Mensaje de Juan Somavia con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

Declaración | Geneva, Switzerland | 17 de octubre de 2011

El tema de este año, a saber, «De la pobreza a la sostenibilidad: las personas en el centro del desarrollo inclusivo» es sumamente oportuno. En estos tiempos de crisis, el costo humano de unos patrones de crecimiento ineficientes es aún más elevado y palpable.

Demasiadas personas están condenadas al desempleo o a una lucha incesante en la economía informal; al hambre y la malnutrición; a tener problemas de salud y una muerte prematura, es decir, un ciclo de perpetua desventaja. Muchos lograrían salir adelante en tiempos normales, pero se ven abocados a la pobreza sólo por una crisis en su vida. Y estos fenómenos no se producen únicamente en los países en desarrollo.

La creciente inseguridad humana y un sentimiento generalizado de debilitamiento de la cohesión social transmiten un claro mensaje de que ha llegado el momento de centrarse en procesos de crecimiento económico integradores, justos y que fomenten la creación de empleo como base de la sostenibilidad económica y social.

El trabajo decente es un camino productivo hacia la inclusión y la única vía sostenible para salir de la pobreza. Para seguir este camino, se requieren políticas financieras que fomenten la inversión en la economía real y, especialmente, en las pequeñas y medianas empresas generadoras de empleos. El paso de la pobreza a la sostenibilidad también exige defender unos principios y derechos fundamentales en el trabajo en los que no tengan cabida el trabajo infantil, el trabajo forzoso o la discriminación, y que reconozcan el derecho a organizarse y a expresarse para que las personas que viven en la pobreza puedan

movilizarse y convertirse en agentes activos a la hora de forjar su futuro. Y por último, aunque no por ello menos importante, la sostenibilidad social y económica debe sustentarse en la seguridad humana mediante inversiones en protección social.

Una protección social que garantice una seguridad básica de los ingresos y el acceso a servicios sociales esenciales, entre otras cosas, y que permita a los niños asistir a la escuela, garantice la seguridad alimentaria y proporcione a las mujeres y los hombres los medios necesarios para superar la pobreza mediante el trabajo.

La protección social protege, empodera y ayuda a sostener la demanda.

Hasta ahora, el acceso a una protección social integral sólo ha sido una realidad para una quinta parte de la población mundial. Ahora bien, se está logrando un firme consenso internacional en cuanto al potencial de desarrollo de los pisos de protección social nacionales. Su establecimiento requerirá contribuciones de diversas fuentes y solidaridad a nivel nacional e internacional.

La Iniciativa del Piso de Protección Social de las Naciones Unidas, dirigida conjuntamente por la OIT y la OMS, reunió al sistema de las Naciones Unidas y a las instituciones dedicadas al desarrollo con el objetivo de promover la función de la protección social como factor de desarrollo. El informe del Grupo de Consulta presidido por Michelle Bachelet muestra que los pisos de protección social son necesarios, factibles y eficaces en contextos muy diversos.

En la Cumbre sobre los ODM, celebrada en septiembre de 2010, se reconoció la importancia fundamental de las políticas de protección social como medio para acelerar la consecución de los ODM. Los ministros de trabajo y empleo del G-20 han pedido unos pisos definidos a nivel nacional en las estrategias destinadas a lograr un crecimiento sólido, sostenible y equilibrado, así como la cohesión social, y los ministros de finanzas y desarrollo del G-20 han hecho hincapié en la necesidad de apoyar estos pisos en los países de bajos ingresos.

En la reunión de junio de 2011 de la Conferencia Internacional del Trabajo, los delegados gubernamentales, de los empleadores y de los trabajadores de los Estados Miembros de la OIT se comprometieron a promover una aplicación rápida de pisos de protección social nacionales, y el año que viene pasarán a debatir la posible elaboración de una norma internacional que oriente los esfuerzos desplegados para el establecimiento de estos pisos.

La OIT también contribuye, con su programa sobre el mundo del trabajo, al establecimiento de pisos de protección social como inversión en la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores y de sus familias, tanto en la economía formal como informal, al liberar su capacidad productiva y aumentar su productividad.

Hoy en día, guiados por nuestro principio según el cual «la pobreza, en cualquier lugar, constituye un peligro para la prosperidad de todos», nos comprometemos de nuevo a promover la protección social como instrumento de erradicación de la pobreza y a lograr unos patrones de crecimiento que sean sostenibles desde el punto de vista económico y social.