Encender la antorcha de la capacitación "Somos importantes", reclaman los trabajadores domésticos filipinos

Los trabajadores del servicio doméstico de Filipinas avanzan en su capacidad de representación gracias a SUMAPI, la única organización de trabajadores de este sector en el país. Ricardo R. Casco, de OIT-DOMWORK, informa sobre sus progresos.

MANILA, Filipinas - Dos millones y medio de hogares filipinos confían en trabajadores del servicio doméstico para proporcionar cierto alivio a las familias que tienen que hacer frente a conflictos de intereses entre las responsabilidades familiares y profesionales. Actualmente, los trabajadores domésticos filipinos trabajan asimismo en hogares de unos 70 países de todo el mundo, y su importancia aumenta a medida que evolucionan los patrones de vida familiar y laboral. Sin embargo, la contribución del trabajo doméstico sigue estando infravalorada, y la lucha por liberarlo del trabajo infantil continúa

Milaluna Tibubos (Mila) relata su historia:

"Me crié con 12 hermanos en un pueblo muy remoto y apacible situado en Iloilo. A muy corta edad, tuve que hacer frente a la cruda realidad de la pobreza y al modo en que ésta afectaba a mi familia. Era bien consciente de que mis padres no podían ayudarme en realizar mi aspiración de acabar los estudios. Como muchas otras chicas jóvenes, quería recibir formación y obtener un título universitario. Por entonces, eso era todo en lo que podía pensar, pero era plenamente consciente de la condición económica de mi familia. En ocasiones, no podíamos ni comer, porque no había nada que cocinar, ni dinero para comprar comida en el mercado. Así que recurría a mis profesores, pensando que podrían ayudarme. Mis maestros en la escuela de primaria me animaron a acudir a sus casas y ser su empleada de hogar. Me prometieron que, más adelante, me ayudarían a proseguir mis estudios en el instituto y la universidad".

Así comenzó el largo recorrido de Mila por el camino de la capacitación ( Nota 1), pero las cosas no salieron inicialmente como esperaba.

"Comencé a trabajar cuando tenía 9 años, con el fin de financiar mis estudios y ayudar a mi familia a pesar de las pesadas tareas que debía asumir. En uno de mis primeros empleos, tuve que cuidar a dos niños de 2 y 5 años de edad respectivamente; yo era todavía una niña y no sabía cómo atender a esos niños. Mi empleador me golpeaba si cometía algún error. Apenas recibía sueldo: tan sólo un peso por día. En ocasiones, faltaba a clases siguiendo las indicaciones de mi profesora-empleadora, para que acudiera a su casa y cuidara de sus hijos."

En la actualidad, Mila ha sido elegida directora de Samahang Ugnayan ng mga Manggagawang Pangtahanan sa Pilipinas (SUMAPI), la única organización de trabajadores del servicio doméstico en Filipinas. SUMAPI, que se beneficia del Proyecto Regional de la OIT de Movilización de Acciones para Proteger a los Trabajadores Domésticos del Trabajo Forzoso y el Tráfico de Seres Humanos (OIT DOMWORK), se prepara este año para su independencia institucional después de años de depender de la Visayan Forum Foundation, Inc. (VFFI), una fundación firma defensora de los derechos y el bienestar de los trabajadores del servicio doméstico.

VFFI constituyó SUMAPI como organización popular sin acciones y sin ánimo de lucro, dedicada a la protección de los niños y mujeres migrantes que trabajan en el mercado local. Inició su labor en Manila en 1995, y posteriormente amplió sus actividades a las provincias de Davao, Bacolod, Batangas, Iloilo y Cebu. Se estima que, actualmente, SUMAPI cuenta con una cifra de afiliados de 8.000 trabajadores domésticos, y la organización comprende 21 grupos básicos que prestan sus servicios en parques, escuelas, comunidades y parroquias.

Al igual que Mila, los principales líderes de SUMAPI en la actualidad son trabajadores domésticos rehabilitados con éxito que han aprovechado la oportunidad que brinda el Programa Psicosocial de la VFFI y la asistencia educativa prestada en el marco del IPEC. Tras haber "predicado con el ejemplo" y sobrevivido a un doloroso pasado como niños empleados en el servicio doméstico, se han ganado la credibilidad al hablar a favor de sus derechos e intereses; conocen el modo de fundamentar el desempeño de un papel importante para el sector.

Escasa remuneración, bajo estatus

Aunque el trabajo doméstico se ha convertido en un servicio altamente demandado, la retribución de este tipo de prestación definida en la normativa vigente en Filipinas no es proporcional a tal demanda.

Al relatar sus penurias como niña desfavorecida dedicada al trabajo doméstico, Mila describe los exiguos ingresos que obtenía a cambio de los sacrificios por los que debía pasar para cumplir su ferviente deseo de terminar sus estudios. "Pasaba de un patrón a otro; tuve 11 en total en 7 años. Busqué trabajo fuera de mi provincia, lejos de mi familia, en un lugar que apenas conocía y en el que no tenía a nadie al que recurrir en caso de dificultad. La comunicación con mi familia era escasa o casi nula; y lo que es peor, trabajaba en una casa en la que dormía en la choza nipa (una vivienda improvisada) situada fuera de la residencia principal. Dormía allí sin almohada ni mantas, ni otras comodidades esenciales. Me alimentaba de restos de comida, y mi trabajo conllevaba la realización de todas las tareas del hogar. Pasé por la terrible experiencia de ser golpeada, la hija de mi patrón me tiraba del pelo e, incluso, me abofeteaban, no sólo mi patrón, sino también los demás miembros de la familia. De estos 11 patrones, sólo uno me pagaba 500 pesos (10 dólares de Estados Unidos) al mes; los demás me entregaban tan sólo 25 pesos, 2 pesos o, en ocasiones, nada en absoluto, sobre todo cuando me daban la oportunidad de acudir a la escuela."

Incluso los patrones domésticos de cierto estatus en la sociedad, como los profesores que empleaban a Mila, pueden cometer abusos; una visión distorsionada del servicio doméstico permite la perpetuación de este tipo de prácticas. En numerosas culturas, la contratación de servicios domésticos se relega al nivel de "asistentes domésticos o criados". A estos asistentes y criados no son tratados como trabajadores que merecen la cobertura del derecho del trabajo y las normas sobre protección laboral.

Por otra parte, los encargados de contratar a trabajadores domésticos para su empleo en el extranjero tienden a quedarse con los beneficios que se derivan de este mercado de elevada demanda. Debido a la percepción de que el contenido de un puesto de trabajo en el servicio doméstico requiere niveles de cualificación muy bajos, y al aumento del número de países pobres que se incorporan al conjunto de proveedores de mano de obra, los salarios y las remuneraciones continúan deteriorándose

En casa, como en el extranjero

Recientemente, el Departamento de Trabajo y Empleo de Filipinas ha anunciado de manera pública que promoverá enérgicamente la formación de destrezas y la orientación profesional de sus trabajadores domésticos en el extranjero, al reconocer el número creciente de incidencias de tráfico de seres humanos, trabajo forzoso, y abuso de los derechos humanos que afectan a dichos trabajadores. Coherente con la necesidad de aplicar las disposiciones de la Ley filipina de Trabajadores Migrantes y Filipinos en el extranjero (Ley de la República 8042) de 1995, que establece que la posesión de competencias basadas en destrezas o cualificaciones es fundamental para la protección de los trabajadores vulnerables, la OIT ha extendido su apoyo a Filipinas para el desarrollo de un sistema de formación de destrezas, orientación profesional, comprobación y certificaciones dirigido a los trabajadores del servicio doméstico. Dicho sistema, gestionado por la Autoridad de Educación Técnica y Desarrollo de las Destrezas (TESDA), promete dotar al sector del servicio doméstico en el extranjero de las capacidades necesarias en su empeño por preservar una retribución relativamente más elevada y adquirir estatus profesional en el mercado global.

Sin embargo, aunque estas actividades de orientación y formación sirven para proteger a los trabajadores del servicio doméstico que desarrollan su trabajo en el extranjero y para permitirles ganar en competitividad, queda todavía mucho por hacer en la promoción del uso de estas actividades en el mercado local

Existe el deseo entre los trabajadores domésticos locales de que la normativa y los servicios de la Administración que afectan los trabajadores en el extranjero también les afecten a ellos por igual. Procuran la adopción de una ley general del servicio doméstico, la Batas Kasambahay (Carta Magna de los Trabajadores del Servicio Doméstico, Ley Parlamentaria nº 1606), de igual manera que los trabajadores migrantes disponen de la Ley de la República 8042.

Dado que en su mayoría adolecen de escolarización y conocimientos, estos trabajadores desean acceder a programas de orientación profesional y de adquisición de cualificaciones. Aspiran a que las agencias de contratación que operan en el mercado local asuman más responsabilidades y obligaciones. Cuando todas estas premisas se cumplan en casa, argumentan, el Gobierno reforzará su posición moral para negociar mejores términos y condiciones para los trabajadores migrantes.

En su lucha por conseguir mejoras, Mila ha guiado este año a SUMAPI hacia un intenso programa de sesiones de capacitación sobre determinación general de objetivos, planificación estratégica y operativa, principios de los derechos humanos y del trabajo, organización, movilización de recursos, gestión financiera, servicios de información directa, e iniciativa empresarial, bajo la orientación de la Federación de Trabajadores Libres y la OIT. "Confío en que hayamos avanzado en esta misión de prevenir que las generaciones presentes y futuras de trabajadores domésticos experimenten la pérdida de la infancia que nosotros tuvimos que soportar", señala Mila. "Lo que han hecho por nosotros, sea mucho o poco, los diferentes interlocutores sociales movilizados por la OIT en los últimos años puede propiciar que tanto nosotros, como las generaciones venideras, alcancemos un verdadero estado de capacitación. Somos muchos, y somos importantes para las familias y para sus miembros. Nuestra voz es grande."

Iniciativas locales sobre cualificaciones y protección social

"No hay mejor forma de llevar a la práctica las iniciativas de servicio sobre el terreno que mediante la colaboración de los Barangay (unidades de la Administración local) y las asociaciones de empleadores domésticos", señala Constancia Lichauco, Directora de Barangay de Belair, un área residencial de élite situado en Makati. Belair se encuentra actualmente en su 11º año de ejecución de su Kabalikat sa Tahahan (KST, socios en casa), programa de formación de tres meses de duración para la adquisición de destrezas, conocimientos y valores por los trabajadores domésticos, que se imparte los miércoles por la tarde. La Confederación de Empleadores de Filipinas (ECOP) ha adoptado el programa KST como base para su campaña para sensibilizar a los empleadores y para la formulación de su Código de Ética en el Empleo de Trabajadores Domésticos.


Nota 1 - N del T. Capacitación, o empoderamiento, es la traducción al español del término inglés empowerment que es el hecho de delegar poder y autoridad a los trabajadores y de conferirles el sentimiento de que son dueños de su propio trabajo.