género y la discriminación de los grupos en situaciones vulnerables son dificultades importantes en la economía rural. Poner fin a toda forma de discriminación contra las mujeres y las niñas, cuyo empoderamiento es clave para reducir la pobreza y el hambre, y proteger los derechos de los pueblos indígenas y tribales y otros grupos vulnerables a la discriminación es parte integral de la labor de la OIT en la economía rural.

Los sectores de la agroalimentación, la pesca y la acuicultura tienen un enorme potencial de crecimiento inclusivo, ecológico y resiliente a los cambios climáticos. Por otra parte, las comunidades rurales de los países en desarrollo son las que más sufren a causa del cambio climático y el deterioro del medio ambiente. La promoción de la sostenibilidad ambiental, el desarrollo resiliente a los cambios climáticos y la creación de empleos verdes en estos sectores son elementos centrales de la estrategia de la OIT referida a la economía rural.

Las alianzas

En el área del trabajo decente en la economía rural, la OIT ha forjado alianzas sólidas y constructivas con organismos de las Naciones Unidas involucrados en la agricultura y el desarrollo rural, entre otros, los organismos con sede en Roma (la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación [FAO], el Programa Mundial de Alimentos [PMA] y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola [FIDA]), como también el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la OCDE, los bancos regionales de desarrollo y el Grupo del Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional (SIDA). En colaboración con dichos organismos y alianzas bilaterales, la OIT organiza intervenciones a nivel nacional para promover el empleo decente y productivo en la economía rural. La OIT también participa en el el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, dirigido por la FAO, y en el Equipo de Tareas de Alto Nivel sobre la crisis mundial de la seguridad alimentaria del Secretario General de las Naciones Unidas.

Capacidad de la OIT

La labor de la OIT en la promoción del trabajo decente en la economía rural se asocia con las cuatro dimensiones de la Agenda de Trabajo Decente e involucra a muchas unidades técnicas diferentes en la sede. En tanto que los equipos técnicos dedicados al trabajo decente en sí no incluyen a especialistas en empleo rural, todos los especialistas técnicos con diversos antecedentes pueden contribuir con sus conocimientos técnicos específicos de una manera complementaria para diseñar programas integrados y exhaustivos de empleo rural. La promoción del trabajo decente en la economía rural también puede beneficiarse de la experiencia y las herramientas del programa de desarrollo económico local de la OIT, cuyo objetivo es fomentar la creación de empleos mediante el aprovechamiento de las ventajas comparativas y las características singulares de lugares y territorios locales.

Recursos

La Guía de la biblioteca de la OIT incluye una página sobre desarrollo rural que facilita el acceso a una amplia variedad de materiales, agrupados en diversos temas, sectores y regiones. Además, la OIT ha recopilado un repertorio de notas de guía normativa sobre la promoción del trabajo decente en la economía rural, que ilustra el enfoque holístico de la OIT para la promoción del trabajo decente en la economía rural, y reúne una amplia gama de instrumentos y herramientas preparados en los últimos años. El Centro Internacional de Capacitación de la OIT en Turín mantiene una página web dedicada al desarrollo rural.


39 - FAO 2016 http://www.fao.org/news/story/es/item/52011/icode/

56. Conferencia Internacional del Trabajo (CIT). Informe de la Comisión de Promoción del Empleo Rural. Ginebra: 2008.