Competencias para un futuro más ecológico
Un futuro sostenible y más respetuoso del medio ambiente precisa de competencias verdes
El cambio climático y la degradación del medio ambiente tendrán enormes repercusiones sobre el mundo del trabajo. Sin embargo, según Olga Strietska-Ilina, especialista en competencias y empleabilidad, aún cuando se habla mucho sobre estos temas, no se presta suficiente atención en proporcionar a los trabajadores las competencias necesarias para instaurar una economía verde sostenible.
Olga Strietska-Ilina |
Hasta ahora, 183 países se han comprometido a alcanzar el objetivo del Acuerdo de París (mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de dos grados Celsius) al presentar las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) que describen las medidas de adaptación y atenuación que prevén adoptar. No obstante, si bien dos terceras partes de estas CDN reconocen la importancia de fortalecer el desarrollo de las competencias y de mejorar el conocimiento de los ciudadanos sobre el cambio climático, menos del 40 por ciento contienen programas de formación (o recalificación) profesional para apoyar su implementación. Es más, más de una de cada cinco, no incluye ningún programa de formación o medida dirigida a fortalecer las capacidades.
Esto debería hacer sonar las alarmas. Los compromisos para ecologizar sectores de la economía como la energía, la agricultura, la gestión de los residuos, la manufactura y el transporte, no pueden traducirse en un cambio concreto si no se dispone de las competencias necesarias. Son las mujeres y los hombres con los conocimientos y las destrezas apropiadas quienes tomarán las decisiones y desarrollarán y mantendrán las tecnologías, los procesos de producción verde y las estrategias de inversiones sostenibles descritas en las CDN y otros documentos estratégicos.
La adquisición de competencias, la recalificación y el perfeccionamiento profesional no sólo abarcan los conocimientos técnicos, sino también las aptitudes básicas y sociales (la conciencia medioambiental, las habilidades analíticas, el trabajo en equipo, la innovación, la comunicación, el liderazgo, la capacidad de negociación, las competencias empresariales y de gestión), que ofrecen una ventaja comparativa porque pueden ser transferidas fácilmente de una profesión a otra. Otras competencias muy buscadas incluyen las ventas y el mercadeo, la atención al cliente, la reparación, los conocimientos informáticos, la programación y la elaboración de presupuestos, por citar algunos ejemplos.
Estos temas serán discutidos en el Foro Mundial, Fortaleciendo las competencias para una transición justa y el futuro del trabajo (6 de junio), donde serán discutidas las principales conclusiones de un informe sobre Competencias profesionales para empleos verdes (que será publicado en los próximos meses). Este informe contiene información proveniente de 32 países. El objetivo del Foro es poner de manifiesto la necesidad de adoptar medidas concretas en materia de competencias, identificar las necesidades laborales, los déficits de competencias y las estrategias de respuesta relacionadas con el futuro del trabajo sostenible y considerar una posible colaboración multilateral que pueda impulsar la ecologización del capital humano.
Estamos conscientes de que estas medidas requerirán inversiones considerables. Pero también pueden crear millones de nuevos empleos y reconvertir muchos de los existentes. Es necesario prestar atención especial a garantizar que las mujeres estén incluidas en la formación profesional pertinente, de manera que estas medidas contribuyan a reducir la brecha de género y a combatir los estereotipos sobre hombres y mujeres, en vez de afianzarlos. El número de empleos altamente cualificados y – sobre todo – los empleos mediamente cualificados, tiene el potencial de crecer si invertimos en la formación profesional adecuada. Los trabajadores de la construcción, la industria manufacturera, la agricultura y el comercio podrían conseguir empleo si la transición verde es apoyada por el desarrollo de competencias. Esto requiere de una buena coordinación entre los diferentes ministerios y entre el sector público y el privado. Sin embargo, nuestro estudio de 32 países muestra que las políticas actuales con frecuencia son aplicadas de manera fragmentada y carecen de seguimiento.