Alimentación; bebidas; tabaco

El sector de la alimentación y las bebidas proporciona alimentos aptos para el consumo, de calidad, saludables y asequibles a millones de personas en todo el mundo. A pesar de los cambios estructurales operados en los últimos decenios, el sector sigue siendo una fuente importante de producción y de empleo, en particular en los países en desarrollo en los que la industria ha crecido rápidamente. Las estadísticas disponibles oficialmente indican que, en 2008, más de 22 millones de trabajadores estaban empleados en el sector de producción de alimentos y bebidas. Estas cifras pueden experimentar un fuerte incremento si se contabilizan los empleos en todo el sistema de producción de alimentos.

Las mujeres constituyen el 40 por ciento de la fuerza de trabajo del sector de la alimentación y las bebidas, y en determinados subsectores, como la transformación de pescado, verduras y frutas, los trabajadores son fundamentalmente mujeres. Si bien las pequeñas y medianas empresas de la industria de la alimentación y las bebidas son cruciales para la producción y para la generación de empleo, tanto en las economías desarrolladas como en desarrollo, las empresas grandes, que representan menos del 10 por ciento del total de empresas, siguen contribuyendo considerablemente a la creación de empleo.

En general, las condiciones de trabajo han mejorado gradualmente en el sector de la alimentación y las bebidas; sin embargo, existen una serie de desafíos que deben superarse para que el trabajo decente sea una realidad en este sector, inclusive la baja productividad laboral y las escasas calificaciones; la protección social limitada y otras prestaciones; las cuestiones relativas a la seguridad y la salud en el trabajo; las lagunas existentes en las condiciones de trabajo entre los trabajadores de ambos sexos, y la necesidad de fortalecer el diálogo social.

En los próximos decenios, el sector de la alimentación y las bebidas se enfrenta a una serie de presiones sin precedentes, tales como los cambios en la oferta y la demanda, el cambio climático, la volatilidad de los precios de los alimentos y la seguridad alimentaria. Éstas también pueden tener grandes efectos en las tendencias del empleo actuales y futuras, así como en las condiciones de trabajo del sector.

El empleo en la producción y en el cultivo de tabaco ha seguido disminuyendo en el último decenio. No obstante, el sector continúa siendo una actividad económica en la que millones de mujeres y hombres se ganan la vida. El tabaco se cultiva en más de 100 países en desarrollo y en transición. En la actualidad, casi 1,2 millones de trabajadores están empleados en la fabricación de tabaco en todo el mundo. Sin embargo, el mayor porcentaje de empleo sigue registrándose en el ámbito de la producción de hojas, en particular en los países en desarrollo.

Los cambios en la demanda, derivados de una mayor conciencia sobre la salud y de las medidas de política encaminadas a reducir el consumo del tabaco, así como la adopción de nuevas tecnologías, seguirán impulsando cambios en el mercado laboral en este sector en los próximos decenios. Estas tendencias exigen unas medidas encaminadas a desarrollar alternativas de empleo social y económicamente viables tanto dentro de las explotaciones agrícolas como fuera de ellas, especialmente para los productores de tabaco y los trabajadores del ámbito de la producción de hojas. Además, la industria sigue necesitando abordar el enorme déficit de trabajo decente, que se pone de relieve, por ejemplo, en unas condiciones de trabajo precarias en el lugar de trabajo, en la exposición al trabajo peligroso, en largas jornadas laborales y una baja remuneración, y en el trabajo infantil.

Debido a la complejidad de los sistemas de producción de alimentos a escala mundial, la OIT adopta un enfoque amplio e integral para abordar el déficit de trabajo decente en las industrias de la alimentación, las bebidas y el tabaco. Este enfoque conlleva lo siguiente:
  • Intervenciones en todo el sistema alimentario, desde la explotación agrícola hasta el consumidor
  • Servicios de asesoría y cooperación técnica, para que los mandantes de la OIT en toda la cadena de valor de los alimentos cumplan los convenios y las normas pertinentes de la OIT
  • Investigación para aportar más datos concluyentes con miras a la formulación de políticas en las industrias de la alimentación, las bebidas y el tabaco
  • Promoción de plataformas de intercambio de conocimientos para difundir mejores prácticas en todas las fases de la cadena alimentaria
  • Apoyo al diálogo social entre los mandantes de la OIT sobre cuestiones relativas a los alimentos, las bebidas y el tabac