Trabajo infantil y trabajo forzoso
Uzbekistán eliminó el uso sistemático del trabajo infantil y adoptó medidas para poner fin al trabajo forzoso
Un equipo de la OIT que supervisa la cosecha de algodón en Uzbekistán constató que ya no se hace un uso sistemático del trabajo infantil y que han sido adoptadas medidas para poner fin al trabajo forzoso. Estas conclusiones fueron discutidas en una mesa redonda que tuvo lugar en Taskent.
Estas conclusiones fueron analizadas en una mesa redonda que tuvo lugar en Taskent el 30 de noviembre 2017. La mesa redonda reunió a miembros del Consejo nacional de coordinación sobre trabajo infantil y el trabajo forzoso de Uzbekistán, que incluye a representantes del gobierno, de los empleadores y de los sindicados del país, de los socios del desarrollo, a representantes diplomáticos, de la OIT y del Banco Mundial. Las conclusiones serán presentadas oficialmente al Banco Mundial en un informe que será publicado a principios de 2018.
Las señales más convincentes del cambio fueron dadas por el Presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, durante su alocución ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, y por las medidas subsiguientes adoptadas a nivel nacional para implementar una política de contratación voluntaria para la cosecha de algodón. Uzbekistán además se comprometió a colaborar con los grupos independientes de la sociedad civil en la IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil que se llevó a cabo en Argentina del 14 al 16 de noviembre 2017, y se realizaron reuniones con activistas previas a la mesa redonda.
Durante la cosecha, los expertos de la OIT realizaron 3.000 entrevistas sin acompañante a los recolectores de algodón y otras personas involucradas en la cosecha en todas las provincias del país, incluyendo a autoridades locales y personal médico y educativo. Además, se llevó a cabo una encuesta telefónica aleatoria a 1.000 personas. Antes de la cosecha, los expertos de la OIT organizaron una formación para unas 6.300 personas directamente involucradas con la contratación de los recolectores de algodón.
Los resultados confirman que existe un alto nivel de sensibilización sobre la inaceptabilidad del trabajo infantil y del trabajo forzoso. No se hace un uso sistemático del trabajo infantil y se impartieron instrucciones y adoptaron medidas para garantizar que la contratación de todos los recolectores de algodón sea voluntaria. Algunos grupos de riesgo (estudiantes, personal médico y educativo) fueron retirados de la cosecha en su fase inicial.
La situación que percibieron los supervisores es la de una intensificación de los esfuerzos para garantizar la contratación voluntaria. El seguimiento y la evaluación confirman que la gran mayoría de los recolectores de algodón participan voluntariamente en la cosecha de algodón. Este año, los sueldos que recibieron fueron más altos en conformidad con las recomendaciones de la OIT y el Banco Mundial. Además, la productividad fue comparable a la de las cosechas anteriores.
Algunos de los problemas observaron a nivel local muestran que es necesaria una mayor sensibilización y fortalecer las capacidades, que varían un poco según las provincias y los distritos. Todos los actores que participan en la contratación deberían disponer de la información y las herramientas necesarias a fin de garantizar que los recolectores de algodón sean contratados en conformidad con las normas internacionales del trabajo.
La prohibición de contratar a ningún estudiante o miembro del personal médico o educativo parece ser muy conocida. Entre los problemas observados a nivel local se encuentra la práctica de pedir diversas tarifas para la sustitución de los recolectores que no ha sido eliminada. En el futuro inmediato, es importante garantizar que ningún responsable de las contrataciones pida este tipo de pago, y que nadie se sienta obligado a cancelarlo.
El Mecanismo de comunicación de la información comienza a ser más conocido y utilizado, y un cierto número de casos señalados han sido solucionados. Es importante fortalecer este mecanismo de manera que sea accesible y pueda reaccionar de manera oportuna a los diferentes problemas planteados, desde los más inmediatos hasta las violaciones específicas que precisan de un seguimiento institucional y judicial.
La cosecha de algodón 2017 se realizó en un contexto de mayor transparencia y diálogo, que abarcó a todos los grupos de la sociedad civil, incluyendo las opiniones críticas de los activistas. Esta es una señal esperanzadora para el futuro. Un intercambio de información entre todos los actores crea una base sólida para las políticas de empleo y del mercado laboral no sólo en la agricultura sino en la economía en general.