Mensaje de Juan Somavia Director General de la OIT con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad- 3 de diciembre de 2011

Declaración | Geneva, Switzerland | 1 de diciembre de 2011

Hoy, en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, la OIT hace un llamamiento a aunar esfuerzos con el fin de incrementar las oportunidades de trabajo decente y productivo para las personas con discapacidad, como una de las vías más eficaces para lograr un desarrollo integrador.

Según las estimaciones mundiales más recientes, el número de personas con discapacidad es más elevado de lo que se había supuesto anteriormente, ya que se eleva a alrededor de mil millones de personas, o un 15 por ciento de la población mundial; estas personas constituyen así la minoría más grande del planeta. En la vida cotidiana de las personas con discapacidad, la estigmatización, la discriminación y la falta de cuidados suelen implicar que éstas tengan más problemas de salud, un nivel de educación más bajo, unas tasas de participación en el empleo y en la fuerza de trabajo más reducidas y unos índices de pobreza más elevados que los del resto de la población.

Estos datos concretos, junto con los estudios de la OIT que demuestran que la exclusión laboral de las personas con discapacidad redunda en pérdidas económicas de hasta el 7 por ciento del PIB, deberían suscitar amplias iniciativas destinadas a asegurar que las personas con discapacidad se incorporen de forma activa a los procesos de desarrollo de los que todos nos beneficiamos. Dichas iniciativas permitirían realizar los avances necesarios para cumplir con los compromisos internacionales recogidos en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de las Naciones Unidas y en los convenios de la OIT, como, en particular, el Convenio sobre la readaptación profesional y el empleo (personas inválidas), 1983 (núm. 159), y el Convenio sobre la discriminación (empleo y ocupación), 1958 (núm. 111).

Las empresas, incluidas las pequeñas y medianas empresas, son la principal fuente de creación de puestos de trabajo y, por ello, desempeñan un papel fundamental en la ampliación de las oportunidades de empleo para las mujeres y los hombres con discapacidad. La OIT ha creado la Red Mundial sobre Empresas y Discapacidad, que incluye a empresas multinacionales, organizaciones de empleadores, redes empresariales sobre discapacidad, representantes de las organizaciones de personas con discapacidad y otras entidades. La Red apoya los esfuerzos de las empresas que tienen en cuenta la cuestión de las discapacidades en el lugar de trabajo y en los planes empresariales estratégicos.

La organización es un factor indispensable para lograr progresos en materia de discapacidad y, en ese sentido, los sindicatos se encuentran en una situación singularmente favorable. En efecto, tienen la capacidad de poner en primer plano estas cuestiones en el marco de las consultas nacionales y los procesos de negociación y de captar, organizar e integrar a las personas con discapacidad en el movimiento social. Asimismo, tienen la capacidad de promover medidas concretas en el lugar de trabajo para facilitar la inclusión de estas personas, ocupándose por ejemplo de sensibilizar a los directivos y al personal, y proponiendo los ajustes y adaptaciones que sean necesarios.

Los gobiernos deben brindar orientación y afirmar sólidamente los derechos y reivindicaciones de los ciudadanos con discapacidad para que éstos tengan una plena participación en el mercado de trabajo y en la sociedad en su conjunto, mediante la adopción de textos legislativos, políticas y medidas de aplicación pertinentes. Este compromiso debería reflejarse en una asignación adecuada de recursos, en especial en los ámbitos de la salud, la educación, la formación profesional y la colocación en el empleo. La instauración de pisos de protección social universales que brinden apoyo, favorezcan el empoderamiento y contribuyan a sostener la demanda también contribuirá a la realización del derecho de las personas con discapacidad a gozar de dicha protección en pie de igualdad con respecto a las demás personas.

Promover oportunidades de trabajo decente para las personas con discapacidad es una condición indispensable para lograr una nueva era de justicia social.

Si trabajamos juntos, podremos crear un mundo mejor para todos.