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Pandemia de COVID-19

Los trabajadores vulnerables son los más afectados por las secuelas de la COVID-19 en los Estados Árabes frágiles

Las evaluaciones realizadas muestran un aumento en las pérdidas de empleos e ingresos, así como una capacidad financiera limitada para enfrentar la crisis, lo cual hace que sea aún más difícil para los trabajadores vulnerables ganarse la vida.

Comunicado de prensa | 13 de octubre de 2020
© OIT Jordania
BEIRUT (OIT Noticias) – Una serie de evaluaciones rápidas que examinaron el impacto inmediato de la pandemia de COVID-19 sobre los trabajadores y las empresas vulnerables en los Estados Árabes frágiles, muestran una disminución significativa en los empleos y los ingresos tanto de los refugiados sirianos como de las comunidades de acogida. La limitada capacidad financiera para hacer frente a la crisis ha dado lugar a un deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de todos los trabajadores, constataron las evaluaciones.

Los estudios, realizados por la OIT en colaboración con una serie de socios humanitarios y para el desarrollo, muestran que en Jordania, Líbano e Iraq, la crisis ha afectado de manera desproporcionada a los refugiados sirios, los trabajadores empleados en la economía informal, las mujeres y los trabajadores más jóvenes.

Gran parte del mundo árabe ya tenía que hacer frente a los desafíos existentes del mercado del trabajo antes de la pandemia, bien sea por el flujo de refugiados hacia los países vecinos, el elevado desempleo juvenil, las bajas tasas de participación femenina en la población activa, la pobreza o el alto nivel de informalidad.

Las evaluaciones encuestaron muestras de empresas y trabajadores que participaron en los programas ejecutados por las organizaciones implicadas en los informes. Por consiguiente, si bien no son representativos a nivel nacional, estos informes muestran de qué manera la pandemia ha agravado estos desafíos subyacentes y ha hecho aún más difícil que las personas vulnerables se procuren medios de subsistencia y tengan acceso a fuentes de ingreso.

“Al igual que en otras regiones, la pandemia de COVID-19 ha generado nuevos desafíos económicos en los Estados Árabes, y algunos sectores clave con alto coeficiente de empleo han sido gravemente perjudicados”, declaró Frank Hagemann, Director Regional Interino de la OIT para los Estados Árabes.

“Los países afectados por conflictos experimentan consecuencias aún más graves, a causa del agotamiento de las estructuras gubernamentales, la parálisis de las economías y de los mercados laborales y la falta de las infraestructuras básicas necesarias para hacer frente a esta crisis”, explicó Frank Hagemann.

“Otros países, donde viven grandes números de refugiados, también enfrentan riesgos elevados. Estas personas y los segmentos vulnerables de la población local necesitan mayor apoyo, incluso cuando los recursos de los gobiernos siguen disminuyendo”, agregó.

En Jordania, las conclusiones muestran que casi la mitad de los trabajadores que estaban empleados antes del brote de la pandemia de COVID- 19 perdieron el empleo durante las primeras semanas de la crisis. La mayoría de ellos indicaron que no tenían ninguna forma de ahorro a la cual recurrir y que la cantidad de efectivo y de ayuda en especie que recibían era limitada.

En Líbano, la pandemia apareció en un momento en que el país lidiaba con su peor crisis financiera y económica en décadas, además de la inestabilidad política y una prolongada crisis de refugiados. Los resultados muestran un deterioro de las condiciones de vida y de trabajo tanto de los ciudadanos libaneses como de los refugiados sirios como consecuencia de la pandemia. Los refugiados sirios, quienes tienden a aceptar salarios más bajos y condiciones de trabajo más arduas, son los más afectados.

En Iraq, un país que tiene aproximadamente 1,4 millones de desplazados internos, la pandemia ha tenido un impacto profundo sobre los trabajadores jóvenes y las mujeres, muchos de los cuales ya estaban desempleados antes de la crisis. Con más de una tercera parte de los encuestados siendo los principales proveedores de sustento de sus hogares continuamente desempleados, la evaluación estima que el efecto de la pandemia será considerable, no sólo para sí mismos sino también paras las personas que dependen económicamente de ellos.

Las evaluaciones contienen recomendaciones para llevar a cabo acciones inmediatas y aplicar políticas a largo plazo incluyendo medidas para hacer frente a los desafíos preexistentes del mercado de trabajo:
  • Apoyar a los trabajadores vulnerables y a las empresas en dificultad a través de ayuda directa en efectivo.
  • Adaptar los programas a las nuevas y urgentes necesidades de los trabajadores centrándose en la creación de activos comunitarios y públicos, durante y después de la COVID-19, y aumentar las medidas de protección.
  • Reducir el riesgo de que las entidades formales pasen a ser informales, gracias a sistemas de garantía crediticia respaldados por el gobierno, la transición al pago digital de los salarios y las exenciones fiscales.
  • Simplificar los procesos administrativos de manera que las personas necesitadas puedan acceder mejor a los servicios y fondos disponibles.
Estas evaluaciones fueron realizadas por la Oficina Regional de la OIT para los Estados Árabes en colaboración con el Instituto Fafo de Investigación Laboral y Social (Fafo) y con los socios humanitarios y para el desarrollo, incluidos el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Cash Consortium para Iraq (CCI) y el Grupo principal de expertos relativo a los medios de subsistencia de Líbano.