“El futuro del trabajo es indisociable del futuro de las mujeres en el trabajo”

Mensaje del Director General de la OIT, Guy Ryder, con ocasión de la celebración del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2015

Declaración | 8 de marzo de 2015
Hace veinte años la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing, adoptó una Declaración y Plataforma de Acción visionarias y de gran alcance con miras a promover la igualdad de género y la potenciación del papel de la mujer. Los progresos alcanzados hasta la fecha deben relativizarse teniendo en cuenta que la realidad es mucho menos prometedora de lo que se había esperado.

Se ha avanzado mucho en lo que respecta a las políticas nacionales para la igualdad de género y las leyes contra la discriminación por motivo de sexo, pero sigue siendo difícil lograr progresos en la práctica.

A nivel mundial, la tasa de actividad de las mujeres sigue siendo sólo de aproximadamente el 50 por ciento mientras que la de los hombres alcanza casi el 80 por ciento –situación que prácticamente no ha variado en 20 años. Las enormes diferencias salariales entre hombres y mujeres apenas se han reducido: las mujeres siguen ganando en promedio un 23 por ciento menos que los hombres. Según datos recientes, las madres son objeto de discriminación salarial, que a menudo se añade a las diferencias de remuneración persistentes entre hombres y mujeres.

Si bien ha aumentado el porcentaje de mujeres en altos puestos de dirección o en altos puestos políticos, las mujeres dirigen solo un 5 por ciento de las empresas de la lista Fortune 500, y presiden solo uno de cada 12 gobiernos del mundo. El porcentaje de mujeres que trabajan por cuenta propia o realizan trabajos familiares no remunerados ha disminuido, pero siguen siendo mucho más numerosas en empleos mal remunerados.

Es inaceptable que, de mantenerse el ritmo de cambio actual, pueda llevar más de 70 años lograr que las mujeres tengan la misma remuneración que los hombres por un trabajo de igual valor. También es inaceptable que hoy en día una de cada tres mujeres sea víctima de algún tipo de violencia física y/o sexual que socava su capacidad para trabajar.

Este Día Internacional de la Mujer es la ocasión para plantearnos las cuestiones clave. Esta conmemoración debería incitarnos a actuar, reconsiderar la situación e innovar.

¿Qué hay que hacer?
  • Apoyar las políticas de protección de la maternidad y de conciliación entre la vida laboral y familiar: a pesar de que se han realizado algunos progresos, en el mundo hay más de 800 millones de trabajadoras (un 41 por ciento) que siguen careciendo de una protección de maternidad adecuada, y son pocos los hombres que ejercen su derecho a la licencia parental. ¿No podríamos formular políticas de protección de la maternidad y de conciliación entre la vida laboral y familiar que sean más inclusivas, y propicien la igualdad de género?
  • Abordar la cuestión del trabajo del cuidado: en general son pocos los servicios o entidades que reconocen, valoran y apoyan este tipo de trabajo, esté o no remunerado. ¿No podríamos promover una nueva perspectiva del trabajo y del cuidado que se traduzca en políticas para atender las necesidades en materia de maternidad, paternidad, cuidado de los niños y de las personas de edad?
  • Apoyar la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo: son muchas las mujeres que desearían acceder al mercado de trabajo. ¿No podríamos prestar una mayor atención a las políticas activas del mercado de trabajo y propiciar una cultura en el lugar de trabajo que acabe con la segregación laboral, valore equitativamente los empleos ocupados tradicionalmente por las mujeres, y fomente empleos de calidad para las mujeres y los hombres?
  • Actuar desde una edad temprana para reducir las diferencias de género: las diferencias empiezan a manifestarse ya en la infancia y se van agravando a lo largo de la vida. Es necesario que las niñas y niños, las mujeres y los hombres puedan acceder a una educación, formación y desarrollo de las competencias profesionales de calidad, y que se adopten estrategias eficaces para promover el empleo juvenil.
  • La igualdad laboral de las mujeres nos beneficia a todos. Tenemos que mostrar a los hombres por qué tienen que ser parte del debate y de la solución. Para acelerar el ritmo de cambio será necesario hacer a los hombres partícipes de las estrategias para promover la igualdad de género, igualdad que concierne tanto a las mujeres como a los hombres, y redunda en beneficio de las personas, las familias, los lugares de trabajo y las sociedades.

Es indispensable promover empleos decentes para las mujeres de esta generación y de la generación futura. El futuro del trabajo es indisociable del futuro de las mujeres en el trabajo. Es una cuestión de derechos, de lo que es justo para las mujeres y necesario para el desarrollo sostenible.