Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Bienestar de la gente de mar

El ganador del Premio ISWAN señala que “El Convenio sobre el trabajo marítimo es fundamental para evitar abusos”

Jasper del Rosario es uno de los ganadores de los Premios ISWAN 2018 de este año, en virtud de los cuales se reconoce la labor de las personas que contribuyen de forma destacada al bienestar de la gente de mar. Antes de recibir su premio en la sede de la OIT, el Sr. del Rosario evocó a OIT-Noticias su labor encaminada a fomentar el bienestar de la gente de mar en las Islas Filipinas.

Comunicado de prensa | 10 de mayo de 2018
Jasper del Rosario
GINEBRA (OIT Noticias) – El Sr. Jasper del Rosario, capellán de 41 años, no parecía destinado por su pasado a fomentar el bienestar de la gente de mar.

"Siempre pensé que ejercería mi ministerio del modo tradicional, salvo con respecto a una cosa. Soy filipino, y alrededor de una tercera parte de la gente de mar de todo el mundo es de las Islas Filipinas", afirmó mientras esperaba que le concedieran uno de los Premios Internacionales sobre Bienestar de la Gente de Mar de 2018, en la categoría" Dierk Lindemann - Personalidad del Año por su labor en aras del bienestar de la gente de mar".

Un jurado internacional escogió al Sr. del Rosario entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen servicios e instalaciones destacados para fomentar el bienestar de la gente de mar. El evento anual es organizado por la Red Internacional para el bienestar de la gente de mar y la ayuda a la misma (ISWAN). El Sr. Greg Vines, Director General Adjunto de la OIT, entregó el premio al Sr. del Rosario en el marco de la Tercera reunión del Comité Tripartito Especial del Convenio sobre el trabajo marítimo, 2006 (MLC, 2006).

El vínculo del Sr. del Rosario con la gente de mar comenzó cuando comenzó a trabajar para la ONG cristiana "Sailors' Society" en el puerto principal de Subic Bay, localizado a 100 km al norte de Manila.

"Pronto tuvo ocasión de conocer las arduas condiciones laborales a las que ha de hacer frente mucha gente de mar. Por lo general se dedican a esa profesión por tradición familiar, con la esperanza de percibir un salario de forma periódica que les permita ayudar a su familia y escolarizar a sus hijos", señala el Sr. del Rosario.

Y añade que “no solo se trata de realizar un arduo trabajo, sino también de afrontar la soledad y la separación de sus seres queridos durante mucho tiempo, por seis o nueve meses, o más”.

Apoyo a las víctimas del Tifón Haiyan

La gente de mar de las Islas Filipinas no está acostumbrada a vivir lejos de su familia. Sin embargo, ello no impide que se sienta particularmente afectada cuando se producen catástrofes naturales en dicho país. Así ocurrió cuando el tifón Haiyan asoló la zona de Tacloban en noviembre de 2013, provocando más de 6 000 víctimas mortales y dejando a millones de personas sin alimento, refugio ni medios de subsistencia.

Después del tifón Haiyan en Tacloban, Filipinas, noviembre de 2013
"Llegué a la ciudad lo antes que pude y viajé a Tacloban para prestar ayuda a la comunidad de la gente de mar", afirma el Sr. del Rosario.

Fue una ardua tarea, puesto que tanto él como su equipo tenían que ocuparse de tres tipos de personas.

"En primer lugar, tuvimos que prestar apoyo de forma inmediata a las esposas y los hijos de la gente de mar que se encontraba faenando en buques a muchas millas de distancia de las Islas Filipinas, y que en determinados casos ni siquiera estaba al corriente de los trágicos sucesos que se habían producido en su ciudad natal”, recuerda.

La localización de las familias también constituyó un problema, puesto que no existía ningún registro a nivel local de los familiares de la gente de mar. De ahí que el Sr. del Rosario fuera de puerta en puerta preguntando si tenían vecinos que fueran gente de mar. Posteriormente, junto con otras ONG locales, les ayudó a reconstruir su hogar, les facilitó dinero de emergencia para comprar alimentos y les concedió subsidios empresariales para ayudarles a iniciar una nueva vida. En determinados casos, también se proporcionó pequeños barcos de pesca a las personas que los precisaban.

A medida que se daban a conocer las noticias sobre la catástrofe, la red mundial de ONG del Sr. del Rosario brindó asimismo apoyo psicosocial a gente de mar filipina de la zona de Tacloban que ni siquiera sabía si su familia seguía con vida. Les proporcionaron tarjetas telefónicas gratuitas para llamar a casa cuando los sistemas de telecomunicaciones volvieron a funcionar.

El Sr. del Rosario también tuvo que prestar ayuda a gente de mar cuyas embarcaciones habían sido destruidas por la fuerte tormenta, en ocasiones empujadas a la orilla o hasta el interior de las calles. Algunas personas murieron y muchos supervivientes precisaron apoyo básico tras haber perdido su hogar como consecuencia de la tormenta.

Reunificación de las familias

Desde entonces, la vida en Tacloban recobró poco a poco su normalidad. El Sr. del Rosario retomó sus actividades habituales con la gente de mar filipina que amarra sus barcos en el puerto de Subic Bay.

"Organizamos varias sesiones de asesoramiento sobre temas diversos. También tratamos de que se reunieran con sus seres queridos organizando transporte gratuito para sus familias, que no siempre disponían del dinero necesario para viajar a Subic Bay, sobre todo si vivían lejos", afirma.

Recientemente, el Sr. del Rosario también brindó apoyo a gente de mar filipina en un navío abandonado en Malta, ayudando a su familia, enviándoles dinero y concediendo becas a sus hijos.

Parte de la comunidad

El Sr. del Rosario siente que forma parte de la comunidad de gente de mar filipina.

Al preguntársele acerca del Convenio sobre el trabajo marítimo de 2006 de la OIT, en vigor desde 2013, afirma que actualmente es un instrumento jurídico fundamental para evitar el abuso y mejorar la vida de la gente de mar.

En virtud de lo establecido en dicho Convenio de 2006, se otorgan derechos a la gente de mar para que gocen de condiciones laborales dignas, y se promueve la competencia leal entre armadores.

Entre el resto de galardonados de los Premios ISWAN de 2018 cabe destacar el Puerto de Rotterdam (Puerto del año), “Mission to Seafarers Brisbane”, Australia (Centro del año de la gente de mar) y Wallem (Empresa naviera del año). También se concedió a Joseph Chacko y a Leena Joseph un premio póstumo por su destacada labor en aras del bienestar de la gente de mar.